SERIE PAREJAS IMPOSIBLES
SOLITARIOS
SOLITARIOS
Aquel había sido un encuentro realmente azaroso, ambos estaban buscando una forma para sentirse mejor y habian acudido al mismo sitio… la orilla del río.
Despues de muchos años al fin habia pasado lo que siempre habia temido, el simplemente le dijo lo siento y adiós, lo habia previsto desde hacia mucho tiempo pero no estaba preparada para ello, el vivir una vida sin el simplemente era imposible… o asi lo creía.
Archie se ofrecio a llevarla pues sabia bien que el chofer volveria hasta la noche y tambien sabia que ella no quería verlo mas, no después de haber descubierto la razón por la que la dejaba, la misma razón de hacia años, la misma que siempre se habia atravesado en su camino desde el inicio… Candy…
- No, yo puedo irme sola, sabes que caminare un poco, quiero pensar.
- Si me necesitas.
- Si te necesito volveras conmigo? Si te necesito iras corriendo para ofrecerme lo que tanto he querido este tiempo? No lo creo Archie, una y otra vez me has demostrado que lo único que te unia a mi era la petición de Candy pero ahora que ella esta sola y te esta aceptando.
- Ella no me ha aceptado y no es por eso que…
- No digas mas, mejor no digas mas porque terminare odiándote mas y odiándola a ella…
Esa habia sido la despedida, Archie no se animo a seguirla y ella a voltear atrás, sabia que esa mano nunca la detendría y que las palabras quédate nunca saldrían de los labios de el. Lloraba, las lagrimas bañaban su rostro mientras se alejaba pero no se quejo esta vez, solo camino sin rumbo fijo y asi habia llegado al rio.
- Y si…? –pensaba mientras veía la corriente del agua llevarse un tronco, tal vez estaba pensando en terminar con su vida en ese momento pero no lo hizo, en cambio se sento a la orilla a seguir llorando y despedirse de su gran y único amor…
El sonido de unos pasos la hicieron voltear, tal vez Archie se habia arrepentido y habia ido a buscarla, se levanto y miro a todos lados y de pronto lo vio, otro enamorado mas de Candy, sonrio, irónicamente ahora el tambien habia sido rechazado, lo sabia, lo sentía al ver la lentitud de sus pasos y la mirada perdida…
“Que tonta eres Candy, si se trataba de posición pudiste haber tomado a Alberth en vez de a Archie… que tonta eres…”
Penso mientras veía que el rubio se acercaba sin darse cuenta que ella estaba ahí, era de esperarse, ella no brillaba tanto ni llamaba tanto la atención como “su hermana”… estaba a punto de irse cuando escucho la voz de Albert.
- Vaya coincidencia, creo que ambos pensamos que el rio podría llevarse nuestros dolores.
Annie se quedo callada, solo volteo a verlo con un dejo de compasión y empatía, miro al rio y luego al rubio nuevamente.
- No te vayas, necesito compañía y creo que tu tambien.
- Yo, estoy bien.
- Tanto como yo lo estoy, vamos, acompañame y siéntate conmigo un momento, se que no somos grandes amigos y que apenas nos conocemos pero es mejor asi, no lo crees?
Ella asintió y acepto la invitación, era la primera vez que se encontraba con el a solas, era cierto, a pesar del tiempo de conocerse no habian cruzado muchas palabras, se sento en la hierba y el a su lado, ambos parecían estar absortos en sus propios pensamientos, pero Albert necesitaba hablar y fue el primero en romper nuevamente el silencio.
- Alguna vez pensaste que terminaría asi?
- Que cosa?
- Candy y Archie… no lo vi venir, ¿sabes? Tantos años conviviendo juntos y ella nunca dio un indicio de que el le gustara.
- Ella a el si.
- Lo sabias entonces?
- Intentaba ignorarlo, crei que Candy respetaría el hecho de que casi somos hermanas.
- En el amor no se manda… quiero creer que hice lo correcto en dejarla ir y debes creer lo mismo, ambos hubiéramos sido infelices.
- Es fácil para usted decirlo, apenas hace un tiempo la empezó a pretender, pero yo tengo casi 10 años de noviazgo.
- Tal vez, a veces el tiempo no es importante en estas cosas… tu eres una chica muy bella y joven aun, vienes de una familia acomodada y creo que te ira bien en el amor.
- Usted es un hombre joven aun, rico, de gran posición, tambien encontrara a alguien.
- Lo crees?
- Completamente.
Albert sonrio y abrazo sus piernas mientras que Annie se quedo observándolo, tal vez era cierto, el tiempo no importaba, el estaba aun mas dolido que ella en ese momento, tal vez porque no esperaba esa traición mientras que ella estaba casi preparada para la misma.
No dijeron mas, ambos se quedaron ahí en silencio en una complicidad mutua que incluia apoyarse en silencio, al anochecer ella se levanto y el la acompaño hasta la mansión donde dispondría un carro que la llevara a casa. De alguna manera ese fue el inicio de todo.
A partir de ese dia Annie no volvió mas a la mansión Andrew sin embargo tal vez por cuestiones del destino empezó a encontrarse a Albert mas que antes, ¿se debía acaso que sus ojos se habian abierto? Antes a la única persona a quien buscaba en las fiestas, los teatros o cualquier lugar era a Archie y ahora en cambio un mundo de posibilidades se abria ante ella y entre esas posibilidades se encontraba el rubio, quien debido a su estatus social se veía forzado a asistir a ese tipo de eventos, al igual que su sobrino y que Candy.
Al principio le dolia ver a esa feliz pareja, pero luego se fue olvidando de ello cuando en algún baile se acercaba el patriarca de la familia Andrew a invitarla a bailar o a llevarle alguna copa de vino, a decir verdad Albert lo hacia debido a que sabia muy bien el sentimiento de dolor y rabia que Annie sentía al ver a su antes amiga y novio juntos, poco a poco mas que costumbre se fue haciendo un vicio y lo que al inicio era una cortesía después se convirtió en un cortejo. ¿Quien fuera a decirlo? Ambos disfrutaban de la mutua compañía y a decir verdad, ambos se dieron apoyo sin pedirlo siquiera.
Sin darse cuenta se citaban, se buscaban, pasaban las horas hablando y eso fue lo que llevo a Albert a tomar la decisión mas importante de su vida, una que Archie no habia tomado en 10 años a el le habia tomado tan solo un par de meses.
Aquella tarde para ambos brillaba un futuro incierto, tal vez era un amor un tanto forzado pero al menos aquel par de solitarios encontraron uno en el otro como llenar el vacio que otro les habia dejado… ante el altar ella tomo sus manos y le sonrio ya no tímidamente como tanto tiempo habia hecho con Archie, sino con una sonrisa nueva y brillante, el tambien lo hizo, supo que habia tomado la decisión correcta. Al escuchar la voz que los declaraba unidos para siempre supieron que asi seria, para siempre como en aquel rio, donde ambos habian decidido hacerse compañía.