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Divinas Místicas de Terry —Cambiando el Destino Por Terry
Directo al Corazón
Capítulo IX
By Rossy Castaneda
Terry abrió los ojos abruptamente al escuchar que algo caía dentro del agua. Su ya erecto miembro danzó de alegría al ver frente a él a la culpable de estar así de duro y ardiente, nadando hasta él.
"No, esto es una alucinación" —se dijo para si, lanzando agua sobre su rostro, pero las delicadas manos de ella tocando su dorso desnudo y sus labios devorando los suyos le confirmaron que todo era real. —Y a quien le dan pan que llore ¿verdad?. Las manos del castaño rodearon el cuerpo de aquella mujer que lo tenía loco desde el primer día que lo vio, con posesión la atrajo a él. Candy gimió y arqueo la espalda al sentir aquel delicioso miembro rozando su entrepierna.
Aprovechando su boca entre abierta, Terry comenzó la exploración con su lengua mientras con una mano apretaba una a una las nalgas de ella y la otra la enredaba en su rubia cabellera.
Candy estaba a punto de protestar cuando los labios de él dejaron los suyos, pero al sentir su deliciosa boca descendiendo desde su cuello hasta sus pechos no hizo mas que gemir de puro placer. Bajo las aguas, Candy pudo sentir un calor que iba desde su vientre y se centraba en su zona mas íntima, la sanción era mayor que la que sintió en el jardín de la Mansion Ardley de New York, y estaba vez iba a pedir lo que necesitaba para liberarse. ¡Al diablo todo! Este hombre había despertado en ella el deseo de ir mas allá de lo jamás había imaginado. Sus labios besando, lamiendo chupando y succionando sus senos la estaban derritiendo internamente y su mano arrancando la braga de un tirón la hizo gemir con mayor intensidad, pero su travieso dedo moviéndose en círculos en su feminidad la estaban partiendo en dos.
—Terry —gimió ella al sentir que su dedo se movía con mayor intensidad y sintió una explosión que contrajo cada uno de sus músculos internos.
Terry besó sus labios de manera ardiente acallando así los gemidos de ella.
A pesar de aquella liberación, Candy sentía un vacío interno. Necesitaba mas y sabía perfectamente que Terry tenía entre sus piernas lo que podía satisfacerla por completo.
—Terry, dame lo que sea que necesito para liberarme —pidió ella sin más, enviando de paseo a la vergüenza a lugar muy remoto.
—Candy —dijo él entre jadeos —estas segura, perderás tu doncellez y una vez lo hagas no habrá vuelta atrás
—Completamente —respondió ella jadeante.
—Te lo daré, pero primero quiero saborear cada rincón de tu cuerpo y grabarlo en mi memoria, quiero que disfrutes de tu primera vez, tanto como yo lo haré.
—Yo también quiero hacerlo, pero no sé por donde empezar.
Terry vio su reflejo en aquel par de esmeraldas que estaban oscurecidas a causa del deseo, y estaba seguro que los suyos eran el mismo reflejo.
—Solo déjate llevar —dijo él inclinando la cabeza y besando sus labios, primero en una caricia suave. Ella pasó su lengua por la comisura de los labios de él y aquello fue un detonante para que él aumentara la presión
Candy pegó mas su cuerpo al de él y restregó este lentamente. Un ronco gemido salió de la garganta masculina cuando sintió que su miembro tocaba la suavidad de la feminidad de ella.
Sus suaves e inexpertas manos recorriendo su espalda desnuda eran una especie de fuego el cual, ni la fresca agua de aquel río podían apagar.
Con los ojos cerrados, Candy deslizó sus manos por debajo del agua y comenzó a acariciar una a una sus firmes nalgas. Terry apretó la mandíbula ante la sensación que aquellas inocentes pero atrevidas caricias provocaron en él, Candy gimió al sentir que el miembro de él aumentó su volumen y gruesor, pudo sentir la diferencia entre un antes y un después, cuando éste rozó con mayor firmeza su pierna
Terry la alzó de la cintura y ella abrió sus piernas y las entrelazó alrededor de la cintura de él
—Candy —musitó él pegado a su oido —muero por estar dentro de ti ahora.
—Hazlo, no te detengas —dijo ella jadeante —yo también quiero sentirte dentro de mi.
—Dolerá un poco —le advirtió —y no lo digo por el tamaño sino porque será tu primera vez.
—Lo sé —respondió ella —solo hazlo, estoy preparada.
Terry besó sus labios ardientemente y comenzó a ingresar en ella lentamente, arrancando jadeos que eran acallados por su lengua. Se detuvo al sentir la barrera de su virginidad impidiéndole el paso. Hizo ligeramente la cadera hacia atrás y en una envestida entró por completo en ella, arrancando un fuerte grito de dolor de la garganta de ella que acalló con sus labios una vez mas.
