Divinas Místicas de Terry
Cambiando el Destino Por Terry
Directo Al Corazón
Capítulo VI
By Rossy Castaneda
Desde que su sobrino Albert se lo propuso, Emilia Elroy no dudó en apoyar el plan que su sobrino mayor y el duque de Grantchester orquestaron. Candice necesitaba un esposo y Terrence una esposa, si las cosas salían como las habían planeado esos dos terminarían comprometidos y casados posteriormente. Pero conociendo la testarudez de su sobrina, Emilia Elroy en complicidad con sus amigas Paulina Giddings (Pony) tia de Annie y Martha O'brian abuela de Patty, armaron todo una estrategia de casamenteras al darse cuenta que Terrence no le era indiferente a Candy y viceversa. Terrence casi había devorado a Candice con la mirada cuando la vio por primera vez y Candice se había puesto verde de coraje cuando Terrence bailaba con la señorita Marlowe. Mientras Terrence intentaba liberarse de la compañía, si es que se le podía llamar así, de la joven Marlowe, Paulina y ella observaron a la distancia cuando Candice iba camino al balcón y sonrieron al ver que segundos mas tarde, Terrence dirigía su mirada en aquella misma dirección. Cuando finalmente el muchacho se liberó de la molesta señorita Marlowe, Martha entró en acción y tras confirmar que estaban en lo correcto, les hizo una señal para llevar a cabo su plan maestro el cual no fallaría. Dicho plan consistía en que Pony, enviaría a las dos chismosas reporteras al jardín para que encontraran a Candice y a Terrence en una situación comprometedora, pero las cosas no salieron como lo planearon, y ella había perdido todo esperanza. La ida al Teatro en parejas fue todo idea de Pony en realidad sería ella quien iría con los chicos al estreno, pero al fallarles la primera estrategia de casamenteras y luego que la misma Pony se diera cuenta las miradas de enfado de Candy mientras Terrence bailaba con la señorita Marlowe, se le ocurrió jugar con los celos de Candy y afortunadamente su sobrina mordió el anzuelo. Martha, les había dicho su nieta Patricia le contó que Candy se tornaba roja de rabia cuando la joven Marlowe luchaba por ponerle las manos encima al joven Grantchester.
—Te lo dije —Pony sonrió —se gustan, solo es cuestión de tiempo —suspiró —pero los dos son tan cabezotas que ninguno quiere aceptar lo que siente por el otro.
—¿Que sigue ahora?
—Habla con tu sobrino a ver que se le ocurre hacer para que ambos pasen mas tiempo juntos, después de todo este también es su plan y el de los padres del muchacho.
—Tienes razón, hablaré con William mañana.
—No, de ninguna manera, debes hablar con él ahora mismo —exigió Pony.
—Pero ya es tarde y seguro está descansando.
—Pues despiértalo, no podemos esperar hasta mañana, esto es una emergencia nacional y requiere que planeemos todo hoy mismo.
************************
Candy bajó al comedor como acostumbraba cada mañana, vistiendo un ajustado traje de montar para salir a dar un paseo junto a sus amigas después del desayuno.
Terry se vio obligado a desviar la mirada, aquel ceñido traje de montar no dejaba nada a la imaginación y su irreverente amigo de entrepierna estaba comenzando a dar muestra que estaba mas despierto que nunca.
—Buenos días —saludó la joven rubia con una sonrisa mientras ocupaba su lugar e ignoraba a su compañero de lado.
—Buenos días Pequeña, veo que has despertado con mejor semblante.
—Si —respondió Candy con una amplia sonrisa la cual se desvanecería ante las palabras de su hermano.
—Candy ahora que se avecina la fiesta vaquera, sería buena idea que lleves a Terry al rancho de los Cartwright, para que vaya conociendo un poco de que trata todo.
—¿Y yo por que? —protestó Candy —el señor Grantchester es el invitado de Anthony por lo tanto debe atenderlo él mismo.
—Oh vamos hermanita, nadie mejor que tú para esa tarea, ademas te recuerdo que eres una de las organizadoras del evento así que como buena anfitriona te corresponde ese privilegio.
—Anthony tiene razón Candice —intervino la Tía Elroy
¿Su Tía estaba sonriendo? ...Argggggg! el granuja junto a ella también lo hacía
"Maldito Anthony me las vas a pagar"... —pensó la rubia al ver la sonrisa burlona de su hermano.
