HOLA GUERRERAS DE ESTE MARAVILLOSO FORO, ESTAMOS A CASI NADA DE TERMINAR LA GUERRA FLORIDA, ESPERO QUE SE ESTEN DIVIRTIENDO . LES PRESENTO LA TERCERA PARTE DE MI FIC ESPERO LES GUSTE.
La ansiedad comenzaba a hacer mella en Candy y aún más, cuando comenzaron a llegar la ropa y todos los accesorios que usaría esa noche, empezaba a ver mucha más gente en la finca, iban y venían con cosas, todas las llevaban a los jardines.
-Dorothy, esto es desesperante ya no puedo más, me estoy volviendo loca.
- Tranquila Candy, estas persona acabaran pronto con lo que están haciendo, todo volverá a la calma ya verás, solo ten paciencia.
-Paciencia es lo que menos tengo no puedo salir de la casa porque me lo ha pedido la tía abuela, dice que todo es una sorpresa, no me puedo ni asomar al balcón, Alberth se ha hecho ojo de hormiga, para no darme la cara, Neil y Liz se excusaron diciendo que saldrían de día de campo, les dije que me invitaran, los muy canallas solo rieron…
- Es que queremos pasar tiempo en pareja antes que nazca el bebé, además hoy es tu cita, debes esmerarte en tu arreglo y verte despampanante, extremadamente bella para que de una buena vez abandones la soltería -dijo el muy idiota de Neil.
-¿Es qué nadie se compadece de mí? ahora ¿qué el tipo que va a venir es muy importante para tanto alboroto? dime Dorothy ¿qué tanto hacen en los jardines?
-No Candy, no sé nada, las mucamas estamos confinadas al arreglo de la casa y los hombres al exterior se menos que tú y ya es tiempo de comenzar con tu arreglo.
-¡ahs! Si por mí fuera iría vestida de harapos para que se espante y se vaya.
- Nada de eso, ya está listo todo lo que te pondrás, la Señora Elroy se esmeró en escoger cada una de las prendas que llevarás y créeme, te vas a sorprender.
El arreglo de la rubia comenzó con su baño, el agua estaba perfumada con olor a rosas, el aroma era agradable se relajó, cuando terminó se secó sin prisa, se puso su bata, Dorothy ya la espera para secarle el cabello y comenzar a vestirla.
-Dorothy ¿qué es esto?
La rubia abría los ojos desmesuradamente con aquella prenda que llevaba en sus manos.
-Te lo dije, que te sorprenderías, es la última moda francesa, fuera corset y camisola.
-¿Qué dices? ¡ esto es impúdico! no podría ponérmelo.
Dorothy se carcajeo del comentario de la ojiverde.
- Díselo a la tía abuela y sí, te lo vas a poner, no quiero que la Señora Elroy me reprenda por tu culpa.
El vestido acentuaba todas las curvas de la joven, era perfecto, de gasa fina que tenía una caída libre hermosa, corte princesa, con un escote recatado, pero dejando ver sus encantos, de color verde esmeralda como sus ojos que resaltaban maravillosamente, el cabello suelto, sujeto solo con una diadema de brillantes, y una linda gargantilla a juego, un maquillaje ligero, unas lindas zapatillas de razo del mismo color, echas a medida. Cuando la Señora Emilia entró a supervisar su arreglo, se quedó con la boca abierta, se maravilló al verla.
-No cabe duda eres una digna representante del clan de los Ardley, déjame ponerte el broche que es la insignia que representa a nuestra familia.
-Gracias tía abuela, no sabes lo que significa para mí todo esto, de verdad me siento como un miembro de la familia.
-Lo eres, eres la heredera de la familia Andley y estoy muy orgullosa de que así sea eres mi hija, ven dame un abrazo.
Candy acudió a los brazos de la anciana, quien la recibió como si de su madre se tratara, Emilia le transmitió tranquilidad y sobre todo mucho amor.
-¿Todo listo? - Pregunto Alberth al entrar a la habitación, quedó complacido al ver lo hermosa que se veía su rubia princesa.
-Te ves hermosa, pequeña, dejarás a más de uno con la boca abierta.
- ¿De qué hablas Berth? si solo veré a un solo hombre en esta cita y además mírate, ¿por qué tan elegante? y con la vestimenta del clan.
-Ya lo sabrás, te escoltaré hasta la puerta de la mansión, tú continuarás sola.
