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Era casi medio día cuando cuatro grandes camiones ingresaron en la propiedad de la Mansión Leagan.
Su amo y señor, es decir, Neil; había estado fuera del país desde hace varias semanas y ninguna de sus amistades sabía dónde podía estar.
Mientras no estuviera metido en algún lío de mafiosos, raptado por algún cartel o en la cárcel ¡todo bien!
Ahora los cuatro enormes camiones que ingresaban a todo rugir a la enorme propiedad venían liderados por el taxi en el que llegaba el guapo moreno de su largo viaje.
-¡Mi vida! ¡Volviste! – La primera en saltar al patio, con los tules del vaporoso vestido negro gótico enredándose entre las pantorrillas y agitando el negro abanico, fue la Condesa Wendolyn, colgándosele del cuello al moreno de un brinco.
-¡Pero qué es el escándalo! – la Condesa Ruby salía también con su entallado vestido negro y el ancho sombrero sobre su cabeza.
-"Signora", ese convoy luce sospechoso ¿aviso a la “Mancha Negra”?- dijo el grandulón de gafas negras a su espalda con la mano dentro de la chaqueta.
-No Vito, deja en paz a los muchachos que están de vacaciones y no saques “La Dolorosa” ¿Qué no ves que es el “Signore” que llega de viaje?... ¡Mi cielo! ¡Amore dil mío amore! ¡Cuore dil mio cuore! ¡Estás en casa! No sabes cuánto te he extrañado mi amor, mi vida, mi macho ¡Mi Rey! – decía Ruby mientras le dejaba a Neil todo el rostro marcado de pintalabios y revolvía la castaña cabellera, con pasión.
-¡Oiga usté! – gritó la nueva jardinera Yaro con la mano en la cintura y el rastrillo en la otra - esos camiones me están echando a perder el césped recién plantado.
-Pues lo acomodas muchacha ¿Para qué se te paga?
-Pues no se me paga, así que muévalos haga la caridad… Señorito.
-¿Y esos camiones gatito? ¡Aaaayyy son regalos para miiiiiii! – chilló Wendolyn acercándose a intentar abrir una de las puertas.
-¡Ya quisieras hija de la… media noche! – rugió Ruby acercándose con paso firme apartándola de un empujón – ¡Son regalos para mí! ¿Verdad mi tigre?
-¡Mafiosa igualada! ¡¿Cómo te atreves a empujarme?!
-No no, tranquilas mis reinas, tranquilas – dijo Neil acercándose y rodeándolas a cada una con un brazo, para aligerar la situación que claramente amenazaba con terminar en sangre – Los regalos para sus mercedes están en las maletas, estos son unos “caprichitos” que conseguí para mí. ¡Unas gangas! Y me fue imposible prescindir de ellas. Son apenas unas “baratijas” para adornar el jardín, pero ya van a ver ¡Les van a encantar!
-¿Caprichitos? ¿Baratijas? ¡Oyeme pero si son cuatro camionsotes! ¿Qué, te trajiste media Noruega ahí o qué? - preguntó Ruby, mientras la gótica se había zafado del abrazo de su amado y ya estaba dejándose las uñas en el apretado seguro de uno de los camiones.
-¡Yo quiero… ver… qué trajiste…! – decía la gótica tirando y tirando del pesado seguro - ¡Ay esta madre no se abre, puuuufffff! – pujaba la necia y curiosa mujer que ya con un pie trepado en la puerta, hacía fuerza tratando de abrirla.
- ¡No Wendolyn, espera! ¡No abras así esa puerta, cuidado! – Gritó Neil, pero fue demasiado tarde.
La gótica cayó sentada pesadamente sobre la hierba cuando la gran compuerta se abrió y si no se mueve a tiempo ¡ya era gótica chamuscada!
-¡¡AAAAAAAAAAAAHHHHHHH!! – gritó Ruby, cuando la llamarada le pasó por arriba de la cabeza, convirtiendo en pollo asado a la oropéndola disecada que adornaba su sombrero.
-¡Te dije que tuvieras cuidado! – bramó Neil ayudando a una Wendolyn temblorosa y patidifusa, a levantarse de la hierba - ¡Hay que esperar que llegue el experto para soltarlos!
- Pero... pero... pero... - balbuceaba la gótica, desencajada de la impresión.
-¿Soltarlos? – preguntó Ruby con los ojos desorbitados y el corazón en la boca- ¡¡¿¿¿SOLTARLOS???!! - ¿¿Es que hay más de uno?? ¡Ay!... ¡¡Aaaayy!! … ¡¡¡Aaaaaaayyy Neil Leagan!!!...
- ¡Qué experto ni qué narices! ¡¡Un loquero es lo que necesitas!! ¡¡Neil!! ¿¿De dónde miércoles sacaste ese bicho?? – rugió Wendolyn zarandeándolo por las solapas del traje.
La Condesa Ruby era un manojo de nervios que rugía pataleaba y daba manazos al aire mientras el ave chamuscada de su sombrero seguía humeando y el “caprichito” de Neil comenzaba a pasearse por el amplio jardín como pedro por su casa.
