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***********EL IMPOSTOR ***************
CAPITULO 1
—¡Por fin en casa!
Una cansada joven de rizada cabellera rubia y tristes ojos verdes ingresaba a su pequeño pero cómodo departamento. Los festejos por el día de acción de Gracias se acercaban y eso la tenía en un constante estado de tensión; pero, no es que no le gustara dicha celebración, era la reunión familiar que siempre se realizaba para esas fechas lo que en realidad la tenía preocupada. Esa bendita reunión donde todos sus familiares y amigos se reencontraban y conversaban de todo; pero el tema principal siempre terminaba siendo ella, y la retahíla de preguntas empezaba.
—¿Por qué aún no te has casado?
—¿Y cuándo seré abuela?
—Aquí también podrías conseguir un buen trabajo, ¿para qué te mudaste?
—Mira a tu prima Annie, ya tiene dos bellos niños y tú…tú nada, ni novio tienes caray
—Si te arreglaras un poco más; no sé, si dejaras de usar esos lentas y cambiaras de peinado, ¡caray! Candy has algo contigo
—Ya tienes 27 años ¡Y qué esperas!
Y la lista de cuestionamientos seguía, Candy adoraba a su familia; a su madre en especial, pero esas indiscretas preguntas en medio de sus familiares la agobiaban.
Siempre había sido una niña inquieta pero obediente; incluso sus notas eran inmejorables en el colegio. Su carácter alegre la hizo merecedora de muchas amistades y entre ellas conoció a quien luego sería el causante de su cambio radical.
Recostada en el sofá de su departamento, Candy recordaba cómo es que pasó de ser alegre y extrovertida a… a eso, a la joven amargada y callada. Se recordaba en sus primeros años de universidad, rodeada de amigos y de uno en particular que le llamó mucho la atención. Neal Lagan
Aquel chico de sedosa cabellera caoba como el más fino de los muebles, hijo de familia adinerada, de rasgos finos, elegante y poseedor de un magnetismo que era muy difícil que pasara desapercibido en cualquier lugar que él estaba, y para rematar…era el capitán del equipo de futball de su universidad. Un auténtico niño rico
—¡Grrr… si asisto a la dichosa reunión, lo más probable es que me encuentre con ese idiota! ¡Es lo último que deseo! Esta vez no podré esquivarlo…
—¡Maldito idiota! ¡Pero es que la idiota soy yo por permitir que esa estupidez me afecte hasta ahora!
—Tengo que buscar una solución a esto y debe de ser definitiva…pero ¿cómo?
—Hay Dios si por lo menos me mandaras una ayudita…
De tanto pedir esa pequeña ayuda divina, terminó por quedarse dormida en aquel sofá, en la compañía de su fiel mascota Clint, un hermoso coatí blanco de cola anillada que había sido rescatado por su familia en un día de campo.
Su cabeza le jugó una mala pasada, en sus sueños volvía a estar en la etapa universitaria del Central College donde fue feliz y al mismo tiempo fue desdichada. Se miró así mismo riendo en compañía de Neal que para su felicidad le había propuesto ser su novia.
—¿Qué dices Candy? ¿Quieres ser mi novia?
—Tú eres muy linda y yo… ¡pues yo soy un galán! Así que tú y yo hacemos una pareja fenomenal
—¡oh! Neal…yo… ¡claro! ¡yo sí quiero ser tu novia! Eras las palabras atropelladas que salían de una
sonrojada Candy.
—Entonces está dicho, terminando las clases y mis ensayos de los partidos, nos veremos para los trabajos que debemos presentar, ¿oíste preciosa? Tu deber es ayudarme con mis tareas y yo con las tuyas...claro
Y así fueron los dos años que duró su enamoramiento, él practicaba todas las tardes los partidos de football; y ella fielmente le realizaba las tareas. Con tantas tareas acumuladas tanto de ella como las de él, su salud se fue mermando. Dormía poco y ya casi no salía con sus amigos, adicional su exposición continua al computador provocó que terminara usando lentes de aumento.
—¡Pero es la fiesta de cumpleaños de mi prima! ¿Por qué no me quieres acompañar?
—Vamos Candy, sabes que no puedo descuidar mis prácticas…el estúpido de Archie me ha arrebatado la capitanía del equipo y… ¡tengo que recuperarla!
