Este es mi primer crossovers, mesclando el universo de Nuevas Especies y los personajes de Candy Candy, como resultado tenemos una ensalada con postre de yumilicius incluido, les aviso que en esta historia habrá instintos con lemon incluido, si no eres adepta a estas situaciones te avisare en el inicio de los capítulos para que puedas pasarlo de largo.
Preámbulo
La farmacéutica Merovia mesclo ADN humano y animal para crear a sujetos para sus pruebas, así surgieron los Casta, quienes no se consideran a sí mismos humanos, pero tampoco animales.
Fueron más de dos décadas en las que Merovia realizo experimentos con los Casta, tratándolos como menos que animales, torturándolos, asesinándolos y asesinándolos, hasta que las autoridades bajo un operativo de máximo secreto, logró rescatarlos y encarcelar a la mayoría de miembros de la farmacéutica.
Desafortunadamente, no todos los culpables fueron atrapados, ni tampoco todos lograron ser rescatados, muchos murieron antes de lograr ser libres, ahora los sobrevivientes tienen que protegerse contra todos aquellos que los odian y que los consideran una abominación.
Capítulo uno
Albert, líder de los Casta, observaba la lujosa fiesta de recaudación de fondos en beneficio del rescate de Osos Polares, al cual se vio obligado a asistir, obligado no porque tuviera algo en contra de estos enormes animales en peligro de extinción, al contrario, estaba comprometido en su protección, su contrariedad residía en que extrañaba a Sophie, su compañera, odiaba no poder llevarla cada vez que salía de la OCA (Organización de Castas), pero no podía arriesgar su seguridad.
La protección de las compañeras era esencial, los muchos grupos de odio habían demostrado una y otra vez que no dudarían en lastimarlas si tuvieran la oportunidad de poner sus manos sobre ellas, razón por la cual ellas no abandonaban el Gran Hogar, el cual albergaba la mayoría de los Casta, al único lugar al que viajaban era al Refugio, que era la otra propiedad de la OCA, una enorme extensión natural de bosques, en donde además de los Casta, residían muchos animales salvajes que fueron maltratados por los humanos y ahora eran cuidados por ellos.
También era el hogar para todos aquellos Casta que fueron considerados fallos de Merovia, la Farmacéutica que los había creado alterando ADN animal y humano, estos Casta tenían rasgos animales más marcados, muchos de ellos nunca aprendieron a leer, no tuvieron contacto con nadie, pasando todo su cautiverio encerrado en pequeñas jaulas, siendo tratados peor que animales, recibiendo las drogas más peligrosas que la farmacéutica quería probar.
A razón de ello muchos de estos Casta no se sentían cómodos en compañía de otros, menos sociables, lo que los hacia preferir vivir en los amplios bosques del Refugio, bueno todos menos uno, Terrence, un Casta diferente, aunque seguía prefiriendo la soledad, se logró adaptar a sus compañeros, su control sobre sus instintos animales era superior incluso que la de los Casta no salvajes.
No era de confiarse, porque eso lo hacía más letal que cualquiera, razón por la que acompañaba a Albert, para su protección, su apariencia salvaje quedaba muy bien camuflada bajo el elegante esmoquin que lucía en esta ocasión, para estar a tono con el evento, volvía locas a las humanas, quienes siempre intentaban obtener una probada suya, algo que nunca sucedía.
Por alguna razón el enigmático Terrence o Terry como le llamaba Albert, no buscaba compañía femenina, lo cual era toda una proeza, si tomamos en cuenta el insaciable apetito sexual de los Casta.
―alguna novedad, ―pregunto Albert, al acercarse al serio felino.
―todo en orden, los equipos no han observado nada extraño, en unos minutos más podremos retirarnos, pronto estarás nuevamente entre los brazos de tu compañera.
―lo ansió demasiado, lamento que te hayan acosado tanto, pensé que esa pelirroja iba a secuestrarte para violarte, ―comento en tono bromista el rubio.
―ni me lo recuerdes, esa zanahoria desabrida era más molesta que un molusco echado a perder, tuve que hacer que el equipo de seguridad del evento la sacara, con la excusa de que olía a explosivos.