-Jejeje, es que, me los ofrecieron de oportunidad y pues… ¿verdad que está lindo? ¡Y espérense a ver a los otros tres!
-¡¡¡¿¿¿¿TRES MÁS???!!! – gimieron las dos mujeres que, pálidas y temblorosas no cabían en sí de angustia. Tanto que, cuando se escuchó un potente rugido seguido de una fuerte luminosidad y un potente fogonazo de calor extremo desde la parte trasera del amplio patio, ambas se abrazaron chillando y temblando presas de los nervios.
-¡Ya estuvo! – exclamó Yaro - ¡¡Esos bichos nos van a dejar sin jardín, y no creo que sus “gracias” sirvan de abono para las plantas!!
- ¡Ve, no me rezongues jardinera! – exclamó Neil – Ya les vamos a conseguir unas jaulitas...
-Ajá sí… jaulitas. Claro que sí campeón, claro que sí.
-¡Que no me rezongues o te pongo a desyerbar ortigas sin guantes!
-¡¡¡AAAAAAAAAAYYY NANITAAAAAAAAAAAA!!! – un desgarrador alarido llegó hasta ellos, y de pronto Neil tenía a una extraña creatura viscosa y oscura garrapateándole por los pies y que chillaba como ratón envenenado
-¡¡Mimi!! – exclamó Neil, ayudando a levantarse a la pequeña chef que ahora mismo era una masa café destilante olía a chocolate – Pero ¿Qué te pasó?
-Un mo… un mo… un mo… ¡¡¡¡UN MONSTRUO!!!! – chilló la pobre joven, al tiempo que se escuchaba otro gruñido y ella comenzaba a agitar el batidor de globo que traía en la mano, como si fuera un puñal.
- ¡Calma! ¡Calma! – decía Neil tratando de aquietarla - ¡Tranquilízate que le vas a sacar un ojo a alguien! Ahora dime ¿Por qué estás así y qué es lo que te has echado encima? ¡Parece chocolate!
-Ay señorito… pues, sí es chocolate; es que estaba batiendo la masa para preparar una “Sacher” ¡Ay me iba a quedar de rechupete, se iba usted a chupar los dedos! Pero de pronto apareció el monstruo aquel y…
-No no, tranquila… ¡Tranquila y estate quieta que me manchas el traje! – exclamó Neil cuando la mujer se arrojó llorosa a su pecho – Y no es ningún monstruo, no seas ignorante muchacha. ¡Es un dragón!
- ¡De hecho, es un Colacuerno Húngaro…! - dijo una alegre voz a sus espaldas.
-¡¡Lorena!! – exclamaron todos al unísono.
-Oye tú ¿De dónde saliste? – preguntó el moreno a la joven de toga negra y bufanda de colores que, lentes redondos encima, traía un grueso libro entre sus manos.
-Ay pues, de la alacena debajo de la escalera por su puesto. ¿Qué no te acuerdas que me la alquilaste por la “módica” suma de mil dólares al mes para que viva ahí?
-Sí pero… pero… pero ¡Ay hace tanto que no te veía!
-Ah, sí bueno, es que ahorita me dio hambre y salí a ver qué había en la cocina… ¿De dónde te trajiste ese dragón Neil? ¡Ya ni la amuelas! No sabes en la que te metiste.
-¡Si no es solo uno! – gimió Ruby acercándose a ella – ¡¡hay otros más en esos camiones!!
-Uh pos yo no sé cómo le van a hacer, porque esos bichos no son mascotitas, fíjate lo dice bien claro en este libro de “Animales fantásticos y cómo identificarlos”. Ese es un Colacuerno Húngaro, y es un dragón clasificado con 6 X, es decir, de extrema peligrosidad, solo puede ser entrenado por magos expertos.
-¡Ya pues, gánate el pan, discipula de Harry Potter! – Dijo la gótica arranchándole el libro ojeándolo con desesperación.
-¡Lo-sien-to! – exclamó Lorena arrebatándole su libro - pero es que aún no me ha llegado mi carta de Hogwarts, creo que la esperaré unos 10 años más y sino pues a ver qué pasa. Yo no puedo hacer nada.
-Señor... ito…- gimió Mimi aspirando por la nariz – ¿Le puedo preparar ensalada de atún con mayonesa para la cena?
-¿¡Pero cómo se te ocurre, insensata, que vas a recibir a tu amo y señor con atún y mayonesa!? ¡No, yo te dije que quería faisán!
-Pero es que… - la joven comenzó a sollozar de nuevo - ¿Qué cree usted que fue lo que hizo su “animalito” cuando comenzó a escupir candela allá atrás?
-¿Se echó a mis faisanes? – la chef asintió - ¿¿A los europeos?? – ella asintió de nuevo - ¿¿¿A los que llevamos años criando??? ¡No manches!