-Está bien pero aún no entiendo por qué tanto hermetismo y tanta elegancia, si es solo una cena.
Alberth le brindó una tierna sonrisa, al salir comenzó a caminar por un sendero que estaba de cada lado iluminado con antorchas, las rosas Dulce Candy estaban en flor y despedían un perfume agradable al olfato, a lo lejos se escucharon las gaitas con la melodía que caracterizaba al clan de los Ardley, paro en seco, los pudo divisar a lo lejos a Alberth y Archie enfundados con Kilt y el Tartán.
Esa melodía la estremeció hasta los huesos, no la había escuchado hace muchos años , inevitablemente vinieron a su mente Anthony y a Stear.
“Archie, ¿cuándo llegó? Esto sí que es una sorpresa, ya verá cuando pueda hablar con él, como no fue a saludarme antes” pensó la rubia.
Siguió su camino, llego hasta en portal de las rosas donde conoció a Anthony, los recuerdos surgieron a raudales por su mente, el arreglo del lugar era majestuoso, lleno de flores, iluminado de una manera que hacía lucir el lugar fuera de la realidad , un aroma atrajo su atención, la estremeció, la hizo temblar, sintió un hueco en su estómago y comenzó a sentir mariposas , ese olor a lavanda que le llenaba los sentidos , lo buscó y lo vió detrás de ella observándola .
-¡Terry!
Candy casi se desmaya de la impresión de volver a verlo , lucía tan masculino, vestido con ese esmoquin negro que le quedaba como guante , más alto, su espalda ancha, los rasgos de su cara eran cincelados como un dios griego de una belleza inexistente, sus ojos… esos ojos azul zafiro , como los recordaba, la veían con tanta ternura.
-Hola Candy ¿cómo estás?
Terry la observo desde que salió de la mansión, su corazón comenzó a latir a gran velocidad , se quedó embelesado al verla, su pecosa había cambiado , se veía más mujer, había curvas donde antes no existían, sus labios tan llenos y apetecibles, en su rostro apenas si se notaban sus pecas , toda ella era subliminal, fuera de este mundo . Comenzó a oír las gaitas y supo que era el momento de retirarse para esperarla en el portal de las rosas.
- ¿Qué haces aquí?
- No me has contestado, pecosa maleducada.
La volvió a la realidad ese apodo, que hacía mucho tiempo no escuchaba, con una pequeña inclinación ella contesto:
-Bien Terrece, muchas gracias.
Terry tomó su mano y depositó un pequeño beso, como era la costumbre de esa época. Ese simple contacto hizo que los dos se estremecieran y surgieran en ellos sensaciones muy evidentes, sus ojos
se miraron fijamente y el tiempo se detuvo, como si nada existiera solo ellos dos, con una simple mirada se dijeran todo. Terry alargó su otra mano a su rostro, le tomó la mejilla, se aproximó muy lentamente, esperando el rechazo, pero este no llegó, Candy acepto sus labios, ese contacto le supo a gloria, su sabor lo hizo revivir, sentirse renovado, sentirse él.
Ella lo transformaba, sacaba lo mejor de él.
Candy al ver que tomaba su mano para depositar un beso quedó embelesada, al sentir sus labios rozar su piel, sintió una explosión de sensaciones que nunca había sentido con ningún hombre, quedó en un trance, no supo en que momento él la estaba besando. Se sintió en el cielo, ese beso que estaba esperando desde hace mucho tiempo, lo disfrutó demasiado, él la guió muy lentamente hasta subir de intensidad, un beso lleno de pasión reprimida, de amor. Al separarse Terry le besó la mejilla y le susurro en el oído:
-Candy,¡ como te extrañe mi amor! al fin te tengo entre mis brazos, te amo, por favor no me rechaces, dame vida, no me la arranques por favor.
Su voz se quebró, su rostro entristeció.
Candy no lo pudo soportar más, las lágrimas comenzaron a correr a raudales por sus mejillas. Le tomo el rostro y lo comenzó a besar, sus mejillas, sus ojos, su frente, su boca.
-Terry, estas aquí no sabes lo feliz que me haces, te amo, Terry, te amo.
Una sonrisa afloró en sus rostros, se fundieron en el abrazo. Todo aquel peso que sus almas sentían se esfumó en un segundo, por fin eran libres de expresar su amor a los cuatro vientos.
-Pero dime ¿cómo es que estas aquí?
