CRUZIFICAME.
Por: JATZIRY SARAHÍ.
Historia en universo alterno.
Siento estar sumergida hasta lo más profundo de un pozo.
El respirar es cada vez más complicado.
La burbuja de cristal que el creado para que me proteja, ya no es suficiente.
No es que me ahogue con agua, más bien son con mis propios sentimientos.
Hay ocasiones en las que quisiera romper mi barrera, esa muralla que e construido a mí alrededor, la cual me protege de todo aquello que me lastima.
No sé si te a pasado, pero por lo menos en lo personal, hay momentos en los cuales quisiera dejar de una vez todo y salir corriendo a algun lugar, parara por fin llorar, gritar, golpear y desahogar toda esta pena y frustración que traigo dentro de mi pecho, esa que poco a poco me está mata., Pero... No puedo ni debo.
Para ser sincera, no quiero hacerlo. Soy demasiado orgullosa como para mostrarme débil ante aquellos que me han lastimado con sus palabras y actos.
¡No! No voy a darles gustó... Jamás lo are.... Ni aun cuando ese orgullo... sea mi perdición.
Ya se abran dado cuenta que yo no soy como el resto de la gente.
A mí no me interesa estar bien ante los ojos de la hipocrita y estúpida sociedad.
No soy como todo el mundo, no soy como aquellos que suelen fingir sentimientos que realmente no sienten, y solo para agradarle a los demás.
Sí para poder estar bien con ellos debo de ser doble cara... Lo lamento, pero eso nunca sucedera
Parada, atravez de la venta observó cómo mis dos hijas juegan en el jardín. Se ven tan hermosas y contentas. Aún son muy pequeñas e inocentes, no saben que en este mundo hay mucha maldad.
Se corretean entre las rosas. Desde lejos, pueden oírse sus risas y gritos.
Andrea tiene 2 años 8 meses y Caroline cuenta con 1 año 5 meses.
Mirandolas desde lo lejos, viéndolas tan contentas y alegres, un sentimiento de tristeza ya muy particular me invade.
- Y pensar que tal vez... Ya no estarían con migo, ni tampoco yo existía más en este mundo- digo muy quedamente- cuanto las amo mis niñas, hoy y siempre- cierro mis ojos rápidamente para evitar que mis lágrimas escapen, sin embargo es inevitable, por mi rostro se deslizan pequeñas gotas de agua salada.
Sin poder evadirlo, un destello recorre mi mente y se filtra en el recuerdo más tormentoso que e tenido que sobrellevar.
Mi rostro se tensa y mis puños apretados están.
No logro controlar mis emociones y sin más... Comienzo a retroceder en el tiempo hasta ver lo que se suscitó hace 4 meses.
" Ese día en particular había sido muy atareado, todos estábamos apurados trabajando.
Mi suegro era dueño de una maquiladora.
Produciamos camisas de vestir.
La mayoría erán de algodón, pero también solíamos hacer de poliéster.
Cuando el reloj marco las 4 de la tarde, mi suegro bajó al área de terminado.
Él se encargaba de la ver qué las costuras fueran bien, por lo tanto llevaba el control de la producción.
En el caso de mi suegra controlaba el área de terminado.
Dónde revisaba que las camisas fueran bien para pasarlas a plancha.
Yo fungía en está, planchaba y revisaba que todo estuviera en orden.
Mi suegro le informo a su esposa que el corte debía de terminarse ese mismo día, ya que tenía que estar en Cd. México a las 10:00 a.m en punto.
Ella abrió los ojos ante la noticia, miró de lado a lado y vio que aún faltaba mucho.
Fue cuando se tomó la decisión de que tendríamos que velar para poder terminar el pedido.
Después de esa noticia todos comenzamos a trabajar mucho más rápido, la verdad es que no queríamos terminar tan de madrugada.
Eran las 9:15p.m cuando todos los planchadoras, me incluyo, terminaron toda la camisa.