—Pues tendrá que ser otro día, porque ya tengo planes para hoy y no pienso cambiarlos por nada ni por nadie ¿verdad chicas? —miró a sus amigas quienes se limitaron a asentir.
—Terry podría acompañarlas, así sirve que conozca los alrededores —propuso Albert.
¿Que demonios? ¿Era su imaginación o su hermano estaba empeñado que pasara tiempo con aquel granuja? ¡Ja! —Si Albert supiera la clase de sin vergüenza que es, dudo mucho que me estuviera pidiendo tal cosa.
—No, —respondió la joven rubia tajante. Por nada del mundo permitiría que le echaran a perder sus planes de ir al río junto a sus amigas y nadar un rato aprovechando que a esa hora el lugar estaba libre de miradas indiscretas.
—Está bien —intervino Terry. Si ella no quería su compañía, tampoco a él le interesaba la suya. —puedo esperar a que Anthony, Stair y Archie regresen para que sean ellos quienes me muestren los alrededores.
—Pues amigo —comenzó a decir Anthony —deberás esperar uno o dos días que es mas o menos lo que demoraremos en regresar.
—En ese caso, puedo acompañarlos —propuso Terry.
—De ninguna manera —Intervino la señora Elroy —usted es nuestro invitado y por nada del mundo permitiré que desperdicie sus vacaciones acompañando a los chicos a resolver asuntos relacionados a los negocios de la familia.
—Mi Tia tiene razón Terry —musitó Anthony —lo mejor es que permanezcas en Lakewood y descanses un poco, ya recuperaremos el tiempo, te lo aseguro.
*********************
Luego de terminar el desayuno, Candy junto a sus amigas se dirigieron a las caballerizas y tras pedir que les ensillaran tres caballos, subieron a estos, tomaron las riendas y salieron a todo galope.
La joven rubia amaba sentir el viento fresco golpear su rostro mientras galopaba, aquella sensación le hacia sentir como verdadera Amazona en medio de la verde vegetación de Lakewood.
Fue ajustando poco a poco las riendas para bajar la velocidad de la yegua. De un salto bajó de esta y acarició la cara del animal como siempre solía hacerlo.
—Te he extrañado hermosa —acercó su rostro al de la yegua y permaneció así por unos segundos. Perdóname por haberte abandonado tanto tiempo, te prometo que recuperaremos el tiempo perdido —y mas ahora que la fiesta vaquera en el rancho de los Cartwright está a las puertas —revolvió el cabello de Cleopatra —Tu y yo les demostraremos a todos esos insufribles machos lo que un par de chicas son capaz de hacer cuando trabajan en equipo —sacó una manzana que había tomado de la cocina se la dio —en respuesta, Cleopatra movió su cabeza de una lado a otro.
—Buena chica —musitó Candy tomando las riendas y atándola a un árbol cercano al río.
—Candy, ¿de verdad participaras este año? —preguntó una sorprendida Patty.
—Por supuesto, les demostraré a todos en especial al idiota del amigo de Anthony,
que las mujeres además de bordar, cuidar la casa y todas esas tonterías, sabemos hacer otras cosas.
—¿Estas segura que lo lograrás?
—Claro —respondió ella —si algo tengo que agradecerle al idiota de Tom, es el haberme enseñado a lanzar la soga.
—¡Puf! —Annie bufó —y a que precio.
—Tienes razón, ese beso fue asqueroso no como el de... —Candy se detuvo y sus mejillas se sonrojaron.
—Continua, ¿por que te detienes?.
—No tiene importancia —chasqueó la lengua.
—Candy....—Patty achicó los ojos— ¿pasó algo más con Terry?
—No —respondió la rubia mordiéndose el labio inferior—¿por que lo preguntas?
Annie fijó sus ojos azules en las verdes pupilas de su amiga. Por mas que Candy intentara ocultarles algo, su mirada terminaba delatándola.
—Está bien, está bien —dijo rompiendo el contacto visual y dejándose caer en el suelo —me volvió a besar —soltó sin más.
—¡Oh Por Dios! —ambas amigas se dejaron caer a su lado
—¿Cuéntanos Candy, como fue? —¿Que sentiste? —preguntó una curiosa Patty.
