Mientras miraba fijamente el pomo de la puerta el cual tenia forma de serpiente, ráfagas de dudas asaltaban su mente a las cuelas pretendía ignorar mas sus temblorosas manos, las cuales se encaminaban muy lentamente a la base de hierro, lo delataban. Eran gestos que no podía siquiera controlar, por las expectativas de lo que podía encontrarse allá dentro.
Mandó a la mierda todas esas emociones que lo hacían ver como un completo cobarde y colocó sus manos temblorosas, sin mas miramientos, sobre el pomo de la puerta. Se disponía a girar el metal cuando la puerta se abrió por si sola mostrándole un lúgubre lugar y la niebla que, con exactitud, no sabia si se colaba hacia dentro o esta salía hacia afuera volviéndose una con la que le rodeaba desde hacia rato.
Su cuerpo y emociones, entregadas por si sola a la expectativa, lo alertaron ante el inmenso peligro que podía estar esperándolo ahí dentro, y por ello se negaba, por propia voluntad, a poner un pie mas allá del umbral de aquel extraño lugar que le daba la bienvenida.
Con expresión y gesto asustado, daba pasos hacia atrás sin ser consciente de los mismos, solo sabia que quería escapar de aquel lugar,pero su acción fue detenida por la pared invisible la cual le recordó de que se hallaba atrapado en lo que parecía ser una bola de cristal.
Comenzó a maldecir por lo alto, dando puñetazos a la pared invisible provocándose con esa acción fuertes heridas que parecían no dolerles al estar preso por el temor y la ira.
Al ver que sus acciones no cumplieron el cometido y llegar a la conclusión de que todo aquello era un maldito sueño, se vio encaminándose hacia el hueco de la entrada mientras agitaba las manos al sentir el pulsante dolor de las heridas que se habia provocado en ellas.
Se encontró en un espacio que denotaría ser un lugar vacio si no fuera por las decenas de mesas vacias que se encontraba allí, ya que su vista, al ver mas allá de esta, no encontraron final alguno. Las nieblas rodeaban la base inferíos de las mesas y los pies del moreno, el cual se hallaba caminando y con cada paso que daba, las mesas parecían llenarse, como un acto fantasmal, de personas que se hallaban enfundadas en formales trajes y vestidos negros y, con rostros inexpresivos, parecían disfrutar del liquido humeante de las tazas que, como ellos, habían aparecido de la nada.
Eso provocó que el corazón se le disparara y que un sudor frio empapara su cuerpo mientras contenía el aliento.
Continuo con el andar mientras seguia siendo espectador de como las apariciones se adueñaban de las mesas que, apenas segundos atrás, se hallaban vacias.
Su entorno pareció tener color y este demostraba ser un hermoso jardín con el sol resplandeciente iluminando aquel escenario, las personas parecían ahora tener vida ya que demostraban expresión y sentimientos´, aunque melancólicas, ya no tenían ese aire de parecer muñecos.
Al instante el olor a rosas que inundò sus fosas nasales, desviaron sus cavilaciones hacia las mismas para ver que sus pies eran presos por lo que parecía ser un mar de dalias las cuales, al sentir su tacto, se marchitaron al tiempo que aquel paradisiaco escenario se fuera desdibujando de apoco asi como un cuadro recien pintado en oleo es expuesto al agua, haciendo que sus ojos , abierto-mezcla de asombro y temor-se fijara en un espacio circular el cual parecía estar atestado por sombras.
Una vez mas, su cuerpo se movia sin que su dueño pudiera ser consciente de la accion, hasta donde estaban aquellos entes que se movían como gelatina; Neal se vio subiendo las escaleras que los distanciaban y se movia entre ellos sin sentir alguna señal de temor, mas bien, era como si todo a su alrededor le resultara familiar.
Al pasar la multitud que ahora se mostraban con rostros que le eran familiares por que habia pasado la mayor parte de su vida viéndolos, mientras que los otros apenas si recordaba haberlos vistos, dio con un ataúd que se encontraba cerrado impidiéndole ver quien se hallaba dentro del mismo, aunque, para su sorpresa, ya se lo imaginaba.
