Notas de Egoísmo.
Se escuchaban las teclas de un piano, el ritmo y la melodía formaban unas notas tristes, unos dedos ágiles y expertos tocaban aquel piano.
Se podía escuchar también las gotas de agua estrellarse, en los cristales del gran ventanal frente al que tocaba, era una fuerte lluvia mezclada con rayos.
Ella podía observar unas manos ya no tan jóvenes, revelaban y demostraban que el tiempo es inexorable, que este pasa y nunca más regresará, ni te dará segundas oportunidades, el tiempo se presenta como tu mejor amigo junto con la oportunidad y puedes hacer de estos tus mejores amigos o tus enemigos, ellos te cobrarán una factura muy cara cuando hiciste mal uso de ellos.
Sobre todo siempre envidiado y traicionando, lo había aprendido muy bien, la vida y el tiempo le enseñaron esta gran lección.
A lo largo de su vida cuando el tiempo y la oportunidad se presentaron ante ella, su elección siempre fue ver por ella misma y sus intereses, no le importaba nadie más, sólo su beneficio propio.
Primero ella, después ella y al final ella, ese siempre fue su lema.
Aquellas elecciones aparentemente eran lo mejor para su vida, con el tiempo y en su soledad entendió que siempre envidió y deseo lo de los demás, aprendió muy bien que si no vives tu verdad, ella te consumirá tarde o temprano, más cuando tu mundo está lleno de egoísmo y envidia.
Todo empezó desde pequeña, es como si pudiera ver esas imagenes en medio de la melodía que tocaban sus manos.
¿Quería a su amiga? claro que la quería, cómo no quererla siempre vio y velo por ella, Candy era una persona desinteresada.
La hermana María y la señorita Pony, siempre la veían con gran ternura, ahí empezaron sus celos hacia ella aquella que consideraba su hermana, la forma de ser tan valiente y atrevida en todo y ella tan cobarde.
Aquella vez donde el señor Britter las invito a comer a su casa de campo ella observó la manera en la que él veía a Candy, ¿porque? se preguntó, en ella surgió un sentimiento que quemaba su pecho y sintió molestia contra aquella rubia que siempre le profeso amor y amistad.
Cuando supo que el señor Britter se hizo presente, queriendo adoptar a Candy, ella lloro de enojo, no de tristeza ¿como era posible? Se preguntaba aquella tarde.
Que tenía Candy, que ella no tuviera, siempre lloraba, pues esta vez lloraría para convencer a Candy, para pedirle que no se fuera, su mejor amiga prometió que nunca se separarían.
Y asi lo hizo Candy, cumplio su promesa como siempre, pero cuando ella tuvo la oportunidad de ser adoptada no lo dudo, ni siquiera pensó en ella, su amiga fiel, pensó en sí misma, mucho tiempo se justificó ante esa actitud diciendo que era una niña.
Que niña huérfana no haría lo que fuera por ser adoptada y tener una familia, se lo repitió muchas veces para calmar su conciencia.
Quiso ser la hija modelo, seguía al pie de la letra las instrucciones de su madre, y entre aquellos requisitos era dejar de escribir a su amiga, le dolió en cierta manera, pero no tanto era más importante esta nueva etapa de su vida, aquello no era ser mala, siempre se lo repetía y se justificaba una y otra vez, ella no era mala, solo era ver por lo que ha ella le convenía.
Cuando se reencontró con su amiga no fue capaz de defenderla ante la humillación de los Legan, pensó que Candy no tenía nada que perder pues era la sirvienta y ella tenía todo por perder si se enteraran de sus orígenes.
El tiempo pasó y se convirtió en la hija modelo de Jane Britter, que en lugar de tener un hija, parecía que formaba de ella una muñeca de porcelana le decía que vestir, qué comer cuándo hablar qué decir y no decir.
Tiempo después de encontrarse aquella tarde a Candy con los Legan, Jane Britter le dijo que su deber era crecer y ser un buena esposa.
Una tarde en una reunión conoció a Archibald Cornwell era buen mozo, de inmediato llamó su atención, su madre le dijo:
-Ese sera tu esposo y tu meta a alcanzar su hermano ni lo pienses ése es un raro muchacho.
Desde ese día decidió que conquistaría a Archie, empezó a escribirle cartas que aquel chico respondía caballerosamente, nunca con fines amorosos al final de cada carta se lo hacía ver con un simple posdata, tu siempre amigo Archibald Cornwell.