Sin embargo aún faltaba mucho por realizar.
El empaque siempre es el más pesado y el que termina a lo último.
Mis hijas estaban muy inquietas ese día. La verdad me sorprendieron. Ellas no solían dar problemas a la hora de trabajar, pero ese día sí que estaban causando revuelo en mi poca paciencia.
Mi suegra vio que las niñas estaban incomodas, así que decidió llamar a su esposo para informarle ese hecho.
Cuando mi suegro llegó, vio lo que su esposa le dijo.
Me dijeron que sería mejor irnos a la casa para que así las niñas descansarán, llamaron también a la más chicas de mis cuñadas.
Ella iba en la preparatoria en el turno matutino. La hora de entrada eran las 7:30a.m. Así que por ese motivo decidieron que sería mejor que también nos acompañará para que descansará y estuviera lista para el siguiente día.
Como de costumbre, tomé mis cosas y la de mis hijas y las subí a la camioneta.
Nos acomodamos en la parte del frente. Yo quedé en medio junto con mi hija la mayor, puesto que a ella la llevaba en mis piernas. Al lado izquierdo se encontraba mi suegro y a mí derecha mi cuñada con mi hija pequeña de igual forma está también se sentó a Caroline en su regazo.
Comenzamos el viaje.
Durante el transcurso del camino, mi suegro nos contaba sobre algo extraño que le había sucedido hace dos semanas.
Nos dijo que el día que había bajado a descargar un corte que le había llegado por la noche, cuando ya venía de regreso, al lado del puente que cruza el río, vio una figura alta y negra, estaba sobré el agua y no se le veían los pies. Derrepente vio como se le empezaba a desprender la carne a esa sombra.
De eso se trató la charla que sostuvimos durante casi todo el transcurso del viaje.
Cuando llegamos a la desviación para entrar a la terraseria que conducía a nuestro hogar, guardamos silencio.
Fue muy extraño ese hecho ya que en verdad estaba muy interesante la plática.
Cuando íbamos bajando en una pequeña curva, a lo lejos se vio las luces de un auto.
No le tomamos importancia ya que era normal encontrar vehículos a esas horas de la madrugada.
Sin embargo... Algo no andaba bien.
Vimos el auto, era de color rojo.
El coche traía las luces altas, no podíamos ver bien ya que nos lastimaba la vista.
El vehículo no se quitaba de nuestro carril, de hecho más lento conducía.
Derrepente se hizo de lado indicando que nos dejaba el paso libre.
Mi suegro avanzó pero entonces... El coche se nos puso nuevamente enfrente, cerrando nos el paso.
Unos hombres vestidos de negro comenzaron a salir de las cunetas de ambos lados.
En ese momento miré el rostro de mi cuñada, en el se pintó el terror.
Con voz angustiada le habló a su padre:
-Papà... Papá- y no dijo más.
Mi suegro metió reversa, pero ya era demasiado tarde.
Ni apenas habíamos comenzado a retroceder cuando se empezaron a escuchar los disparos.
Mis hijas comenzaron a llorar y yo... Yo solo apreté más fuerte a mí hija contra mi cuerpo.
Un golpe nos empujó hacia el frente.
Yo apreté aún más a mí hija y mis ojos.
Sentí como comenzaban a caer pequeños fragmentos de cristal sobre mis pies. Le tape los ojos a mí hija, y entonces sin abrir los míos le hable a mi cuñada:
- Tapa los ojos de la niña porque están comenzando a caer vidrios.
Se siguieron escuchando los disparos por un poco más de 6 segundos.
Después de un rato cesaron los impactos.
Fue en ese momento que abrí los ojos.
Volteé a mí lado izquierdo y lo que vi me hizo volver a cerrar los ojos.
Mi suegro estaba muerto. De su cien se derramaba sangre al igual que de su pecho.
