El misterio del amor comenzaba a develarse ante sus ojos en las insistentes miradas que ella le daba, le parecía que podía sumergirse en sus ellos y abandonarse para siempre en la placentera sensación que ello le producía.
Caminaron juntos a casa, en silencio como siempre, ninguno de los dos podía iniciar una conversación. Ya en su habitación Neil levantó el femenino rostro ruborizado y él se perdió en ese par de claras pupilas que lo observaban desde lo bajo. Él dibujó una leve sonrisa en sus delgados labios y acarició la sedosa melena de la chica, con los sentidos rebasados por las sensaciones nuevas que corrían por sus venas llenándolo de calor y bienestar inexplicable, mezcladas con nerviosismo, un estruendoso y veloz palpitar dentro de su pecho. Sin poder resistirse más extendió los brazos y atrajo a la chica frente a él para envolverla con su amor recién descubierto. Permaneció así por unos momentos, con la cabeza inclinada hasta el hombro de la joven cerró los ojos sin pensarlo, estrechándolo con ternura, sintiendo el leve temblor del cuerpo entre sus brazos y pudo sentir cómo se sujetaba con ambas manos de su sweater.
Un cosquilleo recorrió su espalda y deseo con todas sus fuerzas sentirse estrechado por el objeto de su amor que se perdía entre sus brazos.
Tomó las manos que se sujetaban a su sweater y lentamente las elevó hasta llevarlas a su cuello, las suaves manos tímidamente se quedaron ahí por unos momentos para perderse después en su corta y castaña cabellera. El tímido toque de los delgados dedos en su nuca estaban llenos de una infinita ternura, pudo sentir el avance de cada mano que vencía el temor de acariciarle, para impregnarlo de cariño en cada movimiento que podía sentir en su cabello, en su cuello y en… su corazón. Por que cada uno de sus íntimos encuentros parecía ser el primero.
Él era un hombre con experiencia, exitoso, acaudalado, muchos pensarían que no ponía el corazón al vivir una relación, no era un monstruo insensible… simplemente no había llegado la indicada... hasta que ella apareció en su vida, era tan hermoso sentirse amado, era tan maravilloso amar con sinceridad, tanto que nunca sería suficiente…
-Mimíiiiiiiiii
La chef salió de su habitación tratando de ponerse rápidamente la bata, llegó hasta dónde el Señorito la esperaba con su lap abierta
-¿Me podrías explicar...
-Ay señorito no me regañe, mire que la cosa en la trinchera se ha puesto color de hormiga con tantos bocadillos que tengo que preparar para sus defensoras en esta guerra que no me ha dado tiempo de enviar todo lo que tenía planeado y...
Su guapo jefe puso su delgado dedo en la boca de la joven para hacerla callar y se acercó peligrosamente a ella, las piernas le temblaron y por un pelito cae redondita en el piso de la inmaculada cocina del purititito nervio que le daba tener a Neil tan cerquita.
-¿Me podrías explicar cómo es que tienes una foto mía tomada desde "esa" perspectiva? -preguntó el morenazo - mira que cuando hacemos mousse de chocolate no sabes ni dónde dejas el batidor de globo y no creo que escondas una cámara por ahí.
El aliento de Neal era tan cálido, aromático a canela, su colonia tan característica a cítricos y madera, la nariz perfecta los labios carnosos y tan peligrosamente seductores que por un poquito y matan a la chef de un paro respiratorio.
-Yo... este... yo...
-Tú... tú... ¿qué?
-¡Ay Diosito! no se me arrime tanto señorito que no respondo, yo... pues hice una composición gráfica, osea que usé corel.
-¡Corel! entonces me anduviste manoseando mi cuerpecito y mi carita con un méndigo mouse -Levantó la voz indignado mientras se quitaba la bata y desabotonaba la pijama de seda dejando al descubierto su maravilloso pecho
-Cuando quieras una foto mía me la pides ¡Mira! y checale bien para que veas que no necesitas manipularme nadita de mi cuerpo, no por nada me paso horas en el gym - gritaba mientras tomaba la mano de la chef para pasarla sobre su bien formado y dorado pecho
La chef comenzó a hiperventilar
-¿Ves? si estoy que me caigo de bueno y si quieres una foto mía, nomás me avisas cómo la quieres, nos acomodamos y nos la sacas.
Y con la misma agarró la bata, la pijama y caminó escaleras arriba
La chef se sostuvo de la mesa para no caerse, "Nos acomodamos y nos la sacas" ¿dijo él?
¡Oh la suertuda chef cenaría rico un día de estos! Aunque pensar en las condesas una con el abanico volador y la otra con su "dolorosa" le borró la sonrisa de boba que se traía, mejor se iba a su cuarto a planear qué hacer con el reciclaje de las sobras no fuera que se armara la corretiza si el indiscreto señorito se le ocurría hablar de más.
Última edición por Mimicat Cornwell el Jue Jun 24, 2021 8:57 pm, editado 2 veces