¿Que pasaba? se preguntaba, acaso no era lo suficientemente bonita o refinada para que aquel joven diera indicios de algún tipo de interés hacia ella, después se enteró que él fue mandado a Londres, rogo y lloró a su padre por que la mandaran al mismo Colegio, consiguió su cometido, pero al llegar al Colegio se encontró con algo que no se imaginaba Candy estaba ahí, en el Real Colegio San Pablo, un gran temor la invadió si supieran de sus orígenes ¿qué haría? pidió a Candy, por favor no lo dijera, y en ese momento fue escuchada por Elisa y Luisa.
Después de todo aquello tuvo el apoyo de Archie y fue suficiente para enfrentar sus temores.
El golpe más bajo vino días después al darse cuenta que Archie sentía interés por Candy.
Ella, otra vez ella, le robaba la atención de algo que ella quería y ese era Archie.
Se propuso que esta vez conseguirá de la manera que fuera la atención de Archie, sabía que sus lágrimas siempre conmovían a Candy, lloró y consiguió su cometido con su amiga, la rubia pidió a Archie que cuidara de Annie.
Aquella tarde se sintió triunfante, no iba a desaprovechar aquella oportunidad sin embargo con el paso del tiempo se dio cuenta que Archie nunca la vio como mujer, solo la miraba como una buena amiga, y con el paso de los años cayó en cuenta que su situación era igual que la de Susana Marlow, con Terrence Grandchester, Archie estaba con ella por un deber hacia Candy, nunca trato de tomarla de la mano y mucho menos intentar besarla.
Ella junto con su mama y la señoras de la alta sociedad organizaban bailes, para recaudar fondos, en ese tiempo apareció un mejor prospecto a matrimonio y su madre la forzó a terminar con Archie, en ese mismo tiempo se enteró que Paty vivía con Candy en su departamento y estaba yendo a la Universidad, realmente no le importó tenía cosas más importantes en que pensar.
En una temporada que la Compañía Stratford se presentaba en Chicago, en una obra de beneficencia, donde toda la alta sociedad era invitada, ella observó a lo lejos a Archie y Paty juntos.
Realmente verlos juntos, no le provocó nada, si eran pareja o no, no le importó.
Con el paso del tiempo entendió que esa obsesión o amor que decía sentir por él, no era más que los celos que siempre la invadían, cuando estaba de por medio Candy.
¿Como Archie se iba quedar con Candy? no soportaba pensar en esa idea, pero cuando supo que Candy jamás le corresponderia de la forma que él anhelaba, esa especie de querer tenerlo y ser mejor que su amiga paso.
Con el paso del tiempo su madre la obligó a aceptar el cortejo de un joven más rico,
con aquel pretendiente, ella se entregó a él y ella fue incapaz de sentir algún tipo de placer sexual, no sintió absolutamente nada aquel joven solo la desvistió y la tomó como mujer como cualquier objeto, sin besarla sin decirle un te quiero.
Los meses pasaron y lejos de anhelar algún tipo de encuentro sexual con su prometido, ella huía de aquello, se preguntó ¿si acaso así es como debiera ser cada vez que volviera a estar con él en la intimidad?
con él que se convertiría en su esposo.
Cuando la boda con aquel joven estaba apunto de llevarse a cabo, el falleció en un accidente automovilístico junto con el Señor Britter, su Madre se volvió aún más posesiva y manipuladora con ella.
Jane Britter como inexperta en los negocios dejó su herencia en embaucadores y perdieron todo. Automáticamente gente de la alta sociedad se olvidaron de quienes eran ellas y les dieron la espalda.
La manera en que sobrevivieron fue dando Annie clases de piano, explotó el talento innato de su hija tuvo desde el primer momento de sentarse en frente de un piano.
Lágrimas caían por su rostro mientras ella seguía tocando la melodía en el piano al recordar, como aquella clases de piano pasaron de ser simples lecciones, a empezar entregar su cuerpo, a hombres mayores y por increíble que pareciera, en ella no había ningún tipo de sentimiento y placer, solo se dejaba poseer por aquellos hombres que pagaban su servicio.
Su madre la obligo, le dijo que sería la única manera en que podrían sobrevivir y llevar la vida a la que estaban acostumbradas, y mantener la casa en la que vivían, sólo eran hombres adinerados los que llegaban a pedir aquellas lecciones de piano tan especiales.
- ¿Acaso es verdad que en este acto uno encuentra placer? ¿Por yo que soy incapaz de sentir algo?.- Eran preguntas que se hacía ella misma.