Mirò al “tio abuelo”, cuyo rostro ahora era vendado por una tristeza que no parecía tener fin, luego desvio la mirada a las otras personas y tenían el mismo gesto descolocado por la tristeza que dizque lo embargaban. El cuerpo de Neal se contrajo, preso por un extraño record ante aquellas personas que pretendían, con su presencia ante su sueño, hacerle ver su dolor a una persona que ya no estaría mas entre los vivos.
“¡Malditos hipócritas!” dijo por lo alto, al parecer su voz no tuvo cabida o no fueron escuchados, o a lo mejor en aquel sueño èl fungía como una especie de fantasma, una personificación inexistente ante esas personas que si asistieron a darle el ultimo a dios a su amada, carismática y berrinchuda Candy, dándole una especie de muestra con esto como debió de ser aquel dia para las personas que decían amarla. No le sorprendía en absoluto.
Apretando sus puños, se volvió hacia el ataúd que, para su sorpresa, encontró abierto y vacio; eso lo hizo acercarse hacia el mismo y colocar las manos en el acolchado espacio que se sentía tibio, como si apenas segundos habia estado alguien dentro del mismo. Se volvió hacia donde debían de estar las personas que tanto odiaba y tan poco los encontró, se volvió al ataúd y este tampoco se hallaba, volvió su vista hacia el lugar contrario y se encontró en el mismo lugar vacio y sin vida, esta vez, sin las mesas y los muñecos vivientes mientras era invadido por una densa niebla.
Rodò los ojos con exasperación, era el sueño mas extraños que habia tenido jamás, y ya quería que se terminase por que no tenia ni el menor de los sentido.
-¿Neal?-escuchò que lo llamaba una familiar voz la cual provenía de aquella persona que se hacia espacio por la niebla.
-¿Candy, eres tù?-acortando la distancia entre ellos, el moreno bajò los tres escalones con prisa-¿Eres tù, Candy, la que visitas mi sueño?-con una radiante sonrisa y ojos brillante de una extraña emoción que lo embargaba, agarró las pequeñas y gorditas manos de la rubia.
La vio asentir y con gesto que se entremezclaba con la felicidad y la sorpresa.
-Siento no haber ido a darte el ultimo a dios como estas personas que…No importa-negò con lacabeza-, a decir verdad no iba a ser bien recibido de todas maneras, pero es que…es que…-no encontraba las palabras para expresar su dolor y maldijo al sentir la humedad en sus mejillas. Sintió los dedos calidos de la chica sobre sus labios, y dedicándole una sonrisa que no mostraba ni burla ni sarcasmo.
-No te preocupes, Neal, entiendo-fueron las palabras de la rubia.
-Candy…-su gesto de felicidad se fueron desvaneciendo al recordarse de que todo era un sueño, maldito sueño que parecía ser real.
-No es un sueño, Neal-la escuchò decir-.Todo esto es real.
Sus miradas se quedaron fijas por un momento, como estudiando los gestos de cada quien: uno demostraba ingenuidad, extrañeza y desconcierto; el otro solo demostraba una picardia que siempre lo ha caracterizado.
-Lo es
-No es asi-fueron las firmes palabras de la rubia quien le dio un puntapié a las rodillas del moreno, y con un guiño y mostrándole media lengua, se mofaba de èl-¿Ves que no lo es?-mirando como el joven se frotaba la zona adolorida.
-Pero tu estas…
-Muerta-terminó la palabra y, a continuación, colocó sus manos detrás de su cabeza y comezò a caminar alrededor de Neal-Lo estoy ¿He dicho que no?
Èl negó ingenuamente con su cabeza, acto seguido dijo:
-¿Pero como…? ¿Dónde estoy?-quedándose fijo en el lugar mientras que la rubia lo rodeaba.
-Te he traido por que me has llamado…estas en una especie de limbo, Neal-fue su respuesta al tiempo que se ponía frente del moreno y colocaba sus manos sobre el hombro de èl-.Es complicado explicarte las verdaderas razones que me llevaron a responder tu llamado.
-Estoy en un sueño-aun convencido mas en su teoría ya que la verdadera Candy, si en verdad podía aparecérsele asi por que si, nunca de los jamases, recurriría a èl, sino a sus amigos-¡Ni que limbo ni que nada, maldita sea!-haciéndola sobresaltar y quitándole las manos de encima de sus hombros, le dio la espalda para luego volverse-No lo es.
