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Hola bellezas. Bienvenidas a este nuevo fic. Es parte del reto de mi querida fresia de Deni TG y una servidora en la Fiesta Florida 2022.
Varios datos son reales, aunque las fechas están un poquito diferentes. Recuerden es un fin, no tiene que ser 100% exacto.
Espero les guste…
La Rosa el Desierto
#retosdivinos
Capitulo #1
Londres 1783
De forma consciente ignoraba murmullo de las personas qué abrían paso a su andar. Todos los allí presentes miraban con peculiaridad a aquel hombre que se dirigía a ocupar el lado izquierdo junto a su majestad, El Rey George II.*
Con pasos seguros se colocó justo al costado del rey, mientras sus ojos escudriñaban al hombre frente a ellos. Sheikh Nasr Al-Madhkur, ** 18vo monarca y gobernador árabe quien regia las tierras de Bahrain, le miraba sonriente.
El castaño recordó como en menos de cinco días su vida había dado un giro totalmente inesperado. El llamado al palacio de St. Jame para entrevistarse con su Alteza sobre asuntos de alta importancia a la corona y su país.
Jamás imaginó que de esa reunión, donde conoció al gobernante de tierras tan lejanas como las historias que le contaban de niño, surgirá un convenio que le cambiaría su vida.
Sheikh Nasr Al-Madhkur había insistido en crear de alguna forma un pacto entre las dos naciones para evitar la invasión de las fuerzas británicas en su país, el cual se encontraba en camino a una fuerte crisis financiera y él temía porque llegará, la recesión que tanto le auguraban sus consejeros.
En un principio no entendió la necesidad de estar presente en dicho encuentro, si bien su primo le invitaba en las reuniones con otros mandatarios, nunca le había exigido su presencia de la forma en que esta vez lo hubo hecho.
La audiencia fue incómoda para el duque de Granchester, quien se sintió perturbado por el cambio tan repentino que hubo dado el carácter vellido de Sheikh Nasr Al-Madhkur a uno más pacifista cuando mirándole le había ofrecido al castaño el agasajo más valioso de su reino: “La Rosa del Desierto”.
Era la prueba de la unión entre los países y el regalo más significativo que podría darle el Sheikh al reino de George II.
– ¿Me ofrece una rosa a cambio de evitar que mis tropas destruyan tu país? –inquirió el monarca inglés sorprendido por aquel regalo.
– No es cualquier rosa. –respondió el árabe con un acento bien marcado, pero entendible.– Estamos hablando de la joya más preciada que tiene mi reino. –continuó al darse cuenta de que los hombres allí presente no entendían. George II cortó en el aire una risa de burla, él tenía miles de diamantes, esmeraldas y rubíes. Nadie se comparaba con él y los tesoros de la corona inglesa.
– Ni toda fortuna se comparan con la belleza de Oddaejn, princesa de Bahrain y la joya de Yemen. –explicó el hombre un poco frustrado por la falta de conocimientos de los presentes.– Mi hija ha sido pedida por reyes de varios reinos árabes aledaños a Bahrain mueren por conocer la belleza de la cual ha sido dotada. Más de 50 mil camellos se han ofrecido por su mano en casamiento. Y ahora la pongo ante usted para pactar la paz entre nuestras tierras.
– Soy un hombre casado. –espetó el rey de Inglaterra, ahora curioso por conocer la Rosa del Desierto.
– Jamás le ofrecería mi hija a usted siendo casado. –le avistó con una risa burlona y de inmediato fijó su mirada en el hombre a la derecha del rey.– Pero su primo, el Duque de Granchester no ha desposado mujer aún.
– Es una locura lo que propone. –cortó Terry al hombre ante aquellas palabras tan poco elocuentes.
– Suena muy interesante su propuesta. –apuntó George mirando fijo a su primo quien estaba rojo de rabia ante lo que se había sugerido.– Nuestros reinados estarían unidos por el lazo sagrado del matrimonio delante la iglesia católica.
– Y nuestras creencias. –corto Sheikh Nasr Al-Madhkur mientras sonreía de lado al entender que su plan se haría realidad.
– Este es un asunto para tratarlo con más calma y tiempo su majestad. –dijo el duque, tragando con dificultad. «¿Acaso estaban locos estos hombres?», pensó mientras buscaba con desespero alguna palabra de su primo que le evitara la locura que planeaban llevar a cabo.
– ¿Qué tan pronto se puede proceder a la unión? –inquirió el rey de Inglaterra, obviando la mirada del joven castaño y dirigiendo toda su atención al hombre frente a él y a los demás acompañantes.
– 5 días laborables.
– Su majestad. –interrumpió con su puño cerrado y temblando de rabia.
– Es un hecho, en cinco días nuestras tierras se unirán y su flor del desierto.
– Rosa. –interrumpió el Sheikh.
