MI QUERIDO GEORGE
Los personajes son creados por la escritora Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, seudónimo de Yumiko Fijii, publicado en Japón por Kōdansha Ltd. desde 1975 a 1979
Los Doctores luego de una revisión exhaustiva, encontraron que el paciente tenía el abdomen inflamado del lado derecho por lo que presumían que podría ser una apendicitis y por lo inflamado de su vientre, seguramente ya se había complicado, de inmediato lo prepararon y lo subieron al quirófano, la rubia estaba preparándose para asistir como instrumentista cuando una de sus compañeras la detuvo.
- Lo siento pero no puedes entrar Candy, no es prudente que siendo tu padre partícipes en la operación.
-Pero yo....... la rubia no tuvo tiempo de contesta porque el Doctor Dante llamo a la otra chica.
-Lisbeth date prisa por favor, la chica salió casi corriendo ante el llamado del galeno.
Las horas pasaron lentamente y la tensión y el temor cada minuto crecía, no tenían noticias, nadie se asomaba, Candy como enfermera sabía que eso no era nada bueno, una operación de ese tipo no duraba más de una hora, Albert estaba pálido y tenía una expresión sombría en su cara.
-Todo tiene que salir bien, no me hagas esto George, tu no por favor Dios, que todo salga bien, una y otra vez el rubio repetía aquello como si de una oración se tratara.
- Albert tranquilo, él no nos dejaría solos, la rubia se sentó a su lado y se apoyo en él, buscando su abrazo y su calor.
Sin pensarlo el rubio la envolvió en sus brazos con fuerza y dejó caer sus lágrimas, desde la puerta del pabellón los dos Doctores y una enfermera veían aquella escena.
-Sabes que es el único padre que he conocido ¿como ni me di cuenta? ¿por qué no me dijo nada?
-Ya sabes como es, nunca quiere dar molestias, Albert no es tu culpa, demos gracias a Dios que fue ahora y no en alta mar, sino no habrías podido hacer nada.
-Debí cuidarlo ¿Crees que podría perdonarme si le pasa algo?
-Albert no digas eso, de ser tu el que se encontrara enfermo, él diría exactamente lo mismo ¿Sabes que usted son mi familia verdad? Preguntó la rubia haciendo que él levantará la mirada.
-¿Candy? Ella le regaló un gran sonrisa, y ya no dijo nada porque vieron a los médicos aproximarse.
-Candy tu padre está en recuperación, unas horas más y no la cuenta, decía el doctor Moisés.
-¿Todo está bien entonces? Se apresuró a preguntar Albert.
- No les voy a mentir, su estado es crítico, el doctor los veía a ambos abrazarse con fuerza.
-Ya tenía peritonitis Candy, las próximas horas serán críticas, el costo de todo esto será muy elevado, los antibióticos también son costosos, Dante detallaba la ropa de Albert asumiendo que tenían recursos, al ver a Candy también la detalló, ella no parecía una chica de alta sociedad consentida, a pesar del poco tiempo de conocerla le apreciaba, aunque se sentía muy a gusto con ella, siempre trataba se mantenerse a cierta distancia, no quería termina enamorado cuando su propósito era otro, ya tendría tiempo para enamorarse cuando aquel asunta se resolviera.
-No se preocupe, enseguida resolvemos eso, contestó la rubia al ver que Albert no respondía y estaba estático viendo al doctor.
-Por supuesto, no es ningún problema ¿lo podemos ver? dijo finalmente el rubio.
-No, por ahora, Candy tu como enfermera sabes que hasta que no lo lleven a su habitación, no pueden verlo.
-Deberías ir a descansar, seguramente mañana estará mejor, decía el Doctor Moisés dando unas palmadas a la rubia en la espalda, -Tu padre estará bien, mañana personalmente podrás tramitar una licencia para que puedas cuidarlo, ahora deberíamos retirarnos Dante, esto fue difícil, el médico sonreía.
-Albert manda al chófer a que los lleve ellos viven al otro lado se la cuidad. El rubio sintió y se acercó para ofrecerles transporte.
-Disculpen ¿Nos permitirían llevarlos por favor?
-No se preocupe lleve a Candy a descansar, prácticamente está doblando el turno, no se moleste por nosotros, Dante veía a la rubia a la distancia.
-No es molestia, no sabe lo agradecidos que estamos por la ayuda y lo que hicieron por George.
-Solo fue nuestro deber, no se preocupe, Candy se acercaba con sus cosas en las manos.
-Necesito ir por algunas cosas para George y luego al departamento Albert ¿Nos vamos?