—La verdad no entiendo que me está pasando con ese hombre, bueno en realidad si lo sé, pero me niego a aceptarlo. Anoche por ejemplo, mientras me besaba me sentí completamente abrumada por la manera como sus labios devoraban los míos, y sentí un agradable calor bajando por mi vientre, —tomó una bocanada de aire —pero luego sentí furia por su atrevimiento ¿quien se cree para tratarme como una fulana?.
—¿Lo golpeaste?
Annie y Patty permanecieron en silencio, en espera de su respuesta.
Candy se recostó en el pasto, colocó sus manos detrás de nuca y continuó.
—¡Aish! No —respondió —y la verdad no sé ni por que me molesto —suspiró —siempre he sabido que los hombres se comportan como animales irracionales cuando tienen a una mujer frente a ellos y son incapaces de ocultarlo.
—¿A que te refieres? —Preguntó Annie. —No estarás hablando de su entrepierna ¿verdad? —Annie cubrió su rostro avergonzada al recordar cierta entrepierna rozando la suya.
—A que mas va ser —Candy se sonrojó al recordar el bulto dentro de los pantalones de Terry —¿que tan grande será? —Sacudió la cabeza para ahuyentar su libidinoso pensamiento. ¡Por Dios! Ardería en el infierno si seguía imaginando las proporciones de la entrepierna de aquel granuja.
—¡Oh Santo Cielo! —Patty se sonrojó, no era una santa, pero hablar sobre aquel asunto la hacía sentir vergüenza.
Las tres comenzaron a reír.
—No cabe duda que debo cuidarme de ese granuja, no es normal que me la pase pensando en él y en su bulto que por cierto se veía bastante grande, mas de lo normal.
—¡Candy! —Dijeron sus amigas al unísono
—Bueno, nunca he visto uno realmente, he escuchado que algunos hombres lo tienen bien dotado y otros del tamaño del dedo meñique
—¡Por todos los cielos! —No es posible que hayas dicho eso —Annie se echó a reír a grandes carcajadas.
—Agradece al cielo que ni Daisy ni Sandra los vieron en pleno beso de lo contrario a esta hora estarías comprometida con Terry.
—Ni me lo recuerdes —musitó Candy sentándose, quitándose la chaqueta y lanzándola a sobre unos arbustos
Las tres chicas se giraron al escuchar los cascos de un caballo acercándose.
—¿Que sucede John? —preguntó la rubia al mozo de cuadra.
—La señora Elroy me ha enviado a decirle que tiene visita.
Candy hizo una mueca de desagrado. —Adios baño en el río.
Se pusieron de pie y emprendieron la marcha junto a John.
************************
Las cosas no podían ir peor para Terry. Sus amigos habían viajado, lo habían dejado completamente sólo, más aburrido que una ostra y no regresarían hasta dentro de uno o dos días
La señora Elroy, la señora Paulina y la señora Martha se pasaron secreteandose mientras lo miraban cuando creían que él no las veía y para variar, la llegada de una joven que se le echo encima en cuanto lo vio, fue la cereza del pastel. Con su andar coqueto y sus rizos sueltos, aquella chica se asemejaba a una medusa pelirroja. —¡Por Dios! sus pechos estaban casi en su boca. —¡Diablos! —Lo que habría dado por que fuera la Pequeña Fieresilla Pecosa que estuviera en su lugar. —Vaya eso si que seria glorioso — pero ella lo detestaba.
—¿Interrumpimos?
Terry dio un respingo al ver frente a él a quien había llamado en sus pensamientos
—Candice.
La joven rubia no pudo ocultar su disgusto ante la escena que acababa de presenciar, de haber sabido que aquella odiosa pelirroja era su visita no se hubiese molestado en volver a casa.
—Hola Elisa, ¿Que te trae por aquí?
—Supe que llegaron ayer, pero supuse que estarían cansados del viaje así que decidí aguardar hasta hoy para visitarlos
—¡Wow! Cuanta consideración de tu parte no debiste molestarme.
—No es ninguna molestia —respondió Elisa —pero de haber sabido que me encontraría con este bello ejemplar hubiera venido antes.
¿Ejemplar? ¿Lo había llamado ejemplar? ¡Demonios! Lo que me faltaba, ser tratado como un semental —pensó Terry
—Ya veo —musitó Candy con enfado —y al parecer te las has arreglado para presentarte, muy a tu estilo ¿verdad?