-En vista de que no me quieres creer, tendrè que explicarte, aunque no aseguro de que las vayas a creer ya que para mi sigue siendo inentendible-haciendo un ademan que por arte de magia hizo aparecer una mesa con sus respectivos asientos que provocò que el moreno se fijara mas en sus ideas, aunque se dejó guiar hasta su asiento-Ya se lo que piensas, Neal-una media sonrisa-En mi seguía las dudas hasta que…bueno no importa-con gesto de sus manos que parecían quitar algo del aire.
Neal miraba a cada gesto que hacia la personificación que imitaba a la perfección a la joven que tanto amaba a pesar de los tiempos; admiraba como su subconsciente tenia gravado a la alocada y rebelde joven que se habia atrevido a no aceptar el amor y la protección que èl le habia ofrecido, pisoteando de esa manera su orgullo y amor propio.
A pesar de todo eso y de los años que habian transcurrido después de aquellas amargas escenas que habían tenido cabida en su vida, no la odiaba, al contrario, todo su odio se desviaba a las personas que habian osado en desmantelar su perfecto plan; a ella ya la habia tenido segura, pero tuvo que aparecerse aquel joven que se habia presentado como el tio a abuelo William y, mas detrás, aquellas bolas de insensatos que dejaron al descubierto lo que se habría convertido en un hermoso futuro, ya que estaba mas que seguro que, con el tiempo, Candice lo habría amado.
-¿Por dónde empiezo?-dijo ella, en una auto-pregunta que se hizo asi misma en voz alta, poniendo un dedo en su boca y sacándolo a él de los recuerdos-Hoy se cumple una semana de mi muerte-empezó y el moreno la miraba expectante-, asi es, llevo la cuenta de mi ausencia en el mundo terrenal-desvió la mirada hasta el lugar vacio, como si allí se hallara una ventana que le mostraba el exterior-.Al principio, como es normal, al hallarme en este lugar y que una voz proveniente de ninguna parte me dijera que ya estaba muerta, me negué en aceptarlo-como negando a la vista del joven que se encontraba con ella, ver las lagrimas inexistente, bajó la cabeza colocando sus manos sobre su boca-. Ya no podré sentir las lagrimas, no podré jugar con mis niños del hogar ni con el ángel que tenia aquí-colocando ambas manos sobre su vientre-por tanto tiempo.
>>Para ellos solo serè un recuerdo, al menos para estos primeros, ya que mi angelito solo se conformará en escuchar los recuerdos que las personas a su alrededor guardan tan tercamente en sus memorias-volvió a mirar al moreno, quien con gestos que denotaban desconcierto, la miraba. Eso la hizo reír-¿Qué tienes tú que ver en todo esto?-lo vio asentir-.A nosotros, las almas en pena( yate habia dicho que estas en una especie de limbo), se nos permite ver una extraña luz que fungen como sentimientos: entre más brillante es esta, quiere decir que más intenso es el amor de esa persona hacía nosotros-una vez más agacho la mirada.
-No comprendo-dijo el moreno-¿Quieres decir que…?
-Si-se obligó a mirarlo-por extraño que parezca, eres la persona que mas amor ha sentido hacia mi-un extraño sentimiento de satisfacción invadió al moreno-.Fui atraída por ese maravilloso resplandor, cual luciérnaga, y fui a su búsqueda, luego vi que eras tú, llamándome, recordándome, que ya, cuando me había hecho presente, era demasiado tarde, e hice que todo pareciera ser el escenario de un sueño, y luego…Ya ves, no pude-se mordió el labio inferior.
>>¡oh, Neal, no sabia que lo que decias sentir por mi era verdadero y, menos que menos, era tan fuerte-las manos de ella se hicieron espacio por las tazas y la teteras que se encontraban sobre la mesa, para a continuación, encontrarse con las manos morenas de Neal-siempre crei que lo que decías sentir era un capricho, que tu hermana te había convencido para…para…bueno, tú sabes-Neal sentía las manos suaves y cálidas de la joven acariciar las suyas, una extraña calidez, nunca antes sentida, no que recordase, lo embargó por completo.
