Continuación de cumple.
Forks, Washington.
Es una tarde lluviosa, como casi todas las tardes en Forks, pero para Lady es perfecta, ya que odia el calor. Tiene poco tiempo para admirar la casa Cullen, a pesar de lo hermosamente decorada que está. Pero lo urgente, es urgente. ¡No se vale! Ha esperado pacientemente prácticamente dos semanas, y de sus recuerdos por el cumpleaños de Gezabel ¡Ni sus luces! Si ella cumplió, espera lo mismo de parte de la cumpleañera.
Carlisle Cullen ha cumplido como el caballero inglés que es, así que su plan va de maravilla.
-Gracias, Carlisle, no tengo con qué pagarte este enorme favor.
-No es nada -un movimiento de mano elegantemente estudiado, acompaña la frase-. Aro está muy satisfecho y halagado sabiendo que eres su favorito de los vampiros italianos, así que no puso traba alguna en permitirte usar a su guarda.
Los cuatro vampiro que conforman la guardia Volturi se encuentran en la sala, estáticos y nada contentos de verse inmiscuidos en asunto de humanos. Pero órdenes son órdenes y su amo fue explícito: ayudar a la Lady en lo que ella les pidiera. Sobre todo Jane, quien es sumamente vanidosa y egocéntrica, está muy molesta por haber venido desde Italia, dejando su cómodo y acogedor hogar, a fin de participar en una aventura que ella no pidió.
Molestos o no, la guardia Volturi acompaña a Lady a los campos de la Guerra Florida; charlan muy poco entre ellos, Lady sabe que los vampiros que la acompañan de los más sádicos entre los Volturi, es decir, ideales para lo que ella requiere.
Porque, a pesar de la paciencia que ha demostrado (aunque reconoce que no es mucha), no ha habido respuesta alguna. A ver... en primer lugar, ¿cómo fue que cayó en un truco tan burdo ante el encanto de Terry? ¡Si a ella Terry ni le gusta! Bueno... tuvo su periodo terryfan allá por el siglo pasado, pero ahora su lealtad está plenamente cimentada con su mero amor hermoso. Así que no se explicaba cómo el actor de ojos color zafiro la había encantado. Seguramente, contaba con algo de magia vampírica. Es más, llevaba varios meditándolo y segurito el tramposo de Terry la había drogado con algo, no había más explicación. Era eso, o de plano la había agarrado borracha.
Y luego, para acabarla de amolar, el garrotazo que Gezabel le había sorrajado y que después de las estrellitas, la dejaron inconsciente por un buen rato, y cuando despertó, se encontró en un oscuro calabozo, enmedio de otras chicas que se quejaban por el dolor y protestaban por verse en la misma situación que ella. Cuando al fin se calmó y se le pasó un poquito el dolor de cabeza a causa del fregadazo, se enteró de que estaban detenidas por no haber regalado nada a Gezabel en su cumpleaños.
¡Eso sí que no! Si aparte de pertenecer a las Musas, por lo tanto, sus deseos llegaron junto con su grupo, ella había preparado un regalo más para Geza, así que no se valía ni el secuestro, ni el garrotazo. Al final, Geza se dio cuenta del error, lo que sea de cada quien, y la dejó salir, prometiéndole doble recuerdo y participó en la fiesta de cumpleaños, la cual fue un verdadero reventón, si hasta encontró a su mero amor hermoso, y bailó con él.
Pero ¡no se vale! ¿Y su recuerdo qué? Por eso, había acudido a los más sádicos vampiros que conocía. Jane y Alec, los gemelos, eran bastante parecidos a los hermanos Leagan y además con poderes: Jane podía causar dolor con sólo pensarlo, mientras que Alec podía "cegar" a sus enemigos, dejándolos sin sentido alguno. En cuanto a Dimitri y Felix, bueno, aparte de ser altos, musculosos y guapísimos, eran sumamente fuertes y no habría quien les ganara.
-Pasaremos por un último regalo para Gezabel -ordenó la Lady.
Seguro le gustaría a Gezabel, pues era un pastel muy especial, encargado especialmente para ella.
Con el regalo envuelto y listo, Lady y la guardia Volturi se acercaron a la base de operaciones de Gezabel, y llamaron a la puerta, se escuchó como descorrían el seguro y abrieron la puerta...
La continuación dependerá de si recibo o no mi recuerdo.