Elisa comenzó a reír de tal manera que Candy sintió que le explotarian los tímpanos de sus oídos y no precisamente por el sonido tan espantoso que hacía cuando reía de aquella manera tan desagradablemente, que era como escuchar un cerdo gruñir, sino por la furia que calentó sus orejas al ver como se pegaba a Terry.
—¿Participaras en la fiesta vaquera? —Elisa abanicó sus pestañas.
—Por supuesto que lo hará —respondió Candy.
Terry pestañeó varias veces.. Hasta donde recordaba, no había decidido participar en dicha fiesta. Incluso ella se había negado a llevarlo al rancho de Cartwright.
—En ese caso puede ser mi pareja durante toda la fiesta —Elisa se pegó mas a él.
—Me temo que eso no será posible —replicó Candy.
—¿Por que no, a caso será tu compañero?
—No —respondió la rubia enfáticamente.
—Y entonces ¿por que no puede ser mi pareja?
—Porque él deberá ganarse ese derecho.
Elisa frunció el ceño.
—Hasta donde tengo entendido cada dama soltera tiene el derecho de escoger su pareja.
—Pero las cosas han cambiado.
—No estaba enterada de esos cambios y honestamente no entiendo como es que tu lo sabes.
Candy rodó los ojos.
—¿Has olvidado que soy una de las organizadora del evento? —enarcó una ceja —yo puedo hacer los cambios que se me plazcan y acabo de decidir que los caballeros en busca de pareja deberán ganársela.
¡Interesante! —Terry rió para sus adentros.
—¿Y que se supone que debo hacer para ganar ese derecho? —intervino el castaño.
—Mañana durante nuestra visita al rancho de los Cartwright lo sabrá señor Grantchester .
—¿Puedo acompañarlos? —Elisa se colgó del brazo de Terry.
—No —respondió Candy con el ceño fruncido —solo estorbarías.
Terry se liberó del agarre de aquella medusa pelirroja empalagosa y sin decir una sola palabra más, salió de la estancia con una sonrisa de autosuficiencia. La señorita Ardley estaba marcando su territorio. Aquello comenzaba a gustarle.
Cambiando el Destino Por Terry
Directo Al Corazón
Capítulo VI
By Rossy Castaneda
Desde que su sobrino Albert se lo propuso, Emilia Elroy no dudó en apoyar el plan que su sobrino mayor y el duque de Grantchester orquestaron. Candice necesitaba un esposo y Terrence una esposa, si las cosas salían como las habían planeado esos dos terminarían comprometidos y casados posteriormente. Pero conociendo la testarudez de su sobrina, Emilia Elroy en complicidad con sus amigas Paulina Giddings (Pony) tia de Annie y Martha O'brian abuela de Patty, armaron todo una estrategia de casamenteras al darse cuenta que Terrence no le era indiferente a Candy y viceversa. Terrence casi había devorado a Candice con la mirada cuando la vio por primera vez y Candice se había puesto verde de coraje cuando Terrence bailaba con la señorita Marlowe. Mientras Terrence intentaba liberarse de la compañía, si es que se le podía llamar así, de la joven Marlowe, Paulina y ella observaron a la distancia cuando Candice iba camino al balcón y sonrieron al ver que segundos mas tarde, Terrence dirigía su mirada en aquella misma dirección. Cuando finalmente el muchacho se liberó de la molesta señorita Marlowe, Martha entró en acción y tras confirmar que estaban en lo correcto, les hizo una señal para llevar a cabo su plan maestro el cual no fallaría. Dicho plan consistía en que Pony, enviaría a las dos chismosas reporteras al jardín para que encontraran a Candice y a Terrence en una situación comprometedora, pero las cosas no salieron como lo planearon, y ella había perdido todo esperanza. La ida al Teatro en parejas fue todo idea de Pony en realidad sería ella quien iría con los chicos al estreno, pero al fallarles la primera estrategia de casamenteras y luego que la misma Pony se diera cuenta las miradas de enfado de Candy mientras Terrence bailaba con la señorita Marlowe, se le ocurrió jugar con los celos de Candy y afortunadamente su sobrina mordió el anzuelo. Martha, les había dicho su nieta Patricia le contó que Candy se tornaba roja de rabia cuando la joven Marlowe luchaba por ponerle las manos encima al joven Grantchester.