Pero aún no había acabado. Lo que sigue es algo que me atormenta, es un recuerdo que por más que intento... No lo puedo olvidar.
Vi como un hombre se acercó a la ventana de la puerta y con voz grave ordenó:
- Abre la puerta.
Mi cuñada solo se hizo de lado con mi hija y se negó a cumplir con lo ordenado.
Después de eso escucho un gran ruido.
El hombre de un tiro rompe el vidrio y abre la puerta.
Saca a mí cuñada a jalones, la tira al suelo junto con mi hija, ya que ella la llevaba.
La toma por los cabellos y la obliga a levantarse.
,_ Tu también hija de la chingada- dice el hombre y entonces saca su arma de su pantalón y comienza a dispararle.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco y seis disparos le dan en todo el cuerpo.
Ante mis ojos veo caer a mí cuñada junto con mi pequeña.
El hombre corre al coche y este comienza a moverse.
Bajo de inmediato de la camioneta y ago que también descienda mi hija Andrea.
Con miedo me acerco a la muchacha.
Veo como está comienza a levantar la cabeza y con voz débil me dice:
- Toma a tu bebé por favor- y con lágrimas agrega- trate que no le pasará nada, pero no estoy segura de nada.
Cuando escucho esas palabras, mi corazón comienza a latir rápidamente.
Con cuidado tomo a mí pequeña entre mis brazos.
Tengo miedo de que algo le haya pasado... O en el peor de los casos... Que esté muerto a causa de una de las tantas balas que recibió mi cuñada.
Veo su chamarra blanca manchada de sangre.
El sentimiento que en ese momento me embargo, es uno de los más horribles e indescriptibles que jamás había experimentado.
En ese momento que me altere y mis manos comenzaron a temblar.
Jire lentamente a mi hija y lo que vi me regreso un poco de aire a mis pulmones, pero cuando comenzé a revisarla y vi que estaba herida por tres impactos de bala... Mi mundo se derrumbó.
El sentimiento de creer que puedes perder a uno de tus hijos,es uno de los que no le deseo ni a mí peor enemigo."
Una ráfaga de aire frío me vuelve de nuevo a mí presente.
Pero sin poder evitarlo mi mente me trasporte a otro recuerdo, ese que tanto me lastima y me mata poco a poco.
" Habían pasado solo un par de semanas desde aquel trágico incidente.
Sentados estaban todos los familiares de mi esposo en el comedor.
Derrepente se escuchó la temblorosa voz de mi suegra.
- De seguro tú tienes algo que ver con lo que le sucedió a mi esposo, es muy raro que a ti no te haya pasado nada. Tal vez y hasta fuiste tú la que lo mando a matar-decia enérgicamente la señora- Pero que más podría esperar de ti, si eres una pobretona. La ambición te gano y desidiste matar a tu suegro para tener más dinero ¿Verdad?
Yo no decía nada, solo clave la mirada en mi plato de sopa.
-¿Como es que dice semejante tontería?-me dije a mi misma.
Al ver que no obtenía respuesta de mi parte, comenzó nuevamente a Desirée más cosas sin sentido.
-Eres una maldita desquiciada e interesada. Como fuiste capaz de hacer algo tan bajo y vil. Eres una desgraciada...
-¡Basta madre!- dice mi esposo muy enérgicamente y golpeando el comedor- no te permito que continúes insultando a mí esposa.
- Pero ... Es que acaso no te das cuenta hijo. Ella es la culpable de nuestra desgracia. ¡ Como puedes defenderla!
-Estas muy mal madre- dice y poniéndose de pie extiende su brazo derecho y le dice- hazme el favor de salir.
Mi suegra coge sus pertenencias y por último me dice.
- Te aseguro que pagaras por todo el daño que estás causando- dice por último y sale del cuarto hecha una furia.
Después de ese hecho, también mis cuñadas comenzaron a recriminarme. Me cruzificaron por ese evento.