―nadie se quejó, así que dudo sea un problema.
Los Casta seguían conversando, cuando dos parejas se acercaron con la excusa de saludarlo, de la misma manera que muchos de los invitados suelen hacer en esos eventos.
―señor Albert, es un honor conocerlo, soy Alistear Cornwell, él es mi hermano Archibald, mi novia Patricia y mi cuñada Annie.
―no tiene usted idea de lo afortunados que somos de poder conocerlo hoy, ―saludo Annie.
Albert y Terrence se tensaron de forma imperceptible, sus instintos les gritaban que el grupo que los saludaba tenía otras intenciones, más por mucho que observaban, no parecían tener armas ocultas, ni parecían de ninguna forma amenazante, aun así, se pusieron alertas.
―por favor, señor Albert, es urgente que hablemos con usted en forma privada y sin que nadie nos vea, la vida de nuestra querida amiga y prima está en peligro, necesitamos de su ayuda, ―dijo en casi un susurro Patricia.
―no veo la razón para buscar de nuestra ayuda, en todo caso podrían acudir a la policía o alguna de las instancias humanas, ―dijo en tono cortante Terrence.
―ellos no podrían hacer nada para salvarla, para ellos Candy ni siquiera existe, no es importante, ―replico Alistear.
―no veo en que forma podríamos ser de ayuda, ―respondió cortes Albert, ―pero si gustan pueden pedir una entrevista y se les atenderá con gusto en el Gran Hogar.
―no tenemos tiempo para formalidades tontas, Candy está en serio peligro, si no actuamos con rapidez podemos perderla, ―reclamo un exaltado Archibald.
―calma hermano, ―dijo Alistear, tomando el hombro de su hermano para calmarlo, ―vamos a ser claros, el apellido Leagan significa algo para ustedes, ―pregunto Alistear a los Casta.
―o mejor aún, hembras premio les dice algo, ―completó Patricia.
Albert y Terrence indicaron al equipo de seguridad que se llevaran en forma disimulada al grupo, era obvio que no podían permitir que nadie escuchara las palabras que ellos habían dicho, nadie aparte de los Casta y muy pocos humanos sabían de la existencia de las Hembras premio, el apellido Leagan era otro problema, ellos sabían que fueron unos de los principales inversionistas de Merovia, pero nunca se logró probar su participación, los muy ratas lograron esconder muy bien cualquier vínculo con la farmacéutica.
Las dos parejas fueron llevadas al estacionamiento, las subieron a una de las enormes todoterreno que usaba la OCA para trasladarse, aunque estaban nerviosos no tenían temor, en ese momento lo único que importaba era conseguir la ayuda de los Casta, ellos se lo debían a Candy.
Un grupo de Casta entraron con ellos y posteriormente el vehículo comenzó a avanzar, siguiendo a otro todoterreno, eran varios los que viajaban en grupo, era necesario siempre una movilización de ese tamaño, los grupos de odio anti-Casta siempre estaban buscando la forma de atacarlos.
―nos dirigimos al Gran Hogar, se me informo que allí tendrán una reunión privada con Albert, ―les informo el Casta que se situó frente a ellos, un Canino, por lo que podían apreciar de sus rasgos físicos.
―gracias, ―respondió Alistear.
Tardaron alrededor de una hora en llegar al Gran Hogar, pese a que no había mucho tráfico, la fiesta se había celebrado en un sitio un poco alejado del Gran Hogar, al llegar los jóvenes se impresionaron un poco al ver de cerca los altos muros, custodiados por Castas armados, también unos cuantos humanos, al entrar fueron llevados a revisión, lo más complicado fue un pequeño dispositivo que cargaba Alistear, sospecharon que era una bomba, pero al pasarlo por el equipo de rayos X, solo revelo que era una especie de computadora.
El joven pelinegro con gafas temía que no se lo dejaran pasar, pero era necesario que lo llevara a la entrevista, y que no se dañara, solo así podrían encontrar a su querida prima, tuvo que explicar que era equipo que contenía información de suma importancia para salvar vidas, los guardias no estaban muy convencidos, accedieron a entregárselos una vez Albert diera la autorización, el joven tuvo que resignarse a que lo hicieran.