No, esa no era Candices, ella nunca le demostraría tal afecto, en dado caso que sí fuera ella, algo quería de èl, y por eso se aventuró a preguntar, desembarazándose del agarre:
-¿Qué quieres de mi?-la pregunta hizo que los ojos de la rubia se abrieran y pestañaran repetidas veces.
-Yò no…
-¿Qué quieres de mi, Candy?-volvió a formular la pregunta, esta vez, con gesto severo
La joven se puso en pie con tal desconcierto que hizo que el moreno la imitase.
Las miradas de ambos, una vez mas, se sostenían, prolongando con esto el silencio.
-Quiero que descubras a mi asesino-fue la rotunda y fría respuesta que la joven le dio a Neal, quien con gesto asombrado, tomó asiento-Es por eso que me hallo en esta especie de…-mirando su alrededor, sin siquiera mover ni un musculo de su espectral cuerpo, tan solo las pupilas-lugar.
-No comprendo, ¿Quién querría asesinarte?-uniendo sus cejas hasta volverlas una y un tanto incrédulo
-No lo sé, tú dime -la escuchó decir, cosa que lo confundió aun mas, solo tenia entendido que Candice habia muerto, dicha noticia fue dada por su padre muchos días después de la muerte de la rubia, eso le molestó y no dejó que su padre continuara hablando para retirarse del lugar y ahogar todo esos sentimientos negativos que lo envolvía.
“No lo sé, tú dime”, la escuchó musitar nuevamente para, a continuación, ver como ella se daba la vuelta, dándole la espalda como otras tantas veces; la rubia se levantaba, con sus manos, la enmarañada melena, y allí, en aquella zona trasera, se mostraba una abertura muy profunda, dicha herida parecía que la habian hecho con profundo resentimiento y que el asesino disfruto en hacerlo; al instante pudo dar con las manchas de un liquido de color carmesí que tenia impregnado en su inmaculado traje de enfermera.
“Ayúdame, Neal” la escuchaba decir, pero él estaba en su propio mundo donde solo cavia la ira sobre aquella persona que habia osado en lastimar de esa manera a aquella joven. Una vez más sintió la humedad sobre su rostro y también en su espalda, como si fuera que estuviera acostado sobre un charco de agua. A continuación, se vio fuera del lugar donde estaba encerrado con Candy a penas segundo, dicho lugar húmedo y mugriento, llenos de latas de basuras rebosantes donde las ratas se daban un festín con las abundaste comidas desperdiciadas.
Eso lo frustró, e hizo que reaccionara con un gritó que se asemejaba a los aullido de un lobo hambriento; comenzó a tocar las mugrientas y húmedas paredes, hasta que un nombre llegó a su mente “Eliza”, si, fue ella quien cegó la vida de su amada ¿Quién mas podría ser sino ella? Solo ella tendría esos negativos sentimientos para con Candy, su candy…
Su cuerpo se hallaba nuevamente tendido sobre un fango de agua mugrienta, se habia dejado caer al imaginar como su hermana se divertía al hacerle tal daño a esa joven sin tomar los sentimientos de él en cuenta. Al recorrer el lugar con la mirada, sus ojos dio con un pedazo de vidrio que estaba a centímetro de su cabeza. Volvió la misma para hallarse con el reluciente objeto y lo tomo, observándolo detenidamente con gesto inexpresivo.
Vio las heridas que tenia en sus nudillos las cuales le hacían ver que todo lo que había visto no era un sueño, que todo fue real, que su hermana habia matado aquella joven y lo pagaría muy caro.
Las castañas y mojadas melenas se adhería a su frete a pesar de que el viento frió y agresivo, trataba inútilmente de sacudirlo; si tenia una sustancia pegajosa o mugrienta en alguna zona de su cuerpo o traje caro, en esos momentos a èl no le importaba, solo quería hacer justicia con su propias mano, hacer pagar primero a su hermana, aquella puta que no pensó en èl antes de cometer tal barbarie, y luego iría por todos aquellos que le habian negado la protección y el amor que solo èl habría podido darle a Candice.