-Y no solo los faisanes señorito… - gimió la pobre – también los pavos que engordábamos para navidad, y los gallos finos de su señor padre, y las gallinas ponedoras de su señora madre, y las palomas tórtolas de su hermana y… bueno, pa resumirle, hasta sin perro que le ladre se quedó su mercé.
Neil se llevó una mano a la frente golpeándosela con fuerza ¿Ahora cómo le explicaba todo eso a su familia? ¡¡Eliza se iba a poner como loca!!
-¡¡¡Esto es culpa tuya gótica del demoniooooooo!!!!- rugió Ruby - ¡¡Te dije que no lo pusieras a ver Juego de Tronos pero tú necia!!
- ¡¡Ay sí ahora es mi culpa!! Pero bien que te escuchaba yo de madrugada cuando decías “Ay sí mi rey, yo soy tu Khaleesi, mi sol y estrellas” y no sé qué más!!
-¡¿Nos espías en nuestras madrugadas íntimas?! … Pervertida – murmuró la mafiosa.
-¡¡Te oí sinvergüenza!! – dijo la gótica.
-¡¡¡PUES VEN Y ME ESCUCHAS MÁS DE CERCA A VER QUÉ TAL TE SUENA ESTA, GOTICA ZURIPANTA!!! –gruñó la mafiosa mientras de su liguero se sacaba la Baretta Cutlass Special que era su compañera inseparable.
-¿¿¿ZURIPANTA YOOOOO??? – Exclamó la otra mientras arrojaba uno de sus abanicos especiales de acero quirúrgico con filo eterno directo a la mafiosa quien con un movimiento muy a lo Matrix lo esquivaba magistralmente mientras la bala comenzaba a zumbar por el jardín.
-¡Señoras por favor, que me van a malograr las flores! – gimió rastrillo en mano la nueva jardinera Yaro - ¡Como si a una no le costara fabricar la lombricomposta para mantenerles el jardín como dios manda!
-Ay dios, si el dragón se echó a mis perros… entonces… ¡¡Silvia!! – exclamó Neil desesperado acordándose de su gatita.
-Tranquilo, estaba conmigo en mi cuarto – La buena ama de llaves, Raelana, aparecía por la puerta con la elegante gata siamés entre sus manos – ¡Pero de suerte! Como hubiera estado en el patio la pobrecita ya no lo contaba ¡En serio Neil! ¿Qué es lo que te pasó por la cabezota?
-¡Ya te he dicho que me llames señorito! – exclamó él mientras todos se agachaban pues un abanico asesino pasaba volando por arriba de sus cabezas mientras las balas seguían tronando desde algún rincón de la casa.
-Aish… par de viejas locas - murmuró Raelena con fastidio – Mimi, vete a la cocina a hacer la ensalada de atún para la cena, pero no le eches mayonesa. Creo que hoy todos vamos a estar malos del hígado y en esta casa solo hay dos baños.
-¡Hay varias letrinas en las mazmorras! Están a la orden – dijo Gezabel apareciendo de por los sótanos con una sonrisota tipo Guasón que no le cabía en la cara - ¿Me pareció o escuché rugir un dragón?
-No, no te pareció – dijo Raelana – a este insensato no se le ocurrió nada mejor que traerse unos dragones de Europa!!
-¡¡Que soy tu señorito, atrevida!!
-¡Hay qué dicha! – exclamó Gezabel - ¡Ahora sí ya estuvo! ¡¡Voy a dominar el mundo!! Wajajajajajaja… esteeeemm… digo! Que son bonitas mascotitas, no les hagan el feo, bien fieles son.
-Yo lo único que sé es que va a tener que comprarme bastante ambientador para la casa – dijo Sirena Laurie, saliendo por la puerta con su uniforme de mucama victoriana – porque las “gracias” del animalito ese no huelen a flores.
-¿Y tú cómo lo sabes?
-Porque acaba de decorar el patio trasero… ¡Yo eso no lo voy a limpiar! ¡No me pagan lo suficiente!... mejor dicho ¡¡No me pagan!! Así que con permiso.
Pero se quedó de piedra en su sitio la flaca mucama, al igual que todos cuando vieron al enorme animal pasar frente a ellos. Batió ligeramente sus poderosas alas dejándolos a todos despeinados y de pronto muy orondo, se echó cual bulto sobre la mancha de tulipanes de doña Sara.
-¡¡Las flores de mi mamá!! – gimió Neil - ¡Que alguien lo saque de ahí!
¡Ya estuvo suave! – exclamó Yaro tirando el rastrillo al suelo - ¡Yo me declaro en huelga hasta que ese animalote se pare de mis flores!
-¡No te me alebrestes muchacha o te despido! ¿Para qué se te paga entonces? – bramó Neil.
-¡Que no me pagas, hijo! Así que ya sabes o te llevas a tus mascotitas o a ver quién te poda el jardín.
-A ver déjame intentarlo – dijo Lorena - ¡Shu! Norberto ¡Shu! ¡Shuuu!
El animal levantó la cabeza y emitió un gruñido mostrando su triple fila de dientes y de pronto Lorena estaba encaramada a la espalda de Raelana temblando como una hoja.