Los hicieron subir en un Jeep y los llevaron a uno de los edificios, allí esperaron unos pocos minutos y luego los acompañaron a la oficina de Albert, en donde ya les esperaba él, Terrence y unos tres Casta más, si querían impresionarlos lo estaban logrando, pero en ese momento su urgencia por ser escuchados era mayor.
―muy bien tienen toda mi atención, ¿Cómo es que saben de las Hembras Premio?
―lo sabemos porque Candy es una de ellas, ―respondió Archie.
Un par de gruñidos amenazantes se escucharon en toda la habitación, los Casta estaban molestos, era algo más que obvio, para ellos las Hembras Premio eran un punto sensible, su protección era su máxima prioridad.
―podrían calmarse por favor, realmente es molesto que se comporten así, controlen sus instintos, ―reclamo Annie, ―nos necesitamos mutuamente así que lo mejor es que pongan de su parte para escucharnos.
― ¿Por qué dicen que es una Hembra Premio?, ¿Cómo es que ustedes la tenían?, acaso es que alguien en su familia la recibió, es eso, la tenían esclavizada, RESPONDAN, ―pregunto furioso Albert, era curioso verlo en esa forma, pues él siempre estaba tranquilo, siendo su carácter sereno y ecuánime frente a todos.
―ni siquiera se te ocurra decir semejante estupidez, ―fue la respuesta de un ya cansado y molesto Archie.
―nos van a escuchar o van a seguir con sus suposiciones dejando que Candy siga en más peligro por no saber contenerse, ―reclamo Paty.
―continúen, ―dijo Albert entre dientes, tratando de contenerse.
―repetimos, ella es nuestra prima, creció en un orfanato en medio de las montañas de Indiana, nuestra tía Rosemary la encontró cuando ya tenía trece años, la llevo a la mansión de las rosas en Lakewood, en donde solo unos pocos supimos de ella, fue protegida, no por su apariencia, si no por su origen, para que no fuera encontrada por los Leagan.
―ustedes saben que es ella, ¿Por qué no se contactaron con la OCA?, sabían que ella estaría en peligro fuera de nuestra protección, ―preguntó Terrence.
―lo hicimos, ―respondió Alistear, ―tía Rosemary llamo a la OCA, como respuesta invadieron la zona del Hogar de Pony, el orfanato donde creció Candy, ya que la tía no confió totalmente en la persona que respondió, solo menciono que necesitaban hablar con un Casta sobre una Hembra Premio, ella uso un teléfono desechable.
― ¿Quién los invadió? Y ¿porque llegaron a ese lugar?, ―pregunto Albert.
―no fue gente de la OCA, quienes llegaron, se notaba que eran mercenarios, obviamente en el pueblo nadie sabía la naturaleza de Candy, la tía estaba en el pueblo entregando donativos al Hogar de Pony cuando decidió llamar, no tardo ni dos minutos, pero fue suficiente para ser rastreada, ella no quiso arriesgarse, era obvio que tenían una fuga y no iba a arriesgar más a su hermana.
―su ¿hermana?, ¿de qué hablas?, ―pregunto Terrence.
―los padres de la tía Rosemary, eran inversionistas de Merovia, ellos no sabían de lo que allí realmente estaban haciendo, un socio de ellos, Raymond Leagan, imagino saben quién es, los engaño para que invirtieran, ellos creían que estaban apoyando en la lucha contra la infertilidad y el cáncer, obviamente no era así, ―respondió Alistear.
―la tía abuela Priscila tenía antecedente de cáncer en su familia, casi todas las mujeres morían jóvenes, así que estaban interesados en prevenirlo, ella fue sometida a varios procedimientos supuestamente para prevenir eso, lo que no sabían es que les estaban robando material genético a ella y al tío abuelo William, ellos implantaron una Hembra Premio en la tía abuela.
―no comprendo, porque harían eso si eran inversionistas, no tiene sentido, ―expreso Albert.
