Hola con ustedes el capitulo II
La melodía del corazón.
Capitulo II
Por
Candida Grandchester
Basado en Candy Candy la Historia Final por Mizuki
Capitulo II
Por
Candida Grandchester
Basado en Candy Candy la Historia Final por Mizuki
Oh Terry, si estaba molesta contigo desde el día del festival de mayo ahora lo estoy más. Como te atreves a compararme con un animal, ¡que si las monas aprecian la música! Y para colmo me mira con esa sonrisa de medio lado, tan suya, tan arrogante.
Lo mejor es que me vaya, no puedo llegar tarde a la hora de la cena y tampoco podré llegar a la Segunda Colina de Pony, todo para qué, para que un mocoso engreído me llame Mona.
Lo miro ahí sentado su mirada fija en mi, agarro la rama con intención de bajar entonces lo veo ponerse de pie y escucho que dice por favor no te vayas…
Hay urgencia en su voz, puedo ver que él está tan sorprendido como yo.
¿Qué acabo de hacer?, ¡le dije que no se fuera!, yo estoy suplicando, luego de su rechazo y de que me comparara con el jardinerito. Además por su expresión creo que la asusté. Piensa rápido, no que muy inteligente.
Vamos Candy ven, acaso a una mona como tú se le olvidó como saltar.
Lo veo llamarme con ese mote horrible que usa para mí, pero su sonrisa es tan hermosa que me hace olvidar por completo lo del otro día. El sol casi se esta poniendo y los últimos rayos se proyectan en la sala de música, llenándolo de tonos sepia, la piel de Terry parece de bronce y sus ojos brillan con una alegría que no había visto antes, pensándolo mejor una vez vi sus ojos brillar con ese mismo fulgor… cuando bailamos el vals, nuestras risas llenaron todos los rincones del bosque hasta que me besó, luego yo le golpeé y el hizo lo mismo, después me subió a ese caballo, ahora entiendo todo.
Quisiera saltar lo antes posible de aquí, pero no puedo apartar los ojos de los suyos desde el festival no había vuelto a mirarle.
Candy si quieres disfrutar un poco más de mi música, salta y ven o ¿eres una persona tan rencorosa?
Me decido a saltar a través de la ventana, al final de cuentas es para disfrutar de la música y no de él. Su sonrisa se extiende aun más en su cara, me aferro a la cortina mis piernas al parecer se han convertido en gelatina, incapaces de sostenerme.
Para ser una mona estás en forma, le escucho decir y toca las teclas con un toque fuerte de sus manos. ¡Que estúpida soy! volví a caer en su juego, aferro la cortina con mas fuerza decidida a irme entonces le escucho de nuevo, su voz se torna seria y llena de urgencia.
No te vayas, mientras tocaba estaba pensando en ti.
Terry no mentía su corazón se llenó de júbilo al verla sentada sobre aquella rama con los ojos cerrados escuchándolo tocar, aquello parecía la continuación de un sueño. No podía negar que verla así tan cerca hizo que su corazón se saltara un latido.
Luego de su fatídica demostración de amor, no tuvo valor de enfrentarse a ella, mucho menos de dirigirle la palabra, todos los días la esperaba en la segunda Colina de Pony escondido entre las ramas de un árbol. Se avergonzaba de su cobardía pero que otra cosa podía hacer. La veía mirar a todos lados, quizás buscándole, para evitarlo tal vez, se contentaba con verla así, acostada sobre la hierba, con sus ojos cerrados, él hacia lo mismo y por momentos pensaba que ambos intercambiaban una conversación, no se explicaba como, pero era como hilos invisibles que unían sus corazones.
Hoy a diferencia de días anteriores movido por algo mas fuerte que él, desvió su camino cuando se dirigía a la Segunda Colina, quizás fue la carta de aquella mujer que lo hizo tocar otra vez el piano pero cuando sus dedos tocaron las teclas, fue otra la que plagó sus pensamientos.
Candy…
Ahora la tenía en frente aferrada a esa cortina cual salvavidas.
Estaba pensando en mí, ¿escuché bien?, gracias a Dios estoy de espaldas a él de lo contrario vería mi sonrisa de oreja a oreja. Le voy a pagar con la misma dosis de sarcasmo.
Esa es la única manera en que puedes pensar en mí tocando una melodía tan ruidosa y molesta, me giro poniéndome totalmente frente a él sin moverme de mi puesto justo al lado de la ventana, cruzo los brazos en actitud displicente, el sonríe y se sienta en el taburete, entonces sus dedos vuelven a tocar esa melodía maravillosa.
No lo puedo evitar, mis pies cobran vida y voy junto a él, me coloco justo detrás, lo observo tocar con tanta pasión, sus hombros se mueven vigorosamente y su pelo se agita.
Toca la última tonada y le escucho decir que esa mujer tocaba esta melodía para él, Canción de Cuna de Mozart. Me está confiando sus intimidades sobre su madre.
Ella tocaba esta melodía para hacerme ir a la cama a dormir.
Con razón me sentí un poco adormecida hace un momento. Me parece que sonríe porque sus hombros se agitan un poco. Ella tocaba magistralmente esta melodía.
Yo no puedo tocar el piano, pensé. Creo que me siento celosa. Terry voltea y me mira con asombro, últimamente digo las cosas cuando creo que las pienso.
- Porque me miras así
- Acabas de decir que te sientes celosa.
Me confirma mis sospechas.
-Es que yo no tengo ningún recuerdo de mis padres.
Es cierto candy es huérfana, cuéntame mas de ti.
Comunicándose otra vez con ese lenguaje que solo el corazón entiende Candy comenzó a contar a Terry sobre el hogar de Pony.
-Sabes mis padres me abandonaron en el Hogar de Pony, la verdad sea dicha no pudieron elegir mejor lugar para mi. La Srta. Pony y la hermana María son mis madres, la señorita Pony es tan dulce y amable y la hermana María no es como las mojas de aquí que siempre andan enojadas, ella es muy chistosa y alegre, aunque sabe dar sus sermones cuando es necesario.
Dime mas, quiero conocerte. Volvió a pensar Terry
-Bueno te cuento que ninguno de los niños del Hogar pudo ganarme escalando árboles, así que soy la campeona.
-También eres la campeona de las pecas.
-¿Celoso porque no tienes ninguna?
-Me gustan mucho tus pecas Candy. Terry no podía creer que había dicho aquello, ambos se miraron sonrojados y apenados por las emociones que se gestaban dentro de su ser. Terry sintió la necesidad imperiosa de expresar a Candy sus sentimientos, buscando la fuerza dentro de sí comenzó a hablar.
-Candy, yo
El sonido lejano de la campana anunciaba que dentro de 5 minutos iniciaba la cena
Cre - creo que es mejor que me vaya o luego me amonestaran por llegar tarde.
El sol ya se había ocultado y ambos estaban envueltos en la tenue oscuridad del ocaso.
-Candy iras a Estados Unidos en vacaciones de verano, me imagino.
Acercándose a la ventana ella logró responder, - no me invitaron sospecho que tendré que tomar las clases de verano en Escocia.
¡Escocia!, esas letras retumbaron en los oídos de Terry, yo tengo una casa en Escocia, pensó.
Candy agarró el marco de la ventana y antes de saltar dijo.
-Terry quiero que sepas que ya no temo más a los caballos.
Quieres ir a mi casa en Escocia.
Candy no supo si aquello fue un susurro del viento pero su corazón se calentó de alegría y corrió hacia el antiguo edificio de ladrillos, mientras su corazón gritaba que si quería ir a Escocia con Terry.
Querido Diario.
Hoy confirmé mis sospechas sobre T.G. él es bueno, yo sabia que sus ojos no mentían, detrás de esa fachada de arrogancia hay un muchacho bueno, dulce y un poco asustado a que lo dañen.
Me despido hasta la próxima, creo que escribiré mucho sobre mi viaje a Escocia.
continuará...
Gracias por leer