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PRÓXIMO CAPITULO LO ENTRGARÈ ESTA MISMA SEMANA,Y EL ULTIMO LA PRÓXIMA,PARA FINALIZAR ASI MI PARTICIPACIÓN ESTA HERMOSA ACTIVIDAD
Mandó a la mierda todas esas emociones que lo hacían ver como un completo cobarde y colocó sus manos temblorosas, sin mas miramientos, sobre el pomo de la puerta. Se disponía a girar el metal cuando la puerta se abrió por si sola mostrándole un lúgubre lugar y la niebla que, con exactitud, no sabia si se colaba hacia dentro o esta salía hacia afuera volviéndose una con la que le rodeaba desde hacia rato.
Su cuerpo y emociones, entregadas por si sola a la expectativa, lo alertaron ante el inmenso peligro que podía estar esperándolo ahí dentro, y por ello se negaba, por propia voluntad, a poner un pie mas allá del umbral de aquel extraño lugar que le daba la bienvenida.
Con expresión y gesto asustado, daba pasos hacia atrás sin ser consciente de los mismos, solo sabia que quería escapar de aquel lugar,pero su acción fue detenida por la pared invisible la cual le recordó de que se hallaba atrapado en lo que parecía ser una bola de cristal.
Comenzó a maldecir por lo alto, dando puñetazos a la pared invisible provocándose con esa acción fuertes heridas que parecían no dolerles al estar preso por el temor y la ira.
Al ver que sus acciones no cumplieron el cometido y llegar a la conclusión de que todo aquello era un maldito sueño, se vio encaminándose hacia el hueco de la entrada mientras agitaba las manos al sentir el pulsante dolor de las heridas que se habia provocado en ellas.
Se encontró en un espacio que denotaría ser un lugar vacio si no fuera por las decenas de mesas vacias que se encontraba allí, ya que su vista, al ver mas allá de esta, no encontraron final alguno. Las nieblas rodeaban la base inferíos de las mesas y los pies del moreno, el cual se hallaba caminando y con cada paso que daba, las mesas parecían llenarse, como un acto fantasmal, de personas que se hallaban enfundadas en formales trajes y vestidos negros y, con rostros inexpresivos, parecían disfrutar del liquido humeante de las tazas que, como ellos, habían aparecido de la nada.
Eso provocó que el corazón se le disparara y que un sudor frio empapara su cuerpo mientras contenía el aliento.
Continuo con el andar mientras seguia siendo espectador de como las apariciones se adueñaban de las mesas que, apenas segundos atrás, se hallaban vacias.
Su entorno pareció tener color y este demostraba ser un hermoso jardín con el sol resplandeciente iluminando aquel escenario, las personas parecían ahora tener vida ya que demostraban expresión y sentimientos´, aunque melancólicas, ya no tenían ese aire de parecer muñecos.
Al instante el olor a rosas que inundò sus fosas nasales, desviaron sus cavilaciones hacia las mismas para ver que sus pies eran presos por lo que parecía ser un mar de dalias las cuales, al sentir su tacto, se marchitaron al tiempo que aquel paradisiaco escenario se fuera desdibujando de apoco asi como un cuadro recien pintado en oleo es expuesto al agua, haciendo que sus ojos , abierto-mezcla de asombro y temor-se fijara en un espacio circular el cual parecía estar atestado por sombras.
Una vez mas, su cuerpo se movia sin que su dueño pudiera ser consciente de la accion, hasta donde estaban aquellos entes que se movían como gelatina; Neal se vio subiendo las escaleras que los distanciaban y se movia entre ellos sin sentir alguna señal de temor, mas bien, era como si todo a su alrededor le resultara familiar.
Al pasar la multitud que ahora se mostraban con rostros que le eran familiares por que habia pasado la mayor parte de su vida viéndolos, mientras que los otros apenas si recordaba haberlos vistos, dio con un ataúd que se encontraba cerrado impidiéndole ver quien se hallaba dentro del mismo, aunque, para su sorpresa, ya se lo imaginaba.
Mirò al “tio abuelo”, cuyo rostro ahora era vendado por una tristeza que no parecía tener fin, luego desvio la mirada a las otras personas y tenían el mismo gesto descolocado por la tristeza que dizque lo embargaban. El cuerpo de Neal se contrajo, preso por un extraño record ante aquellas personas que pretendían, con su presencia ante su sueño, hacerle ver su dolor a una persona que ya no estaría mas entre los vivos.
