CAMPO DE GIRASOLES
Su mente habia caido presea de la locura desde hace tiempo, pero antes de eso era un hombre normal, uno sonriente, uno carismatico… el mejor hombre del mundo. No parecía que libraba una batalla dentro de si a pesar de las vivencias tenidas durante la guerra.
Stear habia vuelto, despues de que muchos le habian dado por muerto su presencia se convirtió en motivo de alegría, sobretodo cuando vieron que el volvia con una sonrisa en los labios y su mismo carácter despreocupado y calido de siempre. Ese era Stear… la guerra habia quedado atrás y no importo que despues de aquel fatal accidente y su milagrosa recuperación el volviera al campo de batalla y estuviera frente a frente del enemigo. No, eso no importo porque el volvia intacto de aquel monstruo, intacto del dolor, de la muerte. La única diferencia fue que cambio los inventos por la jardinería y cuando decidio casarse se mudo a un campo que transformo por completo y lleno de girasoles.
Aquellos enormes y bellos girasoles se veian a distancia, el podia estar horas cuidándolos, se ocupaba de todo, desde la preparación de la tierra, el riego, el cuidado, la cosecha… Stear amaba aquel campo de girasoles y Patricia, su esposa lo sabia, por eso no intervenia en lo absoluto cuando el con rastrillo, asadon o guadaña en mano salía por las mañanas a atender su campo de girasoles.
Eran los mas hermosos de la zona y el podia pasar horas en aquel lugar, de alguna forma Patty sabia que era su manera de sobrellevar sus cargas porque al volver lo hacia lleno de paz y con un gran ramo para el florero de la mesa.
Cuando Stear murió nadie mas cuido aquel lugar, ni sus hijos, ni sus nietos pero los girasoles seguían creciendo y apareciendo cada primavera pero no habia quien no recordara a aquel hombre que con tanta vehemencia cuidaba aquel campo. Todo fue descubierto años despues cuando decidieron vender, cuando tuvieron que quitar aquellos girasoles del lugar para construir, entonces, solo entonces vieron una cantidad innumerable de restos humanos, todos eran hombres, hombres que volvían de la guerra igual que el, no de la primera, sino una posterior. Encontraron libros que relataban su infierno y palabras de consuelo para cada cuerpo en aquel campo… todo eso enterrado en el campo…
Entonces se dieron cuenta que el hombre estaba loco, habia matado a aquellos que creyo sufrían su mismo mal, quería darles descanso bajo aquel campo porque en la guerra lo único que le daba paz en medio de tanta sangre habian sido unos hermosos girasoles que encontró en medio del campo de batalla… el necesitaba esa paz, hubiera querido morir ahí mismo pero la vida no quiso dejarlo.
Descansemos juntos en un campo de girasoles porque dentro de la mente seguimos luchando, matando y escuchando gritos de terror y de dolor. – decía al inicio de libro. –yo traeré esa paz a sus corazones y llevare la carga de sus almas en la mia. Stear Cornwell.