LA TERCERA NOCHE
CAPITULO 3
IGZELL
Un nuevo dia llego, el sol salio iluminando poco a poco esa solitaria habitación y encontró a Terry sentado en la cama mirando sin mirar, con una tasa de licor en la mano y un cigarrillo en la otra… Habia dejado de fumar, era cierto, pero después de la noche que paso eso le importo muy poco.
Aun podía recordar el momento en que encontró la cajetilla de cigarros mientras buscaba algo con que alumbrarse, recordó que alguno de sus compañeros de teatro la habia puesto ahí hacia como un par de meses y no volvió a buscarla, justo en la bolsa de su abrigo, en la cual estuvo todo esas semanas parecíendo estar aguardándolo para ser descubierta.
Al principio dudo en tomar uno, tenia tanto tiempo sin tomar siquiera uno en sus manos, pero luego al escuchar ruidos extraños encendio una cerilla y sin dudarlo tomo uno de los cigarrillos y lo puso en sus labios, sus manos temblaban.
Sin tener que hacer, se levanto de la cama y dejo el vaso en el buro, se puso el abrigo y salio del departamento, no quería estar solo asi que camino al único lugar que le llego a la mente… la casa de su madre.
Al llegar toco la puerta y nadie salio, empezó a rodar la casa, a mirar por las ventanas, a buscar una puerta abierta pero al parecer de verdad no habia nadie, a su mente llegaron las palabras dichas por su madre días antes… “estare fuera estos días pero apenas llegue hablaremos”… -eso le habia dicho afuera del hospital donde se encontraba Susana.
Se sintió un poco inquieto y lo único que se le ocurrio fue sentarse en una banca fría que se encontraba en el jardín, dejo que el frio lo envolviera y al mismo tiempo que el sol le bañara el rostro mientras intentaba no cerrar los ojos. No supo cuanto tiempo estuvo ahí pero se levanto una vez que el sol se escondia para dar paso a la noche…
“Necesito dormir” … -penso…
Cerro los ojos un segundo, solo un segundo y entonces la vio parada junto a un gran árbol que se encontraba junto a el, abrió los ojos, tenia que hacerlo y correr de ahí, pero no pudo, la imagen de aquella chica comenzó a avanzar como en cámara lenta, con cada parpadeo ella se acercaba mas y mas a donde el estaba.
- Alejate de mi.
- Me hablas? –pregunto la chica con una sonrisa malévola, acercándose con un hacha en la mano la cual balanceaba tranquilamente.
Su ropa blanca estaba siendo manchada por la sangre que parecía brotar de su cabeza, tenia bañado ya la mitad del rostro pero parecía no importarle, lo único que hacia era acercarse cada vez mas y mas.
- Largate!
- Porque? Estoy bien aquí, es un lindo lugar, tu eres lindo.
Terry se levanto de la banca e intento correr pero sus pies no respondieron, ella se acerco y le acaricio el rostro con su blanca pero ensangrentada mano.
- Eres lindo, muy lindo… quieres venir conmigo? Me llamo Igzell.
- Dejam…
Sus labios se sellaron en ese momento, no pudo decir nada mas, ella sonrio y acerco su rostro al suyo.
- No voy a dejarte, no podemos dejarte, tu nos perteneces ahora…tu…
En ese momento el sonido de un auto les hizo voltear a ambos y la luz del mismo ilumino el cuerpo congelado de Terry haciendo de alguna manera desaparecer a la chica de pelo rojo. Del auto bajo un hombre grande vestido en su traje de conductor y abrió la puerta del pasajero ayudando a bajar a Eleonor Baker…
- Madre… -murmuro Terry un tanto aliviado.
- Terry?? Que haces aquí? Pero mírate, estas… ¿Qué te ha pasado? Vamos adentro, ya me diras, estas… debes tener frio, vamos, vamos adentro.
Dijo la mujer un poco confundida al ver el estado que su hijo se encontraba, no podía concebir que el chico al que habia dejado días atrás frente a ese hospital fuera el mismo que ahora veía.
Continuara…