Fue practicamente una casualidad, pero ahi se encontraban los dos en ese preciso momento en aquel cuarto de hospital.
Había estado más tiempo del que desearía en aquel hospital, ella al saberlo de inmediato cambio turno con otra de las chicas para poder atenderlo personalmente, no podia permitir que el sufriera solo en aquel frio hospital.
Aquel accidente había casi mermado su existencia y lograr llegar a Chicago fue algo prácticamente milagroso y aun cuando Candy quiso dar aviso el se lo prohibio.
- Por favor no lo hagas, no se si lograre sobrevivir y no quiero que sufran junto conmigo mi agonía. –le habia dicho.
Durante semanas se sintio morir, aquellas heridas le provocaron una infección que por poco lo lleva a la muerte y en sus momentos lucidos, cuando el medicamento lograba hacer su trabajo y mantenerlo lucido Candy estaba a su lado.
- Sabes que es lo que más lamento Candy… -le dijo uno de esos días en las que su mente estaba lucida y la fiebre mermaba. – lamento no haber estado con una mujer, soñaba con tener una chica a mi lado, casarme, tener hijos, como envidio a aquellos que lo lograron, estar entre los brazos de una chica, sentir sus besos y sus caricias y … lo siento, lo siento, no se porque te lo digo, es solo que creí tener tiempo y nunca pensé en que me tocaría morir antes de probar todo aquello… eres… mi única amiga. –dijo para caer de nuevo en el sopor de los medicamentos.
Por dias Candy estuvo sopesando la situacion, nadie debía saber que el estaba ahí y por su experiencia sabia que era difícil que lograra sobrevivir, tal vez fue su alma caricativa lo que la hizo llegar aquella noche dispuesta a darle un poco de paz a su cuerpo. Temerosa cerro aquella puerta despues de que diera su ronda final, habia dejado a su enfermo favorito (como le llamaban) ultimo para poder quedarse ahí, el estaba dormido y ella se sento a verlo dormir. Cuanto tiempo hacia que lo conocía? Que tan difícil era concederle aquel deseo?
Los ojos del chico se abrieron para verla ahí a un lado de el, ya estaba acostumbrado a sus visitas nocturnas, a veces el despertaba y ella estaba sentada en aquella silla junto a el cuidándolo asi que no fue algo extraño… sin embargo cuando ella empezó a quitarse aquel traje blanco para quedar delante de el en paños menores provoco que este se quedara sin habla.
- Shhh… -siseo Candy para luego meterse entre las sabanas del enfermo.
- Can…
- No digas nada, no se cuanto nos quede pero si tu sueño es …
El no la dejo terminar, la beso y ella aunque asustada hizo acto de valentía para corresponder aquel beso y dejarse llevar, con movimientos lentos y torpes ambos empezaron a conocer aquellos cuerpos y recorrerlo con sumo cuidado, ella para no lastimarlo, el para no asustarla… la verdad es que ambos eran nuevos en aquel acto de pasión pero hacían su mejor esfuerzo para que no tuvieran que arrepentirse luego.
Los dedos pequeños de Candy comenzaron a desvestirlo provocando de inmediato que el de inmediato se excitara, eso la asusto, provoco un miedo un tanto aterrador pero cerro los ojos y recordó aquellos libros que hacia unos dias habia investigado sobre las relaciones físicas y que esperar, eran libros al alcance de las enfermeras y médicos para conocer el cuerpo humano pero esta vez los leia con otro fin… suspiro profundo y continuo intentando no entrar en pánico mientras que el jadeante intentaba mantener la calma. De pronto aquella sensación de miedo se convirtió en deseo y aquel cuidado entre ambos paso a un lado mientras que los invadia un calor muy diferente al que ambos conocían.
Candy tomo la iniciativa cuando se sintio tan humeda y deseosa al colocarse sobre él, primero cuidadosamente tanteando cada movimiento para luego ensartarse en su miembro haciéndolo gritar de placer, ella sintio una fuerte punzada pero se mordio los labios para luego menearse suavemente intentando disimular el dolor, pronto aquella primera experiencia termino, el no soporto y sin saberlo se vacio dentro de ella quien sin reparo acepto aquel liquido dejándose caer sobre sudorosa y aturdida.
Despues de un par de minutos se sento en un lado de la cama dándose cuenta el alcance que podia tener aquel encuentro. Si, habia tomado algunas medidas de ciclo como mencionaban los libros pero aun asi… si alguien llegara a saberlo.
- Candy…
- No digas nada Stear, no digas nada… mas te vale no morir porque despues de esto…
- No, no voy a morir, te lo prometo… no despues de este regalo, no despues de… prométeme que te casaras conmigo.
- No puedo prometerte nada pero… ella sonrio para si misma, en ese preciso momento supo que no lo dejaría morir y que definitivamente la amistad que tenia para con el habia dado un giro completamente inesperado.
Se levanto, se vistió, borro las huellas de lo que habia pasado entre ambos pero antes de irse se acerco hasta el asustado chico que no sabia que debía hacer o decir al pensar que ella estaba arrepentida.
- Mañana regresare…espero ya estes mejor… -dijo con una sonrisa picara, demostrando con ello que ella no se arrepentia ni un apice de lo acontecido.