-Nah, déjenle ahí, si se ve hasta bonito – dijo Gezabel mientras sacaba un celular y, colocándose delante del animal poniendo boca de pato, se sacaba una selfie.
-¡¿Pero qué crees que estás haciendo, loca?! – Dijo Yaro
-¿Cómo qué Yarito? ¡Foto pal feis!
-¡Jefa, jefa! – una muchachita morena venía corriendo desde las caballerizas - ¡Jefa no me va a creer lo que le tengo que decir! Fíjese que estaba yo bañando a los caballos tal como usted me ordenó y de pronto que se me aparece una lagartijota de este tamañote ¡¡Yo le tengo harto miedo a las lagartijas chiquitas!! Ahora imagínese una tan grandota. Me desmayé un rato pero ya me desperté, nomás para decirle que hay que conseguir una trampa de ratones, porque …
-Yo no creo que una trampa para ratones funcione Igzell, y no es una lagartijota. Mira…
Gezabel tomó por los hombros a la nueva mucama de establo de la mansión Legan y la puso de frente al dragón que dormitaba sobre los tulipanes del jardín mientras echaba fumarolas por la nariz.
-¡¡Jefaaaaaa!! ¡Esa era la lagartijota… aaaayyyy – Igzell cayó desmayada a los pies de Gezabel, quien no hizo otra cosa más que quedarla mirando.
-¡Oye Igzell, que no es hora de dormir! – dijo Geza mientras la movía con la punta del pie- ¡Despierta Igzell! ¿Ya te moriste? ¡No, no te puedes morir todavía! ¿Luego quien va a limpiar la gracia que el dragón dejó en el patio?
-¡Ya pueden quedarse todas tranquilas! – exclamó Neil con una sonrisa mientras se guardaba su celular en el bolsillo de la chaqueta - ¡Ya viene el instructor a hacerse cargo!
-¿Instructor? – preguntó Raelana - ¿Acaso los piensas entrenar como perritos Neil?
-¿Qué? Claro que no, no seas bobita – dijo él riendo – es un instructor hípico y las viene a instruir a ustedes.
-¿Instructor hípico? – preguntó Yaro – pero si nosotras sí sabemos montar a caballo.
-Ah, pues a caballo sí – respondió él – ¡Pero aún no saben montar en dragones!
-¡¡¡¿¿QUÉ COSAAAAAAA??!!! – exclamaron todas al unísono.
Mimi lloraba a lágrima viva recargada en un muro; la mafiosa y la gótica seguían discutiendo sobre de quién mismo era la culpa.
Yaro comenzaba a desfilar de un lado para el otro con un cartel que ponía “HUELGA” colgado de su rastrillo, Lorena ojeaba su libro a ver si se podía instruir al respecto; Laurie le enumeraba a Raelana todas las marcas de ambientadores que iba a necesitar y Gezabel daba brincos de júbilo por todo el jardín.
En ese preciso momento todos se quedaron callados cuando un golpe seco resonó dentro de uno de los camiones, seguido de otro más fuerte que abolló visiblemente la compuerta. Uno de los otros dragones se había despertado y no parecía estar de buenas pulgas.
Igzell, quien se recuperaba de su desmayo en ese momento, volvió a caer redonda al suelo de la pura impresión; Yaro y Lorena la tomaron de los pies, arrastrándola por el patio para salir todos corriendo del lugar.
Gezabel ya estaba haciendo fuerza intentando abrir el seguro para darle libertad al otro dragón, al que claramente no le hacía ninguna gracia estar encerrado, en el momento en que Ruby y Wendolyn la agarraron por los brazos arrastrándola lejos del camión y ella gritaba como enajenada que sólo quería jugar un ratito con la mascotita nueva del señorito.
Hay que ver ¡¡En la que nos ha metido Neil este año!!
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PUES TARDE COMO SIEMPRE Y EN TOTAL DESORDEN COMO YA ES COSTUMBRE ¡¡PERO PRESENTES QUE ES LO IMPORTANTE!!
LA MANSIÓN LEAGAN UN AÑO MÁS, FIEL A LA GUERRA FLORIDA, Y TODAS LAS HABITANTES DISPUESTAS A DEFENDER A SU SEÑOR (SI NO LO MATAMOS ANTES XD)
ESPERAMOS DE CORAZÓN QUE TODOS NUESTROS APORTES SEAN DE SU COMPLETO AGRADO.
TRATAREMOS DE SER LO MÁS MALICIOSAS, SINVERGUENZAS Y MALINTENCIONADAS QUE PODAMOS PARA HACER HONOR A NUESTRA TRINCHERA.
CON USTEDES, EL VIDEO QUE NOS PREPARÓ LA BELLA IGZELL ¡¡ESTÁ BUENÍSIMO!!
MUCHAS GRACIAS POR RECIBIRNOS UNA VEZ MÁS Y FELIZ GUERRA!!!
Su amo y señor, es decir, Neil; había estado fuera del país desde hace varias semanas y ninguna de sus amistades sabía dónde podía estar.