—Es que nunca me acompañas a ninguna fiesta. Son pocas las ocasiones que salimos juntos que…que no parece que fuéramos novios…
—Te dije que no puedo. ¡Además aún tengo que presentar el deber de cálculo y no me lo has dado para la presentación!
—Te lo daré …mañana. Antes de que asista a la fiesta de Annie.
Candy se removía angustiada en el sofá. Ese sueño era tan real que comenzó a sudar dormida. Su sub consciente le jugaba una vez más la mala pasada de revivir aquel doloroso momento en que la verdad se desnudó ante ella.
—¡Pero Candy si casi nunca sales caray! Y ahora que tú tenías un tiempo libre, ese baboso te dice que ¡no puede! Eran las furiosas palabras de Annie la prima de Candy
—Es que me dijo que tenía prácticas y tú ya sabes la rivalidad que tiene con Archie por lo de la capitanía del equipo. Era la escueta respuesta de una cabizbaja Candy.
—Pero habla con su hermana Eliza para que lo convenza de que te acompañe.
—Caray Annie, la verdad es que Eliza ya casi no me habla y no sé ni porqué. Es algo raro su comportamiento ya que éramos buenas amigas—la duda se hizo presente en el rostro de la ojiverde.
—Hagamos algo Candy. Yo le voy a pedir a Archie que aplace ese entrenamiento para que tu baboso te acompañe a mi fiesta. ¡Qué te parece!
—¡De verdad! ¡Gracias prima! ¡Qué maravilloso! —Candy saltaba de la felicidad
Así la pelinegra llamó a su novio para aplazar la práctica de futball; pero la respuesta que recibió de Archie la dejó helada.
—Por qué tienes esa cara Annie. ¿Qué te dijo Archie?
—Que no hay ninguna práctica de futball esta semana y que tu idiota baboso lleva suspendido de los partidos más de dos semanas por mal comportamiento.
—¡El muy infeliz! No tiene prácticas y encima hace que tú hagas sus tareas..grrr—el coraje en las palabras de la pelinegra era evidente.
Los verdes ojos de la rubia se agrandaron al escuchar esa afirmación. No podía creer lo que escuchaba, y era una información de primera mano.
La pelinegra se armó de valor y arrastró a una atontada Candy para que vaya a la casa de Neal para aclarar las cosas de una vez por todas. Lo que estaba ocurriendo debía de tener una explicación y ese tonto se la iba a dar a Candy ese mismo día. Annie presentía que su prima iba a sufrir una fuerte decepción; pues ella estaba sinceramente enamorada de Neal.
—Mira Candy, el carro de Neal está parqueado en la puerta de su casa; significa que debe de estar ahí. Vamos anda y pregunta.
—No quiero Annie…no quiero saber por qué Neal hace esto. Yo de verdad lo quiero mucho y sé que su actitud tiene una explicación lógica.
—¡Mira Candy! ¡Ese es Neal! ¡Se está subiendo a su carro! Vamos que yo lo sigo
—Por Dios Annie, ¿qué somos ahora? ¿Sherlock Holmes y Watson?
—Mejor que eso. Pido ser Enola. Diciendo esto Annie arrancó su auto de manera sigilosa y siguió al auto de Neal.
Vieron que el auto de Neal se parqueaba frente a una grande y hermosa casa. Se notaba que eran personas adineradas al igual que Neal. Este se bajó y en la puerta ya estaba parada una hermosa castaña de largos y lacios cabellos.
—Caray Candy, esa es Daysi. ¡Es la odiosa riquilla de la universidad! ¡Ash están pedante! Con razón se entiende con el idiota de tu novio. Ni bien terminó decir esto Annie se mordió la lengua por boquifloja
Candy estaba callada mirando como esa pareja se devoraba a besos, aquellos besos que Neal pocas veces había querido darle a ella. Sin esperar más comentarios de su impertinente prima se bajó del auto y se escabulló por la parte trasera de la casa.
Quería acercarse lo más posible para escuchar lo que ellos conversaban con tanto entusiasmo. Se reían a carcajadas y ella quería saber cuál era el motivo. Como pudo se fue acercando a ellos por los laterales del jardín y escondida en medio de unas plantas frondosas pudo escuchar aquella terrible conversación.