—Lo siento —le susurró al oído mientras con sus labios limpiaba las dos lagrimas que habían salido de sus preciosos ojos —¿estás bien?
—Si —respondió ella moviendo sus caderas —solo fue una punzada de dolor, pero ya pasó
Terry sonrió ante la valentía de sus palabras, sin mas comenzó a besar sus labios una vez mas, aquello era adictivo y no se cansaría de hacerlo. Sujeto a Candy de su pequeña cintura y la hacia subir y bajar por la longitud de su miembro.
La liberación de ambos llegó como la mas pura y ardiente lava volcánica destrozando todo a su paso. Él gritó su nombre mientras se derramaba por completo en su interior. Ella hizo lo mismo al tiempo que pegaba su cabeza en los hombros desnudos de él.
—Terry, no te sientas comprometido por lo que acaba de pasar—dijo Candy besando su cuello —fui yo quien incité esto y no voy a arrastrarte a hacer algo de lo que al igual que yo huyes.
—Debemos hacer lo correcto Candy —dijo él besando la coronilla de su cabeza.
—¿Lo correcto para quien? —¿Para la hipócrita sociedad en que vivimos y a quienes tenemos que soportar todo el tiempo y aceptar sus estúpidas normas? —No, yo no quiero eso para mi —dijo ella con seriedad saliendo del agua, tomando sus pertenencias, Terry salió tras ella y se puso su pantalón rápidamente, no iba a arriesgarse que alguien más viera sus encantos masculinos.
¡Diablos! —Candy mal dijo su descuido —La corriente de las aguas se había llevado su pequeña braga, sin quedarle mas remedió se puso el pantalón y el resto de su ropa rápidamente y prosiguió
—Ni a ti ni a mi nos interesa un matrimonio arreglado o ¿me equivoco? —lo miró —Por el momento tu y yo seguiremos como hasta ahora. Tu eres el amigo de Anthony y yo su hermana menor.
Terry abrió los ojos de par en par, ¡Por todos los cielos!, ella no se daba cuenta de la seriedad de las cosas, no se trataba de si querían o no, debían hacerlo, había enmasillado su honor, ningún hombre quería casarse con ella en cuanto supieran que había perdido su virginidad, sería repudiada y señalada por la,cruel sociedad en la que vivían, algo que él no pensaba permitir, además ella no le era indiferente, le gustaba y mucho, mas ahora después de lo que acababa de suceder entre ellos dentro del aquel río que era testigo de la manera como ella se entregó a él y como el se sintió el hombre mas dichoso sobre la faz de la tierra de ser el elegido.
—Candy —el la tomó suavemente del brazo impidiendo que se marchara —lo que acabamos de hacer dentro del río puede traer consecuencia, eres consciente de eso ¿verdad?. Y como el caballero que soy, debo asumir mi responsabilidad
Candy tragó saliva, había olvidado ese "pequeño" detalle . ¡Bah! Pero tenia que estar tan salada para que eso sucediera, solo lo habían hecho una sola vez .. pero ...¿y si él tenia razón? ¡Ay no! La pura idea le dio escalofríos. Él acababa de pronunciar aquellas palabra que ella tanto odiaba "asumir su responsabilidad". Todos sus sueños de un matrimonio por amor y no por compromiso se irían a la basura. Terry no la quería, lo que acababa de suceder entre ellos fue producto de la lujuria que se apodero de ella y él solo había reaccionado a sus instintos masculinos de tener a una mujer frente a él, y vaya que ella se había servido sola en bandeja de plata comportándose como una fulana.
—Terry —ella se soltó de su agarre con suavidad —no estas en la obligación de asumir una responsabilidad que no deseas en realidad.
Terry le tomó el mentón y la obligó a que lo viera, iba a decirle de una bendita vez que le interesaba y no precisamente como amiga, sino como algo mas y que fuera lo,que Dios quisiera.
—¿Y quien dice que no lo hago?
—¡Eh! —Ahora fue ella quien abrió sus ojos como platos.
—Me gustas Candy y mucho —Confesó él.
—¿Pero como? —Si yo he sido bastante insolente contigo, creí que te caía mal.
—Tal vez fue tu insolencia la que me cautivó —respondió él con una encantadora sonrisa.
—¿Desde cuando te gusto?
—Desde la primera vez que te besé en New York.. bueno en realidad desde mucho ante —se corrigió —me cautivaste desde antes de saber siquiera que eras la pequeña hermana de Anthony —; sabes, estaba acostumbrado a que las mujeres se desvivían por llamar mi atención pero contigo no sucedió así, creí que había perdido mi encanto
Candy bufó..
—Ademas de arrogante, presuntuoso.
Terry esbozó una sonrisa.
—Es parte de mi encanto — le guiñó un ojo —Pero debes sentirte orgullosa.