- ¿Es que acaso creen que soy tan mala para poner en riesgo la vida de mis propias hijas solo por dinero?- me digo a mi misma- Ustedes no saben lo que yo e sufrido. Todos solo me juzgan por los acontecimientos. Pero ninguno me preguntó cómo sentía yo.
Ellos nunca comprenderán lo que yo realizó. Solo me jusgan y CRUZIFICA!por cosas que Ni al caso"
Unas manos grandes tocan mis hombros y eso me saca de mis pensamientos de sopetón.
Están comienzan a subir y a bajar ligermenrt y sin querer, aprieto mis ojos con fuerza.
-¿Estas bien amor?- me pregunta una voz tierna y varonil. Es mi esposo.
Reuniendo todo mi coraje y auto dominio dibujo una sonrisa que e estado mostrando desde hace 3 meses. Me juro y lo encaró.
-Claro Amor... Por qué no lo estaría.
Veo como el levanta una ceja y me mira inquisitiva mente.
Comienzo a caminar, no quiero que el descubra mi sentir. Cuando estoy a tres metros de distancia me llama:
-Candy...
No dejo terminar su oración y le digo:
-Vamos a ver a las niñas, ¿Quieres venir con migo Terry?
-Claro que si cariño... Contigo hasta el fin del mundo.
Me alcanza y me toma del brazo, me acerca a él y me da un beso.
Seguimos caminando en dirección al jardín mientras lucho porque mis sentimientos no me traicionen.
-Hay ocasiones en las que siento estar a la orilla de un acantilado- me digo en la mente- y siento que poco a poco todo esto que me calló se acumula y me empuja lentamente a lanzarme al vacío, y lo peor es que no se quiero esperar a que ellos agan ese trabajo... O por mi propia voluntad... Lanzarme de una ve al fondo del abismo... Para ya no sentir más dolor...
HAY PALABRAS QUE TE LASTIMAN, PERO HIEREN MÁS AQUELLAS QUE TE CALLAS...
FIN
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Por: JATZIRY SARAHÍ.
Historia en universo alterno.
Siento estar sumergida hasta lo más profundo de un pozo.
El respirar es cada vez más complicado.
La burbuja de cristal que el creado para que me proteja, ya no es suficiente.
No es que me ahogue con agua, más bien son con mis propios sentimientos.
Hay ocasiones en las que quisiera romper mi barrera, esa muralla que e construido a mí alrededor, la cual me protege de todo aquello que me lastima.
No sé si te a pasado, pero por lo menos en lo personal, hay momentos en los cuales quisiera dejar de una vez todo y salir corriendo a algun lugar, parara por fin llorar, gritar, golpear y desahogar toda esta pena y frustración que traigo dentro de mi pecho, esa que poco a poco me está mata., Pero... No puedo ni debo.
Para ser sincera, no quiero hacerlo. Soy demasiado orgullosa como para mostrarme débil ante aquellos que me han lastimado con sus palabras y actos.
¡No! No voy a darles gustó... Jamás lo are.... Ni aun cuando ese orgullo... sea mi perdición.
Ya se abran dado cuenta que yo no soy como el resto de la gente.
A mí no me interesa estar bien ante los ojos de la hipocrita y estúpida sociedad.
No soy como todo el mundo, no soy como aquellos que suelen fingir sentimientos que realmente no sienten, y solo para agradarle a los demás.
Sí para poder estar bien con ellos debo de ser doble cara... Lo lamento, pero eso nunca sucedera
Parada, atravez de la venta observó cómo mis dos hijas juegan en el jardín. Se ven tan hermosas y contentas. Aún son muy pequeñas e inocentes, no saben que en este mundo hay mucha maldad.
Se corretean entre las rosas. Desde lejos, pueden oírse sus risas y gritos.
Andrea tiene 2 años 8 meses y Caroline cuenta con 1 año 5 meses.
