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MÍRAME
By Cherry
Observo mi reflejo en el espejo intentando convencerme que la imagen que me devuelve es la ideal… no lo sé, para mí creo que está súper normal, pero no sé si a él lo voy a llegar a impresionar. Entonces me percato que son las nueve menos cuarto, debo salir corriendo si quiero poder pasar un rato charlando con mi crush.
Mientras me dirijo a la cafetería de siempre, me vuelven los pensamientos esos que me dicen que debería de cambiar mi interés por otro. Desde que soy consciente de que me gusta soy un desastre, ando despistada y todo lo hago mal. ¡Qué rabia que me da! Mientras él, siempre bien fresco, me cuenta cómo le va con cada nueva conquista… ¡Es desquiciante! ¡Desesperante!
Una vez pido mi consumición y voy la mesa de siempre. Son las nueve… estará pronto a llegar. Le doy un sorbo a mi café, miro por el cristal al exterior en espera de que aparezca… hahaha solo a mí se me ocurre emocionarme.
Pero la verdad es que quedé sorprendida con él desde la primera vez que lo vi… tan fresco y relajado, una mañana de domingo desayunando en este mismo local. Vestía unos tejanos y camiseta blanca como cualquier típico mortal. Y de presto chocamos, derramó todo su café sobre mí, el hermoso girasol que adornaba mi blusa se opacó por el color marrón del brebaje. Y menudo marrón que le monté por haber sido tan torpe… es que se me salió mi genio de chicarrón y le solté cuatro frescas; es cuestión de segundos me puse, que de ser yo un girasol no me calienta ni el sol. Muy molesta, no ¡Lo siguiente! Le termino aconsejando que se mantenga alejado de mí si no quería que le hiciera un tatuaje temporal de mi mano en su bonito rostro. Bueno, lo de bonito no lo dije.
Me río después de meses hahaha porque al día siguiente estaba otra vez en la cafetería intentando disculparse. Mi humor era mejor y por eso acepté la flor que me dio. Lo observé detenidamente y es entonces que fuí consciente de esos ojos azules como el cielo, cabellera dorada, alto, fornido… vamos, todo un pibonazo atlético. Me quería morir de la vergüenza por la forma en que lo traté ¡Fui muy bruta! Pero esbozó una sonrisa tipo “Perdona Vidas” porque se percató que finalmente me estaba quedando roja ante su belleza. Para serenarme me invitó a un café y sin darnos cuenta empezamos a charlar… nos reímos tanto, que al final lo seguimos haciendo desde entonces. Luego me confesó que nunca nadie lo había tratado de esa manera, que se pensaba era una estrategia mía para acercarme a él y fue entonces el turno de él en sorprenderse cuando le dije que no tenía interés alguno en su persona. Si supiera cómo estoy ahora…
-Buenos días Candy
-Ey… - me sobresalto… estaba tan concentrada en mis recuerdos que no me di cuenta de su llegada – buenos días Albert
-¿Qué tal tu fin de semana?
-Genial. Cenita con los amigos y el domingo fuimos a dar un paseo por el campo. ¿Y el tuyo?
-Uff… vamos movidito ¡Muy movidito! – lo fulmino con la mirada, ya sé qué significa eso… ha estado con alguna conquista suya; pero continúa su explicación ignorando las dagas en mis pupilas – esta chica es muy guapa, lo pasamos genial en la competencia de motocross… y me ha pedido vernos el siguiente fin de semana…
-Vaya, por lo visto tu pimpollito de una semana ha pasado a ser margarita – ironizo… no puedo evitarlo, mi mal genio sale cada vez que me explica sus ligues… trato de disimularlo ¡Es mi crush y detesto saberlo con otra!
-Hahahaha… puede ser… no lo descarto – bufo… hiperventilo, me pongo roja como un tomate y hecho humo por las orejas… creo que disfruta hacerme rabiar, como el tiempo que pasa con ellas, con todas sus conquistas.
Terminamos nuestra consumición y nos marchamos, sino llegaremos tarde al trabajo. Al entrar en el edificio. Me siento tras mi mesa y él entra al despacho. Guardo mi bolso en el cajón y él cuelga su abrigo. Enciendo el ordenador y tomo mi libreta, él se sienta y toma posición. Me levanto y me planto ante su mirada, el bombonazo de Albert sonríe y espera que le comente la agenda… ésta es mi maldición, mi crush es el gran jefazo.
Desde hace un mes ha decidido llevar el control de las otras delegaciones desde esta sucursal; volviéndose un tormento tener que trabajar junto al hombre que me bautizó con un café. Me costó pasar el trago de mi ansiedad, estupor, y sorpresa. Cuando lo vi por primera vez en la oficina, pensé que me venía a visitar y fue ahí cuando descubrí que era mi jefazo, mi superior, el mandamás. Me termina de dar las instrucciones y regreso a mi mesa para concentrarme en trabajar.