—¿De que, si se puede saber?
—Tu hiciste todo lo contrario a las demás mujeres, me pusiste en mi lugar, algo nadie había hecho.
—Siempre existe una primera vez —dijo ella orgullosa —y me agrada saber que yo fui la primera.
—Al igual que me agrada a mi saberme el primero —Terry besó la punta de su pecosa nariz —no sientas vergüenza por lo que acabamos de hacer Candy —le dijo él para re animarla al ver como sus mejillas se habían ruborizado furiosamente —te aseguro que hubiera sucedido tarde o temprano —besó sus labios —hablaré con Albert y tu tía hoy mismo. y para no levantar sospechas, pediré el permiso de ambos para cortejarte como es debido ¿te parece?.
—No, hoy no, hazlo mañana.
Terry asintió.
—De acuerdo se hará como tu digas —la estrecho en sus brazos —Sabes, a veces me da la impresión que ellos planearon todo para que tu y yo nos conociéramos.
—Yo he pensado lo mismo.
Ambos detuvieron su charla al escuchar ruidos provenientes de entre medio del bosque.
—¿Quien anda ahí?
¡Ay no! Aquello no podia estarle pasando, la abuela Martha, se acercaba peligrosamente.
—No hables —le ordenó Candy a Terry al percatarse que para su fortuna la mujer no traía puesto sus anteojos —métete al agua y no pronuncies una sola palabra.
—¿Candice eres tú?
—Hola abuela Martha, no esperaba verla por aquí y menos sin la compañía de Patty—respondió la rubia forzando una sonrisa.
Martha achicó los ojos para alcanzar a verla borrosamente.
—Pony y yo salimos a dar un paseo por los alrededores, te vimos pasar hacia la casa y luego te vimos que venias de regreso, así que pensamos que algo había sucedido, le pedí a Pony que fuera a la casa por ayuda mientras yo venía caminando hasta el río que fue la ruta que tu tomabas—¿estas sola? —escuché ruidos
—Si, como siempre lo hago cada vez que vengo a este lugar —respondió Candy rápidamente..
—Sucede algo, me da la impresión que estás nerviosa.
—¿Por que debía estarlo? —Candy forzó una sonrisa, la abuela Martha tenia problemas de visión pero de boba no tenía ni un solo cabello.
—No lo sé, dímelo tu —Martha maldijo para sus adentros el no tener sus anteojos, nada de eso estaría pasando si Pony no los hubiera llevado.
—Son cosas suyas abuela Martha.
—Es extraño, me pareció escuchar la voz de Terrence —Martha comenzó a olfatear como perro cazador —juraría que ese exquisito aroma que se siente en el ambiente, es el de su inconfundible colonia
Maldición! la abuela de Patty estaba media ciega, pero tenía un condenado oido y un sentido del olfato desarrollado para su edad.
—Jajaja que cosas dice abuela —Candy rió —mi única compañía es Cleopatra —la rubia guardo silencio al ver que Martha seguía olfateando y se acercaba a donde se encontraban la chaqueta de Terry.
—No, —Martha negó con a cabeza —no es el olor de tu yegua lo que siento, es el aroma de ese guapo chico
—Ah ! si, si —dijo Candy sonriendo ocultando su nerviosismo —seguramente es su chaqueta de montar —la recogió rápidamente y la extendió —estuvimos en el rancho de los Cartwright esta mañana, sentí un poco de frío y él muy amablemente como el caballero que es me la prestó.
—Eso lo explica todo —Martha rió pícaramente —es muy apuesto
—¿Quien? —preguntó Candy fingiendo demencia.
—Oh vamos Candy, sabes muy bien de quien te hablo —Martha palmeó su hombro —yo que tu me pondría lista o cualquier lagartona de esta región le dará caza o quizás la señorita Marlowe lo haga —la nombró Martha a propósito para ver su reacción —supe que vendrá en estos días.
—Lo sé —respondió Candy —Niel tuvo el desatino de decírmelo —Candy arrugó la nariz.
—Ahora que lo mencionas, un empleado de los Leagan llevó una invitación para esta noche, y sabes cual es el motivo de la velada?
Como no iba a saberlo, Lady zorra lo había mencionado en el rancho de lo Cartwright.
—Si lo sé.
—Ya ves, mas vale que te pongas lista o te ganaran a ese guapo Inglés —Martha le guiñó un ojo
Dentro del agua, Terry contuvo las ganas de reír. Aquella insolente anciana estaba haciendo otra de las suyas, pero su risa se desvaneció de golpe.
¡Infiernos! Estaban en problemas, la señora Pony se acercaba muy sonriente agitando la mano donde sostenía los anteojos de la señora Martha.
—Es momento de regresar a casa —Candy abrazó a la abuela Martha y le hizo una señal a Terry que se zambullera en las aguas del rio mientras ella se alejaba.