– Rosa. –corrigió el rey.– Será la esposa del duque de Granchester. –soltó sin ninguna condescendencia al hombre próximo a él.
Sheikh Nasr Al-Madhkur junto a su séquito de consejeros y guardias salieron de la presencia del monarca inglés, dejándolo con el castaño enfadado, quien buscaba respuestas a la locura que se acababa de realizar.
– Su alteza usted.
– Necesito que esas tierras resguarden las mías, que jamás nos vean como enemigos, y al casarte con la hija del monarca heredas todo lo que a ella le pertenece desde ya. –declaró el hombre mirando ahora sí a su primo.
– Sé que pensabas pedirle matrimonio a Lady Marlow, pero esa mujer no trae ningún beneficio a la corona o a ti.
– Debiste preguntarme. –comentó entre dientes.
– Este asunto no es sobre ti. Es necesario mantener nuestras fronteras a salvo. –apuntó en un tono cortante.
– Te debes a tu país y la corona. –recalcó aquel juramento que tan bien conocía.
– Tu compromiso es hacer lo mejor porque Inglaterra siga floreciendo y sea la nación segura y eso incluye dejar de lado nuestros sentimientos.
El sonido de cimbeles seguidos por tambores y guitarras del medio oriente le sacó de sus pensamientos. La música sensual de una flauta hizo que todos volvieran la mirada a la entrada principal de aquella iglesia.
De repente, 6 mujeres vestidas de blanco en llamativos y sensuales trajes de aquel baile oriental que tanto escándalo había ocasionado anteriormente se hizo presente.
Llevaban joyas doradas adornadas con piedras color esmeraldas en sus cinturas y brazos. En los pies varios brazaletes acompañados de monedas doradas que hacían ruidos que inmunizaban mientras bailaban o caminaban.
Las faldas amplias con varias capas y semi transparentes bailaban de forma erótica mientras caminaban, dejando caer pétalos de La Rosa del Desierto para que la princesa. El vientre desnudo de las mujeres atrajo la vista de todos los presentes.
Bailaban descalza y más de uno tuvo que sacar su pañuelo para secar las gotas de sudor que aquellos movimientos les ocasionaban.
Los tambores disminuyeron su ritmo y el sonido de las flautas y violines reinó en aquel lugar, las mujeres llegaron frente a George, quien miraba de forma intrigante aquellos cuerpos semi desnudos. Los ojos del rey escudriñaron las figuras femeninas frente a él, mientras varios hombres detrás colocaban cofres llenos de joyas, telas y papiros a los pies del duque de Granchester.
Terrence no dejaba de pensar en lo que su primo lo había metido y peor aún en la mujer que perdió. Entonces, como si fuese en un trance, las mujeres se dejaron caer al suelo asustando los allí presentes, no obstante de inmediato el sonido de Rabbaba y cantos que parecían plegarias atrajeron la atención de todos, incluyendo de Terry.
Velos blancos volando al rededor arropaban la figura de una mujer que se acercaba de forma elegante y con movimientos sensuales al lugar que le cambiaría su vida. Todos intentaban verla, deseaban saber si era verdad lo que se decía de la hija del Sheik y su belleza sin igual.
El mismo rey se levantó unos centímetros tratando de verla, pero le fue imposible, la semi transparente tela que era movida como suave brisa de verano impedían ver la mujer que en menos de cinco días se había vuelto parte del cotilleo de toda Inglaterra.
Las mujeres miran aquello con recelos, los hombres envidiaban la nueva aventura del duque, el rey con dolor de no ser él quien recibiese todas las atenciones que le otorgaban el séquito árabe a su primo y Terry, incómodo por ser el centro del cotilleo y murmuraciones.
La mujer llegó junto a su padre y este su puso de pie. Aún tapada por aquellos velos blancos, la sujeto de la mano y se colocó frente al rey George II.
– Aquí le entrego la joya más preciada de mi reino: La Rosa del Desierto. La princesa y mi única hija. Esta es la prueba más grande de nuestro deseo de paz.
El monarca inglés hizo lo mismo y tomando la mano de su primo la colocó para que entrelazara la de la mujer que le ofrecían en ese momento. Terry respiró profundamente y se acercó a ella. Las mujeres levantaron el velo y envolvieron el joven castaño junto a la mujer que en breve desposaría.
Con este movimiento y del tul blanco entrelazado formalizaban la unión del matrimonio ante las leyes del país árabe. El duque miró fijamente la mujer frente a él, quien se encontraba cubierta por velos rosa intenso y blancos que iban desde la corona de su cabeza hasta sus pies.
Después de aquel día, la curiosidad le había ganado y se dio a la tarea de indagar sobre La Rosa del Desierto. Para muchos un objeto de colección, ya que era muy apreciada por su atractivo estético y se preguntó que tan cierto sería todo lo que se decía de la belleza de la que ahora se convertía en su esposa.