—Te lo dije —Pony sonrió —se gustan, solo es cuestión de tiempo —suspiró —pero los dos son tan cabezotas que ninguno quiere aceptar lo que siente por el otro.
—¿Que sigue ahora?
—Habla con tu sobrino a ver que se le ocurre hacer para que ambos pasen mas tiempo juntos, después de todo este también es su plan y el de los padres del muchacho.
—Tienes razón, hablaré con William mañana.
—No, de ninguna manera, debes hablar con él ahora mismo —exigió Pony.
—Pero ya es tarde y seguro está descansando.
—Pues despiértalo, no podemos esperar hasta mañana, esto es una emergencia nacional y requiere que planeemos todo hoy mismo.
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Candy bajó al comedor como acostumbraba cada mañana, vistiendo un ajustado traje de montar para salir a dar un paseo junto a sus amigas después del desayuno.
Terry se vio obligado a desviar la mirada, aquel ceñido traje de montar no dejaba nada a la imaginación y su irreverente amigo de entrepierna estaba comenzando a dar muestra que estaba mas despierto que nunca.
—Buenos días —saludó la joven rubia con una sonrisa mientras ocupaba su lugar e ignoraba a su compañero de lado.
—Buenos días Pequeña, veo que has despertado con mejor semblante.
—Si —respondió Candy con una amplia sonrisa la cual se desvanecería ante las palabras de su hermano.
—Candy ahora que se avecina la fiesta vaquera, sería buena idea que lleves a Terry al rancho de los Cartwright, para que vaya conociendo un poco de que trata todo.
—¿Y yo por que? —protestó Candy —el señor Grantchester es el invitado de Anthony por lo tanto debe atenderlo él mismo.
—Oh vamos hermanita, nadie mejor que tú para esa tarea, ademas te recuerdo que eres una de las organizadoras del evento así que como buena anfitriona te corresponde ese privilegio.
—Anthony tiene razón Candice —intervino la Tía Elroy
¿Su Tía estaba sonriendo? ...Argggggg! el granuja junto a ella también lo hacía
"Maldito Anthony me las vas a pagar"... —pensó la rubia al ver la sonrisa burlona de su hermano.
—Pues tendrá que ser otro día, porque ya tengo planes para hoy y no pienso cambiarlos por nada ni por nadie ¿verdad chicas? —miró a sus amigas quienes se limitaron a asentir.
—Terry podría acompañarlas, así sirve que conozca los alrededores —propuso Albert.
¿Que demonios? ¿Era su imaginación o su hermano estaba empeñado que pasara tiempo con aquel granuja? ¡Ja! —Si Albert supiera la clase de sin vergüenza que es, dudo mucho que me estuviera pidiendo tal cosa.
—No, —respondió la joven rubia tajante. Por nada del mundo permitiría que le echaran a perder sus planes de ir al río junto a sus amigas y nadar un rato aprovechando que a esa hora el lugar estaba libre de miradas indiscretas.
—Está bien —intervino Terry. Si ella no quería su compañía, tampoco a él le interesaba la suya. —puedo esperar a que Anthony, Stair y Archie regresen para que sean ellos quienes me muestren los alrededores.
—Pues amigo —comenzó a decir Anthony —deberás esperar uno o dos días que es mas o menos lo que demoraremos en regresar.
—En ese caso, puedo acompañarlos —propuso Terry.
—De ninguna manera —Intervino la señora Elroy —usted es nuestro invitado y por nada del mundo permitiré que desperdicie sus vacaciones acompañando a los chicos a resolver asuntos relacionados a los negocios de la familia.
—Mi Tia tiene razón Terry —musitó Anthony —lo mejor es que permanezcas en Lakewood y descanses un poco, ya recuperaremos el tiempo, te lo aseguro.
*********************
Luego de terminar el desayuno, Candy junto a sus amigas se dirigieron a las caballerizas y tras pedir que les ensillaran tres caballos, subieron a estos, tomaron las riendas y salieron a todo galope.
La joven rubia amaba sentir el viento fresco golpear su rostro mientras galopaba, aquella sensación le hacia sentir como verdadera Amazona en medio de la verde vegetación de Lakewood.
Fue ajustando poco a poco las riendas para bajar la velocidad de la yegua. De un salto bajó de esta y acarició la cara del animal como siempre solía hacerlo.