¡Demonios! Lo que faltaba —Se escuchó un relincho de entre el bosque
—¿Que fue ese ruido? —Martha se giró —vino de aquel lado —dijo casi arrebatándole los anteojos a Pony y colocándose los anteojos rápidamente.
Candy suspiro al ver que su yegua salía sola.
—Es Cleopatra —dijo con una sonrisa —regresemos a casa, a penas y tenemos tiempo para prepararnos para ir a la velada de los Leagan,no podemos hacerlos esperar, eso seria una gran descortesía de nuestra parte.
—¿Y donde esta Terry? —preguntó Pony buscándolo por todos lados —salieron juntos ¿no es así?
Candy rió nerviosamente, si la abuela Martha y sus preguntas la tenían al límite, Pony
le iba a hacer perder la poca tranquilidad que luchaba por mostrar así que optó comportarse insolente, o de lo contrario aquellas dos mueres iban a descubrirlo todo
—Si en efecto salimos juntos, pero él decidió quedarse mas tiempo y realmente él está lo suficientemente grandecito para saber que es lo que hace y lo que menos necesita es una nana para que este cuidándolo como si de un crío se tratara.
—Bueno en cuanto a que está suficientemente grandecito no hay discusión —Martha sonrió —Tienes unas manos bastante grande y estoy segura que otras partes de su cuerpo también lo estan.
Vaya que Pony tenia razon, Terry no tenia grande solo sus manos —los pezones de Candy se irguieron —Maldición, necesitaba dejar de pensar en la otra parte grande de la anatomía de Terry o quedaría al descubierto frente a Pony y a Martha que intercambiaban codazos y sonreían de manera cómplice.
Haciendo uso de todo su autocontrol, Candy alzó la barbilla de manera altanera, aspiró por la nariz y las miró con nerviosismo disfrazado de seriedad.
—Dudo mucho que al señor Granchester le agrade saber que ustedes dos piensan en lo grande de sus manos y otras partes de su cuerpo, además le recuerdo que están frente a una joven dama.
—Oh vamos Candy no adoptaras el papel de mojigata frente a nosotras ¿verdad? —Martha achicó los ojos detrás de los espejuelos —No es la primera vez que hablamos de ciertas cosas frente a Annie, Patty y a ti
—Bueno si, pero hay cosas que no se deben mencionar ¿no les parece?
—Me extraña que pienses ahora de esa manera cuando antes eras la más interesada en saber cómo se procreaban los hijos.
Terry estuvo a punto de estallar en carcajadas, si la Abuela Martha era insolente cuando estaba sola, ahora junto a Pony era peor.
—Bueno si, pero en la privacidad de mi habitación no en medio de la nada donde cualquiera puede escucharnos.
—¿Y quien podría escucharnos aquí? —Martha miró a todos lados comprobando que no había nadie alrededor.
—Volviendo a lo guapo de Terrence, no has notado lo amplios que son sus hombros —dijo Pony
—Uf y sus piernas —dijo Martha con una pícara sonrisa.
—Y que me dices de sus ...
Como no iba a darse cuenta, incluso los había visto sin ropa, pero en ese momento debía detenerlas.
—Creo que es hora de volver a casa ya hemos perdido suficiente tiempo.
—Oh sí, claro, claro, debes ponerte más linda de que ya eres —Martha le guiño un ojo —No permitas que Elisa se salga con la suya.
—Por supuesto que no iba a permitirlo y menos después de ...¡Aish! no debía pensar más en eso, o terminaría mojando los pantalones y no precisamente del agua del río, sino de sus propios flujos.
—Martha tiene razón Candy, hay que admitir que Elisa es bonita y tiene sus encantos y ya se ha comprobado que los sabe usar muy bien, y si las cosas le salen esta vez como estoy segura lo ha planeado puede atrapar a Terrence y entonces si, habrás dejado ir un buen partido.
Oh No! Lady Zorra no iba a salirse con la suya, Terry era suyo y de nadie más.
Continuará.......
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Nota..
Hola chicas, el capítulo anterior a este lo compartiré en el Foro Rosa normal, ya que como pensé la GF había acabado, lo compartí en otra plataforma, y ya saben las reglas se hicieron para cumplirse aunque la mayor parte de las veces las rompemos jajaja, aquí no podemos hacerlo, sino antes bien debemos respetarlas
Aquí les dejo el Link del capítulo anterior, espero lo disfruten
:point_down_tone1::point_down_tone1::point_down_tone1::point_down_tone1::point_down_tone1::point_down_tone1::point_down_tone1:
https://www.elainecandy.com/t25636-directo-al-corazon-capitulo-viii-by-rossy-castaneda#414427
Divinas Místicas de Terry —Cambiando el Destino Por Terry
Directo al Corazón
Capítulo IX
By Rossy Castaneda
Terry abrió los ojos abruptamente al escuchar que algo caía dentro del agua. Su ya erecto miembro danzó de alegría al ver frente a él a la culpable de estar así de duro y ardiente, nadando hasta él.