Es tan grande lo que siento por ti que siempre busco algo con que darme en el dedo chiquito para poderme concentrar. Todos los días me pasa igual. ¿Por qué me da la ilusión con él? Creo que lo mejor será que vaya a que me exorcicen y deje de fantasear con Albert.
La semana sigue su curso normal y yo sigo babeando por él, no entiendo de dónde sale esa fuerza para seguir suspirando por él ¿Será la fuerza del corazón? Naaaa, simplemente, yo que soy muy burra y no puedo fijarme en alguien más. Incluso por mucho que me sature de trabajo, me da tiempo de ir al gimnasio, tomar una copa con los amigos y soñar con mi crush.
-Candy, este viernes es la fiesta de aniversario de la empresa
-Sí señor… está todo listo… su tía Elroy ha llamado confirmando su asistencia
-Y usted ¿Sabe con quién va? – ¿Y por qué me pregunta ahora eso? Cuando deja de lado nuestra familiaridad para tratarme de usted me molesta, soy una mujer ¿Acaso no te puedo gustar? ¡Mírame!... cielos… concéntrate Candy, estás en el trabajo ¡Y él, es el jefazo!
-Por supuesto señor, sino, no tendría razón que le pida me acompañe - ¡¿Qué ha sido eso?! ¿A caso es sorpresa lo que leo en su mirada? ¿Pensabas que nadie sería capaz de aguantar a esta monada de mua? ¡Ay, lo quiero estrangular! – y usted sabe ¿A cuál de todas sus margaritas va a llevar? – buaaah… lo he dicho ¡Si es que de verdad! Menuda boquita la que tengo y mi genio ¡El mejorcito!
-Sí… ya veré de llevar alguna
Y ya está ahí esa sonrisa suya tan perdona vidas que me pone tontorrona… ahsss… de verdad estoy para que me pongan una camisa de fuerza o me encierren en un manicomio ¡Este hombre es tan sensual! Por favor Candy ¡Concéntrate! Le entrego los papeles para que los firme y salgo de ahí pitando leches. Menudo geniecito que me gasto ahora mismo, y todo gracias a él.
Tomo mi móvil y busco entre mis contactos, alguno debo de poder acudir… debe serle un poquito de sombra… solo para que vea que yo puedo gustar, que alguien se fija en mí… que no es el único que va por ahí de señor. Finalmente me decido y llamo a mi amigo Tom… se parece tanto a Pablo Alborán que creo que es el adecuado. ¡Ay, Candy! ¿Qué berenjenal estás montando? Hahahaha ahora, me siento perversa.
Finalmente se llegó el día para realizar mi travesura… me siento diabólicamente traviesa hahaha ¡Qué peligro! ¿Qué será esta fuerza que me impulsa? ¿Será la fuerza del corazón? Madre mía Candy, deja de escuchar tanto a Alejandro Sanz que te está lavando la cabeza con tanta balada romántica.
Mi amigo se presenta a la hora y va impoluto ¡Es muy guapo el jodio! ¿Por qué no me fijé en él? En fin, el daño ya está hecho. Tom aceptó acompañarme después de que le conté mi dilema, y tras conocer a mi jefe, entendió muy bien mi desesperación ¡Anda que no sabe nada el tío! Solo le ha faltado observarnos por un par de minutos para deducir cuánto me atrae, me lo ha hecho saber y yo no sé dónde meter mi cabeza.
Pero mi instinto destructor aparece cuando veo como una mujer rubia, de ojos azules, bella, muy bella, demasiado bella para mi gusto, se cuelga de su brazo… ¡Quiero morir! Como mejor puedo, me dirijo al lavabo para poder sacarme el disgusto… sabía que salía con chicas, pero nunca lo vi con ellas, y esto para mí ha sido devastador.
Cuando regreso a la sala veo a mi amigo ¡Tooom! Bailando con la mujer que acompaña a Albert, me va a dar algo ¡Traidor! ¡Se supone que venías conmigo! Y mírenme ahora, me ha dejado sola.
-¿Disfrutas de la fiesta Candy? – Ay… ¡Casi doy un brinco para prenderme de la lámpara! Lo ha preguntado muy cerca de mi oído, que hasta he podido sentir su aliento chocando con mi piel
-Eh… sí… lo intento – le miento, mientras desvío mi mirada para otro lado - ¿Y usted señor?
