PASCUA EN LAKEWOOD
(Por Nerckka Andrew)
Historia creada por mi imaginación y locura, sin fines de lucro, los personajes de esta historia no son míos, pertenecen a sus respectivos autores, yo sólo tomo sus nombres para recrearme y compartir con ustedes en ésta Guerra Florida
Aquellos días de semana santa fueron agotadores para Candy… Había estado antes en los oficios que preparaban con la señorita Ponny y la hermana María, pero esto era diferente. La rigidez y solemnidad que le imponía la tía abuela era sofocante ¿Cómo era que no podía ni si quiera sonreírse? Ella sabía que había muerto el Señor, no hacia falta que se lo recordara cada vez que intentaba moverse… Le consolaba ver a Anthony y sus primos casi en el mismo trance, aunque a ellos la tía abuela no le decía nada pero la sola mirada de la tía abuela era suficiente para no respirar. Era todo tan diferente en el hogar con sus madres… veía que era tarde y con ese traje enlutado se sentía mucho más triste de lo que quería estar, la tía abuela por su parte estaba un poco escandalizada por ese comportamiento de Candy
- ¡¡No sabía acaso esa niña cómo se celebraba un oficio tan solemne!! Y eso que George le había dicho que había una monja en ese lugar ¡¡Pero si ésta niña es casi atea!! Tendré que enseñarle hasta cómo se debe comportar en una capilla ¡¡Pero William me va a oír!!- Pensaba la matriarca mientras veía los movimientos de Candy al estar incómoda en la silla. (George la sacó de su trance cuando le habló)
- Señora, ya pueden pasar a la mesa, permítame.
- Gracias George. Niños, vayan a cambiarse y bajen al comedor – los miró y al ver cómo Candy iba a acercarse a Anthony que la esperaba dijo – en silencio niños
- Sí tía abuela – dijeron prácticamente los cuatro juntos –
Candy después de la cena se fue silenciosa al lado de sus primos, la tía ya había dicho bien claro como los días anteriores… inmediatamente a sus habitaciones y a dormir.
Candy pensaba mientras estaba en su cama…
- Pero mañana es ¡Pascua de Resurrección! Y Aunque sus primos le dijeron en silencio que mañana tempranito el conejo de pascua les llevaría huevos, ella sabía que eso no era tan real. Porque eso del conejito… ¡Si lo sabría ella que le ayudaba a sus madres a pintar los huevos para que los niños tuvieran un lindo desayuno el domingo de Pascua. ¿Qué podría hacer ella? Por que seguro que los huevos que servirían al desayuno serían tan blancos como siempre, no vio a nadie en la cocina cociendo los huevos, cuando disimuladamente fue a tomar agua a la cocina y echó un vistazo en la alacena para ver si ahí estaban los huevos, pero no… y eso que eran muchos los que estaban en esa casa, parece que todos lo único que querían hacer era irse a dormir.
En silencio se dirigió a la cocina, cuando se aseguró que todos dormían. Ahí se puso manos a la obra. Tenía suerte de tener practica en no hacer ruido cuando preparaba los huevos de pascua, nunca ningún niño se daba cuenta del trabajo que hacían al lado de los dormitorios – Pensaba ella – así que una vez cocidos tomó las pinturas y pinceles que le regaló la tía abuela para sus clases y los fue dejando en una bandeja ¡Le quedaron hermosos! Tenía tantos colores que cada uno quedó diferente, más que feliz con el resultado se fue a dormir, tendría un lindo regalo para su nueva familia.
A las primeras luces del alba se levantó para preparar sus huevos, quería ser la primera y sorprender a todos. Pero para su sorpresa alguien se le había adelantado y sólo se dio cuenta cuando llegó a la cocina… Envuelta en una fina bata de seda estaba la tía abuela agachada mirando un macetero, luego se fue a la chimenea, para después salir al jardín, para mala suerte de Candy la señora Elroy entró por la cocina y la vio
- ¡Candice! ¿Qué haces tan pronto levantada?