Forks, Washington.
Es una tarde lluviosa, como casi todas las tardes en Forks, pero para Lady es perfecta, ya que odia el calor. Tiene poco tiempo para admirar la casa Cullen, a pesar de lo hermosamente decorada que está. Pero lo urgente, es urgente. ¡No se vale! Ha esperado pacientemente prácticamente dos semanas, y de sus recuerdos por el cumpleaños de Gezabel ¡Ni sus luces! Si ella cumplió, espera lo mismo de parte de la cumpleañera.
Carlisle Cullen ha cumplido como el caballero inglés que es, así que su plan va de maravilla.
-Gracias, Carlisle, no tengo con qué pagarte este enorme favor.
-No es nada -un movimiento de mano elegantemente estudiado, acompaña la frase-. Aro está muy satisfecho y halagado sabiendo que eres su favorito de los vampiros italianos, así que no puso traba alguna en permitirte usar a su guarda.
Los cuatro vampiro que conforman la guardia Volturi se encuentran en la sala, estáticos y nada contentos de verse inmiscuidos en asunto de humanos. Pero órdenes son órdenes y su amo fue explícito: ayudar a la Lady en lo que ella les pidiera. Sobre todo Jane, quien es sumamente vanidosa y egocéntrica, está muy molesta por haber venido desde Italia, dejando su cómodo y acogedor hogar, a fin de participar en una aventura que ella no pidió.
Molestos o no, la guardia Volturi acompaña a Lady a los campos de la Guerra Florida; charlan muy poco entre ellos, Lady sabe que los vampiros que la acompañan de los más sádicos entre los Volturi, es decir, ideales para lo que ella requiere.
Porque, a pesar de la paciencia que ha demostrado (aunque reconoce que no es mucha), no ha habido respuesta alguna. A ver... en primer lugar, ¿cómo fue que cayó en un truco tan burdo ante el encanto de Terry? ¡Si a ella Terry ni le gusta! Bueno... tuvo su periodo terryfan allá por el siglo pasado, pero ahora su lealtad está plenamente cimentada con su mero amor hermoso. Así que no se explicaba cómo el actor de ojos color zafiro la había encantado. Seguramente, contaba con algo de magia vampírica. Es más, llevaba varios meditándolo y segurito el tramposo de Terry la había drogado con algo, no había más explicación. Era eso, o de plano la había agarrado borracha.
Y luego, para acabarla de amolar, el garrotazo que Gezabel le había sorrajado y que después de las estrellitas, la dejaron inconsciente por un buen rato, y cuando despertó, se encontró en un oscuro calabozo, enmedio de otras chicas que se quejaban por el dolor y protestaban por verse en la misma situación que ella. Cuando al fin se calmó y se le pasó un poquito el dolor de cabeza a causa del fregadazo, se enteró de que estaban detenidas por no haber regalado nada a Gezabel en su cumpleaños.
¡Eso sí que no! Si aparte de pertenecer a las Musas, por lo tanto, sus deseos llegaron junto con su grupo, ella había preparado un regalo más para Geza, así que no se valía ni el secuestro, ni el garrotazo. Al final, Geza se dio cuenta del error, lo que sea de cada quien, y la dejó salir, prometiéndole doble recuerdo y participó en la fiesta de cumpleaños, la cual fue un verdadero reventón, si hasta encontró a su mero amor hermoso, y bailó con él.
Pero ¡no se vale! ¿Y su recuerdo qué? Por eso, había acudido a los más sádicos vampiros que conocía. Jane y Alec, los gemelos, eran bastante parecidos a los hermanos Leagan y además con poderes: Jane podía causar dolor con sólo pensarlo, mientras que Alec podía "cegar" a sus enemigos, dejándolos sin sentido alguno. En cuanto a Dimitri y Felix, bueno, aparte de ser altos, musculosos y guapísimos, eran sumamente fuertes y no habría quien les ganara.
-Pasaremos por un último regalo para Gezabel -ordenó la Lady.
Seguro le gustaría a Gezabel, pues era un pastel muy especial, encargado especialmente para ella.
Con el regalo envuelto y listo, Lady y la guardia Volturi se acercaron a la base de operaciones de Gezabel, y llamaron a la puerta, se escuchó como descorrían el seguro y abrieron la puerta...
La continuación dependerá de si recibo o no mi recuerdo.