THINKING ABOUT YOU
Después de haber vivido mucho tiempo juntos, Candy y Albert seguían viéndose, incluso, lograron comenzar una relación más allá de la amistad, parecía como si un velo se hubiera zafado de su rostro y ella lograra ver en Albert al hombre de su vida, si, realmente todo era grandioso….
Sin embargo, las cosas fueron cambiando sin darse cuenta, Candy comenzó a ver cambios en Albert que la hicieron dudar de lo que el sentía por ella, no, después de unos meses ya nada era igual… estaba segura que él la quería, pero tal vez no de la forma que ella lo amaba a él.
Aquella tarde, sentados en aquella playa ella noto que algo realmente se había roto, no pudo dejar de sentir que era el momento de dejarlo partir…
Todo era tan distinto ahora, apenas ayer veía en tu rostro una felicidad real, hoy no encuentro esa sonrisa sincera y me pregunto ¿qué es lo que está pasando?…pensó para sus adentros mientras observaba el perfil de su rostro meditabundo…
- ¿Albert?
- ¿Si? – contesto el sin mirarla.
- Sabes, ayer vi el sol brillando en tu rostro…
- ¿Viste el sol brillando en mi rostro? ¿A qué te refieres Candy?
- No sé, últimamente te siento lejano y no encuentro forma de cómo explicarlo… es como si las hojas cayeran lentamente ante mis ojos…si, conforme pasan los días las hojas van cayendo cada vez más y no sé cómo detenerlas.
- Son figuraciones tuyas…
- Si tal vez…
Él le sonrió y siguió contemplando el mar, pareciera que este le llamaba; Candy pudo sentirlo también…
“ Mis manos frías necesitan calor, un toque cálido”… -pensó al sentir el frio entre sus dedos, estaba pensando en él, en tomarle las manos para poder asegurarse que seguía siendo suyo; estaba buscando alguna señal de vida… entonces el la miro fijamente y como si ella lo hubiera dicho en voz alta le ofreció su cálida mano.
- Dime Albert, ¿me amas?
- Claro que si Candy.
- Aquí estas sosteniendo mi mano y aun no sé si realmente me necesitas… quisiera saber que es así pero no lo siento ya…
- Estas extraña.
- No, no lo estoy… es simplemente que acabo de darme cuenta que debo dejarte ir…
- ¿Estas cortando conmigo? –pregunto contrariado, Albert no era de las personas que dijeran las cosas, era más bien reservado y si, realmente quería hacer algo más que pasar la vida en ese lugar, no veía la vida sin Candy pero ella ya no parecía llenarlo.
- No me mires así, se muy bien que lo tuyo es la aventura, que necesitas partir para sentirte vivo… cuando navegas por las aguas del mar y alcanzas el otro extremo vuelves a ser quien eras.
- Yo…
- No, no digas nada, yo me di cuenta hace tiempo, he estado pensando mucho en ti, mucho en lo que debemos hacer, en lo que yo debo hacer y creo que por primera vez en mucho tiempo no podremos coincidir…
- Candy…
Ella se levantó de la arena, hacia frio, el día estaba nublado, aun así se sentía tranquila pero no por ello dejaba de sentir un dolor enorme en el pecho por tener que separarse de Albert… Tal vez el volvería a su lado, tal vez no y esa incertidumbre la estaría matando, pero quería que el fuera realmente feliz y ahí no estaba su felicidad.
- ¿Albert?
- …
- Solo prométeme una cosa.
- Candy no lo hagas.
- Prométeme…prométeme que al llegar al otro lado del mar me darás una pequeña sonrisa porque en verdad yo estaré pensando en ti.
Albert no supo que decir a ello, ya se había levantado a la par con ella, pero no sabía en realidad cómo reaccionar. Candy le estaba obsequiando lo que el tanto necesitaba, su libertad, sintió los brazos de ella rodeándolo y apenas si logro sostenerla un segundo.
Candy se separó y empezó a alejarse de él llorando, el solo se quedó observándola partir… cuando hubo desaparecido de su vista volteo a ver el mar… ¿realmente era lo que deseaba? ¿Podría vivir de ahora en adelante sin ella? ¿Debía volver a buscarla?
La brisa revolvió su cabello y un ave surco el cielo mientras el observaba, las olas del mar crepitaban y el viento parecía querer empujarlo lejos de ahí…
Amaba a Candy, pero amaba más la libertad y la aventura, amaba más poder ser el mismo y ella estaba dándole a entender que aun cuando lo amaba no estaba dispuesta a seguirlo.
Tal vez era mejor así… - pensó… - tal vez es mejor separar nuestros caminos antes de arrepentirnos de no haber vivido… yo también estaré pensando en ti Candy y tal vez algún día pueda lograr volver y con suerte estarás esperándome…
Una lagrima rodo por su mejilla pero ahora sentía el sol nuevamente iluminar su vida…