—Te he extrañado hermosa —acercó su rostro al de la yegua y permaneció así por unos segundos. Perdóname por haberte abandonado tanto tiempo, te prometo que recuperaremos el tiempo perdido —y mas ahora que la fiesta vaquera en el rancho de los Cartwright está a las puertas —revolvió el cabello de Cleopatra —Tu y yo les demostraremos a todos esos insufribles machos lo que un par de chicas son capaz de hacer cuando trabajan en equipo —sacó una manzana que había tomado de la cocina se la dio —en respuesta, Cleopatra movió su cabeza de una lado a otro.
—Buena chica —musitó Candy tomando las riendas y atándola a un árbol cercano al río.
—Candy, ¿de verdad participaras este año? —preguntó una sorprendida Patty.
—Por supuesto, les demostraré a todos en especial al idiota del amigo de Anthony,
que las mujeres además de bordar, cuidar la casa y todas esas tonterías, sabemos hacer otras cosas.
—¿Estas segura que lo lograrás?
—Claro —respondió ella —si algo tengo que agradecerle al idiota de Tom, es el haberme enseñado a lanzar la soga.
—¡Puf! —Annie bufó —y a que precio.
—Tienes razón, ese beso fue asqueroso no como el de... —Candy se detuvo y sus mejillas se sonrojaron.
—Continua, ¿por que te detienes?.
—No tiene importancia —chasqueó la lengua.
—Candy....—Patty achicó los ojos— ¿pasó algo más con Terry?
—No —respondió la rubia mordiéndose el labio inferior—¿por que lo preguntas?
Annie fijó sus ojos azules en las verdes pupilas de su amiga. Por mas que Candy intentara ocultarles algo, su mirada terminaba delatándola.
—Está bien, está bien —dijo rompiendo el contacto visual y dejándose caer en el suelo —me volvió a besar —soltó sin más.
—¡Oh Por Dios! —ambas amigas se dejaron caer a su lado
—¿Cuéntanos Candy, como fue? —¿Que sentiste? —preguntó una curiosa Patty.
—La verdad no entiendo que me está pasando con ese hombre, bueno en realidad si lo sé, pero me niego a aceptarlo. Anoche por ejemplo, mientras me besaba me sentí completamente abrumada por la manera como sus labios devoraban los míos, y sentí un agradable calor bajando por mi vientre, —tomó una bocanada de aire —pero luego sentí furia por su atrevimiento ¿quien se cree para tratarme como una fulana?.
—¿Lo golpeaste?
Annie y Patty permanecieron en silencio, en espera de su respuesta.
Candy se recostó en el pasto, colocó sus manos detrás de nuca y continuó.
—¡Aish! No —respondió —y la verdad no sé ni por que me molesto —suspiró —siempre he sabido que los hombres se comportan como animales irracionales cuando tienen a una mujer frente a ellos y son incapaces de ocultarlo.
—¿A que te refieres? —Preguntó Annie. —No estarás hablando de su entrepierna ¿verdad? —Annie cubrió su rostro avergonzada al recordar cierta entrepierna rozando la suya.
—A que mas va ser —Candy se sonrojó al recordar el bulto dentro de los pantalones de Terry —¿que tan grande será? —Sacudió la cabeza para ahuyentar su libidinoso pensamiento. ¡Por Dios! Ardería en el infierno si seguía imaginando las proporciones de la entrepierna de aquel granuja.
—¡Oh Santo Cielo! —Patty se sonrojó, no era una santa, pero hablar sobre aquel asunto la hacía sentir vergüenza.
Las tres comenzaron a reír.
—No cabe duda que debo cuidarme de ese granuja, no es normal que me la pase pensando en él y en su bulto que por cierto se veía bastante grande, mas de lo normal.
—¡Candy! —Dijeron sus amigas al unísono
—Bueno, nunca he visto uno realmente, he escuchado que algunos hombres lo tienen bien dotado y otros del tamaño del dedo meñique
—¡Por todos los cielos! —No es posible que hayas dicho eso —Annie se echó a reír a grandes carcajadas.
—Agradece al cielo que ni Daisy ni Sandra los vieron en pleno beso de lo contrario a esta hora estarías comprometida con Terry.
—Ni me lo recuerdes —musitó Candy sentándose, quitándose la chaqueta y lanzándola a sobre unos arbustos
Las tres chicas se giraron al escuchar los cascos de un caballo acercándose.