—Pero conejita, es que aún esa tonta no me entrega tu tarea de Cálculo. Me dijo que mañana sin falta me la da; así que no te preocupes
—¡Deberías presionarla! Se está volviendo una floja amor
—Tendré que darle unos asquerosos besos para que se ponga agenciosa la muy tonta; y quien sabe tendré que volver a hacerle el amor ¡UGH! —espetaba Neal
—¡Cómo que te gusta la tonta de Candy! —La voz chillona de Daysi se hizo escuchar
—Para nada conejita, ella es una molestia y la verdad una chica muy simplona
Las burlas hacia Candy seguían, y aunque ella ya no quería seguir escuchándolas, algo la obligaba a seguir con esa tortura. Con ojos llorosos se dejó caer en el piso del jardín.
—Vamos conejita, deja los celos. Tú sabes que si me acosté con Candy fue por más por ganarle la apuesta a la fastidiosa de mi hermanita; y adicional conseguí que la muy tonta se enamore más de tu papi rico y me siga haciendo las tareas, jajaja—la risa burlona de Neal retumbaba en los oídos de Candy.
—¡Es que solo a Eliza se le ocurren esas tonterías! Yo jamás dudé de tu hombría mi amor, y mucho menos con esa estúpida desabrida jajaja
Para buena suerte de la rubia; los empalagosos novios estaban tan ocupados en sus besos que no escucharon el momento en que ella se marchó.
Annie fue su paño de lágrimas toda esa noche, sabía que su prima estaba muy lastimada; pero no quería ahondar en su herido corazón, así que optó por ser su muda compañera acariciándole sus cabellos y procurar que Candy desahogara toda esa amargura que había llenado su corazón.
A la mañana siguiente un despreocupado Neal se presentaba en la casa de Candy puntualmente; pero para su mala suerte quien lo recibió fue una molesta Annie.
—Hola Annie, ¿dónde está Candy?
--¡Ah! eres tú. Ella no te puede recibir ahora, se encuentra muy enferma
—¿Cómo que enferma? ¡Pero si ella tenía que entregarme un trabajo!
—¡Ni siquiera preguntas como está tu novia! —La furia se estaba apoderando de la pelinegra
—¡Demonios! Está bien, dime como se encuentra Candy—La actitud prepotente y déspota de Neal se notaba en aquella pregunta.
—Mira, como veo que tu interés por la salud mi prima es casi nulo, no me tomaré la molestia de contestarte; PERO, ella me dejó esta carpeta de tareas para que te la entregara— Los ojos de Annie brillaron con una malicia digna de una detective que había tendido la trampa al culpable, y este acababa de caer redondito en la misma.
—Esa es mi chica, sabe complacer a su hombre—La sonrisa sardónica se hizo presente en el rostro del joven.
Candy escuchaba toda aquella conversación escondida atrás del muro de las escaleras, sus ojos se volvían a llenar de lágrimas, pero con su mano procuraba tapar esos sollozos que pugnaban por salir de su garganta. Una sola pregunta se hizo presente en su cabeza ¿Por qué a ella?
Cuando Neal se marchó contento con el trabajo entre sus manos; la ojiverde lentamente se dejaba caer. Ella no entendía por qué Neal había actuado así con ella. Durante el tiempo que habían sido novios, ella había procurado ayudarlo siempre, e incluso había pasado por alto aquel bochornoso momento que Neal le hizo pasar semanas atrás. Ese incidente no se lo había contado a nadie, tampoco a Annie que siempre había sido su confidente, pensaba que así evitaría más confrontaciones entre ellos; pero era el momento de ser honesta consigo misma. Neal había sido un auténtico canalla desde el mismo instante en que prácticamente la había obligado a tener sexo con él.
Hola chicas espero les guste esta pequeña historia. Es un aporte mas para esta hermosa Guerra Florida 2021 de una guerrera mas de la Legión de Zafiro. Mañana seguiré con los siguientes capítulos
CAPITULO 1
—¡Por fin en casa!
