Secreto Andrew vio su oportunidad la siguiente noche, después del usual baile y vino que acompañaban los banquetes en el gran castillo. “Pequeña… esta noche definitivamente tengo que hacer todos mis planes,” dijo el rubio mientras ella le llevaba a un enorme diván de terciopelo, tumbándolo con su cuerpo. “Ustedes han logrado que mi retraso se alargue un día más.”
“Pero muestra compañía vale la pena, ¿no?” respondió ella, acariciando el mentón varonil con la punta de su nariz. “Esta noche es mi turno para contarte una historia… y espero que la escuches y sea de tu agrado.”
Albert sonrió, y con un suspiro, rodeo a la chica con sus brazos. “Está bien… comienza.”
Sonriendo satisfecha, Secreto Andrew se mojó los labios con su lengua antes de comenzar a hablar…
Acordándome de Ti – Por Secreto Andrew
La grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta. El hombre es un tránsito y un ocaso, por eso es posible amarlo.
Aasí habla Zaratustra, de Friedrich Nietzsche.
Estoy sentado en el gran sillón frente a mi escritorio y siento una gran pesadez.
Extraño mucho a mi querida princesa, así que extiendo mi mano sobre mi maletín y tomo un sobre fuera de este. Respirando profundamente comienzo a leer...
A mi querido Albert,
Ha sido divino y maravilloso poder descubrir tu ultima identidad, aun no puedo creer que tú eres "mi añorado Príncipe de la Colina". Me pregunto ¿acaso habrá algo más que me has ocultado? Espero tus dejes de ser una caja de sorpresas, la caja de Pandora, pero por favor nunca dejes de sorprenderme...
Tomando una pluma, mis manos, como por arte de magia, escriben una respuesta.
Hoy en un momento de reflexión he tomado un de tus hermosas cartas, mi dulce pequeña. Me sentí un poco nostálgico, tu bien sabes que para mí estar lejos de ti es muy difícil de sobrellevar.
Anhelo tanto, pequeña. mí poder llegar mi hogar.., nuestro hogar. Anhelo ese pequeño universo que se crea cuando te tengo en mis brazos; allí es donde se encuentra resguardado mi mayor tesoro, mi amor por ti, en el cofrecito más valioso del mundo llamado corazón.
¡Oh pequeña, mi hermosa! Eres mi dulce ángel. No sabes cuánto bien me hace saber que tu felicidad radica aquí, junto a mi corazón. Te has convertido en el motor que mueve mis días. No sabes cómo me emociona el saber que ya son menos los días que he de estar lejos de ti.
Amor mío.
Me pongo a pensar en el placer que evoca estar a tu lado, tanto de día como de noche, y el privilegio de poderte amar con entrega total e infinita ternura. Tu dulce pasión y locura añadiendo un poco de discreta lujuria a mis pensamientos.
He descubierto que te amo un poco más cada día, por cómo has hecho de tu virtud tu inclinación y tu destino. Te amo por tu amor a la vida, porque por amor la vives y dejas vivir.
Hermoso es el amor que me une a ti, mi risueña y encantador pequeña princesa.
Te he de confesar que de ti me vuelvo a enamorar un poco más, tal como un loco. Eres una mujer gentil y amorosa, a tu lado mi mundo se vuelve sencillo y fácil de sobrellevar.
Mi pequeña, siempre estoy pensando en ti,
Siempre tuyo.
Albert.