“¡Malditos hipócritas!” dijo por lo alto, al parecer su voz no tuvo cabida o no fueron escuchados, o a lo mejor en aquel sueño èl fungía como una especie de fantasma, una personificación inexistente ante esas personas que si asistieron a darle el ultimo a dios a su amada, carismática y berrinchuda Candy, dándole una especie de muestra con esto como debió de ser aquel dia para las personas que decían amarla. No le sorprendía en absoluto.
Apretando sus puños, se volvió hacia el ataúd que, para su sorpresa, encontró abierto y vacio; eso lo hizo acercarse hacia el mismo y colocar las manos en el acolchado espacio que se sentía tibio, como si apenas segundos habia estado alguien dentro del mismo. Se volvió hacia donde debían de estar las personas que tanto odiaba y tan poco los encontró, se volvió al ataúd y este tampoco se hallaba, volvió su vista hacia el lugar contrario y se encontró en el mismo lugar vacio y sin vida, esta vez, sin las mesas y los muñecos vivientes mientras era invadido por una densa niebla.
Rodò los ojos con exasperación, era el sueño mas extraños que habia tenido jamás, y ya quería que se terminase por que no tenia ni el menor de los sentido.
-¿Neal?-escuchò que lo llamaba una familiar voz la cual provenía de aquella persona que se hacia espacio por la niebla.
-¿Candy, eres tù?-acortando la distancia entre ellos, el moreno bajò los tres escalones con prisa-¿Eres tù, Candy, la que visitas mi sueño?-con una radiante sonrisa y ojos brillante de una extraña emoción que lo embargaba, agarró las pequeñas y gorditas manos de la rubia.
La vio asentir y con gesto que se entremezclaba con la felicidad y la sorpresa.
-Siento no haber ido a darte el ultimo a dios como estas personas que…No importa-negò con lacabeza-, a decir verdad no iba a ser bien recibido de todas maneras, pero es que…es que…-no encontraba las palabras para expresar su dolor y maldijo al sentir la humedad en sus mejillas. Sintió los dedos calidos de la chica sobre sus labios, y dedicándole una sonrisa que no mostraba ni burla ni sarcasmo.
-No te preocupes, Neal, entiendo-fueron las palabras de la rubia.
-Candy…-su gesto de felicidad se fueron desvaneciendo al recordarse de que todo era un sueño, maldito sueño que parecía ser real.
-No es un sueño, Neal-la escuchò decir-.Todo esto es real.
Sus miradas se quedaron fijas por un momento, como estudiando los gestos de cada quien: uno demostraba ingenuidad, extrañeza y desconcierto; el otro solo demostraba una picardia que siempre lo ha caracterizado.
-Lo es
-No es asi-fueron las firmes palabras de la rubia quien le dio un puntapié a las rodillas del moreno, y con un guiño y mostrándole media lengua, se mofaba de èl-¿Ves que no lo es?-mirando como el joven se frotaba la zona adolorida.
-Pero tu estas…
-Muerta-terminó la palabra y, a continuación, colocó sus manos detrás de su cabeza y comezò a caminar alrededor de Neal-Lo estoy ¿He dicho que no?
Èl negó ingenuamente con su cabeza, acto seguido dijo:
-¿Pero como…? ¿Dónde estoy?-quedándose fijo en el lugar mientras que la rubia lo rodeaba.
-Te he traido por que me has llamado…estas en una especie de limbo, Neal-fue su respuesta al tiempo que se ponía frente del moreno y colocaba sus manos sobre el hombro de èl-.Es complicado explicarte las verdaderas razones que me llevaron a responder tu llamado.
-Estoy en un sueño-aun convencido mas en su teoría ya que la verdadera Candy, si en verdad podía aparecérsele asi por que si, nunca de los jamases, recurriría a èl, sino a sus amigos-¡Ni que limbo ni que nada, maldita sea!-haciéndola sobresaltar y quitándole las manos de encima de sus hombros, le dio la espalda para luego volverse-No lo es.
