Mi adorado amor, ni la primavera pinta de colores y aromas los prados, como lo haces tú por donde pasas. Tus ojos son las estrellas que iluminan mi firmamento, dos hermosos luceros de color azul, tan intensos y profundos que es inevitable que me pierda en ellos. Tu nombre es como miel en mi boca, disfruto pronunciarlo “Terry” “Terry” lo que siento por ti es para siempre.