Mientras no estuviera metido en algún lío de mafiosos, raptado por algún cartel o en la cárcel ¡todo bien!
Ahora los cuatro enormes camiones que ingresaban a todo rugir a la enorme propiedad venían liderados por el taxi en el que llegaba el guapo moreno de su largo viaje.
-¡Mi vida! ¡Volviste! – La primera en saltar al patio, con los tules del vaporoso vestido negro gótico enredándose entre las pantorrillas y agitando el negro abanico, fue la Condesa Wendolyn, colgándosele del cuello al moreno de un brinco.
-¡Pero qué es el escándalo! – la Condesa Ruby salía también con su entallado vestido negro y el ancho sombrero sobre su cabeza.
-"Signora", ese convoy luce sospechoso ¿aviso a la “Mancha Negra”?- dijo el grandulón de gafas negras a su espalda con la mano dentro de la chaqueta.
-No Vito, deja en paz a los muchachos que están de vacaciones y no saques “La Dolorosa” ¿Qué no ves que es el “Signore” que llega de viaje?... ¡Mi cielo! ¡Amore dil mío amore! ¡Cuore dil mio cuore! ¡Estás en casa! No sabes cuánto te he extrañado mi amor, mi vida, mi macho ¡Mi Rey! – decía Ruby mientras le dejaba a Neil todo el rostro marcado de pintalabios y revolvía la castaña cabellera, con pasión.
-¡Oiga usté! – gritó la nueva jardinera Yaro con la mano en la cintura y el rastrillo en la otra - esos camiones me están echando a perder el césped recién plantado.
-Pues lo acomodas muchacha ¿Para qué se te paga?
-Pues no se me paga, así que muévalos haga la caridad… Señorito.
-¿Y esos camiones gatito? ¡Aaaayyy son regalos para miiiiiii! – chilló Wendolyn acercándose a intentar abrir una de las puertas.
-¡Ya quisieras hija de la… media noche! – rugió Ruby acercándose con paso firme apartándola de un empujón – ¡Son regalos para mí! ¿Verdad mi tigre?
-¡Mafiosa igualada! ¡¿Cómo te atreves a empujarme?!
-No no, tranquilas mis reinas, tranquilas – dijo Neil acercándose y rodeándolas a cada una con un brazo, para aligerar la situación que claramente amenazaba con terminar en sangre – Los regalos para sus mercedes están en las maletas, estos son unos “caprichitos” que conseguí para mí. ¡Unas gangas! Y me fue imposible prescindir de ellas. Son apenas unas “baratijas” para adornar el jardín, pero ya van a ver ¡Les van a encantar!
-¿Caprichitos? ¿Baratijas? ¡Oyeme pero si son cuatro camionsotes! ¿Qué, te trajiste media Noruega ahí o qué? - preguntó Ruby, mientras la gótica se había zafado del abrazo de su amado y ya estaba dejándose las uñas en el apretado seguro de uno de los camiones.
-¡Yo quiero… ver… qué trajiste…! – decía la gótica tirando y tirando del pesado seguro - ¡Ay esta madre no se abre, puuuufffff! – pujaba la necia y curiosa mujer que ya con un pie trepado en la puerta, hacía fuerza tratando de abrirla.
- ¡No Wendolyn, espera! ¡No abras así esa puerta, cuidado! – Gritó Neil, pero fue demasiado tarde.
La gótica cayó sentada pesadamente sobre la hierba cuando la gran compuerta se abrió y si no se mueve a tiempo ¡ya era gótica chamuscada!
-¡¡AAAAAAAAAAAAHHHHHHH!! – gritó Ruby, cuando la llamarada le pasó por arriba de la cabeza, convirtiendo en pollo asado a la oropéndola disecada que adornaba su sombrero.
-¡Te dije que tuvieras cuidado! – bramó Neil ayudando a una Wendolyn temblorosa y patidifusa, a levantarse de la hierba - ¡Hay que esperar que llegue el experto para soltarlos!
- Pero... pero... pero... - balbuceaba la gótica, desencajada de la impresión.
-¿Soltarlos? – preguntó Ruby con los ojos desorbitados y el corazón en la boca- ¡¡¿¿¿SOLTARLOS???!! - ¿¿Es que hay más de uno?? ¡Ay!... ¡¡Aaaayy!! … ¡¡¡Aaaaaaayyy Neil Leagan!!!...
- ¡Qué experto ni qué narices! ¡¡Un loquero es lo que necesitas!! ¡¡Neil!! ¿¿De dónde miércoles sacaste ese bicho?? – rugió Wendolyn zarandeándolo por las solapas del traje.
La Condesa Ruby era un manojo de nervios que rugía pataleaba y daba manazos al aire mientras el ave chamuscada de su sombrero seguía humeando y el “caprichito” de Neil comenzaba a pasearse por el amplio jardín como pedro por su casa.
-Jejeje, es que, me los ofrecieron de oportunidad y pues… ¿verdad que está lindo? ¡Y espérense a ver a los otros tres!
