Adivinen... Siiiiiiiii ya les traigo el cuarto capítulo de Señorita "Ricitos de Oro" Espero que les guste, y si quieren epílogo... Lo pensaré
Un abrazo a todas y a leer...
SEÑORITA “RICITOS DE ORO”
Por Nerckka Andrew
CAPÍTULO 4
Tanto Albert como la señora Elroy quedaron en Shock ante esta revelación, la señora Elroy reconoció a la joven por el gran parecido con su difunta madre, la familia White era una de las tantas familias inglesas con las que tenían negocios en común, pero de ahí a que la señorita White fuera sobrina de su asistente… debería de haber un error, ¡ya se enteraría! Por ahora lo que más le interesaba era saber por qué su sobrino ocultaba su relación de esta manera con la señorita White.
- Tío George, te aseguro que quería buscarte, Edward me dio tu dirección pero con la salida rápida de Nueva York la olvidé pero tenía que volver por mis cosas y te buscaría tarde o temprano.
- Señorita Candy no se preocupe por eso, deje de llamarme tío ¿Qué dirán el señor Andrew y la señora Elroy, van a creer que soy familia suya?
- Es la costumbre mi querido George. Lamento que nos hayan encontrado en esta situación pero no tuvimos otra alternativa.
- Tía, George, será mejor que entren, iré a cambiarme.
- ¿Quiere un té señora Elroy, tío George?
- Gracias Candice.
- Yo lo preparo señorita, creo que también se debe arreglar, no creo que Edward apruebe verla así.
- Jajajajaja gracias mi querido tío George, afortunadamente te tengo a ti para persuadir a Edward. En seguida vuelvo, si me disculpa señora.
La señora Elroy observa atenta cuanto ocurría en ese departamento, para su alegría William se fue al otro departamento cerrando la puerta de acceso, lo hizo por costumbre además la puerta no estaba totalmente abierta, así que se dio cuenta que estaban viviendo cada uno por separado…
Albert no tardó en llegar, no sabía como comenzar el tema, tenía mucho que hablar con su tía, no es que debiera de dar explicaciones a su edad, pero estaba un poco avergonzado por haberla engañado así, pero no arrepentido. Estos días en junto a Candy fueron maravillosos y compartir con sus sobrinos fue una experiencia muy positiva para él.
- Te has divertido estos día William… y tu hermana es una ladina, mira que engañarme de esa manera, bien podías haberte quedado en Escocia si lo que querías era descansar.
- ¿Descansar con tantas reuniones? Ningún día libre, todo los días un acto de caridad en el cual debíamos de asistir ¡Tía se muy bien tus intenciones! ¡Y no iba a caer en ellas!
- No te hacían falta por lo que pude ver…
- Bueno eso… no es lo que piensan, es algo… que…
- William hijo, no necesito explicaciones para lo que vi.
- Señora Elroy, creo que necesita muchas explicaciones. Entre ellas que hago yo aquí. Cuando vine no sabía que vendría Albert, quiero decir que Stear y Archie me invitaron a Chicago, verá yo estudiaba con los chicos en Nueva York y con sus novias que son mis amigas.
- ¿Tía viste quién estaba con nosotros?
- Vi que salía el joven Granchester… por cierto muy molesto.
- Terrence Granchester, fue novio de Candy en Nueva york, ella terminó con él y la ha estado acosando, es por eso que los chicos la trajeron aquí, sólo quería que la dejara tranquila. Y más él.
- ¿Conocen a Terry?
- Si Candice, y no sé por qué se ha comportado así contigo, me imagino que no llegaste a conocer a su familia. ¿Verdad?
- Llevábamos ocho meses, pero su familia vive en Londres. Y no los conocía, su padre según me dijo era un empresario.
- Hija, lamento tener que decirte esto, puede que el joven Granchester haya tenido buenas intenciones contigo, pero su familia lo comprometió cuando era muy pequeño, su padre es un Duque y ya sabes como se arreglan estos matrimonios, aunque hoy en día ya no es común, su familia hizo un contrato matrimonial con una familia de la nobleza holandesa de la que son muy amigos y de ese modo quisieron unir ambas familias.
- ¡Se ha burlado de mi desde que me conoció!
- Puede que quisiera rebelarse a su padre, nunca estuvo de acuerdo con ese contrato, puede que por eso dijo que tenía planes cuando te dijese quien era…
- Bueno puede que tengas razón Albert, eso ya no me importa, hace casi dos meses que cerré ese capítulo en mi vida y hoy espero que por fin Terry lo haya cerrado.
- ¿Por qué no me buscó señorita cuando tuvo problemas? Yo podría haberla ayudado inmediatamente.
