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Guerreras Apasionadas de Terry
—Se acerca la hora amiga —dijo Doralix al lado de su compañera de batalla, quien dio un largo suspiro.
—Tenemos que ser fuertes, no hemos llegado hasta aquí para rendirnos — respondió Fantasía con su mirada fija en el horizonte.
—Además tenemos toda la capacidad y nuestro rey ha elegido bien a las chicas —Palasatenea le sonrío a una inquieta Doralix.
—Sí, no ha sido fácil llegar hasta aquí. En ocasiones pensé que no lo lograríamos. Tener el favor del rey y a su amado tesoro con nosotras, pero la guerra es inevitable y sabes que los otros reinos son muy fuertes y tal vez no dejen que llegue con nosotras —terminó Doralix.
—No te preocupes, yo sé que vendrá, jamás la dejaría y sabes que ella está en las mejores manos… Nosotras, todas ellas —señaló Palas desde la muralla a las guerreras que estaban listas para pelear por su nuevo y coronado rey, el gran Terence Granchester y por su tesoro, la bella Candy.
—¡Valkidia! —Fantasía llamó a su mejor general, la cual coordinaba a todas las chicas, su esfuerzo y entrega la llevó a ser la cabeza de aquel ejército.
—¡Todas listas para pelear! —dijo Fantasía con voz fuerte y clara. Cuando ella hablaba todas guardaban silencio, el ambiente era tenso. La atmósfera estaba cargada de una inquietante paz. El rey había sido recién coronado y no todos estaban conformes, la penumbra en el lugar solo era iluminado por antorchas.
Clau, en las puertas no quitaba la mirada al frente con la esperanza de verlo llegar.
Sisy Bennet y Lizzi Villers, daban armas a las chicas que llegaban listas para defender su reino. Infundiendo fuerza y aliento a todas a su alrededor. Gianny custodiaba al tesoro amado del nuevo rey.
—Allá, mira —Doralix extendió su dedo observando como dos siluetas en caballos se acercaban a toda velocidad.
—Son… ¿Las mensajeras? —dijo Fantasía dudosa.
—¡Abran las puertas! —gritó Palas. Las mujeres con armadura se acercaron a toda velocidad a la entrada.
—¡Ya viene! —vociferó Lady Ardlay quitándose el casco.
—Viene y no está solo, lo custodian —anunció Carmín que se bajó y sacó su espada.
Todas quedaron en silencio viendo como unas sombras se dibujaban, acercándose al castillo, donde sería resguardado el rey y su tesoro.
—¿Es él…? —dijo Lizzi.
—Terry, el rey —concluyó Sisy.
—Pero ¿quiénes son las que lo custodian? —preguntó Clau a Palas que llegaba a su lado.
—¿Quiénes serán? —preguntó Gianny.
Go Eun San, nosotras creían lo que veían sus ojos. Doralix y Fantasía se miraron sorprendidas.
—Ya llegan, ¡Preparadas! —gritó Valkidia, sacando a todas de su escudriño.
Terry ingresó a todo galope montado en Teodora su hermosa purasangre y tras él muchas guerreras más. Las valientes mujeres vitorearon al rey, cuando este cruzó la entrada. El grito de júbilo fue unánime, su rey finalmente había llegado.
Terry se bajó del caballo y todas se inclinaron ante él.
—Majestad, que honor tenerlo finalmente con nosotras —dijo Doralix en la puerta principal del castillo.
—Lo hemos estado esperando, hoy es un gran día —proclamó Fantasía con un brillo de admiración en los ojos.
—nos tranquiliza finalmente tenerlo aquí, —completó Palas, tratando de ocultar la emoción que le daba el estar en su presencia.
—Gracias a todas por estar aquí. Hoy es el gran día, la guerra dará inicio en cualquier momento y veo que ya están listas. Sé que son fieles y han cuidado bien de mi joya más preciada, Candy, mi único y verdadero amor. Y por eso mis guerreras, daremos todo en la batalla. Ustedes y yo cuidaremos de ella, incluso con nuestra vida.