Mirandolas desde lo lejos, viéndolas tan contentas y alegres, un sentimiento de tristeza ya muy particular me invade.
- Y pensar que tal vez... Ya no estarían con migo, ni tampoco yo existía más en este mundo- digo muy quedamente- cuanto las amo mis niñas, hoy y siempre- cierro mis ojos rápidamente para evitar que mis lágrimas escapen, sin embargo es inevitable, por mi rostro se deslizan pequeñas gotas de agua salada.
Sin poder evadirlo, un destello recorre mi mente y se filtra en el recuerdo más tormentoso que e tenido que sobrellevar.
Mi rostro se tensa y mis puños apretados están.
No logro controlar mis emociones y sin más... Comienzo a retroceder en el tiempo hasta ver lo que se suscitó hace 4 meses.
" Ese día en particular había sido muy atareado, todos estábamos apurados trabajando.
Mi suegro era dueño de una maquiladora.
Produciamos camisas de vestir.
La mayoría erán de algodón, pero también solíamos hacer de poliéster.
Cuando el reloj marco las 4 de la tarde, mi suegro bajó al área de terminado.
Él se encargaba de la ver qué las costuras fueran bien, por lo tanto llevaba el control de la producción.
En el caso de mi suegra controlaba el área de terminado.
Dónde revisaba que las camisas fueran bien para pasarlas a plancha.
Yo fungía en está, planchaba y revisaba que todo estuviera en orden.
Mi suegro le informo a su esposa que el corte debía de terminarse ese mismo día, ya que tenía que estar en Cd. México a las 10:00 a.m en punto.
Ella abrió los ojos ante la noticia, miró de lado a lado y vio que aún faltaba mucho.
Fue cuando se tomó la decisión de que tendríamos que velar para poder terminar el pedido.
Después de esa noticia todos comenzamos a trabajar mucho más rápido, la verdad es que no queríamos terminar tan de madrugada.
Eran las 9:15p.m cuando todos los planchadoras, me incluyo, terminaron toda la camisa.
Sin embargo aún faltaba mucho por realizar.
El empaque siempre es el más pesado y el que termina a lo último.
Mis hijas estaban muy inquietas ese día. La verdad me sorprendieron. Ellas no solían dar problemas a la hora de trabajar, pero ese día sí que estaban causando revuelo en mi poca paciencia.
Mi suegra vio que las niñas estaban incomodas, así que decidió llamar a su esposo para informarle ese hecho.
Cuando mi suegro llegó, vio lo que su esposa le dijo.
Me dijeron que sería mejor irnos a la casa para que así las niñas descansarán, llamaron también a la más chicas de mis cuñadas.
Ella iba en la preparatoria en el turno matutino. La hora de entrada eran las 7:30a.m. Así que por ese motivo decidieron que sería mejor que también nos acompañará para que descansará y estuviera lista para el siguiente día.
Como de costumbre, tomé mis cosas y la de mis hijas y las subí a la camioneta.
Nos acomodamos en la parte del frente. Yo quedé en medio junto con mi hija la mayor, puesto que a ella la llevaba en mis piernas. Al lado izquierdo se encontraba mi suegro y a mí derecha mi cuñada con mi hija pequeña de igual forma está también se sentó a Caroline en su regazo.
Comenzamos el viaje.
Durante el transcurso del camino, mi suegro nos contaba sobre algo extraño que le había sucedido hace dos semanas.
Nos dijo que el día que había bajado a descargar un corte que le había llegado por la noche, cuando ya venía de regreso, al lado del puente que cruza el río, vio una figura alta y negra, estaba sobré el agua y no se le veían los pies. Derrepente vio como se le empezaba a desprender la carne a esa sombra.
De eso se trató la charla que sostuvimos durante casi todo el transcurso del viaje.
Cuando llegamos a la desviación para entrar a la terraseria que conducía a nuestro hogar, guardamos silencio.
Fue muy extraño ese hecho ya que en verdad estaba muy interesante la plática.