Una cansada joven de rizada cabellera rubia y tristes ojos verdes ingresaba a su pequeño pero cómodo departamento. Los festejos por el día de acción de Gracias se acercaban y eso la tenía en un constante estado de tensión; pero, no es que no le gustara dicha celebración, era la reunión familiar que siempre se realizaba para esas fechas lo que en realidad la tenía preocupada. Esa bendita reunión donde todos sus familiares y amigos se reencontraban y conversaban de todo; pero el tema principal siempre terminaba siendo ella, y la retahíla de preguntas empezaba.
—¿Por qué aún no te has casado?
—¿Y cuándo seré abuela?
—Aquí también podrías conseguir un buen trabajo, ¿para qué te mudaste?
—Mira a tu prima Annie, ya tiene dos bellos niños y tú…tú nada, ni novio tienes caray
—Si te arreglaras un poco más; no sé, si dejaras de usar esos lentas y cambiaras de peinado, ¡caray! Candy has algo contigo
—Ya tienes 27 años ¡Y qué esperas!
Y la lista de cuestionamientos seguía, Candy adoraba a su familia; a su madre en especial, pero esas indiscretas preguntas en medio de sus familiares la agobiaban.
Siempre había sido una niña inquieta pero obediente; incluso sus notas eran inmejorables en el colegio. Su carácter alegre la hizo merecedora de muchas amistades y entre ellas conoció a quien luego sería el causante de su cambio radical.
Recostada en el sofá de su departamento, Candy recordaba cómo es que pasó de ser alegre y extrovertida a… a eso, a la joven amargada y callada. Se recordaba en sus primeros años de universidad, rodeada de amigos y de uno en particular que le llamó mucho la atención. Neal Lagan
Aquel chico de sedosa cabellera caoba como el más fino de los muebles, hijo de familia adinerada, de rasgos finos, elegante y poseedor de un magnetismo que era muy difícil que pasara desapercibido en cualquier lugar que él estaba, y para rematar…era el capitán del equipo de futball de su universidad. Un auténtico niño rico
—¡Grrr… si asisto a la dichosa reunión, lo más probable es que me encuentre con ese idiota! ¡Es lo último que deseo! Esta vez no podré esquivarlo…
—¡Maldito idiota! ¡Pero es que la idiota soy yo por permitir que esa estupidez me afecte hasta ahora!
—Tengo que buscar una solución a esto y debe de ser definitiva…pero ¿cómo?
—Hay Dios si por lo menos me mandaras una ayudita…
De tanto pedir esa pequeña ayuda divina, terminó por quedarse dormida en aquel sofá, en la compañía de su fiel mascota Clint, un hermoso coatí blanco de cola anillada que había sido rescatado por su familia en un día de campo.
Su cabeza le jugó una mala pasada, en sus sueños volvía a estar en la etapa universitaria del Central College donde fue feliz y al mismo tiempo fue desdichada. Se miró así mismo riendo en compañía de Neal que para su felicidad le había propuesto ser su novia.
—¿Qué dices Candy? ¿Quieres ser mi novia?
—Tú eres muy linda y yo… ¡pues yo soy un galán! Así que tú y yo hacemos una pareja fenomenal
—¡oh! Neal…yo… ¡claro! ¡yo sí quiero ser tu novia! Eras las palabras atropelladas que salían de una
sonrojada Candy.
—Entonces está dicho, terminando las clases y mis ensayos de los partidos, nos veremos para los trabajos que debemos presentar, ¿oíste preciosa? Tu deber es ayudarme con mis tareas y yo con las tuyas...claro
Y así fueron los dos años que duró su enamoramiento, él practicaba todas las tardes los partidos de football; y ella fielmente le realizaba las tareas. Con tantas tareas acumuladas tanto de ella como las de él, su salud se fue mermando. Dormía poco y ya casi no salía con sus amigos, adicional su exposición continua al computador provocó que terminara usando lentes de aumento.
—¡Pero es la fiesta de cumpleaños de mi prima! ¿Por qué no me quieres acompañar?
—Vamos Candy, sabes que no puedo descuidar mis prácticas…el estúpido de Archie me ha arrebatado la capitanía del equipo y… ¡tengo que recuperarla!
—Es que nunca me acompañas a ninguna fiesta. Son pocas las ocasiones que salimos juntos que…que no parece que fuéramos novios…
—Te dije que no puedo. ¡Además aún tengo que presentar el deber de cálculo y no me lo has dado para la presentación!
—Te lo daré …mañana. Antes de que asista a la fiesta de Annie.