"No, esto es una alucinación" —se dijo para si, lanzando agua sobre su rostro, pero las delicadas manos de ella tocando su dorso desnudo y sus labios devorando los suyos le confirmaron que todo era real. —Y a quien le dan pan que llore ¿verdad?. Las manos del castaño rodearon el cuerpo de aquella mujer que lo tenía loco desde el primer día que lo vio, con posesión la atrajo a él. Candy gimió y arqueo la espalda al sentir aquel delicioso miembro rozando su entrepierna.
Aprovechando su boca entre abierta, Terry comenzó la exploración con su lengua mientras con una mano apretaba una a una las nalgas de ella y la otra la enredaba en su rubia cabellera.
Candy estaba a punto de protestar cuando los labios de él dejaron los suyos, pero al sentir su deliciosa boca descendiendo desde su cuello hasta sus pechos no hizo mas que gemir de puro placer. Bajo las aguas, Candy pudo sentir un calor que iba desde su vientre y se centraba en su zona mas íntima, la sanción era mayor que la que sintió en el jardín de la Mansion Ardley de New York, y estaba vez iba a pedir lo que necesitaba para liberarse. ¡Al diablo todo! Este hombre había despertado en ella el deseo de ir mas allá de lo jamás había imaginado. Sus labios besando, lamiendo chupando y succionando sus senos la estaban derritiendo internamente y su mano arrancando la braga de un tirón la hizo gemir con mayor intensidad, pero su travieso dedo moviéndose en círculos en su feminidad la estaban partiendo en dos.
—Terry —gimió ella al sentir que su dedo se movía con mayor intensidad y sintió una explosión que contrajo cada uno de sus músculos internos.
Terry besó sus labios de manera ardiente acallando así los gemidos de ella.
A pesar de aquella liberación, Candy sentía un vacío interno. Necesitaba mas y sabía perfectamente que Terry tenía entre sus piernas lo que podía satisfacerla por completo.
—Terry, dame lo que sea que necesito para liberarme —pidió ella sin más, enviando de paseo a la vergüenza a lugar muy remoto.
—Candy —dijo él entre jadeos —estas segura, perderás tu doncellez y una vez lo hagas no habrá vuelta atrás
—Completamente —respondió ella jadeante.
—Te lo daré, pero primero quiero saborear cada rincón de tu cuerpo y grabarlo en mi memoria, quiero que disfrutes de tu primera vez, tanto como yo lo haré.
—Yo también quiero hacerlo, pero no sé por donde empezar.
Terry vio su reflejo en aquel par de esmeraldas que estaban oscurecidas a causa del deseo, y estaba seguro que los suyos eran el mismo reflejo.
—Solo déjate llevar —dijo él inclinando la cabeza y besando sus labios, primero en una caricia suave. Ella pasó su lengua por la comisura de los labios de él y aquello fue un detonante para que él aumentara la presión
Candy pegó mas su cuerpo al de él y restregó este lentamente. Un ronco gemido salió de la garganta masculina cuando sintió que su miembro tocaba la suavidad de la feminidad de ella.
Sus suaves e inexpertas manos recorriendo su espalda desnuda eran una especie de fuego el cual, ni la fresca agua de aquel río podían apagar.
Con los ojos cerrados, Candy deslizó sus manos por debajo del agua y comenzó a acariciar una a una sus firmes nalgas. Terry apretó la mandíbula ante la sensación que aquellas inocentes pero atrevidas caricias provocaron en él, Candy gimió al sentir que el miembro de él aumentó su volumen y gruesor, pudo sentir la diferencia entre un antes y un después, cuando éste rozó con mayor firmeza su pierna
Terry la alzó de la cintura y ella abrió sus piernas y las entrelazó alrededor de la cintura de él
—Candy —musitó él pegado a su oido —muero por estar dentro de ti ahora.
—Hazlo, no te detengas —dijo ella jadeante —yo también quiero sentirte dentro de mi.
—Dolerá un poco —le advirtió —y no lo digo por el tamaño sino porque será tu primera vez.
—Lo sé —respondió ella —solo hazlo, estoy preparada.
Terry besó sus labios ardientemente y comenzó a ingresar en ella lentamente, arrancando jadeos que eran acallados por su lengua. Se detuvo al sentir la barrera de su virginidad impidiéndole el paso. Hizo ligeramente la cadera hacia atrás y en una envestida entró por completo en ella, arrancando un fuerte grito de dolor de la garganta de ella que acalló con sus labios una vez mas.