-En vista de que no me quieres creer, tendrè que explicarte, aunque no aseguro de que las vayas a creer ya que para mi sigue siendo inentendible-haciendo un ademan que por arte de magia hizo aparecer una mesa con sus respectivos asientos que provocò que el moreno se fijara mas en sus ideas, aunque se dejó guiar hasta su asiento-Ya se lo que piensas, Neal-una media sonrisa-En mi seguía las dudas hasta que…bueno no importa-con gesto de sus manos que parecían quitar algo del aire.
Neal miraba a cada gesto que hacia la personificación que imitaba a la perfección a la joven que tanto amaba a pesar de los tiempos; admiraba como su subconsciente tenia gravado a la alocada y rebelde joven que se habia atrevido a no aceptar el amor y la protección que èl le habia ofrecido, pisoteando de esa manera su orgullo y amor propio.
A pesar de todo eso y de los años que habian transcurrido después de aquellas amargas escenas que habían tenido cabida en su vida, no la odiaba, al contrario, todo su odio se desviaba a las personas que habian osado en desmantelar su perfecto plan; a ella ya la habia tenido segura, pero tuvo que aparecerse aquel joven que se habia presentado como el tio a abuelo William y, mas detrás, aquellas bolas de insensatos que dejaron al descubierto lo que se habría convertido en un hermoso futuro, ya que estaba mas que seguro que, con el tiempo, Candice lo habría amado.
-¿Por dónde empiezo?-dijo ella, en una auto-pregunta que se hizo asi misma en voz alta, poniendo un dedo en su boca y sacándolo a él de los recuerdos-Hoy se cumple una semana de mi muerte-empezó y el moreno la miraba expectante-, asi es, llevo la cuenta de mi ausencia en el mundo terrenal-desvió la mirada hasta el lugar vacio, como si allí se hallara una ventana que le mostraba el exterior-.Al principio, como es normal, al hallarme en este lugar y que una voz proveniente de ninguna parte me dijera que ya estaba muerta, me negué en aceptarlo-como negando a la vista del joven que se encontraba con ella, ver las lagrimas inexistente, bajó la cabeza colocando sus manos sobre su boca-. Ya no podré sentir las lagrimas, no podré jugar con mis niños del hogar ni con el ángel que tenia aquí-colocando ambas manos sobre su vientre-por tanto tiempo.
>>Para ellos solo serè un recuerdo, al menos para estos primeros, ya que mi angelito solo se conformará en escuchar los recuerdos que las personas a su alrededor guardan tan tercamente en sus memorias-volvió a mirar al moreno, quien con gestos que denotaban desconcierto, la miraba. Eso la hizo reír-¿Qué tienes tú que ver en todo esto?-lo vio asentir-.A nosotros, las almas en pena( yate habia dicho que estas en una especie de limbo), se nos permite ver una extraña luz que fungen como sentimientos: entre más brillante es esta, quiere decir que más intenso es el amor de esa persona hacía nosotros-una vez más agacho la mirada.
-No comprendo-dijo el moreno-¿Quieres decir que…?
-Si-se obligó a mirarlo-por extraño que parezca, eres la persona que mas amor ha sentido hacia mi-un extraño sentimiento de satisfacción invadió al moreno-.Fui atraída por ese maravilloso resplandor, cual luciérnaga, y fui a su búsqueda, luego vi que eras tú, llamándome, recordándome, que ya, cuando me había hecho presente, era demasiado tarde, e hice que todo pareciera ser el escenario de un sueño, y luego…Ya ves, no pude-se mordió el labio inferior.
>>¡oh, Neal, no sabia que lo que decias sentir por mi era verdadero y, menos que menos, era tan fuerte-las manos de ella se hicieron espacio por las tazas y la teteras que se encontraban sobre la mesa, para a continuación, encontrarse con las manos morenas de Neal-siempre crei que lo que decías sentir era un capricho, que tu hermana te había convencido para…para…bueno, tú sabes-Neal sentía las manos suaves y cálidas de la joven acariciar las suyas, una extraña calidez, nunca antes sentida, no que recordase, lo embargó por completo.