-¡¡¡¿¿¿¿TRES MÁS???!!! – gimieron las dos mujeres que, pálidas y temblorosas no cabían en sí de angustia. Tanto que, cuando se escuchó un potente rugido seguido de una fuerte luminosidad y un potente fogonazo de calor extremo desde la parte trasera del amplio patio, ambas se abrazaron chillando y temblando presas de los nervios.
-¡Ya estuvo! – exclamó Yaro - ¡¡Esos bichos nos van a dejar sin jardín, y no creo que sus “gracias” sirvan de abono para las plantas!!
- ¡Ve, no me rezongues jardinera! – exclamó Neil – Ya les vamos a conseguir unas jaulitas...
-Ajá sí… jaulitas. Claro que sí campeón, claro que sí.
-¡Que no me rezongues o te pongo a desyerbar ortigas sin guantes!
-¡¡¡AAAAAAAAAAYYY NANITAAAAAAAAAAAA!!! – un desgarrador alarido llegó hasta ellos, y de pronto Neil tenía a una extraña creatura viscosa y oscura garrapateándole por los pies y que chillaba como ratón envenenado
-¡¡Mimi!! – exclamó Neil, ayudando a levantarse a la pequeña chef que ahora mismo era una masa café destilante olía a chocolate – Pero ¿Qué te pasó?
-Un mo… un mo… un mo… ¡¡¡¡UN MONSTRUO!!!! – chilló la pobre joven, al tiempo que se escuchaba otro gruñido y ella comenzaba a agitar el batidor de globo que traía en la mano, como si fuera un puñal.
- ¡Calma! ¡Calma! – decía Neil tratando de aquietarla - ¡Tranquilízate que le vas a sacar un ojo a alguien! Ahora dime ¿Por qué estás así y qué es lo que te has echado encima? ¡Parece chocolate!
-Ay señorito… pues, sí es chocolate; es que estaba batiendo la masa para preparar una “Sacher” ¡Ay me iba a quedar de rechupete, se iba usted a chupar los dedos! Pero de pronto apareció el monstruo aquel y…
-No no, tranquila… ¡Tranquila y estate quieta que me manchas el traje! – exclamó Neil cuando la mujer se arrojó llorosa a su pecho – Y no es ningún monstruo, no seas ignorante muchacha. ¡Es un dragón!
- ¡De hecho, es un Colacuerno Húngaro…! - dijo una alegre voz a sus espaldas.
-¡¡Lorena!! – exclamaron todos al unísono.
-Oye tú ¿De dónde saliste? – preguntó el moreno a la joven de toga negra y bufanda de colores que, lentes redondos encima, traía un grueso libro entre sus manos.
-Ay pues, de la alacena debajo de la escalera por su puesto. ¿Qué no te acuerdas que me la alquilaste por la “módica” suma de mil dólares al mes para que viva ahí?
-Sí pero… pero… pero ¡Ay hace tanto que no te veía!
-Ah, sí bueno, es que ahorita me dio hambre y salí a ver qué había en la cocina… ¿De dónde te trajiste ese dragón Neil? ¡Ya ni la amuelas! No sabes en la que te metiste.
-¡Si no es solo uno! – gimió Ruby acercándose a ella – ¡¡hay otros más en esos camiones!!
-Uh pos yo no sé cómo le van a hacer, porque esos bichos no son mascotitas, fíjate lo dice bien claro en este libro de “Animales fantásticos y cómo identificarlos”. Ese es un Colacuerno Húngaro, y es un dragón clasificado con 6 X, es decir, de extrema peligrosidad, solo puede ser entrenado por magos expertos.
-¡Ya pues, gánate el pan, discipula de Harry Potter! – Dijo la gótica arranchándole el libro ojeándolo con desesperación.
-¡Lo-sien-to! – exclamó Lorena arrebatándole su libro - pero es que aún no me ha llegado mi carta de Hogwarts, creo que la esperaré unos 10 años más y sino pues a ver qué pasa. Yo no puedo hacer nada.
-Señor... ito…- gimió Mimi aspirando por la nariz – ¿Le puedo preparar ensalada de atún con mayonesa para la cena?
-¿¡Pero cómo se te ocurre, insensata, que vas a recibir a tu amo y señor con atún y mayonesa!? ¡No, yo te dije que quería faisán!
-Pero es que… - la joven comenzó a sollozar de nuevo - ¿Qué cree usted que fue lo que hizo su “animalito” cuando comenzó a escupir candela allá atrás?
-¿Se echó a mis faisanes? – la chef asintió - ¿¿A los europeos?? – ella asintió de nuevo - ¿¿¿A los que llevamos años criando??? ¡No manches!
-Y no solo los faisanes señorito… - gimió la pobre – también los pavos que engordábamos para navidad, y los gallos finos de su señor padre, y las gallinas ponedoras de su señora madre, y las palomas tórtolas de su hermana y… bueno, pa resumirle, hasta sin perro que le ladre se quedó su mercé.
Neil se llevó una mano a la frente golpeándosela con fuerza ¿Ahora cómo le explicaba todo eso a su familia? ¡¡Eliza se iba a poner como loca!!