Luego se acercó a la mujer frente a él, una de las más experimentadas guerreras, la que sin dudar le había dado su apoyo en cada batalla, quien a través de sus maravillosos talentos a la hora de escribir y de crear con imágenes verdaderas obras de arte, derrotaba a ejércitos completos.
—Doralix —Terry la miró con una bella sonrisa y acercándose a paso galante se detuvo frente a ella, sus manos se movieron de manera segura y quitándose el precioso prendedor se lo entregó —mi fiel y devota guerrera, nadie más que tú mereces portar la insignia de mi casa —el hermoso escudo brillaba sobre su pecho mientras su corazón latía con entusiasmo —no dudas en defenderme del enemigo, nunca te das por vencida por más dura que sea la batalla y llevas con orgullo el blasón de mi casa —Terry la tomó de los hombros y pegando su frente a la de ella susurró —gracias, gracias por creer en mí, por ser parte de esta lucha, por estar a mi lado —Doralix sonrió mientras intentaba controlar la tormenta de emociones de su ser, —por todo eso te nombro Guerrera Apasionada de Terry, formarás parte de mi mesa redonda.
Luego paso su mirada por la bella mujer que estaba a la par, una que lo había defendido desde que era un Duque de Hierro, mostrando a todos la fiereza y valor del que ahora era el rey, una guerrera cuyo corazón estaba lleno de amor, y lealtad.
—Fantasía, —la bella morena se puso firme ante el llamado de su soberano, — eres una guerrera tan polifacética, que nunca nadie puede ganar ante ti, en tus manos tienes el talento del arte, dibujando imágenes tan hermosas que inspiran a todos, como si eso fuera poco están tus románticas letras, ya que con tu pluma se han escrito historias tan hermosas como lo eres tú, por ello te agradezco el ser tu fuente de inspiración, que pongas tus talentos en mi defensa, —la bella dominicana no pudo evitar sonreír de pura dicha ante las palabras de su rey, — Fantasía, te nombro guerrera apasionada de Terry, de ahora en adelante formas parte de mi mesa redonda.
Después de nombrarlas él se acercó a ella, quien se sentía emocionada, después de tanto tiempo de estar al servicio de los Granchester. Hoy por fin el nuevo rey le reconocería su trayectoria. Cuando vio que él la miro, ella sonrió y de inmediato se puso de cuclillas, cuando sintió que el hombre frente a ella la tocaba con su espada en el hombro supo que era el momento tan esperado, por fin estaba en su presencia.
—Palasatenea... —Retumbó la voz del rey, —hoy yo te nombró Guerrera Apasionada de Terry y estarás junto a todo mi equipo de la mesa redonda tomando decisiones importantes, tú que has dado hasta tú sangre por los Granchester te mereces todos los beneficios del reino y el reconocimiento de toda nuestra gente.
La siempre seria guerrera, aquella que suele mandar a todas a concentrarse cuando se distraen, con su usual frase: FOCUS FOCUS, ahora no podía disimular su felicidad.
—Estoy muy orgulloso de ustedes, han protegido con su vida a mi joya — concluyó Terry mirando a las valientes guerreras que le habían esperado durante tanto tiempo. Las lágrimas invadieron a todas al ver reunidos al rey junto a su tesoro Candy.
Las mujeres conmovidas por la confianza de su majestad derramaban lágrimas unas más discretas que otras, una de las más valientes jamás se calló y dio esperanzas a muchas otras con sus palabras. Llegando a sus oídos que siempre estuvo ahí sin dudar. Sin importar día, hora o esfuerzo. Las lágrimas brotaban por el blanco rostro de la mujer hasta llegar a sus labios rojos.
—Valkidia. Mi guerrera, mi voz, dónde no puedo estar. —Terry se dispuso a sacar su espada —Valkidia de la casa Granchester, yo te nombro Guerrera Apasionada de Terry, formarás parte de la mesa redonda, serás vocera del reino y tú llevarás mi nombre a muchos. Tu palabra será ley en el reino, y fuera de él.