Cuando íbamos bajando en una pequeña curva, a lo lejos se vio las luces de un auto.
No le tomamos importancia ya que era normal encontrar vehículos a esas horas de la madrugada.
Sin embargo... Algo no andaba bien.
Vimos el auto, era de color rojo.
El coche traía las luces altas, no podíamos ver bien ya que nos lastimaba la vista.
El vehículo no se quitaba de nuestro carril, de hecho más lento conducía.
Derrepente se hizo de lado indicando que nos dejaba el paso libre.
Mi suegro avanzó pero entonces... El coche se nos puso nuevamente enfrente, cerrando nos el paso.
Unos hombres vestidos de negro comenzaron a salir de las cunetas de ambos lados.
En ese momento miré el rostro de mi cuñada, en el se pintó el terror.
Con voz angustiada le habló a su padre:
-Papà... Papá- y no dijo más.
Mi suegro metió reversa, pero ya era demasiado tarde.
Ni apenas habíamos comenzado a retroceder cuando se empezaron a escuchar los disparos.
Mis hijas comenzaron a llorar y yo... Yo solo apreté más fuerte a mí hija contra mi cuerpo.
Un golpe nos empujó hacia el frente.
Yo apreté aún más a mí hija y mis ojos.
Sentí como comenzaban a caer pequeños fragmentos de cristal sobre mis pies. Le tape los ojos a mí hija, y entonces sin abrir los míos le hable a mi cuñada:
- Tapa los ojos de la niña porque están comenzando a caer vidrios.
Se siguieron escuchando los disparos por un poco más de 6 segundos.
Después de un rato cesaron los impactos.
Fue en ese momento que abrí los ojos.
Volteé a mí lado izquierdo y lo que vi me hizo volver a cerrar los ojos.
Mi suegro estaba muerto. De su cien se derramaba sangre al igual que de su pecho.
Pero aún no había acabado. Lo que sigue es algo que me atormenta, es un recuerdo que por más que intento... No lo puedo olvidar.
Vi como un hombre se acercó a la ventana de la puerta y con voz grave ordenó:
- Abre la puerta.
Mi cuñada solo se hizo de lado con mi hija y se negó a cumplir con lo ordenado.
Después de eso escucho un gran ruido.
El hombre de un tiro rompe el vidrio y abre la puerta.
Saca a mí cuñada a jalones, la tira al suelo junto con mi hija, ya que ella la llevaba.
La toma por los cabellos y la obliga a levantarse.
,_ Tu también hija de la chingada- dice el hombre y entonces saca su arma de su pantalón y comienza a dispararle.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco y seis disparos le dan en todo el cuerpo.
Ante mis ojos veo caer a mí cuñada junto con mi pequeña.
El hombre corre al coche y este comienza a moverse.
Bajo de inmediato de la camioneta y ago que también descienda mi hija Andrea.
Con miedo me acerco a la muchacha.
Veo como está comienza a levantar la cabeza y con voz débil me dice:
- Toma a tu bebé por favor- y con lágrimas agrega- trate que no le pasará nada, pero no estoy segura de nada.
Cuando escucho esas palabras, mi corazón comienza a latir rápidamente.
Con cuidado tomo a mí pequeña entre mis brazos.
Tengo miedo de que algo le haya pasado... O en el peor de los casos... Que esté muerto a causa de una de las tantas balas que recibió mi cuñada.
Veo su chamarra blanca manchada de sangre.
El sentimiento que en ese momento me embargo, es uno de los más horribles e indescriptibles que jamás había experimentado.
En ese momento que me altere y mis manos comenzaron a temblar.
Jire lentamente a mi hija y lo que vi me regreso un poco de aire a mis pulmones, pero cuando comenzé a revisarla y vi que estaba herida por tres impactos de bala... Mi mundo se derrumbó.
