SERIE NOCHES DE INSOMNIO
UNA NOCHE MAS
GEZABEL
Por alguna razón dejaron de aparecer, tal vez porque ya no podía cerrar los ojos, porque su cuerpo estaba demasiado agotado para luchar con ellos o simplemente porque su mente dejo de jugarle malas pasadas… aun asi no podía dormir y aunque no podía verlos sentía aquellas presencias cerca y a veces escuchaba sus voces cuchichear.GEZABEL
Habian pasado ya 15 dias sin dormir, 15 dias en los que un minuto de sueño significaban un alivio para su cuerpo pero no para su mente. Seguía bebiendo, seguía fumando, seguía sin alimentarse bien porque ahora además de las molestias naturales de un cuerpo sin descanso su estomago no le permitia digerir prácticamente nada de alimento, tal vez era por causa del alcohol y el cigarro, quien sabría. Estaba dispuesto a dejarse morir pero al mismo tiempo seguía luchando por mantenerse consiente.
Por primera vez en días recordó que no habia ido a visitar a Susana y tampoco se habia presentado en el Teatro, tuvo la necesidad de hacerlo una vez mas asi que aquella mañana la dedico a asearse y a verse mas o menos presentable para ir a ambos sitios.
Su primer arribo fue al teatro, se quedo observando entre las tribunas el ensayo de sus antiguos compañeros, habian logrado seguir sin el, no lo necesitaban, pudo notar como todos trabajaban al unisono, era como darse cuenta que el solo habia sido un estorbo para todos en todo ese tiempo. Sabia que era un excelente actor, pero tambien que no era una persona de fácil trato, nunca se llevo bien con nadie y ahora que los veía en el ensayo se daba cuenta. Un par de horas después se alejo sin hacer ruido, sin hablar con Robert quien se encontraba tribunas mas delante de el y sin pensar siquiera en pedir que lo reinstalaran en la obra.
Luego de eso fue al hospital, miro el edificio como un gran monstruo al cual estaba a punto de enfrentar, pero no tuvo miedo, al contrario se armo de valor para subir esas escaleras que le habian visto partir… esas escaleras donde el pudo retenerla un momento y las cuales fueron testigo de esa despedida, las subio lentamente, como si con ello pudiera devolver el tiempo. Al llegar a la puerta donde se encontraba Susana toco la puerta pero nadie contesto, la abrió lentamente y se asomo al interior, la cama estaba arreglada pero Susana seguía en el hospital, lo supo al ver las flores enviadas por sus admiradores y la maleta donde ella guardaba su ropa y sus pertenencias, tal vez la habian llevado fuera a pasear o a algún estudio fuera del cuarto. Se sintió aliviado en realidad de no verla, se sento en la cama mientras acariciaba las sabanas pensando en que era mejor asi. Era mejor desaparecer sin que nadie supiera.
Eran quince, solo quince días de insomnio, pero para el significaban casi una vida, una en la que habia perdido todo. Se sentía como un muerto andante, alguien solo, sin ilusiones, sin sueños y quería alejarse de una vez de todo, durante la noche, viendo a aquellas chica fue la única solución que encontró, su mente le decía que ellas aparecían para torturarlo tan solo porque seguía en el sitio donde todo habia comenzado y estaba seguro de no poder aguantar mucho mas en esa situación.
Penso en dejar una nota a su prometida pero que mas daba hacerlo si pensaba desaparecer, no sabia bien a donde iria pero era mejor asi, Susana tal vez mereciera algo mejor o al menos estaba seguro que con el no seria feliz. Candy volvió a su memoria, de haber sabido que tomaría esa decisión 15 dias después de verla partir la situación hubiera sido diferente, ahora no habia vuelta atrás..
Despues del hospital regreso al departamento, caminaba aletargado y un tanto perdido, parte por el cansansio parte por el alcohol que insistia en seguir consumiendo. “solo un trago” –pensaba cuando sacaba la botella de su saco y empinaba la botella mientras recogia algunas cosas que llevaría consigo.
A pesar de su prisa la noche le alcanzo nuevamente, empezó a temblar aun mas que las veces anteriores, tal vez por la anticipación de lo que veria o tal vez por la de su partida, el cuarto se volvió frio y el ambiente que de por si ya estaba pesado, se volvió insoportable, hubo un momento en que se levanto de la cama donde se encontraba y corrió a la puerta para salir de ahí pero esta no se abrió y el pudo sentir claramente una presencia a sus espaldas.
- Shhh… a donde vas? –pregunto una voz suave pero al mismo tiempo terrorífica.
Terry se negaba a voltear, no quería ver a nadie mas, no quería que esas apariciones siguieran, cerro los ojos pero fue peor, pudo sentir el abrazo frio de una mujer, pudo sentir como sus labios se posaban en su cuello y como su lengua lamio el mismo, no pudo mas y se dejo caer con las manos en el rostro.
- Jajajajaja . – escucho la risa estruendosa de la mujer que ahora lo acompañaba en la habitación. – ¿pensaste que si te ibas podrias dejarnos atrás? Somos parte de ti Terrence, estamos en tu interior, nadie mas puede vernos mas que tu.
Terry siguió con las manos en el rostro murmurando la palabra “aléjate” mientras escuchaba a la mujer que ahora mismo le hablaba.
- ¿No te haz preguntado porque estamos aquí? ¿No quieres saberlo?
- No existes… tu no existes.
- Lo hago, y lo hago porque tu me creaste, yo soy Gezabel. –dijo sin preámbulo haciendo que Terry levantara la vista.
Se encontró con una mujer sin ojos, o al menos eso parecía, se perdió en la negrura de esa mirada y pudo verse asimismo a través de la oscuridad que ellos evocaban. Era una piltrafa, no parecía el mismo que días atrás triunfaba en el teatro y sonreía ante la llegada del amor de su vida. Gezabel sonrio mientras el se perdia en su mirada, lo tomo de los hombros y provoco en el un escalofrio que se noto ante el temblor de su cuerpo.
- Tienes que venir conmigo… tienes que venir con nosotros… -dijo al tiempo que ante Terry aparecían las demás mujeres que le habian acompañado en sus pesadillas los últimos días.
El toque de la puerta le hizo reaccionar y alejarse de la mujer que ahora tenia vendados sus ojos, era como si nadie mas que el tuviera derecho a mirarlos. Terry alo la perilla, la movio y la puerta se abrió.
Tal vez eso fue su salvación, el toquido del dueño del edificio acudia como cada mes a cobrar la renta del departamento.
- Sr. Grandchester, disculpe lo tarde que he venido pero…
Terry no dijo nada, tomo su maleta, su gabardina y se alejo dejando al hombre con la palabra en la boca, sin dejarlo reaccionar siquiera.
Continuara…