—Lo siento —le susurró al oído mientras con sus labios limpiaba las dos lagrimas que habían salido de sus preciosos ojos —¿estás bien?
—Si —respondió ella moviendo sus caderas —solo fue una punzada de dolor, pero ya pasó
Terry sonrió ante la valentía de sus palabras, sin mas comenzó a besar sus labios una vez mas, aquello era adictivo y no se cansaría de hacerlo. Sujeto a Candy de su pequeña cintura y la hacia subir y bajar por la longitud de su miembro.
La liberación de ambos llegó como la mas pura y ardiente lava volcánica destrozando todo a su paso. Él gritó su nombre mientras se derramaba por completo en su interior. Ella hizo lo mismo al tiempo que pegaba su cabeza en los hombros desnudos de él.
—Terry, no te sientas comprometido por lo que acaba de pasar—dijo Candy besando su cuello —fui yo quien incité esto y no voy a arrastrarte a hacer algo de lo que al igual que yo huyes.
—Debemos hacer lo correcto Candy —dijo él besando la coronilla de su cabeza.
—¿Lo correcto para quien? —¿Para la hipócrita sociedad en que vivimos y a quienes tenemos que soportar todo el tiempo y aceptar sus estúpidas normas? —No, yo no quiero eso para mi —dijo ella con seriedad saliendo del agua, tomando sus pertenencias, Terry salió tras ella y se puso su pantalón rápidamente, no iba a arriesgarse que alguien más viera sus encantos masculinos.
¡Diablos! —Candy mal dijo su descuido —La corriente de las aguas se había llevado su pequeña braga, sin quedarle mas remedió se puso el pantalón y el resto de su ropa rápidamente y prosiguió
—Ni a ti ni a mi nos interesa un matrimonio arreglado o ¿me equivoco? —lo miró —Por el momento tu y yo seguiremos como hasta ahora. Tu eres el amigo de Anthony y yo su hermana menor.
Terry abrió los ojos de par en par, ¡Por todos los cielos!, ella no se daba cuenta de la seriedad de las cosas, no se trataba de si querían o no, debían hacerlo, había enmasillado su honor, ningún hombre quería casarse con ella en cuanto supieran que había perdido su virginidad, sería repudiada y señalada por la,cruel sociedad en la que vivían, algo que él no pensaba permitir, además ella no le era indiferente, le gustaba y mucho, mas ahora después de lo que acababa de suceder entre ellos dentro del aquel río que era testigo de la manera como ella se entregó a él y como el se sintió el hombre mas dichoso sobre la faz de la tierra de ser el elegido.
—Candy —el la tomó suavemente del brazo impidiendo que se marchara —lo que acabamos de hacer dentro del río puede traer consecuencia, eres consciente de eso ¿verdad?. Y como el caballero que soy, debo asumir mi responsabilidad
Candy tragó saliva, había olvidado ese "pequeño" detalle . ¡Bah! Pero tenia que estar tan salada para que eso sucediera, solo lo habían hecho una sola vez .. pero ...¿y si él tenia razón? ¡Ay no! La pura idea le dio escalofríos. Él acababa de pronunciar aquellas palabra que ella tanto odiaba "asumir su responsabilidad". Todos sus sueños de un matrimonio por amor y no por compromiso se irían a la basura. Terry no la quería, lo que acababa de suceder entre ellos fue producto de la lujuria que se apodero de ella y él solo había reaccionado a sus instintos masculinos de tener a una mujer frente a él, y vaya que ella se había servido sola en bandeja de plata comportándose como una fulana.
—Terry —ella se soltó de su agarre con suavidad —no estas en la obligación de asumir una responsabilidad que no deseas en realidad.
Terry le tomó el mentón y la obligó a que lo viera, iba a decirle de una bendita vez que le interesaba y no precisamente como amiga, sino como algo mas y que fuera lo,que Dios quisiera.
—¿Y quien dice que no lo hago?
—¡Eh! —Ahora fue ella quien abrió sus ojos como platos.
—Me gustas Candy y mucho —Confesó él.
—¿Pero como? —Si yo he sido bastante insolente contigo, creí que te caía mal.
—Tal vez fue tu insolencia la que me cautivó —respondió él con una encantadora sonrisa.
—¿Desde cuando te gusto?
—Desde la primera vez que te besé en New York.. bueno en realidad desde mucho ante —se corrigió —me cautivaste desde antes de saber siquiera que eras la pequeña hermana de Anthony —; sabes, estaba acostumbrado a que las mujeres se desvivían por llamar mi atención pero contigo no sucedió así, creí que había perdido mi encanto
Candy bufó..
—Ademas de arrogante, presuntuoso.
Terry esbozó una sonrisa.
—Es parte de mi encanto — le guiñó un ojo —Pero debes sentirte orgullosa.
—¿De que, si se puede saber?
