Historia que hice hace 3 años.
Solo un minuto
Tenia años que no entraba a aquella vieja y ahora húmeda habitación; aquella donde solo se almacenaban recuerdos, humedad, ratas y alguno que otros bichos.
Se deslizaba por aquel cuarto a medio iluminar mientras apartaban las telas de arañas de su camino.
En aquel lugar el cual, antes, veía tan enorme y donde construía sueños, ahora, siendo un adulto, lo sentía tan pequeño y asfixiante; aquel lugar donde se le había obligado estar casi la mayoría del tiempo, privándole de vivir una vida como todo niño.
“…No te hagas ilusiones” escuchaba por aquel entonces, cuando sentado en unos de aquellos rincones, soñando con una vida diferente a la que llevaba, escuchaba la voz de su “madre”, espantándole con su aliento de dragón amargado sus más profundos anhelos.
“…No tienes derecho de tomar ni un minuto de mi costoso tiempo”, se estrellaban aquellas palabras en su cabeza, podía escucharla como si estuviera en aquel espacio, torturándolo con sus palabras, indiferencia y aquellos ojos de fuego ¡Por Dios que si! Podía hasta oler su perfume que se confundía con la apestosa y mugrienta humedad de aquel espacio; podia hasta sentir su calor quemándolo y sabia el por que.
Debía terminar con eso ¡Claro que debía darle fin a todo aquello!
Con todo aquel peso que ha llevado siempre consigo, destapo aquel cuadro como si hubiera sido la brisa que atrevida se había colado por la ventana y hubiera sacudido y levantado todo aquel polvo que le provoco una toz momentánea.
Y ahí estaba aquella imagen: hermosa y angelical, imagen que solo un ser perverso como ella hubiera podido poseer en vida.
-Te gusta, madre?-dijo el joven dedicándole una sonrisa al cuadro que apenas segundo estaba postrado en el piso, y que ahora èl cargaba y lo colocaba en una zona un poco más elevada-Me arregle para ti.-Aun manteniendo aquella sonrisa que se extendia un poco mas al pasar de los segundos.
“tienes un minuto con ella, un minuto a penas un minuto y ya…”
-Ya no me parezco a padre- como si hubiese dicho algo indebido, cubrió su boca-Ahora soy lo que siempre has querido que sea: Tù.
Se inclino hasta la altura de los labios de su “madre”, y depositando un beso en los mismos, recreando aquellas fantasías que había reprimido durante tanto tiempo y que ahora les parecían tan tangible, se despidió de su mas grande musa; aquella que lo había inspirado, de algun modo, en acabar con su vida, porque sentía que los dos no cabían en la misma.
-Me siento como si me estuviera viendo en el espejo-una risa estruendosa.-Ya se que estas tan orgullosa de mi-fingiendo limpiarse unas lagrimas que nunca se habían asomado a sus ojos y, por lo tanto, nunca humedecieron su rostro-Te amo.
Y cubriendo una vez más el cuadro, con la misma y mugrienta manta que la había protegido por un largo tiempo del polvo, se despidió.
FIN
Gracias por leer
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