- Estaba con mis amigas y los chicos, ellos me ayudaron. Sé que su trabajo es importante George, pero ya le dije que no era mi intención tenerlo al margen – Ya era tarde y tanto Albert como Candy habían olvidado su salida de esa tarde, hasta que llamaron al timbre – ¡íbamos a salir! Ya no me acordaba, voy a abrir.
- William, por mucho que quisieras ayudar a Candice alejando al joven Granchester… creo que hay algo más… - dijo con una mirada pícara a su sobrino, ella no era tonta –
- Primero tengo que hablar con ella tía.
- ¡Tíiia abuela! ¡George!
- Sí que saben guardar secretos chicos – dijo Elroy con una enorme sonrisa – ¿así que son amigos de la señorita White?
- ¿Quieren tomar algo?
- Candy es amiga de Annie desde que eran pequeñas.
- Por qué no toma asiento señorita, yo puedo preparar lo que deseen.
- Tío George puedo hacerlo, gracias.
- ¡¡¡Tío George!!! – Se escucho con asombro de la boca de los cuatro amigos de Candy, ya había olvidado aclarar ese tema –
- Creo que ya es hora de que arregle este mal entendido señorita.
- Bueno, el señor Johson es primo de Edward el asistente de mi familia, y cada vez que él iba a Londres cuando era pequeña y Edward me llamaba la atención por alguna travesura mía, pues… tío George siempre salía en mi defensa, parece como si apareciese en el momento preciso; de ahí que le empecé a decir tío por cariño, y claro siempre Edward le decía que me iba a malcriar – se va donde George y lo abraza con cariño – luego llamamos a Edward para decirle que estoy aquí, aún no sabe nada y cree que estoy en Nueva York.
- Qué suerte has tenido Candy, conmigo George nunca fue así…
- Señor William es que usted no tenía la sonrisa de la señorita y con esa cara de ángel… no podía ver a Edward decirle algo, eran cosas de niña, subirse a los árboles, adoptar a cuanto animalito encontrara a su paso… cosas así.
- Creo que es tarde para ir al cine ¿Por qué no vamos todos a comer? Nos acompaña señora Elroy, tío George.
- Si tía, Candy tiene razón además tenemos reserva en tu restaurante favorito y no creo que pase nada si llamamos para que agreguen a dos comensales más.
- Gracias, pero nosotros nos marchamos, Dorothy ya nos debe de haber organizado la cena, Candice mañana los espero a almorzar, te encargas de llevarla William. Mañana hablamos. George nos vamos. Que se diviertan chicos.
En cuanto se marchó la tía Stear y Archie se dirigieron hacia su tío.
- ¿Qué a pasado? Nosotros no le hemos dicho nada ¡Cómo se enteró que estabas aquí!
- No lo sé, no hemos hablado de ello, sino prácticamente de Terry.
- ¿De Terry?
- ¿Y eso?
- Nada de que preocuparse, nos vio a las chicas y a mi… y me siguió, pero Albert me defendió y en eso llego la señora Elroy. Terry ya no volverá, de eso estamos seguros. ¡Nos vamos!
- ¿Pero qué tiene que ver la tía con Terry?
- Eso mismo pregunto yo, Stear tienen razón.
- Es hijo de Richard Granchester.
- ¡Del duque!
- Vamos chicos, tienen a mis amigas y a mí esperando aquí para una cena no para hablar de Terry ¡Vamos!
- Si ya vamos, voy por mi chaqueta. Chicos se acabó el tema.
- Tío quiero hablar contigo un momento antes de irnos.
- Entonces me voy con las chicas, suerte Stear.
Ya durante la cena, por mucha curiosidad que tuvieron los chicos nada dijeron Candy y Albert, el encanto de ese momento en que la tía los separó aún lo tenían latente en su memoria… Albert quería estar a solas para hablar con ella, pero también quería estar solo para pensar en lo que pasó, nunca creyó que Candy pudiera besarlo, fue sólo un segundo, pero bastó eso para que él… ya no pudo detenerse, no la besó por que Terry estuviera ahí simplemente ya no pudo esperar.
Durante toda la cena estuvo distraído al igual que Candy, que cuando Albert la miraba bajaba la cabeza. Los chicos los veían raro pero se imaginaban que era por la visita inesperada de la tía abuela, aún así la velada estuvo agradable para todos.