-Llegue hace más de un mes, en el tren me encontré a Neil y a su esposa Liz, cuando lo vi, casi lo golpeo, pero su esposa evitó que pasará, la vi embarazada y sabes que soy un caballero, a una mujer nunca se le falta al respeto, muy gentilmente me invitaron a tomar té, platicamos durante gran rato, entre todo lo que hablamos me convenció de que Neil había cambiado, que era buen esposo, amigo, hijo, mejor familia, que habían hecho las paces y que te cuidaba como si fueras su hermana, entonces me animé a preguntarle por ti, ella sabía nuestra historia y me contó que seguías trabajando en hospital Santa Juana en Chicago, me sentí desilusionado porque supuse que estarías en el Hogar de Pony, fue ahí cuando Neil me invito a pasar una temporada en su casa y decidí quedarme.
-Entonces estas en la casa Leegan ¿ eras tú acaso el que me observaba desde la ventana de una de las habitaciones cuando fui a visitar a Liz?
- Sí , mi querida pecosa, cuando Neil supo que estabas en la mansión de los Ardlay, fue de inmediato para llevarte a su casa, pero siempre regresaba solo, sabía que algo te pasaba, salía a cabalgar para
calmarme hasta que un día llegó con un ángel rubio, no podía observarte bien porque siempre volteabas buscando algo y no dejabas de moverte, tenía que esconderme para que no me vieras.
Candy le dio un pequeño golpe en el hombro.
-¿Y de casualidad también fuiste a mi casa una madrugada a caballo y te detuviste fuera de mi balcón?
-¿y cómo supones que era yo? tal vez era algún fantasma.
-No seas tonto, Terry cuando sucedió me asusté mucho sabes que le temo a los fantasmas.
El chico rió a carcajadas del comentario de la rubia
-Sigues siendo la misma Candy, nunca cambies. Y sí, era yo ya no soportaba el no verte .Le doy gracias al destino que nos reunió en este lugar que tiene un gran significado para ti .
La rubia llena de ternura lo miro a los ojos, entonces hablo en voz baja.
-Terry, siento mucho lo de Susana.
- Candy, debo decirte que el día que te marchaste del hospital de Nueva York, te llevaste mi alma contigo quedé vacío, muerto en vida, cumplí con Susana como el caballero que soy, como te lo prometí, haciéndome responsable de mis decisiones , ella se fue en paz,tranquila. Entonces decidí retomar mi camino, volver por lo que había dejado pendiente.
-En ese momento, decidiste venir a buscarme.
-Sí pecosa vine a recuperar mi vida, mi alma, quiero de regreso todo lo que me fue arrebatado, una noche de tormenta en la azotea de un hospital.
De pronto el castaño se inclina, se posa sobre su rodilla derecha, sacando una cajita de terciopelo azul del fondo del bolsillo de su saco.
-Candice White Ardley, ¿quieres devolverme todo lo que tienes que es mío? ¿quieres ser parte de este hombre que te ama hasta la locura? ¿ quieres ser mi esposa?
Con una sonrisa enorme, sus ojos al borde de lágrimas, llena de alegría Candy contestó:
-¡Sí Terry!, quiero ser tu esposa, quiero ser parte de ti en cuerpo y alma toda la vida.
De pronto se escucharon un montón de aplausos y felicitaciones todos estaban ahí, la tía abuela Elroy, Alberth, Archie, Annie, Patty, Neil, Liz, sus madres la señorita Pony y la hermana María, el Duque de Granchester y la señora Eleanor Backer.
Emilia Elroy fue la primera en felicitar a la joven pareja. Los tomó de las manos y miró fijamente a Candy.
-Te dije que confiaras en mí, todo estaba arreglado, el tiempo de luto del señor Granchester ya ha pasado apropiadamente, no existe ningún tipo de impedimento, la boda de llevará a cabo a la brevedad posible y no hay” pero que valga” quiero muchos nietos y pronto.
Todos rieron a coro de las ocurrencias de la tía abuela.
FIN.
ESPERO QUE LA LECTURA HAYA SIDO DE SU AGRADO.
ODET SIEMPRE TE ESTARÉ AGRADECIDA
TERRY GIRLS GRACIAS POR SU INFINITO APOYO.
SEGUIMOS EN LA LUCHA TERRY GIRLS.
Última edición por Inez Ruiz el Mar Feb 25, 2020 1:59 pm, editado 2 veces