Hahaha merezco aplausos… lo trato como mi jefe cuando él se acercó llamándome por mi nombre
-Bueno… estoy solo, pues Rosmary está con tu acompañante dando vueltas en la pista
-Si… ya los veo – lo pronuncio como un carraspeo
-¿Qué te parece si hacemos nosotros lo mismo? - ¡¡¡¿Quéeeeee?!!! Siento que estoy por caerme ¡Increíble! Me ha invitado a bailar, pero ¿Será posible? Este hombre sinceramente sabe cómo torturarme… no espera mi respuesta y con una de sus manos en mi espalda me empuja a la pista ¿Me empuja? Seré lenta ¡Con las ganas que tengo yo de bailar! Y más si es con él… no sé cómo mi cerebro se logra coordinar con mi cuerpo para que este se mueva y parezca que sabe bailar. Todavía estoy en shock, él lo sabe, por eso me dice – mírame… Candy, mírame
Como si las vértebras de mi cuello estuviran oxidadas, me muevo bruscamente buscando su mirada azur, intento tragar, pero se me atorzona en el cuello y no soy capaz de pronunciar nada.
-Pequeña, te siento extraña… es que ¿Acaso te molesta que tu acompañante baile con otra mujer? – muevo mi cabeza negando, aún no encuentro mi voz; vuelve a preguntar – entonces ¿Es por Rosmary? – desvío la mirada ¡Eso no lo pienso contestar! Pero él sonríe, es su odiosa sonrisa perdona vidas ¿Qué conclusiones estás sacando Albert?... y como si aún fuese capaz de sorprenderme más añade – bueno, debo admitir que también me afectó de una manera que no me esperaba cuando te vi llegar con él
-¿Qué?
-¿Qué tengo que hacer para que me mires Candy?
-¿Qué? – le vuelvo a preguntar… es que no sé qué otra cosa pronunciar… creo que mis neuronas se han dopado con endorfina hasta las cejas, de lo agustito que se siente estar en sus brazos
-Eres tan bella, fresca y natural… me has cautivado desde el minuto cero… desde que me mandaste de paseo sobre una burra porque derramé café sobre ti – me sonrojo con solo recordar la escena ¡Es que cabreada tengo tanto peligro! Pero él sigue su confesión – y por más que te sonriera, sentía que no serías capaz de fijarte en mí, aun después de contarte alguna que otra de mis locuras
-¿Te pensabas que por hablarme de tus conquistas, todas tus margaritas, yo me iba a declarar? – bufo… hiperventilo, lo quiero ahorcar ¿Qué maneras de conquistar son esas? Como un chiquillo travieso, provocador ¡Me lo quiero cargar! Tranquila Candy, respira
-Perdóname… creo que exageré un poco… realmente no eran conquistas – lo fulmino con la mirada ¿Te piensas que soy nueva Albert? Desvío nuevamente a mirada, ya estoy muy cabreada… entonces veo a Tom bailando de lo lindo con esa tal Rosmary
-Sí claro… no son conquistas, pero bien que les pides que te acompañen a fiestas y estas muy felices se cuelgan de tu brazo como cadena
-Hahaha… Candy, ella… esa mujer que ahora mismo te desespera, es mi hermana - ¡¡Quéeee!! Mis rodillas me fallan, y de seguro hubiese terminado en el suelo, si no es porque aún sigo entre sus brazos – y todas esas mujeres de las que te he hablado son de la familia, Patricia, Anny, Elisa, Gisela, y Meredith, son las novias de mis primos… pero como me encantaba ver tus gestitos de disgusto, nunca te dije qué nos unía, y más cuando tú les llamabas margaritas solo por no querer decir sus nombres… yo solo deseaba ser tu centro pero al final me terminé volviendo tu girasol… porque la única que me importa eres tú
Y sella sus palabras con un beso… me besa… ¡Me besa! Y sabe rico… madre mía, creo que he muerto del gustito. Cuando por fin separa sus labios de los mío añade.
-Dime que finalmente me vas a ver, que aceptas ser mi sol, que aceptas ser mi amor – muevo mi cabeza… alza una ceja porque quiere escuchar de mi voz la contestación
-Ssssi… te puedo aceptar como mi girasol - ¿Te puedo aceptar? Hahaha estar enamoradita me hace decir burradas hahaha
-Muy bien pequeña… no me importa, te voy a conquistar y seré el único hombre en quién te podrás fijar
¡Ay, lo que me ha dicho! Que me va a conquistar… ¿Cómo no voy a enamorarme más?
Que si llegases a estar en medio de un campo de girasol, serás el único el cual siempre reconocerá mi corazón.
F I N
OMG que lindo Mini-FIC... de mí pareja perfecta. 
esta le dice que sí pero como de burla 
y Albert se promete que la enamorará... 
mientras ella piensa como no amarlo si es todo lo que ella necesita. 
Me encantó.... 
Miles de gracias por compartir la historia. 
)