Un infante nace puro de alma, es el entorno y ambiente familiar quienes le roban su inocencia, debido a una mala crianza.
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Inocencia perdida
En un cúmulo
de olvidadas cosas,
hallé mi gran sonrisa,
tantas veces añorada.
Aquella, que un día
de mi alma pura
arrancara
aquel payaso
con sus carcajadas.
¿Quién pudo robarme
esa sonrisa?
Tan colmada de magia,
de lágrimas…
de felicidad?
¿Quién mi corazón
de niño arrancó?
¿Quién?
¡Nadie!
Si no fui yo.