TU RECUERDO
Los personajes son creados por la escritora Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, seudónimo de Yumiko Fijii, publicado en Japón por Kōdansha Ltd. desde 1975 a 1979.
INSPIRADA EN LA CANCIÓN DÍAS DE OTOÑO
INTERPRETE: JOSÉ LUIS PERALES
AMÉRICA
William Albert Andrew bajaba de un barco en New York, con el corazón lleno de ilusiones, después de un año en Brasil por fin regresaba con la certeza de que el corazón de su pequeña había sanado y el tenía una oportunidad, cada carta recibida le decía entre líneas que ella también le extrañaba, que su corazón añoraba tanto como el de él mismo reencontrarse, aquellas palabras que había leído en una de sus cartas le había dado el valor para luchar por ella, "les agradezco a mis padres el haberme abandono, pues por ello te pude conocer a ti", aquellas simples palabras escritas lo alentaron a trabajar con más ahínco para poder regresar, pero todo se había complicado y los negocios simplemente no le habían permitido regresar.
-Por fin llegamos George, Albert respiraba profundamente, queriendo controlar todas las emociones que le embargaban.
-Si William este año parecía no terminar, contestó el hombre colocando una mano en la espalda que consideraba un hijo.
-Quiero partir hoy mismo hacia Chicago, George realmente se sentía agotado por el viaje, en el trayecto se había sentido algo enfermo y no le dijo nada para no alarmar a el joven Patriarca.
-William deberíamos revisar como están las cosas acá antes de irnos, es un año sin supervisar los movimientos del banco, no es que desconfíe del Gerente, pero siempre es bueno estar al tanto de todo, George trataba de ganar tiempo para recuperar fuerzas y sentirse mejor y además quería ahorrarle un viaje de regreso a New York al joven.
-Tienes razón George, es que ya muero por ver a Candy.
-Lo se, lo se, pero trata de pensar con cabeza fría si supervisas las operaciones Bancarias y las oficinas del consorcio te ahorras unos días y puedes pasarlos junto a la señorita Candy sin que la señora Elroy se entere.
Después de pensarlo unos minutos, suspiró tan fuente que provocó la risa de su fiel amigo.
-Tienes razón, no pude regresar tres meses antes pero si unos días y si hago todas las cosas rápido podría quedarme con mi pequeña y descansar antes de presentarme en Lakewood.
-Sería bueno que descansarás un poco hijo. Decía George de manera paterna.
-Tu también mereces un buen descanso George, deberíamos tomarnos dos semanas y quedamos con Candy, El buen hombre solo pudo sonreír, quería mucho a ese par y haría lo posible por ayudarlos para que fueran felices.
Los siguientes cuatro días fueron intensos, salían al amanecer y llegaban pasada la media noche, afortunadamente habían elegido bien a las personas que habían quedado a cargo de cada departamento en el consorcio, y también en el banco, el tren de trabajo auto impuesto le estaba jugando en contra a George que en esos días logró disimular el malestar que tenía.
El quinto día de haber arribado al país emprendía el viaje a Chicago despuntando el alba, Albert estaba emocionado y George pesaroso por que realmente se sentía muy mal, de echo durante el trayecto del viaje no habló mucho ni logró ingerir alimentos, en toda su vida se había enfermado y la sensación de debilidad lo estaba abrumado.
Cuando finalmente llegaron a Chicago las fuerzas de George habían menguado considerablemente y le insistió al rubio que debían descansar, haciéndolo ver que posiblemente la rubia estaría cansada pues ya era bastante tarde, el tren había realizado varias paradas y el camino se les hizo eterno.
-Vamos William solo serán unas pocas horas de espera.
Era tanta la emoción de su muchacho que no había notado el semblante de él, cosa que le alegraba, estaba convencido que todo era debido al cansancio acumulado durante los doce meses pasados, sumado a todas las preocupaciones que había tenido el tiempo que su muchacho estuvo desaparecido.
-Tienes razón sería desconsiderado de mi parte llegar a esta hora al departamento, pero mañana bien temprano vamos a verla y la invitamos a desayunar.
-Eso sería excelente, cuando llegaron al auto ya el pobre iba mareado.