Los ojos de Valkidia brillaron por las lágrimas y la alegría. Terry mirándola le sonrió con dulzura.
—Ustedes han demostrado su lealtad, —siguió diciendo el monarca, —cuando muchos no creyeron en mí, ustedes lo hacían y me proclamaban su rey y hoy que lo soy, quiero nombrarlas mis Guerreras Apasionadas y hacerlas parte de mi mesa redonda.
Ahora los ojos de Terry se posaron de una en una sobre las mujeres alineadas frente a él y su mirada pasó esta vez a una guerrera que él denominaba como de las más valientes.
—Lizzi Villers, eres una de mis guerreras más fuertes, me has defendido en diferentes batallas de las cuales has salido vencedora. Eres una erudita, que desenmascaras a quienes se han atrevido a atacarme, no has titubeado en ningún momento, llevas mi estandarte con orgullo ondeándolo sin temor por los reinos que pasas. Has dejado a muchos enemigos de una pieza defendiendo mi honor, con argumentos y fundamentos que no dejan dudas de porque hoy soy el rey de estas tierras. De ahora en adelante guerrera Lizzi, eres parte de la mesa redonda, serás mi consejera real —el rey le sonrió a Lizzi y ella estalló en emoción con su particular parloteo, le agradeció al soberano, reiterando su lealtad retrocedió y se incorporó de nuevo a la fila con las otras guerreras.
—Lady Ardlay, —llamó el rey, —siempre has exaltado con nobleza mi figura y mi prestancia, defendiendo mi honor y valía frente a quienes han querido degradarme o menospreciar el gran amor que guardó con celo para mi único y más grande tesoro. Has demostrado con tus letras sentir gran entusiasmo por la ternura, una atribución de gran valor que está muy lejos de ser debilidad de carácter. Ya eres una verdadera guerrera —el rey colocó su mano en la mejilla de la mujer, logrando su sonrojo —yo te nombró una de mis Guerreras Apasionadas más aguerridas, te doy con orgullo un lugar en la mesa, gracias por tu fervor. — Emocionada ella se inclinó con una gentil reverencia y le sonrió satisfecha.
La atmósfera de júbilo de la corte real presente en aquel recinto se hacía cada vez más intensa y mágica. Los testigos que presenciaban aquel solemne acto no salían de su asombro no sólo por la magnificencia que emanaba el soberano al llamar a cada una de las guerreras para concederle un lugar especial en su mesa como las nuevas Guerreras Apasionadas del Rey Terry Granchester. Si no por las cada vez más intensas descargas de energía que se manifestaban ante cada nombramiento.
A medida que la corte del rey crecía con la adición de cada una de estas legendarias damas. Un halo de luz mística los rodeaba junto con una poderosa energía que los unía a todos, formando una poderosa alianza que se hacía indestructible.
―Carmín, — la observó con sus brillantes ojos, siempre había destacado por su amplia visión, no pasaba nada desapercibido para ella, podía estar alejada al pendiente de todo sin que se dieran cuenta de su presencia. ―mi letal guerrera siempre me has demostrado que nada te detendrá, que el miedo no vive en ti, tu gran destreza con el arco y tu rapidez te nombro como mi primer oficial de la escolta de Candy nuestro tesoro, convirtiéndote a su vez en una Guerrera Apasionada de la mesa redonda.
Carmín levantó la mirada, sus ojos cubiertos de una capa de lágrimas, estaba conmovida, parpadeo rápido para ahuyentarlas, daría la vida por proteger a Candy, era un honor tener esa responsabilidad, lucharía para mantenerla a salvo.
―siempre me han sorprendido tus grandes habilidades, sé que eres muy veloz, cuántas veces no me costó encontrarte cuando has estado de guardia, ―sonrió de lado, tu gran honor y tu lealtad nunca ha pasado desapercibido ha crecido en mí una gran admiración de tú persona.
Su majestad, se detuvo un momento a admirar orgulloso al grupo de guerreras frente a él, no dejaba de sentirse satisfecho. Cualquiera de los ahí presente no dudaba en que estaba por ocurrir algo extraordinario.