—¿Que sucede John? —preguntó la rubia al mozo de cuadra.
—La señora Elroy me ha enviado a decirle que tiene visita.
Candy hizo una mueca de desagrado. —Adios baño en el río.
Se pusieron de pie y emprendieron la marcha junto a John.
************************
Las cosas no podían ir peor para Terry. Sus amigos habían viajado, lo habían dejado completamente sólo, más aburrido que una ostra y no regresarían hasta dentro de uno o dos días
La señora Elroy, la señora Paulina y la señora Martha se pasaron secreteandose mientras lo miraban cuando creían que él no las veía y para variar, la llegada de una joven que se le echo encima en cuanto lo vio, fue la cereza del pastel. Con su andar coqueto y sus rizos sueltos, aquella chica se asemejaba a una medusa pelirroja. —¡Por Dios! sus pechos estaban casi en su boca. —¡Diablos! —Lo que habría dado por que fuera la Pequeña Fieresilla Pecosa que estuviera en su lugar. —Vaya eso si que seria glorioso — pero ella lo detestaba.
—¿Interrumpimos?
Terry dio un respingo al ver frente a él a quien había llamado en sus pensamientos
—Candice.
La joven rubia no pudo ocultar su disgusto ante la escena que acababa de presenciar, de haber sabido que aquella odiosa pelirroja era su visita no se hubiese molestado en volver a casa.
—Hola Elisa, ¿Que te trae por aquí?
—Supe que llegaron ayer, pero supuse que estarían cansados del viaje así que decidí aguardar hasta hoy para visitarlos
—¡Wow! Cuanta consideración de tu parte no debiste molestarme.
—No es ninguna molestia —respondió Elisa —pero de haber sabido que me encontraría con este bello ejemplar hubiera venido antes.
¿Ejemplar? ¿Lo había llamado ejemplar? ¡Demonios! Lo que me faltaba, ser tratado como un semental —pensó Terry
—Ya veo —musitó Candy con enfado —y al parecer te las has arreglado para presentarte, muy a tu estilo ¿verdad?
Elisa comenzó a reír de tal manera que Candy sintió que le explotarian los tímpanos de sus oídos y no precisamente por el sonido tan espantoso que hacía cuando reía de aquella manera tan desagradablemente, que era como escuchar un cerdo gruñir, sino por la furia que calentó sus orejas al ver como se pegaba a Terry.
—¿Participaras en la fiesta vaquera? —Elisa abanicó sus pestañas.
—Por supuesto que lo hará —respondió Candy.
Terry pestañeó varias veces.. Hasta donde recordaba, no había decidido participar en dicha fiesta. Incluso ella se había negado a llevarlo al rancho de Cartwright.
—En ese caso puede ser mi pareja durante toda la fiesta —Elisa se pegó mas a él.
—Me temo que eso no será posible —replicó Candy.
—¿Por que no, a caso será tu compañero?
—No —respondió la rubia enfáticamente.
—Y entonces ¿por que no puede ser mi pareja?
—Porque él deberá ganarse ese derecho.
Elisa frunció el ceño.
—Hasta donde tengo entendido cada dama soltera tiene el derecho de escoger su pareja.
—Pero las cosas han cambiado.
—No estaba enterada de esos cambios y honestamente no entiendo como es que tu lo sabes.
Candy rodó los ojos.
—¿Has olvidado que soy una de las organizadora del evento? —enarcó una ceja —yo puedo hacer los cambios que se me plazcan y acabo de decidir que los caballeros en busca de pareja deberán ganársela.
¡Interesante! —Terry rió para sus adentros.
—¿Y que se supone que debo hacer para ganar ese derecho? —intervino el castaño.
—Mañana durante nuestra visita al rancho de los Cartwright lo sabrá señor Grantchester .
—¿Puedo acompañarlos? —Elisa se colgó del brazo de Terry.
—No —respondió Candy con el ceño fruncido —solo estorbarías.
Terry se liberó del agarre de aquella medusa pelirroja empalagosa y sin decir una sola palabra más, salió de la estancia con una sonrisa de autosuficiencia. La señorita Ardley estaba marcando su territorio. Aquello comenzaba a gustarle.
Última edición por RossyCastaneda el Vie Abr 24, 2020 6:09 pm, editado 1 vez (Razón : Wrong Picture)