Candy se removía angustiada en el sofá. Ese sueño era tan real que comenzó a sudar dormida. Su sub consciente le jugaba una vez más la mala pasada de revivir aquel doloroso momento en que la verdad se desnudó ante ella.
—¡Pero Candy si casi nunca sales caray! Y ahora que tú tenías un tiempo libre, ese baboso te dice que ¡no puede! Eran las furiosas palabras de Annie la prima de Candy
—Es que me dijo que tenía prácticas y tú ya sabes la rivalidad que tiene con Archie por lo de la capitanía del equipo. Era la escueta respuesta de una cabizbaja Candy.
—Pero habla con su hermana Eliza para que lo convenza de que te acompañe.
—Caray Annie, la verdad es que Eliza ya casi no me habla y no sé ni porqué. Es algo raro su comportamiento ya que éramos buenas amigas—la duda se hizo presente en el rostro de la ojiverde.
—Hagamos algo Candy. Yo le voy a pedir a Archie que aplace ese entrenamiento para que tu baboso te acompañe a mi fiesta. ¡Qué te parece!
—¡De verdad! ¡Gracias prima! ¡Qué maravilloso! —Candy saltaba de la felicidad
Así la pelinegra llamó a su novio para aplazar la práctica de futball; pero la respuesta que recibió de Archie la dejó helada.
—Por qué tienes esa cara Annie. ¿Qué te dijo Archie?
—Que no hay ninguna práctica de futball esta semana y que tu idiota baboso lleva suspendido de los partidos más de dos semanas por mal comportamiento.
—¡El muy infeliz! No tiene prácticas y encima hace que tú hagas sus tareas..grrr—el coraje en las palabras de la pelinegra era evidente.
Los verdes ojos de la rubia se agrandaron al escuchar esa afirmación. No podía creer lo que escuchaba, y era una información de primera mano.
La pelinegra se armó de valor y arrastró a una atontada Candy para que vaya a la casa de Neal para aclarar las cosas de una vez por todas. Lo que estaba ocurriendo debía de tener una explicación y ese tonto se la iba a dar a Candy ese mismo día. Annie presentía que su prima iba a sufrir una fuerte decepción; pues ella estaba sinceramente enamorada de Neal.
—Mira Candy, el carro de Neal está parqueado en la puerta de su casa; significa que debe de estar ahí. Vamos anda y pregunta.
—No quiero Annie…no quiero saber por qué Neal hace esto. Yo de verdad lo quiero mucho y sé que su actitud tiene una explicación lógica.
—¡Mira Candy! ¡Ese es Neal! ¡Se está subiendo a su carro! Vamos que yo lo sigo
—Por Dios Annie, ¿qué somos ahora? ¿Sherlock Holmes y Watson?
—Mejor que eso. Pido ser Enola. Diciendo esto Annie arrancó su auto de manera sigilosa y siguió al auto de Neal.
Vieron que el auto de Neal se parqueaba frente a una grande y hermosa casa. Se notaba que eran personas adineradas al igual que Neal. Este se bajó y en la puerta ya estaba parada una hermosa castaña de largos y lacios cabellos.
—Caray Candy, esa es Daysi. ¡Es la odiosa riquilla de la universidad! ¡Ash están pedante! Con razón se entiende con el idiota de tu novio. Ni bien terminó decir esto Annie se mordió la lengua por boquifloja
Candy estaba callada mirando como esa pareja se devoraba a besos, aquellos besos que Neal pocas veces había querido darle a ella. Sin esperar más comentarios de su impertinente prima se bajó del auto y se escabulló por la parte trasera de la casa.
Quería acercarse lo más posible para escuchar lo que ellos conversaban con tanto entusiasmo. Se reían a carcajadas y ella quería saber cuál era el motivo. Como pudo se fue acercando a ellos por los laterales del jardín y escondida en medio de unas plantas frondosas pudo escuchar aquella terrible conversación.