El rey se acercó a una de sus más antiguas guerreras, quien lo vio con profunda emoción, cariño y respeto, inclinándose ante él.
―Gianny, tu infinita imaginación y tu gran valentía han hecho un sinfín de historias, muchas de ellas hermosas, traviesas, juguetonas y tiernas, otras tan intensas con temas tan diferentes que crearon polémica, pero no te amedrentaste y seguiste adelante, sin importar cuantas veces coartaron tu voz, tratando de silenciarte, tu seguiste adelante, defendiéndome, luchando por mí, sin importar si tenías que volver a hacer todo de nuevo, resurgiendo como un fénix de entre las cenizas, es por ello que hoy te reconozco como mi valiosa Guerrera Apasionada, para que te unas a mi mesa redonda, gracias por tu infinita lealtad.
Una de las valientes guerreras, maravillada por lo que estaba ocurriendo se sentía agradecida por poder ser testigo de aquel histórico momento. La algarabía y los vítores por la celebración de los últimos nombramientos habían cedido en anticipación por lo que vendría, era palpable en el rostro de todos, menos en el de Terry Granchester, quien finalmente alzó su inconfundible voz, dejando a todos sin aliento.
—No podría sentirme más orgulloso y honrado al contar con una legión de guerreras que han demostrado con tanta audacia, valor y destreza las innumerables virtudes que poseen cada una de ustedes, ahora forman parte del círculo de alianza más cercano a mi persona y en quienes podré confiar ciegamente de ahora en adelante. Ahora quisiera nombrar a aquella que siempre no sólo ha creído en mí, incluso cuando yo mismo no lo hacía y que desde siempre me ha brindado su lealtad y fe inquebrantables, a quien no le ha importado el cómo o el cuándo, tarde o temprano, ha estado ahí confiando en que yo siempre saldría victorioso en cada una de mis batallas. Si tú Sisy Benett por ser la voz de mi conciencia, siempre reflexiva y ayudándome a salir de la oscuridad y ver hacia la luz. Jamás ninguna alianza podría estar completa sin la fe y la esperanza de que todo saldrá bien. Por eso te pido que por favor unas tus fuerzas, tu espada con las nuestras una vez más. Para enfrentar esta justa lucha que estamos por defender.
Sin dudarlo Sisy con los ojos cristalizados por las lágrimas contenidas, ofreció su espada al servicio irrestricto del Rey, —ahora Sisy te nombro guerrera apasionada de Terry, formarás parte de mi mesa redonda, —decretó el soberano.
Terry levantó una ceja mientras curvaba su sonrisa, en una que dejaba bien claro que el momento que se acercaba lo disfrutaría con todas sus ganas.
Levantando su mano derecha ordenó que le dieran paso a la mujer que hacía gran diferencia en su reino. Algunos se maravillaban ante las promesas que con sus dedos podría lograr, mientras que otros se asustaban al saber que con estos podía hacer que la magia fluyera de forma libre desde el fondo de su ser.
El ruido agudo de las puertas doradas hizo que todos volteasen la mirada y buscaran de forma insistente a quien, vestida con su típica capucha negra, caminaba despaciosamente hasta posarse frente al soberano y ponerse sobre sus rodillas. Con sus manos desató las cintas que aguantaban aquello que cubría su rostro y cuerpo, para dejar a la luz su vestido escarlata y sus altas botas negras.
—Go Eu San –pronunció Terry, y sonrió al ver como ella lentamente se sacaba los guantes que cubrían sus dedos y los colocaba en el piso como señal de lealtad a su rey —con tus manos has traído la magia que este reino tanto necesitaba —su voz de barítono retumbó en aquel lugar, mientras extendía su mano para ayudarla a ponerse de pie —has inspirado a miles de personas a través de sus obras, llevándonos al triunfo del reino con tu creatividad en la guerra y tu lealtad a la corona. Es por eso que creo firmemente que eres la elección perfecta para ocupar el puesto de Guerrera Apasionada de la mesa redonda y protectora del reino de Granchester. Estoy feliz de que seas parte de este grupo de fuertes guerreras. — ella sonrió, complacida de ser una de las guerreras del rey.
