Valiente
Por Mayra Exitosa
Capitulo 5
Competencia ganada
--- ¡Mira John! Es mi nieto, el hijo de Anthon. Tiene su marca de nacimiento. El es un Mc Brown. Anthony se levantó, sus cabellos rubios mojados brillaban secándose con una tela que le daba el sirviente, el pequeño orgulloso respondió
--- Mi Padre, el mejor guerrero de Escocia, es Anthon Mc Brown. Pero elegí ser un Andrew. Firme y sin titubeos se erguía, el abuelo lo abrazo y lo elevo en sus brazos, gritando por todo lo alto.
--- Este es mi nieto… hijo de Anthon Mc Brown, esta es su marca y es la mía. ¡Perdóname hijo!
Rose ahora vestía su atuendo femenino, sus cabellos dorados sobre salían, escuchaba al abuelo de su hijo mientras se quedaba en silencio sin decir media palabra. Anthony al verla, se soltaba de su abuelo y corría a sus brazos, esta con ternura pasaba sus dedos por el cabello de su hijo, tomaba su camisa limpia y se la colocaba, para ajustar el tartán al hombro… el tartán Andrew.
El abuelo se fue con ella se doblo de rodillas y quitándose su tartán abrazo a Anthony con él, agregando
--- Perdóname hija, por favor déjame estar con mi nieto. Albert se acercó a ella, abrazándola le respondió al abuelo,
--- A mi sobrino, nunca se le ha negado saber quién es su padre. También saber cuál es su clan. Pero ya escucho a mi sobrino, eligió ser un Andrew y créame de eso nadie lo duda. Anthony se giro a ver a su abuelo y le comentó
--- Mi Tío William es el mejor arquero de Escocia, ganará la competencia y nos llevaremos a mi Tía a Glasgow, si quiere nos puede acompañar Abuelo. El hombre sin poderse poner de pie, lo ajustaba de la cintura y le sonreía como aceptando lo que quisiera el pequeño. John el joven que estaba con él se acercó a levantarlo, comentando
--- Mc Brown, John Mc Brown, soy tú primo, hijo de Ashland. Anthony asintió de manera seria y formal.
En la habitación, Dorothy ajustaba la pequeña cintura de Candy, acomodaba sus rizos con horquillas y florecillas blancas. El vestido hacía juego con sus ojos. Dorothy la notaba distraída, ella hizo una sonrisa pensando en Lord Andrew, ¿y si Lady Candy lo traía en mente? era bastante atractivo… ¿Y si no ganaba? Esa pregunta hizo inquietar a la seria doncella, ahora comprendía porque estaba así su Lady Candy. Si dependía de ella, la felicidad de su bella Lady, ella estaría asegurando verla feliz.
En la habitación de Lord Grandchester, sonreía solo, ahora comprendía que su bella hija tenía un aire de Lady Andrew, su hija se hizo mujer y ella siempre sería su pequeña, sin embargo verla cera de ella, de la mujer que con una mirada le robaba el aliento, esa bella mujer podría ser la madre de su hijo, tenía que buscar esa confirmación y esa noche lo haría. Con esos pensamientos, Lord Grandchester salía para la cena de bienvenida a los competidores, a su hija y mañana sería su cumpleaños.
--- Lord, su hija aun no ha salido de su habitación.
--- No te preocupes Philip, así son las damas, mi hija ahora debe lucir hermosa.
--- ¿Señor? Y Lady Susana también será presentada.
--- Será anunciada como mi sobrina, también ofreceré una dote para quien desee desposarla.
--- ¡Señor!
--- Si Philip, es muy joven, pero es mayor que mi hija, merece tener un buen matrimonio, su madre me la encomendó.
En el salón el abuelo no deseaba alejarse de Anthony, para no poner molesto a su hermano William, Lady Rose se separaba con él para darle detalles de lo sucedido, incluyendo lo de Samira y de la propuesta de matrimonio que Lord Grandchester le ofreció
--- Me da mucho gusto por ti Rose, hablaré con mi padre al respecto, si lo has aceptado, por mi no hay problema, solo espero ganar la competencia porque mira. En ese momento Lord Andrew mostraba a su hermana el pañuelo de Candy.
--- ¡William!
--- Si, es de ella, me lo ha dado cuando estuvimos en la cabaña, ella me recató, me ha cuidado todo este tiempo, Rose, ¡Soy tan feliz!
--- Pues con más razón debes cuidarte, Timothy Mc Niel, vino a la competencia, ya estuve revisando sus pasos, cuando me disfracé de hombre, al parecer le interesa Aberdeen, colinda con sus tierras por el lado este.
--- Vengo preparado, mi gente esta aquí, no habrá sorpresas, esto de la emboscada no fue de su parte, al parecer fue por mi barco.
--- Me tuviste muy angustiada.
--- Estuve muy bien cuidado, Rose. Con una sonrisa de felicidad, William confirmaba que amaba a Lady Grandchester. Ella se separaba de su hermano pidiéndole que cuidara a Anthony, que volvería en un momento.
Al salir del salón, Rose apenas caminaba unos pasos se topaba de frente con Terrance, la tomo de la cintura y le sonrió robándole un beso de sus labios. Ella lo abrazaba correspondiéndole y al separarse por fin esta se acercaba a su oído y comentaba que su hermano ya portaba el pañuelo de Lady Grandchester, que le había correspondido. Terrance sorprendido abría sus ojos.
Candy salía de su habitación junto a Dorothy viendo de lejos a su padre, besando a Lady Andrew, Dorothy sonreía, mientras Candy sin querer se quedaba seria, su padre necesitaba una mujer y hacía tiempo que no se le conocía a nadie, ver a la hermana de Lord Andrew en sus brazos, la hizo pensar en él. Un suspiro y Dorothy la abrazaba, ahora lo comprendía, Lady también veía con buenos ojos la relación de su padre.
--- Dorothy, mi padre no se quedará solo, Lady Andrew le corresponde. Ella movía la cabeza afirmándolo cuando Terrance tomaba con ambas manos el rostro de Lady Andrew en un beso arrebatador, haciendo avergonzar a Dorothy y a la misma Candy quien sonrió llamando la atención de la pareja.
--- ¡Hija!
--- Hacen una hermosa pareja, Padre.
--- Me alegro que lo sepas, le pedí a Lady Andrew que sea mi esposa, solo espero pedírselo a su padre formalmente.
--- Nada me hace más feliz que verle sonreír de nuevo y… correspondido. