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UN PERSONAJE, UN GATO #4 UMA, LA BRILLANTE

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Adriana G
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Galilea Johnson
Wendolyn Leagan
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Wendolyn Leagan

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Niño/a del Hogar de Pony
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UN PERSONAJE, UN GATO
#4
UMA, LA BRILLANTE


UMA LA BRILLANTE - UN PERSONAJE, UN GATO #4 UMA, LA BRILLANTE 517vpk


¡Ah, pero que animal tan feo!

Con esta expresión tan desagradable, comenzó la mañana del joven aspirante a inventor que caminaba por las calles de Chicago a aquella temprana hora.

Stear Cornwell siempre había sido un curioso por todo aquello que se volvía para él un misterio; los aparatos de la creciente tecnología que innovaba día a día se habían vuelto para él desde niño, en un interés máximo.

La primera vez que su tía Elroy lo encontró sentado en el suelo de su habitación, con un destornillador en la mano y una radio desarmada sin esperanza ante él, supo que si no hacía algo al respecto ¡Triste vida esperaba en esa casa! No iba a quedar ni un electrodoméstico útil; así que, pensando visionariamente en que eso más que un molesto defecto, podría ser una maravillosa y útil virtud, le consiguió un maestro para que le enseñara lo que necesitaba saber para reparar algo y no morir en el intento.

Su sobrino nieto siempre había sido un niño sumamente inteligente, rápido con los cálculos y de pensamiento agudo; excelente estudiante, maduro para su edad y por si todo eso fuera poco, un niño atento y cariñoso. ¿Cómo no iba a merecerse que se le permitir aprender lo que obviamente le apasionaba?  

Así fue como Stear comenzó a asistir a clases básicas de mecánica y reparaciones; y hacia allí se dirigía, entre la gente que comenzaba poco a poco a cundir las calles de la ciudad de los vientos, y él casi tan apresurado como todos ellos; con un par de libros bajo el brazo y su neceser de herramientas casi sin mirar a las personas que lo rodeaban pensando solo en que ya iba tarde a clases, cuando aquella expresión dicha con tanto desprecio llamó poderosamente su atención y lo obligó a detenerse en seco y voltear.

Ahí en la acera, junto a un poste de luz, había una caja de cartón, un poco malograda ya, que decía en un costado  "se regalan gatitos".

Los niños se acercaban entusiasmados, pero sus sonrisas se borraban luego; algunos padres también asomaban la cabeza junto con ellos para luego, con el desagrado pintado en el semblante, jalar a sus niños alejándolos de ahí.
La curiosidad hizo presa del chico, y se acercó; dentro de la caja ya no había gatitos, bueno había uno, muy pequeño y delgadito. Por un momento Stear llegó a pensar que estaba lastimado ¿quemado quizá? A juzgar por las marcas en su piel.

Cuando el gatito cambió de posición se percató de que no, no estaba lastimado; es que así era el color, o mejor dicho, los colores de su pelaje.  
¿De qué raza sería? Era muy extraño, jamás había visto un gato así.

En un extremo de la caja había algunos trocitos de pan, tan duro que cuando él tomó uno entre sus dedos, se volvió migajilla; y una pequeña escudilla con la cantidad de un dedo de agua, llena de partículas de tierra en el fondo.
Ahora comprendía porqué el animalito estaba flaquito, cómo iba a comerse eso; sintió lástima y no pudo evitar alargar su mano y tocar su lomo.
Este, al sentir la caricia, el gatito levantó el rostro, dejando ver entre lo oscuro y extraño de su pelaje unos enormes y brillantes ojos amarillo verdoso.
Stear sonrió, en especial al percibir cómo el animalito comenzaba a ronronear, agradecido de su tacto.

"¡Uy qué animal tan feo!"  Escuchó de pronto, una mujer de elegante vestido violeta y gran sombrero se alejaba haciendo una mueca. "Usted no es tan bonita que digamos" pensó el muchacho con el ceño fruncido.
Volteando de nuevo hacia el animalito  y mirando sus ojos brillantes y su pelaje sin igual le pareció a él que el gatito no era nada feo.  

-¿Te lo llevas o qué? - dijo una voz tras de sí.

-¿Cómo dice? - preguntó él volteándose.

Un hombre gordo, algo calvo y de bigote, arremangado y con delantal se paraba en la puerta del establecimiento mirándolo expectante.

-Lleva tres días solo en esa caja - respondió el hombre- sus hermanos fueron adoptados hace tiempo. Si no te lo llevas tú terminará en la basura, porque ya quiero deshacerme de ese cartón.

Stear miró al gatito... Tres días ¿A un basurero? ¡Gente sin corazón!

Sin pensarlo dos veces tomó al animalito y se lo metió en el bolsillo interno de la chaqueta, para retirarse luego dedicando al hombre una mirada de ceño fruncido.

A partir de ese momento, Stear pasó mucho tiempo tratando de averiguar a qué raza pertenecía aquel gatito de extraño pelaje que provocaba reacciones tan diversas en la gente.
Algunos al verlo, se reían, se mofaban de el animalito. Algunos decían cualquier barbaridad con el ceño fruncido, otros sin ir muy lejos, ponían cara de desagrado.

Para Stear, eran incomprensibles estas reacciones ¿Acaso estaban ciegos? Cierto, talvez no era el gato más bonito del mundo pero ¿Qué, no notaban sus enormes ojos brillantes, o la hermosa forma de su rostro, lo lustroso de su pelo o la elegancia con la que se movía?

Stear pasaba largos minutos admirando a su gato andar por el jardín y perseguir las mariposas; a medio día cuando la luz del sol arreciaba, le parecía a él que de su pelaje se arrancaban resplandores dorados, como si el sol mismo se bajara a acariciarle.

Stear Cornwell siempre había sido un curioso de todo aquello que le representara un misterio, y este gato ciertamente era todo un enigma para él.

Había pasado noches enteras en la biblioteca de su casa buscando información sobre gatos; había encontrado tantas razas que se le hizo toda una revelación que existieran tantas.
Averiguó cosas muy interesantes sobre los gatos que nunca se le había ocurrido siquiera pensar, leyendas, historias, creencias.  

Le daba la luz del día leyendo sobre gatos, levantaba la mirada de los libros solamente cuando los rayos del sol entraban por la ventana iluminándolo todo, y su gato siempre ahí, a su lado, hecho un ovillo durmiendo pacíficamente; y parecía en esos momentos que el gato atrapara toda la luz en su pelaje oscuro cubierto de manchas irregulares. Le parecía a él que su gato se encendía en llamas brillantes justo antes de estirarse cuan largo era y abrir sus enormes ojos verdosos dedicándole un maullido cariñoso.

Stear no podía evitar sonreía al verlo acercarse, pasársele debajo de  la barbilla, y acariciarle el rostro con larga cola peluda. Movimiento que ya había aprendido él, era una muy sutil forma de dar los buenos días y comunicar que tenía hambre.
Pero Stear no cejaría en un empeño por saber a qué raza pertenecía su nuevo compañero.

Salía por las calles, iba a tiendas de mascota, hablaba con veterinarios, entraba a bibliotecas y librerías; cada vez que encontraba un libro nuevo sobre el tema no dudaba en comprarlo ¡pero nada! No había nada sobre gatos como este; eso lo intrigaba cada vez más pero lejos de descorazonarlo lo hacía sentirse de alguna manera orgulloso.  

Sí ¡dichoso! Su gato era especial, quizá no era el más bonito del mundo, quizá no era el más apreciado, pero por lo visto ¡era único! Y era suyo.

Con el tiempo dejó de buscar, llegó a la conclusión de que lo único que necesitaba saber sobre su nuevo amigo era lo que ya sabía de él y nada más.
Que era tierno, que era amable, que era dócil y juguetón. Que le gustaban mucho el pan con mantequilla y que, gracias a él, en su taller ya no había ratones.

Que lo quería; sí, eso no tenía que averiguar mucho para darse cuenta. Se daba cuenta en la manera como le miraba, cómo se le acurrucaba en el agujero entre el cuello y el hombro a la hora de dormir; la forma como hacía malabares para mantenerse estable sobre su hombro cuando salían por ahí; la manera cómo lamía sus manos para llamar su atención cuando llevaba ya demasiados minutos leyendo sin mirarlo.

¿Hacía falta saber más? Cuando amas a alguien ¿Te interesa mucho de donde viene? ¿Te interesa mucho encontrarle por qués y cómos a ese amor? ¿Te interesa mucho que la gente a tu alrededor lo mire con aprobación? ¡O simplemente amas sin importar nada!

Stear amaba a su gato, no le importaba que la gente dijera que era un animal feo o que los demás lo despreciaran ¡Él lo veía hermoso! Y era lo único que le importaba.

Una tarde, andaban los dos por ahí como siempre. Unos meses habían pasado desde que Stear había adoptado a su amigo especial y eran prácticamente inseparables. Andaban por ahí, en una especie de deshuesadero comprando partes de repuesto para uno de los aparatos que él gustaba de armar y reparar; el gato sobre su hombro miraba con curiosidad las piezas que el joven examinaba con atención eligiendo lo que le convenía.

La gente que pasaba a su lado cuchicheaba y se reía señalando al extraño animal sobre su hombro, pero Stear se había acostumbrado tanto a no prestar atención a ese tipo de comentarios que honestamente ya ni los escuchaba.

-¡Qué hermosa gata carey tienes ahí, chico! - escuchó de pronto el joven, volteando para mirar a su interlocutor; un hombre joven, de 20 años o menos que con una franela en su mano se secaba el sudor de la frente.

Delgado, moreno, de cabello negro y  penetrantes ojos de un color casi amarillo, le recordó a Stear aquellas ilustraciones de medio oriente.

-Perdone ¿Cómo dice? - respondió él, dedicándole una caricia a su compañero, pensando que tal vez no era más que el anticipo a una mofa.

-Tu gata - respondió con cierto acento, el hombre sonriente señalando al animal – ¡es hermosa! No se ven muchas carey por aquí pero esa es de las más lindas que he podido ver.

-¿Gata? ¿pero cómo sabe que es una gata? - Preguntó Stear levantándole una pata para ver lo que no se había ocupado de ver antes. El hombre soltó una carcajada y se acercó a acariciar la cabeza del animalito.

-Las carey siempre son gatas – respondio el hombre - es muy raro que haya un macho yo nunca he visto uno; siempre son gatas.

El hombre se colocó en cuclillas moviendo una pluma de ave que encontró haciendo que la gata saltara  a su lado.

-¿Carey? - preguntó Stear sacado de su mochila un libro y comenzando a hojearlo – No he leído sobre esa raza nunca, y mire que he investigado...

-No, no es una raza; pueden ser de cualquier raza, se les llama "carey" por los colores de su pelaje; no importa de qué raza sean simplemente pasa que un buen día uno nace así. No hay una razón simplemente sucede. No son muy comunes, por eso muy poca gente les conoce, dicen que de cien crías, nace una.

Stear cerró su libro lentamente "de cien, una..." Susurró el joven con la mirada brillante y se agachó hasta donde su gata jugueteaba con la pluma.

-Entonces yo tenia razón ¡Sí eres especial!

-Y que lo digas chico.  

-Me complace hallar a alguien que encuentre bonito a mi amigo – dijo Stear con pesar – bueno, mi amiga. Es que la gente generalmente la encuentra desagradable.

-Sí conozco ese sentimiento - respondió el joven – créeme que sé muy bien lo desagradable que puede ser la gente cuando le hace feos a lo que no entiende.

Stear miró el rostro del joven que sonriendo jugueteaba con su gata. Seguramente no lo había pasado bien por la apariencia de su raza; él también era diferente, especial.  

-Por favor dígame más sobre las gatas carey, usted es la primera fuente de información que encuentro acerca de este animal tan especial.

-Ven conmigo muchacho, beberemos algo para el calor y te contaré la historia de las gatas carey...




"...Cuenta la leyenda que, hace varios siglos, el Sol le suplicó a su amiga la Luna que le tapara un rato, que le diera una coartada para ausentarse del cielo, para bajar a la Tierra y ser libre, aunque sólo fuera un momento.  
El Sol quería dejar de ser el centro del Universo, quería que nadie se diera cuenta de su presencia, pasar inadvertido para sentirse liberado de tanta presión.  

La Luna, ante tanta súplica, accedió, y un día de junio cuando el sol más brillaba, la Luna se acercó al Sol, y le fue cubriendo, poco a poco, para que a los mortales de la época no les sorprendiera de golpe la oscuridad.
El Sol, que desde lo alto hacía millones de años que observaba la faz de la Tierra, no lo dudó; para sentirse libre y pasar desapercibido se hizo corpóreo en el ser más perfecto, elegante, rápido y discreto que encontró; UNA GATA NEGRA.  

La Luna, que era una perezosa, en seguida se sintió cansada, y sin avisar a su amigo Sol, se fue apartando.  
Cuando Sol se dio cuenta ya era demasiado tarde, intentó salir huyendo lo más rápido que pudo; tan rápido salió huyendo que se dejó olvidadas ciertas prendas dentro de su momentánea morada; cientos de rayos de Sol se quedaron dentro de la Gata Negra.

Desde entonces, todos los gatos que nacieron de la Gata Negra nacían con su pelaje oscuro poblado de esos rayos de sol que se quedaron olvidados dentro de ella; y son lo que nosotros llamamos GATOS CAREY.  
Su manto oscuro se ve roto por cientos de rayos rojos, amarillos y naranjas. Y lo que la gente tampoco sabe es que su origen solar les atribuye propiedades mágicas, ya que atraen la buena suerte ."


Stear escuchó la historia mientras la coca cola en su mano se desaguaba en gotitas que mojaban el suelo a sus pies; mientras su gata carey comía con deleite, los trocitos de pan de dulce que el joven a su lado le tiraba.

-¡Qué historia tan bonita! - dijo Stear sin dejar de mirar a su gata, que le parecía ahora más linda que nunca.

-Como ves amigo, tu gata no solo es especial ¡Es única! No sé cómo la hayas llamado, pero ahora debes encontrarle un nombre acorde a su género y su condición.

-No la había llamado de ninguna manera, pero tienes razón ¡Necesita un nombre! Aunque por ahora aun no tengo ni idea de cuál.

-Mmm... ¿Qué te parece Uma?

-Uma... ¿Qué significa?

Brillante!

-Uma... Uma... - repitió Stear como acostumbrándose a la palabra.

La gata lo miró fijo y al escucharlo, maulló delicadamente, para después seguir comiendo.

-Creo que le gusta, Sí ¡La llamaré Uma!- exclamó tomando entre sus brazos a su gata y alzándola hasta su rostro -  Porque ella es brillante como el sol y como los rayos que se quedaron atrapados en su pelaje. Un nombre único para una gata única.

El chico volvió a su casa junto con su amiga Uma, agradeciendo a su nuevo amigo el haber conocido la hermosa historia que explica la procedencia de estos animalitos tan especiales.

Los años pasaron y Stear continuó con su afición de reparar e inventar artilugios diversos; no siempre salían bien pero Uma siempre estuvo ahí para darle aliento y consuelo.

Las tardes de Junio eran las más calurosas, pero él siempre en su taller ocupado en algún invento mientras Uma, echada en el jardín tomando el sol, lo esperaba para jugar.

A veces de lejos Stear la miraba jugar entre las flores, o persiguiendo alguna mariposa; entonces la veía dar uno de esos saltos majestuosos de los que él nunca dejará de sorprenderse; y entonces parecía que un haz de luz la envolvía arrancándole destellos dorados y rojizos como el fuego ¡Como el oro!

Uma la única... Uma la brillante.  
Uma ¡La gata más hermosa del mundo!
UMA LA BRILLANTE - UN PERSONAJE, UN GATO #4 UMA, LA BRILLANTE 2itfs69

(Dedicado con cariño a "Pin", una carey que me acompañó durante 3 años
y a la que nadie vio nunca con buenos ojos por ser "fea"
De todos los gatos que he tenido en la vida, Pin es una de las que
más ha permanecido en mi memoria y mi corazón.
Gracias Pin, por dejarme tus destellos de sol en el alma.)
UMA LA BRILLANTE - UN PERSONAJE, UN GATO #4 UMA, LA BRILLANTE 104578

#3 RANDOLPH EL ADUSTO

#2 SYLVIA LA TRAVIESA

#1 LYON EL ASTUTO



Última edición por Wendolyn Leagan el Jue Abr 07, 2016 5:05 pm, editado 1 vez

http://www.maldita-bruja.blogspot.com

Galilea Johnson

Galilea Johnson
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

OHhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh Wendolyn que historia tan bella, que hermoso afecto entre Staer y su gata!

y que bella leyenda, magica. La musica, todo!

me gusto mucho como describiste esa relacion y como Stear supo mirar mas alla
Maravilloso!!!

Lady Lyuva

Lady Lyuva
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Qué hermoso! Me conmovió profundamente, porque mi esposo y yo teníamos a nuestra carey: América. Mi escudo la llamó así, porque la adoptamos un 12 de octubre, fue nuestra primera minina como pareja, y aunque era muy nerviosa, pues la maltrataton de pequeñita, con mi esposo hizo muy buenas migas. Sufrimos mucho cuando murió.

igzell

igzell
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

UMA LA BRILLANTE - UN PERSONAJE, UN GATO #4 UMA, LA BRILLANTE 498689 UMA LA BRILLANTE - UN PERSONAJE, UN GATO #4 UMA, LA BRILLANTE 498689
Que hermosa historia,definitivamente esta es la que me ha sacado una lagrima.
Gracias condesa por compartir tus historias.
Uma...Pin... UMA LA BRILLANTE - UN PERSONAJE, UN GATO #4 UMA, LA BRILLANTE 463717 

http://larojamelenaquesellevoelviento.blogspot.com/

Countess Rubi LeaganGrand

Countess Rubi LeaganGrand
Leegan Perfection
Leegan Perfection

Es sencillamente hermoso!!!! Gatitos Carey, que historia mas dulce!

ladylore

ladylore
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

asi que la raza es carey.... igualita a la gata de mi sobrina... cuando era mas chica le deciamos que parecia mono porque saltaba de dos patas....
y mi hermana de cariño le dice fea... su gata fea, la cazadora y que le trae regalitos jejjeje
gracias por el relato y la bella historia de la raza....

Paolau2

Paolau2
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Que historia tan dulce y bella. Tenía que ser alguien como Stear quien rescatara a esa pobre gatita, q gente sin corazón! Me gustó todo tu relato, la leyenda es preciosa y con esa música de fondo se disfruta más. Uma, que nombre tan lindo y especial.

Adriana G

Adriana G
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Bellísima historia Wen!!! Y no pudiste elegir a mejor personaje que a Stear para contarla!

Me encantó!!!!


Gracias por compartirlo!


Besos
Adriana

GEZABEL

GEZABEL
Guerrera de Lakewood
Guerrera de Lakewood

Wendo me da coraje no tener ahorita el tiempo para leerme la historia con calma pero por lo que la empece me ha encantado.. me la guardo para leermela con calmita en cuanto todas mis aguas se pongan en calma...

mysha

mysha
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Qué sería de Uma cuando Stear se fuera a la guerra...
Hermosa historia!

http://myshahistorias.blogspot.com/

Weiss

Weiss
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony


Bella Uma, bella historia,
conmovedora, emotiva, brillante como Stear y Uma,
brillante como tu ingenio Wendolyn.

¡Me encantó!

Kary Grandchester

Kary Grandchester
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

ooowww que linda historia!! una gata especial

para un chico especial igual que tu!

Preciosooo

https://www.youtube.com/user/karinans?feature=mhee

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