«Rosado intenso como la Rosa del Desierto», pensó mientras la escudriñaba.
En el momento que los hombres colocaron las joyas y demás a sus pies, recordó que era parte de la tradición y la leyenda sobre esta rosa, la cual representaba la prosperidad en todos los aspectos.
Los velos blancos cayeron al piso y la voz del clérigo atrajo la atención de los asistentes, mientras daba comienzo a la celebración de la unión del Duque de Granchester con la Princesa de Bahrain, Oddaejn.
Las palabras en Latín dieron término declarándolos esposos.
Terry se levantó y le ayudó a la mujer a ponerse de pie. No hubo beso, tampoco votos de un amor eterno. Era solo el cierre de una unión comercial entre dos países, donde dos almas se unían por el lazo del matrimonio.
Ella colocó su brazo en el de su ahora esposo y dejó que este la ayudara y guiara, ya que la vista era muy pobre debido a los velos que aún le arropaban.
Unos ojos azules claros se toparon con aquellos cobaltos y sin palabras se decían adiós. Él le había informado días antes de la decisión del rey y ella entre lágrimas aceptó perderlo.
Lady Susana Marlow sabía que jamás sería suyo.
No hubo celebración de 7 días, como se acostumbraba en su tierra cuando se casaba una princesa, solo la tradicional inglesa de varias horas, donde se despidió de sus padres y hermanos.
Le dolía, era la primera vez que estaba fuera de casa, de su tierra y su familia.
Ahora desposada con un desconocido, en un lugar ajeno y costumbres diferentes.
Fue llevada a los aposentos que le correspondía como la nueva duquesa mucho antes de que se fueran los invitados, quienes aún curioso por conocer la cara de la mujer que era ya una quimera en esas tierras.
Las apuestas entre los hombres sobre su belleza se habían realizado comenzando en las 300 libras, el cotilleo de las mujeres sobre sí realmente podría ser la duquesa que requería Terrence y la duda ante como encajaría en la corona era el plato fuerte de la noche.
Dos horas después, el último invitado se despedía y salía del castillo del duque, dejándolo más pensativo que antes.
El joven se dirigió al estudio, tomó un vaso, lo llenó de Whisky para luego colocarlo en sus labios.
Estaba exhausto, la peor de las semanas.
Ahora casado con una perfecta desconocida, de otras costumbres e idioma.
Recordó la mirada de dolor de Susana cuando se despidió y le deseó que fuese feliz.
El rey hubo aprovechado este evento para alejarla por completo y ella no había puesto ninguna resistencia, al igual que el aceptó el destino que les tocaba.
Colocó el vaso sobre el escritorio y levantándose de la silla, se dirigió a la habitación donde se encontraba su esposa.
Era la hora de sellar con broche de oro la unieron de ambos países. Era su deber.
Esperaba que de esta vez quedase embarazada, no pensaba tomarla más y el rey le había solicitado, en tono amenazador, un heredero para su émulo.
Uno le asegurase la lealtad de árabe.
oOoOoO
Primera parte del reto cumplida…. Para el segundo capítulo vengo con una de mis escritoras favoritas... Es sorpresa... ¿Te imaginas quien es mi invitada para el capítulo dos?
oOoOoO
George II (George Augustus; alemán: Georg August; 30 de octubre / 9 de noviembre de 1683O.S./N.S. - 25 de octubre de 1760) fue rey de Gran Bretaña e Irlanda, duque de Brunswick-Lüneburg (Hannover) y príncipe elector de la Sacro Imperio Romano desde el 11 de junio de 1727 (OS) hasta su muerte en 1760.
**Sheikh Nasr Al-Madhkur (árabe: الشيخ نصر آل مذكور) fue el gobernador árabe del siglo XVIII de un clan Huwala bajo Karim Khan Zand de la dinastía Zand de lo que fue descrito por un relato contemporáneo como un "estado independiente.
***Rabbaba: Violín árabe, el instrumento de arco más antiguo conocido y el padre del rabel europeo medieval. Se mencionó por primera vez en el siglo X y fue prominente en la música árabe medieval y posterior.
Última edición por EFantasia el Dom Abr 10, 2022 9:45 pm, editado 1 vez
en espera del siguiente gracias 
, ya quiero el siguiente mis divinas y si me imagino quien es la escritora invitada estara 
Que comienzo. Intrigada con quien escribirá la segunda parte y cuando Terry vea a su Rosa del Desierto. Bravissimo 
....oye Fantasia me encantó este primer capítulo 
...cautivada..."obligado/afortunado"...ni modo...alguien lo tiene que hacer Terry!!!....además la frentona seguramente hubiera sido tu perdición!!! 
...suerte matador y olé!!!! 