—Tu hiciste todo lo contrario a las demás mujeres, me pusiste en mi lugar, algo nadie había hecho.
—Siempre existe una primera vez —dijo ella orgullosa —y me agrada saber que yo fui la primera.
—Al igual que me agrada a mi saberme el primero —Terry besó la punta de su pecosa nariz —no sientas vergüenza por lo que acabamos de hacer Candy —le dijo él para re animarla al ver como sus mejillas se habían ruborizado furiosamente —te aseguro que hubiera sucedido tarde o temprano —besó sus labios —hablaré con Albert y tu tía hoy mismo. y para no levantar sospechas, pediré el permiso de ambos para cortejarte como es debido ¿te parece?.
—No, hoy no, hazlo mañana.
Terry asintió.
—De acuerdo se hará como tu digas —la estrecho en sus brazos —Sabes, a veces me da la impresión que ellos planearon todo para que tu y yo nos conociéramos.
—Yo he pensado lo mismo.
Ambos detuvieron su charla al escuchar ruidos provenientes de entre medio del bosque.
—¿Quien anda ahí?
¡Ay no! Aquello no podia estarle pasando, la abuela Martha, se acercaba peligrosamente.
—No hables —le ordenó Candy a Terry al percatarse que para su fortuna la mujer no traía puesto sus anteojos —métete al agua y no pronuncies una sola palabra.
—¿Candice eres tú?
—Hola abuela Martha, no esperaba verla por aquí y menos sin la compañía de Patty—respondió la rubia forzando una sonrisa.
Martha achicó los ojos para alcanzar a verla borrosamente.
—Pony y yo salimos a dar un paseo por los alrededores, te vimos pasar hacia la casa y luego te vimos que venias de regreso, así que pensamos que algo había sucedido, le pedí a Pony que fuera a la casa por ayuda mientras yo venía caminando hasta el río que fue la ruta que tu tomabas—¿estas sola? —escuché ruidos
—Si, como siempre lo hago cada vez que vengo a este lugar —respondió Candy rápidamente..
—Sucede algo, me da la impresión que estás nerviosa.
—¿Por que debía estarlo? —Candy forzó una sonrisa, la abuela Martha tenia problemas de visión pero de boba no tenía ni un solo cabello.
—No lo sé, dímelo tu —Martha maldijo para sus adentros el no tener sus anteojos, nada de eso estaría pasando si Pony no los hubiera llevado.
—Son cosas suyas abuela Martha.
—Es extraño, me pareció escuchar la voz de Terrence —Martha comenzó a olfatear como perro cazador —juraría que ese exquisito aroma que se siente en el ambiente, es el de su inconfundible colonia
Maldición! la abuela de Patty estaba media ciega, pero tenía un condenado oido y un sentido del olfato desarrollado para su edad.
—Jajaja que cosas dice abuela —Candy rió —mi única compañía es Cleopatra —la rubia guardo silencio al ver que Martha seguía olfateando y se acercaba a donde se encontraban la chaqueta de Terry.
—No, —Martha negó con a cabeza —no es el olor de tu yegua lo que siento, es el aroma de ese guapo chico
—Ah ! si, si —dijo Candy sonriendo ocultando su nerviosismo —seguramente es su chaqueta de montar —la recogió rápidamente y la extendió —estuvimos en el rancho de los Cartwright esta mañana, sentí un poco de frío y él muy amablemente como el caballero que es me la prestó.
—Eso lo explica todo —Martha rió pícaramente —es muy apuesto
—¿Quien? —preguntó Candy fingiendo demencia.
—Oh vamos Candy, sabes muy bien de quien te hablo —Martha palmeó su hombro —yo que tu me pondría lista o cualquier lagartona de esta región le dará caza o quizás la señorita Marlowe lo haga —la nombró Martha a propósito para ver su reacción —supe que vendrá en estos días.
—Lo sé —respondió Candy —Niel tuvo el desatino de decírmelo —Candy arrugó la nariz.
—Ahora que lo mencionas, un empleado de los Leagan llevó una invitación para esta noche, y sabes cual es el motivo de la velada?
Como no iba a saberlo, Lady zorra lo había mencionado en el rancho de lo Cartwright.
—Si lo sé.
—Ya ves, mas vale que te pongas lista o te ganaran a ese guapo Inglés —Martha le guiñó un ojo
Dentro del agua, Terry contuvo las ganas de reír. Aquella insolente anciana estaba haciendo otra de las suyas, pero su risa se desvaneció de golpe.
¡Infiernos! Estaban en problemas, la señora Pony se acercaba muy sonriente agitando la mano donde sostenía los anteojos de la señora Martha.
—Es momento de regresar a casa —Candy abrazó a la abuela Martha y le hizo una señal a Terry que se zambullera en las aguas del rio mientras ella se alejaba.