FIN.
Había estado más tiempo del que desearía en aquel hospital, ella al saberlo de inmediato cambio turno con otra de las chicas para poder atenderlo personalmente, no podia permitir que el sufriera solo en aquel frio hospital.
Aquel accidente había casi mermado su existencia y lograr llegar a Chicago fue algo prácticamente milagroso y aun cuando Candy quiso dar aviso el se lo prohibio.
- Por favor no lo hagas, no se si lograre sobrevivir y no quiero que sufran junto conmigo mi agonía. –le habia dicho.
Durante semanas se sintio morir, aquellas heridas le provocaron una infección que por poco lo lleva a la muerte y en sus momentos lucidos, cuando el medicamento lograba hacer su trabajo y mantenerlo lucido Candy estaba a su lado.
- Sabes que es lo que más lamento Candy… -le dijo uno de esos días en las que su mente estaba lucida y la fiebre mermaba. – lamento no haber estado con una mujer, soñaba con tener una chica a mi lado, casarme, tener hijos, como envidio a aquellos que lo lograron, estar entre los brazos de una chica, sentir sus besos y sus caricias y … lo siento, lo siento, no se porque te lo digo, es solo que creí tener tiempo y nunca pensé en que me tocaría morir antes de probar todo aquello… eres… mi única amiga. –dijo para caer de nuevo en el sopor de los medicamentos.
Por dias Candy estuvo sopesando la situacion, nadie debía saber que el estaba ahí y por su experiencia sabia que era difícil que lograra sobrevivir, tal vez fue su alma caricativa lo que la hizo llegar aquella noche dispuesta a darle un poco de paz a su cuerpo. Temerosa cerro aquella puerta despues de que diera su ronda final, habia dejado a su enfermo favorito (como le llamaban) ultimo para poder quedarse ahí, el estaba dormido y ella se sento a verlo dormir. Cuanto tiempo hacia que lo conocía? Que tan difícil era concederle aquel deseo?
Los ojos del chico se abrieron para verla ahí a un lado de el, ya estaba acostumbrado a sus visitas nocturnas, a veces el despertaba y ella estaba sentada en aquella silla junto a el cuidándolo asi que no fue algo extraño… sin embargo cuando ella empezó a quitarse aquel traje blanco para quedar delante de el en paños menores provoco que este se quedara sin habla.
- Shhh… -siseo Candy para luego meterse entre las sabanas del enfermo.
- Can…
- No digas nada, no se cuanto nos quede pero si tu sueño es …
El no la dejo terminar, la beso y ella aunque asustada hizo acto de valentía para corresponder aquel beso y dejarse llevar, con movimientos lentos y torpes ambos empezaron a conocer aquellos cuerpos y recorrerlo con sumo cuidado, ella para no lastimarlo, el para no asustarla… la verdad es que ambos eran nuevos en aquel acto de pasión pero hacían su mejor esfuerzo para que no tuvieran que arrepentirse luego.
Los dedos pequeños de Candy comenzaron a desvestirlo provocando de inmediato que el de inmediato se excitara, eso la asusto, provoco un miedo un tanto aterrador pero cerro los ojos y recordó aquellos libros que hacia unos dias habia investigado sobre las relaciones físicas y que esperar, eran libros al alcance de las enfermeras y médicos para conocer el cuerpo humano pero esta vez los leia con otro fin… suspiro profundo y continuo intentando no entrar en pánico mientras que el jadeante intentaba mantener la calma. De pronto aquella sensación de miedo se convirtió en deseo y aquel cuidado entre ambos paso a un lado mientras que los invadia un calor muy diferente al que ambos conocían.
Candy tomo la iniciativa cuando se sintio tan humeda y deseosa al colocarse sobre él, primero cuidadosamente tanteando cada movimiento para luego ensartarse en su miembro haciéndolo gritar de placer, ella sintio una fuerte punzada pero se mordio los labios para luego menearse suavemente intentando disimular el dolor, pronto aquella primera experiencia termino, el no soporto y sin saberlo se vacio dentro de ella quien sin reparo acepto aquel liquido dejándose caer sobre sudorosa y aturdida.
Despues de un par de minutos se sento en un lado de la cama dándose cuenta el alcance que podia tener aquel encuentro. Si, habia tomado algunas medidas de ciclo como mencionaban los libros pero aun asi… si alguien llegara a saberlo.
- Candy…
- No digas nada Stear, no digas nada… mas te vale no morir porque despues de esto…
- No, no voy a morir, te lo prometo… no despues de este regalo, no despues de… prométeme que te casaras conmigo.
- No puedo prometerte nada pero… ella sonrio para si misma, en ese preciso momento supo que no lo dejaría morir y que definitivamente la amistad que tenia para con el habia dado un giro completamente inesperado.
Se levanto, se vistió, borro las huellas de lo que habia pasado entre ambos pero antes de irse se acerco hasta el asustado chico que no sabia que debía hacer o decir al pensar que ella estaba arrepentida.
- Mañana regresare…espero ya estes mejor… -dijo con una sonrisa picara, demostrando con ello que ella no se arrepentia ni un apice de lo acontecido.
FIN.