Cuantas vueltas habia dado la vida… que dificil era vivir…
En medio de aquella noche, de aquella ciudad habia salido a pasear sin darse cuenta una vez mas el rumbo que tomaba, era difícil estar en aquella casa mientras se ahogaba en sus recuerdos.
Se sento en aquella silla para ver las personas pasar, sus piernas ya no daban para mucho y su memoria para menos mas, pues apenas se alejaba un poco de la casona empezaba a perder el rumbo sin siquiera darse cuenta, entonces buscaba un asiento donde descansar y donde intentar ubicar su dirección.
Aquel perro a veces llegaba hasta donde el se encontraba, a veces lo seguía por un largo trecho y cuando el se sentaba el perro lo hacia frente a el como intentando decir algo. Albert podia tardar horas y horas sentado intentando recordar que estaba haciendo ahí. Luego por arte de magia empezaba a pensar que el era un gran viajero, miraba a todos lados buscando a poupe pero luego recordaba que hacia muchos años ella ya no estaba con el, recordaba su casa, su familia, sus amigos, recordaba que por seguir caminando no logro hacer raíces y que ahora estaba solo, miraba sus manos y notaba cuan atrofiadas estaban… No se arrepentia, solo que a veces el tiempo pasaba tan rápido que apenas se sentía como haber cerrado y abierto los ojos un instante.
- Renier sabes como volver? –terminaba diciendo al perro al recordar de pronto que hacia ahí.
El perro ladraba un par de veces, se levantaba en sus cuatro patas y meneaba la cola esperando a que el anciano se levantara una vez mas para guiarlo a casa… a la casa hogar en la que vivía desde que su demencia habia empezado a hacer acto de presencia. Ahí lo habian llevado los nietos de Archie despues de que su abuelo muriera, no por no querer cuidarlo si no porque el anciano se sentía extraño entre esos desconocidos con trajes y refinados modales, como les decía, en cambio en aquella casa se sentía a gusto, tranquilo, tal vez porque algun dia ese lugar habia sido un hermoso orfanato y que lo cuidaba una anciana como el que le parecía familiar y que a veces lograba reconocer. Candy.
Se levanto apoyando sus manos en el asiento y comenzaba a seguir al perro quien iba a su paso guiándolo de nueva cuenta al hogar de Ponny… Aquel perro fue idea de Candy, aquel perro era su único vinculo con la realidad cuando solia perderse.
Que dura es la vida, sobretodo cuando ya no sabes a donde perteneces y ya no tienes la fuerza para lograr investigarlo.