Estaba tan cansado de ser el blanco de los comentarios ácidos de la sociedad inmediatamente después de siquiera entrar al lugar de las reuniones. Fruncían el ceño, cuchicheaban y lanzaban miradas de desagrado. Le juzgaban por ser como era, le censuraban por ser lo que era, a veces le hubiera gustado que las miradas y cuchicheos se convirtieran en verdaderos retos a golpes para terminar el asunto de una vez por todas, las heridas del cuerpo sanan con el tiempo, pero las del corazón y la autoestima se quedan por mucho más tiempo y son igual de dolorosas que el primer día.
Entendió que el mundo es como un gran circo, dónde todos aquellos que le censuraban usaban maquillaje para ocultar sus propias faltas, apetitos y deseos. Ellos no se atrevías siquiera a actuar de acuerdo a su verdadera naturaleza por que era más importante aparentar y ser agradables para los demás. Hacían verdaderos actos de malabares, magia y escapismo para sostener su lugar intacto. Él no era en realidad tan malo, un poco caprichoso, eso sí, pero nada que no pudiera trabajarse con el tiempo y disciplina para ser adulto. Lo juzgaban por algo que había sucedido en sus años adolescentes, cuando le faltaba altura y juicio, el hombre que era ahora no era en esencia ni la sombra del chiquilo que era antaño.
Neal se hizo responsable con el paso del tiempo, la madurez que fue ganando con los años le hicieron exitoso en los negocios y en lo personal.
No la perseguiría más, no mendigaría más su afecto, no cambiaría su forma de ser por la “esperanza” de que ella pudiera notarlo y decidiera mirarlo siquiera.
¡No! Esto es lo que él era: divertido, serio, digno de confianza, amoroso, apasionado y totalmente digno de amor. Ella estaría en el pasado era el momento de despertar de la pesadilla que ella representaba, se levantaría y saldría al circo del mundo tal y como él es, sería el Ringmaster de su vida por que simplemente lo merecía.
Última edición por Mimicat Cornwell el Lun Abr 05, 2021 3:41 pm, editado 1 vez