Respondiendo al reto #4 de Izgell —Tia Elroy
Link de reto #3
https://www.elainecandy.com/t26135-amasonas-de-terry-rossy-castaneda-respondiendo-al-reto-girasoles-de-wendolyn-leagan
Tres semanas habían pasado desde que Tom había culminado su venganza en contra de Elisa. Tres semanas en las que La Tia Elroy no paraba de retar a Elisa, ya que por su estupidez y su falta de tacto, había tirado por la borda un matrimonio provechoso.
—Eres una tonta —decía Elroy por enésima vez —Escúchame bien Elisa, mas te vale que comiences a darle un buen uso a tu cabeza, porque hasta ahora solo la has utilizado para portar tu cabellera, ya va siendo hora que la desempolves —apretó los labios —No puedo creer que no tengas ni una sola neurona en ella.
Elisa bajó la mirada. No sabía que le dolía mas, si los regaños e insultos de su Tía quien siempre la mimaba y la consentía o su ruptura con Tom.
—No vas a decir nada.
—Tia Elroy, ya no me rete mas —rogó Elisa en un susurro.
—¿Que harás para resolver las cosas con ese muchacho?
—Usted cree que si supiera que hacer estuviera aquí soportando sus regaños —se atrevió a responder alzando la voz
—Como te atreves a hablarme de ese modo —alzó la mano dispuesta a cruzar el rostro de la muchacha
—Hágalo, no se detenga, bien merecido me lo tengo —el orgullo de la joven pelirroja cayó literalmente al piso, comenzó a llorar como nunca antes lo había hecho. Por su manía de juzgar a las personas por su manera de vestir, había perdido al único joven que le había soportado sus berrinches y ahora lo estaba pagando muy caro, no se dio cuenta como ni cuando sucedió, pero se había enamorado como una idiota de Tom y ahora, estaba sufriendo mas de lo que él lo hacía, ya que esa era la primera vez que abría su corazón a lo,que siempre consideró una cursilería, le había abierto las puertas de par en par al Amor.
—Elisa —musitó una sorprendida Tía Elroy. Aquella era la primera vez que veía des quebrajada a su sobrina preferida. La rabia se convirtió en otro sentimiento.
Elisa odiaba sentirse tan vulnerable, odiaba que sintieran lástima por ella, y esa era precisamente la mirada con la que su Tía la observaba en ese preciso momento, por esa razón, salió de la biblioteca y corrió escaleras arriba para dar rienda suelta al dolor que desgarraba su alma y su mal trecho corazón.
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Tres semanas habían pasado desde que Tom había culminado su venganza en contra de Elisa. Tres semanas en las que La Tia Elroy no paraba de retar a Elisa, ya que por su estupidez y su falta de tacto, había tirado por la borda un matrimonio provechoso.
—Eres una tonta —decía Elroy por enésima vez —Escúchame bien Elisa, mas te vale que comiences a darle un buen uso a tu cabeza, porque hasta ahora solo la has utilizado para portar tu cabellera, ya va siendo hora que la desempolves —apretó los labios —No puedo creer que no tengas ni una sola neurona en ella.
Elisa bajó la mirada. No sabía que le dolía mas, si los regaños e insultos de su Tía quien siempre la mimaba y la consentía o su ruptura con Tom.
—No vas a decir nada.
—Tia Elroy, ya no me rete mas —rogó Elisa en un susurro.
—¿Que harás para resolver las cosas con ese muchacho?
—Usted cree que si supiera que hacer estuviera aquí soportando sus regaños —se atrevió a responder alzando la voz
—Como te atreves a hablarme de ese modo —alzó la mano dispuesta a cruzar el rostro de la muchacha
—Hágalo, no se detenga, bien merecido me lo tengo —el orgullo de la joven pelirroja cayó literalmente al piso, comenzó a llorar como nunca antes lo había hecho. Por su manía de juzgar a las personas por su manera de vestir, había perdido al único joven que le había soportado sus berrinches y ahora lo estaba pagando muy caro, no se dio cuenta como ni cuando sucedió, pero se había enamorado como una idiota de Tom y ahora, estaba sufriendo mas de lo que él lo hacía, ya que esa era la primera vez que abría su corazón a lo,que siempre consideró una cursilería, le había abierto las puertas de par en par al Amor.
—Elisa —musitó una sorprendida Tía Elroy. Aquella era la primera vez que veía des quebrajada a su sobrina preferida. La rabia se convirtió en otro sentimiento.
Elisa odiaba sentirse tan vulnerable, odiaba que sintieran lástima por ella, y esa era precisamente la mirada con la que su Tía la observaba en ese preciso momento, por esa razón, salió de la biblioteca y corrió escaleras arriba para dar rienda suelta al dolor que desgarraba su alma y su mal trecho corazón.