- Tía abuela es que…
- ¡Pero qué huevos tan hermosos! ¿Quién los trajo? – Tomó uno y lo miró detenidamente… recordó cuándo aún era una niña y le hacían los huevos así, aún no los fabricaban de chocolate pero un huevo cocido y decorado así, hacían la delicia de todo niño el domingo de Pascua
- Bueno tía abuela, verá yo no vi a nadie hacerlo y los preparé para el desayuno, los chicos dicen que el conejito de pascua los trae, pero yo sé que eso sólo se les dice a los niños…
La tía abuela miró por primera vez con otros ojos a Candy, ella no sabía que ya los había escondido y que Candy no conocía los huevos de chocolate… hoy todos se llevarían dos sorpresas
- ¿Así los preparaban en tu antiguo hogar? Te felicito, ven vamos a ponerlos en la mesa ¿pero no crees que has hecho muchos?
- Es que hice para todos, somos muchos tía abuela.
- Claro – Contestó la matriarca, pensando en que era una buena idea dar también a la servidumbre huevos ese día, ella sólo había pensado en los niños ya que eran de chocolate. Pero sería interesante y bien visto por los demás dar éste regalo a todos los de la casa.
- Tía abuela y usted ¿Qué estaba haciendo entre las plantas y el jardín?
- Eso Candy es otra sorpresa y después del desayuno lo sabrás… Pero eso sí, debes de guardarme el secreto, qué yo guardaré el tuyo. Ahora ve a tu cuarto y espera a que Dorothy te vaya a buscar, que aun falta para el desayuno.
Obediente y feliz fue a esperar a que la llamaran, estaba contenta, porque por primera vez vio que la tía abuela también sonreía ¡Y le gustaron sus huevos de Pascua! Era ya todo un logro que algo que ella hiciera fuera del agrado de la señora Elroy y más aún que ella fuera digna de guardarle un secreto…
Cuando bajaron todos estaban emocionados, la enorme bandeja que había preparado Candy sobresalía en la mesa, adornada con flores y ricos dulces
- Bien – dijo en tono solemne la tía abuela – en vista que se han portado bien, el conejo de pascua ha traído una sorpresa más a esta casa, Dorothy reparta y dele a todos qué para eso es ésta enorme bandeja.
Todos miraron a una Candy que sonreía feliz al ver como se repartían sus huevos de pascua, luego los chicos le contaban a Candy como antiguamente el conejito de pascua era éstos los huevos que traía, pero ellos no los conocían así, ya que ahora los trae de chocolate…
- ¿De chocolate?
- Sí, seguro que ésta vez también los escondió para que nos ayudes a buscarlos
- ¿Cómo que escondió?– en la mente de Candy ya se estaba imaginando algo–
- Después del desayuno te explicamos – Comentó Stear, mientras se pelaba su tercer huevo – podemos ir en parejas, dos y dos
- Siiiiiiii – casi gritó Archie
- Bueno, Candy va conmigo y Archie contigo Stear
- ¡¿Qué?! Porqué siempre tú – dijeron casi juntos los dos hermanos –
- Por qué… fui más rápido – comenta Anthony con una sonrisa triunfal, dejando callados a sus primos –
La tía abuela los miraba, su querida Lakewood parecía tener vida con sus niños presentes, así como cuando vivía Rose Marie y William aún era un bebé… También recordó nuevamente cuando ella era pequeña y con su hermano buscaban antes del desayuno sus huevos de pascua en su querida Escocia.
- Niños ya saben que deben de buscar los otros huevos antes que haga más calor.
- Vamos Candy al jardín
Pero ella antes de salir al jardín, recordó algo que vio esa mañana… fue directo a una gran planta de begonia que estaba a la salida del comedor, ahí debajo de una hoja estaba, era hermoso y con un papel brillante, lo sacó y miró a la tía abuela con los ojos llenos de brillo por la emoción, ella sólo le giñó un ojo y nuevamente animó a los niños a salir al jardín… Ambas sonrieron, cada una tuvo una sorpresa para otra, ambas dieron sin saber que recibirían, ellas sólo querían hacer felices a los demás.
FIN.
Hola chicas, como ven les he traído un aporte sencillo y cortito que espero que les haya gustado. Me imagino a Candy así en sus primeros días en Lakewood, con sus tres paladines en los que como cualquier niño podía disfrutar de estas lindas y conmemorativas fechas. Mi idea era entregarles ayer el mini shot, pero me fue imposible, por eso se va ahora que por algo estamos en la octava de Pascua jijiji
Les deseo una feliz Pascua de Resurrección
Hay una firma de regalo para quienes comenten éste mini shot…