Recordó que cada encuentro sexual con aquellos hombres con ninguno de ellos experimentó ningún tipo de placer, a su mente venía la imagen de ver ha su madre parada con la puerta entre abierta observando cada encuentro, la primera vez pensó que era un accidente y con el paso del tiempo, se desmintió y descubrió que era algo que su madre disfrutaba hacer, Jane Brritter disfrutaba ver los encuentros sexuales de su hija, después iba a su habitación y ella misma empezaba a masturbarse recordando cómo tomaban a su hija.
Annie, sabía que su madre nunca la amo, que madre sería capaz de hacerle eso a su hija y por mucho tiempo se sintió culpable en el fondo de su corazón por robarle a Candy, la oportunidad de ser hija de los Britter.
Hoy con su ojos empañados de lágrimas seguía tocando esa melodia compuesta por ella, y agradeció a la vida que su amiga, no le hubiera tocado vivir este infierno, un infierno en el cual no era capaz de enfrentar a su Madre y dejarla, ¿A donde iría? ¿que haría? eran sus grandes temores, le tenía miedo a la soledad y enfrentar a esta, y presentarse con sus verdaderas madres ya no era una opción.
La señorita Pony había fallecido hace unos años y sabía que la hermana María seguía a Cargo del hogar de Pony.
Pero cómo presentarse ante ella y pedir ayuda siendo ella ya casi una mujer de cuarenta años.
-Candy -susurraban sus labios-. Que bueno que tu alcanzaste la felicidad, se que eres feliz al lado de Terrence, mucho tiempo dije que eras una tonta por no haber luchado por él y habérselo dejado a Susana, sin embargo la vida jugó con los hilos de sus vidas y los volvió a unir, se que eres Feliz en Londres, gracias amiga por amarme de la manera que siempre lo has hecho, y hablo en presente, por que cada cumpleaños llega una carta tuya para mi, mucho tiempo te envidie, hoy soy feliz de saber que por lo menos una de las dos alcanzó la felicidad…
-Annie que haces deja de tocar ese piano y vete a arreglar, acaban de llamar, en una hora llega un Cliente Nuevo, está ansioso de tener un clase de piano -sonrió con sorna su madre.
Annie Parada frente al espejo del baño permaneció mirándose por unos minutos y escuchado caer el agua en la bañera, dejó caer su bata al suelo, se observó desnuda a pesar de ser una mujer de casi cuarenta años su cuerpo seguía siendo hermoso observaba su senos y mirándose frente al espejo cerró sus ojos y empezó a acariciar sus senos, empezó a recorrer sus manos por su plano vientre, en su mente pensaba por que soy incapaz de sentir algo, no puedo...
Annie -el grito de su Madre, la hizo saltar-. apurate tienes que estar lista
Se baño se alistó, se puso un hermoso conjunto de ropa interior negro con liguero y medias, los hombres disfrutaban quitar de aquel conjunto, se puso un hermoso vestido de tirantes con cierre algo práctico para ser quitado.
Annie él está aquí -dijo la voz de su madre-. Anda es mejor que te apures no queremos hacerlo esperar.
Bajo la escalera con calma se dirigió al Estudio donde se encontraba el piano y un hombre parado frente al gran ventanal observaba caer de la lluvia incesante de ese día.
-Hola buenas tardes -dijo ella.
Cuando el hombre dio la vuelta, ella no creía lo que veían sus ojos, ni en sus más remotos sueños pensó que aquel hombre estuviera frente a ella.
-¡hola Annie!
- Tú ¡no puede ser!
-Vaya creo que logre sorprenderte.
-¿Que haces tú aqui?
-Creo que es más que obvio querida, quiero tomar una lección de piano, llegó a mis oídos que son muy buenas -dijo irónicamente.
-No, tú no -dijo ella, dando la media vuelta y tratado de salir lo más pronto posible.
Él fue más rápido que ella y le obstruyo el paso para salir.
-¿Por que, yo no? mi dinero vale lo mismo que cualquier hombre, de hecho cuando supe que eras tú yo pague tres veces más a tu madre por tus servicios.
-Es que tu no entiendes, déjame salir -suplicaba.
-No, no la haré, mi dinero tiene el mismo valor que cualquiera de los viejos que hayan venido.
-Pues pediré a mi Madre te lo devuelva, pero tu no.
-Tan repulsivo te parezco, has estado con hombres más viejos que yo, tu madre hizo un trato conmigo y quiero que cumplas.
Continuara...
Última edición por Saadesa el Miér Jul 03, 2019 1:19 pm, editado 3 veces