¡Demonios! Lo que faltaba —Se escuchó un relincho de entre el bosque
—¿Que fue ese ruido? —Martha se giró —vino de aquel lado —dijo casi arrebatándole los anteojos a Pony y colocándose los anteojos rápidamente.
Candy suspiro al ver que su yegua salía sola.
—Es Cleopatra —dijo con una sonrisa —regresemos a casa, a penas y tenemos tiempo para prepararnos para ir a la velada de los Leagan,no podemos hacerlos esperar, eso seria una gran descortesía de nuestra parte.
—¿Y donde esta Terry? —preguntó Pony buscándolo por todos lados —salieron juntos ¿no es así?
Candy rió nerviosamente, si la abuela Martha y sus preguntas la tenían al límite, Pony
le iba a hacer perder la poca tranquilidad que luchaba por mostrar así que optó comportarse insolente, o de lo contrario aquellas dos mueres iban a descubrirlo todo
—Si en efecto salimos juntos, pero él decidió quedarse mas tiempo y realmente él está lo suficientemente grandecito para saber que es lo que hace y lo que menos necesita es una nana para que este cuidándolo como si de un crío se tratara.
—Bueno en cuanto a que está suficientemente grandecito no hay discusión —Martha sonrió —Tienes unas manos bastante grande y estoy segura que otras partes de su cuerpo también lo estan.
Vaya que Pony tenia razon, Terry no tenia grande solo sus manos —los pezones de Candy se irguieron —Maldición, necesitaba dejar de pensar en la otra parte grande de la anatomía de Terry o quedaría al descubierto frente a Pony y a Martha que intercambiaban codazos y sonreían de manera cómplice.
Haciendo uso de todo su autocontrol, Candy alzó la barbilla de manera altanera, aspiró por la nariz y las miró con nerviosismo disfrazado de seriedad.
—Dudo mucho que al señor Granchester le agrade saber que ustedes dos piensan en lo grande de sus manos y otras partes de su cuerpo, además le recuerdo que están frente a una joven dama.
—Oh vamos Candy no adoptaras el papel de mojigata frente a nosotras ¿verdad? —Martha achicó los ojos detrás de los espejuelos —No es la primera vez que hablamos de ciertas cosas frente a Annie, Patty y a ti
—Bueno si, pero hay cosas que no se deben mencionar ¿no les parece?
—Me extraña que pienses ahora de esa manera cuando antes eras la más interesada en saber cómo se procreaban los hijos.
Terry estuvo a punto de estallar en carcajadas, si la Abuela Martha era insolente cuando estaba sola, ahora junto a Pony era peor.
—Bueno si, pero en la privacidad de mi habitación no en medio de la nada donde cualquiera puede escucharnos.
—¿Y quien podría escucharnos aquí? —Martha miró a todos lados comprobando que no había nadie alrededor.
—Volviendo a lo guapo de Terrence, no has notado lo amplios que son sus hombros —dijo Pony
—Uf y sus piernas —dijo Martha con una pícara sonrisa.
—Y que me dices de sus ...
Como no iba a darse cuenta, incluso los había visto sin ropa, pero en ese momento debía detenerlas.
—Creo que es hora de volver a casa ya hemos perdido suficiente tiempo.
—Oh sí, claro, claro, debes ponerte más linda de que ya eres —Martha le guiño un ojo —No permitas que Elisa se salga con la suya.
—Por supuesto que no iba a permitirlo y menos después de ...¡Aish! no debía pensar más en eso, o terminaría mojando los pantalones y no precisamente del agua del río, sino de sus propios flujos.
—Martha tiene razón Candy, hay que admitir que Elisa es bonita y tiene sus encantos y ya se ha comprobado que los sabe usar muy bien, y si las cosas le salen esta vez como estoy segura lo ha planeado puede atrapar a Terrence y entonces si, habrás dejado ir un buen partido.
Oh No! Lady Zorra no iba a salirse con la suya, Terry era suyo y de nadie más.
Continuará.......
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Nota..
Hola chicas, el capítulo anterior a este lo compartiré en el Foro Rosa normal, ya que como pensé la GF había acabado, lo compartí en otra plataforma, y ya saben las reglas se hicieron para cumplirse aunque la mayor parte de las veces las rompemos jajaja, aquí no podemos hacerlo, sino antes bien debemos respetarlas
Aquí les dejo el Link del capítulo anterior, espero lo disfruten
:point_down_tone1::point_down_tone1::point_down_tone1::point_down_tone1::point_down_tone1::point_down_tone1::point_down_tone1:
https://www.elainecandy.com/t25636-directo-al-corazon-capitulo-viii-by-rossy-castaneda#414427
Última edición por RossyCastaneda el Mar Mayo 05, 2020 1:11 pm, editado 1 vez (Razón : Agregué el link del capítulo anterior)