El soberano avanzo hasta la guapa pelinegra que esperaba pacientemente su turno, situándose frente a ella, la vio a los ojos y hablo.
—Clau, tus múltiples batallas han dejado huella en los corazones de innumerables lectoras, no te conformaste con el curso de lo que no te parecía y lo cambiaste, buscaste la forma de que yo fuera feliz una y otra vez a través de tus palabras, innovando con historias frescas, llenas de pasión y amor, así que ahora premiare tu invaluable esfuerzo, Clau, te nombro guerrera apasionada de Terry, formaras parte de mi mesa redonda, —la pelinegra se lanzo a los brazos del soberano de la emoción, luego se alejó sonrojada, disculpándose por su arrebato.
Con los nombramientos de las Guerreras Apasionadas de la mesa redonda, el circulo se acercaba a estar completo y entonces el halo de luz que les rodeaba se hizo más intenso hasta terminar en una ráfaga de luz incandescente. Tras el éxtasis de aquel extraordinario evento había algo que había quedado claro en el corazón y en la mente de cada una de ellas. Eso era que la victoria solo sería alcanzada si cumplían con el pacto de unión y hermandad del que ya eran parte.
Un sonido estrepitoso, ocasionó que todos los presentes voltearan hacia la puerta de entrada. Las cuales estaban abiertas de par en par dando la bienvenida a aquella que llegaba con tanta seguridad en su andar, todas se miraban como preguntando ¿Quién es?
Se dice que ella trabaja en secreto para nuestro rey, escribe tantas historias qué ya es una leyenda.
—Te esperaba con ansias, —le dijo el hombre que estaba parado frente a ella, por lo tanto la voz que resonó en el lugar no dejo que Palasatenea hiciera los comentarios, pues ella era una de las mejores investigadoras del reino, pero no pudo seguir diciendo lo que sabía, por qué el nuevo rey de Granchester le estaba dando la bienvenida a una de sus mejores guerreras, era una mujer morena, con pelo largo y rizado que tenía una mirada de fuego, y un andar decidido, aunque en su caminar destilaba un poco de coquetería, porque aunque era una mujer de carácter fuerte, también era muy femenina.
Al estar frente al rey, él le hizo un movimiento con la espada para que se hincara y poder así darle su nuevo cargo.
—Wendy Grandchester, por ser valiente, decidida y sobre todo por haber hecho mi mejor venganza te nombró: Guerrera de la mesa redonda, eres la última, pero sabemos que estabas cumpliendo el mandato de mi padre, siempre has sido una persona leal y honesta con los Granchester y por eso en esta Guerra florida serás parte de las Guerreras Apasionadas de Terry, quienes siempre están dispuestas a darlo todo por mí, y su unión será mi fuerza.
—ahora, —continuó el soberano, —antes de finalizar, dejen que les presente a mis acompañantes, mis Guerreras Apasionadas Honorarias: la legendaria Eleanna, guerrera conocida en todos los reinos, políglota, quien maneja la pluma con una destreza sin igual, con historias tan innovadoras y llenas de pasión, Nuria, cuyas manos creadoras muestran las imágenes de maravillosas escenas, haciendo que todos puedan visualizar aquello que solo en sueños hemos podido ver, GEMMASASHA profesional en las letras, una de las más cultas entre los reinos y también políglota, cuyos conocimientos han servido para ganar innumerables batallas.
—¡Estamos aquí por Candy! —fue la fuerte voz de las guerreras honorarias, levantando todas sus espadas a la vez.
—El resto de guerreras que nos acompañan, —continuo Terry, —son nuestro apoyo, quienes van a vitorear nuestras batallas, a darnos ánimos cuando necesitemos de él, quienes alabaran nuestros esfuerzos y se encargaran de que no queden en el olvido, su unión será mi fuerza, ustedes, junto a las honorarias y porristas daremos una gran pelea. —dijo señalando a las valerosas mujeres que llegaron con él.
https://youtu.be/rgKZoaIdCLw