No, esa no era Candices, ella nunca le demostraría tal afecto, en dado caso que sí fuera ella, algo quería de èl, y por eso se aventuró a preguntar, desembarazándose del agarre:
-¿Qué quieres de mi?-la pregunta hizo que los ojos de la rubia se abrieran y pestañaran repetidas veces.
-Yò no…
-¿Qué quieres de mi, Candy?-volvió a formular la pregunta, esta vez, con gesto severo
La joven se puso en pie con tal desconcierto que hizo que el moreno la imitase.
Las miradas de ambos, una vez mas, se sostenían, prolongando con esto el silencio.
-Quiero que descubras a mi asesino-fue la rotunda y fría respuesta que la joven le dio a Neal, quien con gesto asombrado, tomó asiento-Es por eso que me hallo en esta especie de…-mirando su alrededor, sin siquiera mover ni un musculo de su espectral cuerpo, tan solo las pupilas-lugar.
-No comprendo, ¿Quién querría asesinarte?-uniendo sus cejas hasta volverlas una y un tanto incrédulo
-No lo sé, tú dime -la escuchó decir, cosa que lo confundió aun mas, solo tenia entendido que Candice habia muerto, dicha noticia fue dada por su padre muchos días después de la muerte de la rubia, eso le molestó y no dejó que su padre continuara hablando para retirarse del lugar y ahogar todo esos sentimientos negativos que lo envolvía.
“No lo sé, tú dime”, la escuchó musitar nuevamente para, a continuación, ver como ella se daba la vuelta, dándole la espalda como otras tantas veces; la rubia se levantaba, con sus manos, la enmarañada melena, y allí, en aquella zona trasera, se mostraba una abertura muy profunda, dicha herida parecía que la habian hecho con profundo resentimiento y que el asesino disfruto en hacerlo; al instante pudo dar con las manchas de un liquido de color carmesí que tenia impregnado en su inmaculado traje de enfermera.
“Ayúdame, Neal” la escuchaba decir, pero él estaba en su propio mundo donde solo cavia la ira sobre aquella persona que habia osado en lastimar de esa manera a aquella joven. Una vez más sintió la humedad sobre su rostro y también en su espalda, como si fuera que estuviera acostado sobre un charco de agua. A continuación, se vio fuera del lugar donde estaba encerrado con Candy a penas segundo, dicho lugar húmedo y mugriento, llenos de latas de basuras rebosantes donde las ratas se daban un festín con las abundaste comidas desperdiciadas.
Eso lo frustró, e hizo que reaccionara con un gritó que se asemejaba a los aullido de un lobo hambriento; comenzó a tocar las mugrientas y húmedas paredes, hasta que un nombre llegó a su mente “Eliza”, si, fue ella quien cegó la vida de su amada ¿Quién mas podría ser sino ella? Solo ella tendría esos negativos sentimientos para con Candy, su candy…
Su cuerpo se hallaba nuevamente tendido sobre un fango de agua mugrienta, se habia dejado caer al imaginar como su hermana se divertía al hacerle tal daño a esa joven sin tomar los sentimientos de él en cuenta. Al recorrer el lugar con la mirada, sus ojos dio con un pedazo de vidrio que estaba a centímetro de su cabeza. Volvió la misma para hallarse con el reluciente objeto y lo tomo, observándolo detenidamente con gesto inexpresivo.
Vio las heridas que tenia en sus nudillos las cuales le hacían ver que todo lo que había visto no era un sueño, que todo fue real, que su hermana habia matado aquella joven y lo pagaría muy caro.
Las castañas y mojadas melenas se adhería a su frete a pesar de que el viento frió y agresivo, trataba inútilmente de sacudirlo; si tenia una sustancia pegajosa o mugrienta en alguna zona de su cuerpo o traje caro, en esos momentos a èl no le importaba, solo quería hacer justicia con su propias mano, hacer pagar primero a su hermana, aquella puta que no pensó en èl antes de cometer tal barbarie, y luego iría por todos aquellos que le habian negado la protección y el amor que solo èl habría podido darle a Candice.
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PRÓXIMO CAPITULO LO ENTRGARÈ ESTA MISMA SEMANA,Y EL ULTIMO LA PRÓXIMA,PARA FINALIZAR ASI MI PARTICIPACIÓN ESTA HERMOSA ACTIVIDAD