El trayecto hasta la Misiones se hizo en silencio, cada uno iba ensimismado sin poner mucha atención ni cuenta se dieron de que estaban por llegar, tan pronto bajo George se desplomó al suelo sin conocimiento, rápidamente entre los empleados y Albert lo volvieron a subir a auto y lo llevaron al hospital, para el rubio fue un golpe duro ver a su mentor en aquél estado, nunca lo había visto tan siquiera resfriado, al llegar al área de emergencia Albert se bajó a pedir una camilla.
-Traemos una emergencia por favor, decía desesperado, todas las enfermeras estaban ocupadas y no le prestaban atención, a lo lejos alguien se volteo al escuchar aquella voz tan familiar y corrió sin pensar hasta alcanzar al dueño de la misma.
-¡Albert! ¿ qué sucede? Candy se asombro de ver su cara, la angustia se reflejaba en ella.
-Es George Candy, no se que le pasa se desmayó y no reacciona, pronto necesito un médico para que lo vea, la sala de emergencia estaba abarrotada de gente y las enfermeras no se daban abasto.
-Ve por el y tráelo por favor, no tenemos camillas disponibles, mientras lo traes voy por un médico para que lo atienda, diciendo esto cada uno salió corriendo, ella por un médico y él hasta el auto.
-Doctor Dante por favor, gritaba la rubia mientras corría por un pasillo tratando de llamar la atención de uno se los médicos que acababan de entregar la guardia, Apenas escuchó la voz de la rubia este se volteó.
-Si te ven corriendo de esa manera por el pasillo te van a llamar la atención Candy, el doctor era rubio unos años mayor que Candy, quien los viera podría decir que eran hermanos o cuando menos familia.
-Doctor por favor, venga conmigo es una emergencia, la rubia lo tomaba del brazo y casi lo llevaba arrastrado.
-Espera mujer que estoy muy cansado, y al doctor que está se guardia sabes que no le gusta que se entrometan cuando él está a cargo.
-Doctor por favor, él está operando y realmente es urgente por favor, la rubia ya estaba llorando, se sentía impotente en aquella situación.
Al verla llorar el doctor accedió a ir con ella al igual que el compañero con el que iba conversando.
-Tranquila Candy por favor, decía Dante tratando de correr a su par y calmarla.
Al llegar a la sala de emergencia Albert estaba con George en brazos sin saber que hacer, hasta que vio a la rubia y camino hasta ella lo más rápido que pudo.
-Está ardiendo en fiebre Candy, no reacciona, el doctor con una seña le indicaba hacia donde debía llevarlo, en un pequeño cuatro que tenía una camilla libre lo acostaron y los médicos comenzaron ha interrogar al rubio.
-¿Se ha quedado de algún dolor? El rubio contestaba con monosílabos, y observaba atento todo lo que le estaban haciendo a su amigo.
-No.
-¿Se cortó o se golpe, sufrió alguna caída?
-No.
-Estamos llegando de viaje, él estaba bien cuando bajamos del barco, la rubia automáticamente se puso a disposición de los médicos y les ayudaba a desvestirle.
-¿Albert no comería algo que le cayó mal?
-No pequeña, no probó casi alimentos desde New York hasta acá, por unos segundos guardo silencio tratando de recordar cuando le vio comer por última vez, ¡no eso era imposible!, no podía ser que no comiera desde la noche antes de desembarca.
-¿Albert? Candy lo llamó asustada
-No le visto comer desde la noche antes desembarca Candy, dijo que estaba cansado y se retiró a dormir temprano.
-¿Estas seguro? El doctor Moisés insistía en preguntar.
-Si, estoy seguro Tenemos cinco días de haber llegado y estuvimos trabajando, él quería que pasaremos unos días contigo Candy, la voz de Albert se fue apagando poco a poco pues temía lo peor.
George débilmente abría los ojos, lo primero que vio fue a la rubia, con su carita bañada en lágrimas.
-Candy hija, tenía tantas ganas de verte, la muchacha no aguanto más y comenzó a llorar copiosamente.
-¿George? Fue lo único que atinó a decir el rubio, Albert trato de sonreír.
-Mi muchacho, cuida a mi niña sean felices y luchen juntos, tienen que prometerlo, Albert asintió con la cabeza y Candy también. Los ojos de George lentamente se fueron cerrando y se fue perdiendo en la oscuridad.
Continuará............