―todo fue por orden de Raymond Leagan, él quería deshacerse de ellos, pero, sobre todo, estaba obsesionado con la tía Rosemary, por ello encargo una Hembra Premio con sus genes y genes animales que la hicieran sana, pero incapaz de defenderse, el planeaba deshacerse de ellos de todas maneras, ―explicaba Archie.
―lo que ellos no esperaron fue, que los tíos se dieran cuenta, una joven que tenían cautiva y embarazada, junto a una doctora, les revelaron la verdad, los llevaron a ver a algunos de los Casta que tenían allí, las condiciones en que estaban, ellos aun eran unos niños, por lo que la información los impacto, escaparon llevándose varios documentos, en Merovia no se quedaron tranquilos, los buscaron, pero ellos lograron esconderse hasta el nacimiento de Candy, se comunicaron con la tía Rosemary, le entregaron los documentos y le explicaron todo, ―continuo Alistear con el relato.
―ellos pidieron ayuda, hicieron varias denuncias, pero solo lograron que los encontraran, ―comento en tono sombrío Archie.
Alistear y Archie explicaron que cuando la gente de Merovia llegaron por ellos al lugar en que se escondían, ya no encontraron a nadie, pues se escaparon por un poco, pero fueron perseguidos, provocándoles un terrible accidente al caer de un precipicio, solo se encontraron los cuerpos de los tíos abuelos y la joven que ayudaron a escapar, nadie más.
―pero si ellos murieron, ¿Qué paso con la Hembra Premio? Y con la doctora, ―pregunto Albert.
―por favor llámala por su nombre, Candy, odiamos ese nombre que les han dado, ―reclamo Archie, ―la tía Rosemary no se dio por vencida, hizo que se buscaran los responsables por la muerte de sus padres y hermana, tenía gente importante que la apoyaron, cosa con la que no contaban los Leagan y la gente de Merovia, pero alguien con mucho más poder los protegía a ellos, por lo que a lo sumo se consiguió que no se acercaran a la familia, por otro lado, creían que nadie sabía lo que en verdad paso.
―tía Rosemary no dejo de buscar en forma discreta a Candy, hasta que finalmente recibió una visita, la doctora Keira Turner, la misma que ayudo a escapar a sus padres y a la otra joven, ella le revelo el paradero de Candy, así fue como llego a buscarla al Hogar de Pony, el orfanato en donde creció, ―completo Alistear.
―no tiene sentido, ella no pudo pasar por humana, aunque sus rasgos suelen ser más suaves, eso no significa que parezca del todo una niña, ¿Cómo es que no se dieron cuenta?, ―fue Terrence quien pregunto en esta ocasión.
―en realidad ustedes son un poco cerrados de mente, el hecho que mucha gente sea mala no significa que todos lo sean, en el orfanato las directoras no hicieron nunca diferencia entre los niños, a todos les dieron el mismo cariño y cuidado, además, estas niñas eran especiales, sus rasgos eran más suaves, Candy tenía mezcla con gato, pero suponemos que montes, ―comento sonriendo ante el recuerdo Annie.
―las niñas, es decir, sobrevivió el bebé de la otra joven, ¿también era una niña? Y me van a decir que nadie dijo nada, ―pregunto un poco molesto Albert.
―ustedes no la reconocen ni teniéndola enfrente, como lo harían personas sencillas, dedicadas por completo al servicio y cuidado de los niños desechados de la sociedad, ―respondió desafiante Annie.
―eso es imposible, ―dijo uno de los Casta que no había hablado hasta ese momento.
―estoy frente a ustedes y ni siquiera lo han notado, ―respondió Annie, poniéndose de pie, empujo su cabello que hasta ese momento cubría sus orejas, las cuales tenían una pequeña puntita casi imperceptible, mostrando sus pequeños colmillos, tomo una servilleta de su bolso y limpio su nariz, la cual sin el maquillaje se notaba con una pequeña coloración y emitió un agudo maullido que hizo que los Casta se sorprendieran.
―existe el maquillaje saben, el perfume también me ayudo a camuflar mi aroma, claro que la hermana María y la señorita Pony sabían que no éramos como los demás niños, pero ellas nos protegieron, evitaron que personas extrañas se dieran cuenta de nuestras particularidades, nos enseñaron desde muy pequeñas a camuflar nuestras diferencias, ―explico Annie.