-¡¡¡Esto es culpa tuya gótica del demoniooooooo!!!!- rugió Ruby - ¡¡Te dije que no lo pusieras a ver Juego de Tronos pero tú necia!!
- ¡¡Ay sí ahora es mi culpa!! Pero bien que te escuchaba yo de madrugada cuando decías “Ay sí mi rey, yo soy tu Khaleesi, mi sol y estrellas” y no sé qué más!!
-¡¿Nos espías en nuestras madrugadas íntimas?! … Pervertida – murmuró la mafiosa.
-¡¡Te oí sinvergüenza!! – dijo la gótica.
-¡¡¡PUES VEN Y ME ESCUCHAS MÁS DE CERCA A VER QUÉ TAL TE SUENA ESTA, GOTICA ZURIPANTA!!! –gruñó la mafiosa mientras de su liguero se sacaba la Baretta Cutlass Special que era su compañera inseparable.
-¿¿¿ZURIPANTA YOOOOO??? – Exclamó la otra mientras arrojaba uno de sus abanicos especiales de acero quirúrgico con filo eterno directo a la mafiosa quien con un movimiento muy a lo Matrix lo esquivaba magistralmente mientras la bala comenzaba a zumbar por el jardín.
-¡Señoras por favor, que me van a malograr las flores! – gimió rastrillo en mano la nueva jardinera Yaro - ¡Como si a una no le costara fabricar la lombricomposta para mantenerles el jardín como dios manda!
-Ay dios, si el dragón se echó a mis perros… entonces… ¡¡Silvia!! – exclamó Neil desesperado acordándose de su gatita.
-Tranquilo, estaba conmigo en mi cuarto – La buena ama de llaves, Raelana, aparecía por la puerta con la elegante gata siamés entre sus manos – ¡Pero de suerte! Como hubiera estado en el patio la pobrecita ya no lo contaba ¡En serio Neil! ¿Qué es lo que te pasó por la cabezota?
-¡Ya te he dicho que me llames señorito! – exclamó él mientras todos se agachaban pues un abanico asesino pasaba volando por arriba de sus cabezas mientras las balas seguían tronando desde algún rincón de la casa.
-Aish… par de viejas locas - murmuró Raelena con fastidio – Mimi, vete a la cocina a hacer la ensalada de atún para la cena, pero no le eches mayonesa. Creo que hoy todos vamos a estar malos del hígado y en esta casa solo hay dos baños.
-¡Hay varias letrinas en las mazmorras! Están a la orden – dijo Gezabel apareciendo de por los sótanos con una sonrisota tipo Guasón que no le cabía en la cara - ¿Me pareció o escuché rugir un dragón?
-No, no te pareció – dijo Raelana – a este insensato no se le ocurrió nada mejor que traerse unos dragones de Europa!!
-¡¡Que soy tu señorito, atrevida!!
-¡Hay qué dicha! – exclamó Gezabel - ¡Ahora sí ya estuvo! ¡¡Voy a dominar el mundo!! Wajajajajajaja… esteeeemm… digo! Que son bonitas mascotitas, no les hagan el feo, bien fieles son.
-Yo lo único que sé es que va a tener que comprarme bastante ambientador para la casa – dijo Sirena Laurie, saliendo por la puerta con su uniforme de mucama victoriana – porque las “gracias” del animalito ese no huelen a flores.
-¿Y tú cómo lo sabes?
-Porque acaba de decorar el patio trasero… ¡Yo eso no lo voy a limpiar! ¡No me pagan lo suficiente!... mejor dicho ¡¡No me pagan!! Así que con permiso.
Pero se quedó de piedra en su sitio la flaca mucama, al igual que todos cuando vieron al enorme animal pasar frente a ellos. Batió ligeramente sus poderosas alas dejándolos a todos despeinados y de pronto muy orondo, se echó cual bulto sobre la mancha de tulipanes de doña Sara.
-¡¡Las flores de mi mamá!! – gimió Neil - ¡Que alguien lo saque de ahí!
¡Ya estuvo suave! – exclamó Yaro tirando el rastrillo al suelo - ¡Yo me declaro en huelga hasta que ese animalote se pare de mis flores!
-¡No te me alebrestes muchacha o te despido! ¿Para qué se te paga entonces? – bramó Neil.
-¡Que no me pagas, hijo! Así que ya sabes o te llevas a tus mascotitas o a ver quién te poda el jardín.
-A ver déjame intentarlo – dijo Lorena - ¡Shu! Norberto ¡Shu! ¡Shuuu!
El animal levantó la cabeza y emitió un gruñido mostrando su triple fila de dientes y de pronto Lorena estaba encaramada a la espalda de Raelana temblando como una hoja.
-Nah, déjenle ahí, si se ve hasta bonito – dijo Gezabel mientras sacaba un celular y, colocándose delante del animal poniendo boca de pato, se sacaba una selfie.
-¡¿Pero qué crees que estás haciendo, loca?! – Dijo Yaro
-¿Cómo qué Yarito? ¡Foto pal feis!