El sentimiento de creer que puedes perder a uno de tus hijos,es uno de los que no le deseo ni a mí peor enemigo."
Una ráfaga de aire frío me vuelve de nuevo a mí presente.
Pero sin poder evitarlo mi mente me trasporte a otro recuerdo, ese que tanto me lastima y me mata poco a poco.
" Habían pasado solo un par de semanas desde aquel trágico incidente.
Sentados estaban todos los familiares de mi esposo en el comedor.
Derrepente se escuchó la temblorosa voz de mi suegra.
- De seguro tú tienes algo que ver con lo que le sucedió a mi esposo, es muy raro que a ti no te haya pasado nada. Tal vez y hasta fuiste tú la que lo mando a matar-decia enérgicamente la señora- Pero que más podría esperar de ti, si eres una pobretona. La ambición te gano y desidiste matar a tu suegro para tener más dinero ¿Verdad?
Yo no decía nada, solo clave la mirada en mi plato de sopa.
-¿Como es que dice semejante tontería?-me dije a mi misma.
Al ver que no obtenía respuesta de mi parte, comenzó nuevamente a Desirée más cosas sin sentido.
-Eres una maldita desquiciada e interesada. Como fuiste capaz de hacer algo tan bajo y vil. Eres una desgraciada...
-¡Basta madre!- dice mi esposo muy enérgicamente y golpeando el comedor- no te permito que continúes insultando a mí esposa.
- Pero ... Es que acaso no te das cuenta hijo. Ella es la culpable de nuestra desgracia. ¡ Como puedes defenderla!
-Estas muy mal madre- dice y poniéndose de pie extiende su brazo derecho y le dice- hazme el favor de salir.
Mi suegra coge sus pertenencias y por último me dice.
- Te aseguro que pagaras por todo el daño que estás causando- dice por último y sale del cuarto hecha una furia.
Después de ese hecho, también mis cuñadas comenzaron a recriminarme. Me cruzificaron por ese evento.
- ¿Es que acaso creen que soy tan mala para poner en riesgo la vida de mis propias hijas solo por dinero?- me digo a mi misma- Ustedes no saben lo que yo e sufrido. Todos solo me juzgan por los acontecimientos. Pero ninguno me preguntó cómo sentía yo.
Ellos nunca comprenderán lo que yo realizó. Solo me jusgan y CRUZIFICA!por cosas que Ni al caso"
Unas manos grandes tocan mis hombros y eso me saca de mis pensamientos de sopetón.
Están comienzan a subir y a bajar ligermenrt y sin querer, aprieto mis ojos con fuerza.
-¿Estas bien amor?- me pregunta una voz tierna y varonil. Es mi esposo.
Reuniendo todo mi coraje y auto dominio dibujo una sonrisa que e estado mostrando desde hace 3 meses. Me juro y lo encaró.
-Claro Amor... Por qué no lo estaría.
Veo como el levanta una ceja y me mira inquisitiva mente.
Comienzo a caminar, no quiero que el descubra mi sentir. Cuando estoy a tres metros de distancia me llama:
-Candy...
No dejo terminar su oración y le digo:
-Vamos a ver a las niñas, ¿Quieres venir con migo Terry?
-Claro que si cariño... Contigo hasta el fin del mundo.
Me alcanza y me toma del brazo, me acerca a él y me da un beso.
Seguimos caminando en dirección al jardín mientras lucho porque mis sentimientos no me traicionen.
-Hay ocasiones en las que siento estar a la orilla de un acantilado- me digo en la mente- y siento que poco a poco todo esto que me calló se acumula y me empuja lentamente a lanzarme al vacío, y lo peor es que no se quiero esperar a que ellos agan ese trabajo... O por mi propia voluntad... Lanzarme de una ve al fondo del abismo... Para ya no sentir más dolor...
HAY PALABRAS QUE TE LASTIMAN, PERO HIEREN MÁS AQUELLAS QUE TE CALLAS...
FIN
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