―esto es… es increíble, ―logro decir Albert, ―eres, una de nosotros, ¿Cómo es posible?
―ahora que ya me vieron, espero que comprendan nuestra urgencia por rescatar a Candy, ―recalco Annie.
―aún hay mucho que conversar, pero tienen razón, vemos la urgencia, ¿Qué le sucedió?, ―acepto Albert.
―lo que tanto temíamos, eso fue lo que paso, Neal Leagan la secuestro, él es el hijo de Raymond y al igual que su padre se cree el dueño de Candy, como si ella fuera un objeto, ―explico Archie con desagrado.
― ¿hace cuánto tiempo sucedió?, Terry hay que llamar al equipo de recuperación y rescate, hay que rastrear a este hombre para encontrarla cuanto antes, ―preguntaba y ordenaba a la vez el rubio.
―de hecho, sabemos en donde la tiene, ―compartió Alistear, si estamos pidiendo su ayuda es porque no confiamos en contratar a personas armadas que puedan rescatarla sin ponerla en peligro, nadie nos asegura que suceda si por casualidad descubren su naturaleza y saldría peor.
―eso es mucho mejor, haremos que John venga, así pueden compartir la ubicación, sin embargo, es mejor investigarlo, es posible que la muevan de lugar, ―acordó Terrence.
―no importa a donde la quieran mover, siempre tendremos la ubicación, para ello les agradecería que pidan a seguridad que me traigan el dispositivo que me incautaron, pues es donde vemos la ubicación de nuestra prima, ―pidió Alistear.
Albert de inmediato solicito que llevaran lo que le incautaron al pelinegro, se llamó al equipo de recuperación y rescate, era urgente rescatar la Hembra Premio, John no tardó en llegar, de inmediato se le puso al corriente sobre el rescate de Candy, también llego el dispositivo de Stear, este pidió que se le prestara una laptop, conecto la cajita negra y de inmediato esta les mostro una ubicación en mapa.
―están en Miami, hay que preparar los helicópteros, ―dijo John, ―entre más tiempo tardemos más peligro hay de que sufra más abusos de los que seguramente ya está sufriendo, sé que no es algo que les guste saber, pero será necesario que llevemos asistencia médica, no sabemos que tanto daño podrían haberle causado.
Los cuatro jóvenes comenzaron a sonreír, ante la confusión de los Casta y de John, por lo que Archie no tardo en aclarar la situación: ―si lo que esperan es una chica débil, dócil y sumisa, les informo que están muy equivocados, si bien es cierto Candy es pequeña, mide apenas un metro cincuenta y cinco, ella tiene un carácter indomable.
―no es exageración cuando decimos que seguramente la mezclaron con gato montés, ella es bastante fuerte, ágil y sabe defenderse muy bien, recuerden que creció en un orfanato en donde no se le limito nada y en donde aprendió a defenderse, a eso le sumamos que cuando la encontró tía Rosemary, ella se encargó de entrenarla, para evitar que nadie la pudiera lastimar, ―explico Alistear.
―a mí no me miren, yo solía esconderme detrás de ella, ―respondió Annie a las preguntas silenciosas que vio en las miradas de todos, ―ella siempre fue más extrovertida, aventurera, se la pasaba en las ramas más altas de los árboles, por lo que no se extrañen si también le mezclaron algún ADN de mono, se peleaba a puño limpio con los niños más grandes cuando estos se portaban mal, caray si hasta cortaba leña con el hacha desde niña, ya imaginaran la fuerza que se carga.
―además tenemos razones para saber que no la han tocado, pero el tiempo apremia si queremos evitar que lo hagan, ―aclaro Alistear más serio, mostrándoles unas imágenes de unos días atrás, en donde se veía una joven rubia que subía con agilidad un enorme árbol, ―sabemos que ha estado ocultándose, pero el tiempo que tardemos en llegar a ella, puede ser el que ellos necesiten para encontrarla.
Continuará…
¿que les parece este inicio?
¿que nos encontraremos cuando se conozcan Candy y Terry?