En el preciso momento en que trajeron el postre uno de los comensales dio un pequeño grito de admiración. Era Patty, en su pastel había un pequeño soporte que portaba un precioso anillo de compromiso
- ¿Pe…pero es para mí? – Mientras sacaba el anillo del soporte de su pastel, Stear en ese momento se acercó a Patty y aclarándose la garganta nervioso le dijo, ante la mirada de sorpresa de sus dos amigas y la mirada cómplice de su tío y hermano
- ¿Patty te casarías conmigo? – Patty incapaz de contestar abrazó a Stear con lágrimas en sus ojos, así que Stear mientras le enjugaba las lágrimas le decía – eso es un sí –
- ¡Stear claro que es un sí! No ves que Patty no puede hablar de la emoción ¡Qué lindo y romántico! Vamos fuera que ellos tienen que hablar.
- ¡Candy! No se vayan, estoy bien sólo emocionada no me esperaba esto. Stear ¿Cómo te voy a decir que no? ¡¡Si, sí y mil veces sí!!
- Hoy quería darte esta sorpresa, ya que un día como hay nos conocimos… estuve a punto de posponerlo por la visita de la tía pero, el tío y Archie me apoyaron. Patty, Gracias por estos años juntos.
- ¡Oh Stear! Sabía que algo estabas tramando…
- Ahora a celebrar con Champán chicos y a esperar que la tía prepare el compromiso oficial.
- Gracias tío, Patty te pongo tu anillo ¿Te gusta?
- Es precioso, chicas miren que lindo – Sus amigas la abrazaban sin parar y no dejaban de dar la enhorabuena, suerte de que estaban en una zona privada y solos, así podían disfrutar de ese momento sin problemas.
Cuando terminaron de celebrar ya era muy tarde, así que Albert y Candy pidieron un taxi y los chicos fueron a dejar a sus novias.
- Podrías haberme dicho la sorpresa de Stear.
- No
- ¿Por qué?
- No habrías aguantado, las chicas te habrían notado algo y hubieses terminado por decirles todo.
- ¡Albert! ¿Cómo crees? – dice sin más una Candy ofendida dándole un manotazo en el brazo a su acompañante –
- Jajajaja Stear me pidió que no te dijera nada, y como era su secreto no podía hablar.
- Está bien. Mira ya llegamos.
Albert educado como siempre le abrió la puerta del taxi y le dio la mano al bajar Candy… pero ya no se la soltó hasta que llegaron a la puerta del departamento.
- Candy creo que debemos de hablar. Aunque sea tarde…
- Albert… yo…
- De no haber llegado mi tía ya lo habríamos hecho ¿No crees?
- Si tienes razón, pasa.
Albert nuevamente la tomó de la mano y la llevó hasta el sofá del salón… la miró por unos instantes pensando que iba a ser fácil decirle lo que sentía, pero ahora que la tenía tan cerca no sabía por dónde comenzar.
- Bueno… parecía más fácil pero parece que no es así… creo que es más fácil demostrarlo que decirlo en estos momentos – dijo mientras se acercaba lentamente a Candy con una radiante sonrisa en sus labios – y he lamentado mucho que mi tía nos interrumpiera por que no quería alejarme de ti en ese momento – comentaba mientras le acariciaba sus pecas y se iba acercando poco a poco a sus labios, Candy nuevamente había caído en el hechizo de sus ojos y del acento de su voz grave, recordando como se sentía segundos antes de ser interrumpidos por la tía de Albert ¡Albert nuevamente la tenía en las nubes! Y no supo en que momento cerró sus ojos y sintió los tibios labios se Albert sobre los suyos, profundizando poco a poco el beso hasta que Albert se separó de ella y besando su frente le dijo con cariño – Soy feliz de haberte conocido, y quiero que me perdones por haberle dicho a Terry que éramos novios, pero tenía pensado pedírtelo hoy antes de la cena… pero entre Terry y la visita de mi tía… lo he te tenido que aplazar hasta ahora. Señorita Ricitos de oro ¿me hará el honor mi novia?
- Albert…
En ese momento se acercó al rubio y lo abrazó, estos días habían sido inolvidables gracias a él, cada día era una experiencia nueva en la compartieron mucho, sabía que sus sentimientos iban más allá que una simple amistad y eso ya lo habían notado sus amigas… miró a Albert nuevamente a los ojos y en casi un susurro le dijo que si, no porque no quisiera gritarlo, sino por que ya la azul mirada de Albert la había atrapado, Albert la volvió a besar más feliz que nunca ¡Cuánto le debía a sus sobrinos…! Sin pensarlo nadie el inicio de su historia de amor había comenzado como un cuento y ahora se hacía realidad…
Fin.
Enlace del primer capítulo
https://www.elainecandy.com/t22206-peloton-comando-pecocitas-segundo-aporte-para-albert-mini-fic-senorita-ricitos-de-oro-capitulo-1