-¡Jefa, jefa! – una muchachita morena venía corriendo desde las caballerizas - ¡Jefa no me va a creer lo que le tengo que decir! Fíjese que estaba yo bañando a los caballos tal como usted me ordenó y de pronto que se me aparece una lagartijota de este tamañote ¡¡Yo le tengo harto miedo a las lagartijas chiquitas!! Ahora imagínese una tan grandota. Me desmayé un rato pero ya me desperté, nomás para decirle que hay que conseguir una trampa de ratones, porque …
-Yo no creo que una trampa para ratones funcione Igzell, y no es una lagartijota. Mira…
Gezabel tomó por los hombros a la nueva mucama de establo de la mansión Legan y la puso de frente al dragón que dormitaba sobre los tulipanes del jardín mientras echaba fumarolas por la nariz.
-¡¡Jefaaaaaa!! ¡Esa era la lagartijota… aaaayyyy – Igzell cayó desmayada a los pies de Gezabel, quien no hizo otra cosa más que quedarla mirando.
-¡Oye Igzell, que no es hora de dormir! – dijo Geza mientras la movía con la punta del pie- ¡Despierta Igzell! ¿Ya te moriste? ¡No, no te puedes morir todavía! ¿Luego quien va a limpiar la gracia que el dragón dejó en el patio?
-¡Ya pueden quedarse todas tranquilas! – exclamó Neil con una sonrisa mientras se guardaba su celular en el bolsillo de la chaqueta - ¡Ya viene el instructor a hacerse cargo!
-¿Instructor? – preguntó Raelana - ¿Acaso los piensas entrenar como perritos Neil?
-¿Qué? Claro que no, no seas bobita – dijo él riendo – es un instructor hípico y las viene a instruir a ustedes.
-¿Instructor hípico? – preguntó Yaro – pero si nosotras sí sabemos montar a caballo.
-Ah, pues a caballo sí – respondió él – ¡Pero aún no saben montar en dragones!
-¡¡¡¿¿QUÉ COSAAAAAAA??!!! – exclamaron todas al unísono.
Mimi lloraba a lágrima viva recargada en un muro; la mafiosa y la gótica seguían discutiendo sobre de quién mismo era la culpa.
Yaro comenzaba a desfilar de un lado para el otro con un cartel que ponía “HUELGA” colgado de su rastrillo, Lorena ojeaba su libro a ver si se podía instruir al respecto; Laurie le enumeraba a Raelana todas las marcas de ambientadores que iba a necesitar y Gezabel daba brincos de júbilo por todo el jardín.
En ese preciso momento todos se quedaron callados cuando un golpe seco resonó dentro de uno de los camiones, seguido de otro más fuerte que abolló visiblemente la compuerta. Uno de los otros dragones se había despertado y no parecía estar de buenas pulgas.
Igzell, quien se recuperaba de su desmayo en ese momento, volvió a caer redonda al suelo de la pura impresión; Yaro y Lorena la tomaron de los pies, arrastrándola por el patio para salir todos corriendo del lugar.
Gezabel ya estaba haciendo fuerza intentando abrir el seguro para darle libertad al otro dragón, al que claramente no le hacía ninguna gracia estar encerrado, en el momento en que Ruby y Wendolyn la agarraron por los brazos arrastrándola lejos del camión y ella gritaba como enajenada que sólo quería jugar un ratito con la mascotita nueva del señorito.
Hay que ver ¡¡En la que nos ha metido Neil este año!!
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PUES TARDE COMO SIEMPRE Y EN TOTAL DESORDEN COMO YA ES COSTUMBRE ¡¡PERO PRESENTES QUE ES LO IMPORTANTE!!
LA MANSIÓN LEAGAN UN AÑO MÁS, FIEL A LA GUERRA FLORIDA, Y TODAS LAS HABITANTES DISPUESTAS A DEFENDER A SU SEÑOR (SI NO LO MATAMOS ANTES XD)
ESPERAMOS DE CORAZÓN QUE TODOS NUESTROS APORTES SEAN DE SU COMPLETO AGRADO.
TRATAREMOS DE SER LO MÁS MALICIOSAS, SINVERGUENZAS Y MALINTENCIONADAS QUE PODAMOS PARA HACER HONOR A NUESTRA TRINCHERA.
CON USTEDES, EL VIDEO QUE NOS PREPARÓ LA BELLA IGZELL ¡¡ESTÁ BUENÍSIMO!!
MUCHAS GRACIAS POR RECIBIRNOS UNA VEZ MÁS Y FELIZ GUERRA!!!
mas cuidadito con mi cabesita ¿No pudieron tomarme una por los brazos y otras por los pies? 
ay señorito 
en que nos haz metido.
ya parecía eso la selva del Amazonas 
-, a las condesas y
tendremos q cuidarnos de ellos, podre tomar una clase con el instructor para montarlos 
en cual trailer viene chimuelo 
y el video Igzell esta genial y más cuando el dragón se come al instructor o era Neil 