-En cuanto los caballeros lo dispongan princesa, dijo el tomándola de la mano.
-No queremos molestar, insistió Dante.
-No es molestia nos queda se camino a la casa, por favor dijo la rubia a los que ambos médicos accedan. Cuando salieron y estuvieron frente al auto Moisés quedó maravillado era un reluciente auto de lujo último modelo.
El chófer se bajaba rápidamente por abrir la puerta, al ver a Candy le sonrió.
-Señorita que gusto verla.
-Jack que bueno verte, contestó ella como siempre.
-¿El señor Johnson como se encuentra? Preguntó con preocupación.
-Está en recuperación, por favor vamos a la casa y luego llevas a los caballeros a donde ellos te indiquen.
-Si Señor William. ¿Luego regresamos?
-No, Jack tranquilo, mañana vamos a necesitar estar descansamos, tu también debes descansar, a lo que el asintió con un movimiento de cabeza.
El auto era, amplio y cómodo Dante se sentó atrás con los rubios y Moisés adelante de copiloto.
-¿Por qué no me avisaste cuando llegaron? preguntó de repente Candy.
-George quería darte la sorpresa pequeña y yo también, inicialmente quería venir enseguida pero ya lo conoces, dijo que si hacíamos una supervisión en New York en estos cuatro días, tendríamos dos semanas para estar contigo.
-¿Y te convenció solo con decir eso? La rubia reía por lo bajito y Dante volteaba a verla.
-Candy no imaginas las maromas que hicimos para ahorrarnos unos días y llegar antes.
Casi veinte minutos después, era abierta la enorme reja de la mansión Andrew, los dos Doctores quedaron boquiabierto, siempre que pasaban en coche rumbo a su casa quedaban asombrados por la majestuosa construcción y los bellos jardines, al aparcar el auto frente a la entrada los rubio les volvieron a dar las gracias a los dos jóvenes y se despidieron, Moisés en ese momento aprovechó para cambiarse al asiento trasero.
-¿Ves? Un motivo menos para no acercarte a Candy, tu padre no dirá nada.
-Sabes que eso no me importa, eso de las clases sociales es una estupidez, estoy acá por otra cosa, necesito encontrar a mi hermanos para poder regresar con mi abuelo lo antes posible.
-Dante, si en tanto tiempo, tu tío no los encontró ¿Quien dice qué aún estan acá por ella? ¿Quién en su sano juicio, después de todo aquello querría ser encontrado? Dante apretaba los puños con fuerza.
-Esto lo provocó la ambición y el dinero, por eso odio todo ese mundo, tanto lujo y tanto derroche mientras muchos está pasando trabajo.
-Eso es algo que tu no puedes cambiar Dante, no te ciegues, no cometas los mismos errores de ellos.
-Lo sé, lo sé Moisés, estoy consciente de ello, contestó Dante.
En la mansión los empleados se encargaban de preparar una cena ligera para los señores de la casa, Albert veía embelesado a la rubia, el último año parecía haber crecido, su facciones se había afinado y se veía mucho más hermosa.
-¿Candy por qué sabes que los Doctores viven por acá? El rubio estaba un poco molesto y quería que le contara sobre aquellos dos hombres.
-¿Recuerdas a Julia?
-No, contestó él después de hacer un esfuerzo por recordar.
-Bueno era de unas de las enfermeras que me ayudó cuando me despidieron, en fin ella estaba cuidando al tío del Doctor que estaba enfermo un día no pudo ir y me pidió que por favor la cubriera y cuando llegue, el señor ya se había ido.
-¿Y? La instaba el rubio a continuar
-No se Albert, ya no pregunte, el hombre simplemente se marcho. Ya la cena estaba servida y la rubia centro su atención en la comida, ambos hicieron en silencio y al terminar fueron a sentarse a la sala de té.
-¿Crees que ya despertó Candy?
-No creo, la operación duro mucho tiempo seguro le suministraron medicamentos para el dolor y para dormir, por eso nos mandaron a descansar.
-¿La tía Elroy sabe que llegaron? Candy pregunto un tanto temerosa, no quería tener una confrontación con ella de nuevo.
-No, piensa que llegamos en dos semanas, se supone que ese tiempo lo pasaríamos juntos, ahora contestó todo se complica.
-George necesita reposo y cierta atención mientras está convaleciente, yo puedo ser su enfermera, una amplia sonrisa se dibujo en los labios del rubio.
continuará................................
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Última edición por Carolina macias el Sáb Abr 08, 2017 7:48 pm, editado 1 vez