—Pero conejita, es que aún esa tonta no me entrega tu tarea de Cálculo. Me dijo que mañana sin falta me la da; así que no te preocupes
—¡Deberías presionarla! Se está volviendo una floja amor
—Tendré que darle unos asquerosos besos para que se ponga agenciosa la muy tonta; y quien sabe tendré que volver a hacerle el amor ¡UGH! —espetaba Neal
—¡Cómo que te gusta la tonta de Candy! —La voz chillona de Daysi se hizo escuchar
—Para nada conejita, ella es una molestia y la verdad una chica muy simplona
Las burlas hacia Candy seguían, y aunque ella ya no quería seguir escuchándolas, algo la obligaba a seguir con esa tortura. Con ojos llorosos se dejó caer en el piso del jardín.
—Vamos conejita, deja los celos. Tú sabes que si me acosté con Candy fue por más por ganarle la apuesta a la fastidiosa de mi hermanita; y adicional conseguí que la muy tonta se enamore más de tu papi rico y me siga haciendo las tareas, jajaja—la risa burlona de Neal retumbaba en los oídos de Candy.
—¡Es que solo a Eliza se le ocurren esas tonterías! Yo jamás dudé de tu hombría mi amor, y mucho menos con esa estúpida desabrida jajaja
Para buena suerte de la rubia; los empalagosos novios estaban tan ocupados en sus besos que no escucharon el momento en que ella se marchó.
Annie fue su paño de lágrimas toda esa noche, sabía que su prima estaba muy lastimada; pero no quería ahondar en su herido corazón, así que optó por ser su muda compañera acariciándole sus cabellos y procurar que Candy desahogara toda esa amargura que había llenado su corazón.
A la mañana siguiente un despreocupado Neal se presentaba en la casa de Candy puntualmente; pero para su mala suerte quien lo recibió fue una molesta Annie.
—Hola Annie, ¿dónde está Candy?
--¡Ah! eres tú. Ella no te puede recibir ahora, se encuentra muy enferma
—¿Cómo que enferma? ¡Pero si ella tenía que entregarme un trabajo!
—¡Ni siquiera preguntas como está tu novia! —La furia se estaba apoderando de la pelinegra
—¡Demonios! Está bien, dime como se encuentra Candy—La actitud prepotente y déspota de Neal se notaba en aquella pregunta.
—Mira, como veo que tu interés por la salud mi prima es casi nulo, no me tomaré la molestia de contestarte; PERO, ella me dejó esta carpeta de tareas para que te la entregara— Los ojos de Annie brillaron con una malicia digna de una detective que había tendido la trampa al culpable, y este acababa de caer redondito en la misma.
—Esa es mi chica, sabe complacer a su hombre—La sonrisa sardónica se hizo presente en el rostro del joven.
Candy escuchaba toda aquella conversación escondida atrás del muro de las escaleras, sus ojos se volvían a llenar de lágrimas, pero con su mano procuraba tapar esos sollozos que pugnaban por salir de su garganta. Una sola pregunta se hizo presente en su cabeza ¿Por qué a ella?
Cuando Neal se marchó contento con el trabajo entre sus manos; la ojiverde lentamente se dejaba caer. Ella no entendía por qué Neal había actuado así con ella. Durante el tiempo que habían sido novios, ella había procurado ayudarlo siempre, e incluso había pasado por alto aquel bochornoso momento que Neal le hizo pasar semanas atrás. Ese incidente no se lo había contado a nadie, tampoco a Annie que siempre había sido su confidente, pensaba que así evitaría más confrontaciones entre ellos; pero era el momento de ser honesta consigo misma. Neal había sido un auténtico canalla desde el mismo instante en que prácticamente la había obligado a tener sexo con él.
Hola chicas espero les guste esta pequeña historia. Es un aporte mas para esta hermosa Guerra Florida 2021 de una guerrera mas de la Legión de Zafiro. Mañana seguiré con los siguientes capítulos
Última edición por SHALOVA el Mar Abr 13, 2021 9:12 pm, editado 5 veces
pobre Candy le han visto la cara todo este tiempo 
este Neil es un patán 
Ay Candy!!! 
con razón está tan lástima fa hirieron su autoestima de mujer 
muy interesante espero el próximo Capítulo
pobre chica, pero esperemos que pronto se recupere de esté mal trago y pueda superarlo pero sobre todo le de una buena lección al tonto de Niel 
Neil se merece una gran lección por ser tan malvado con Candy 
�hojala y Candy haga que repruebe la novia de Neal y les de su merecido con guante blanco eh muy buena tu historia felicidades 
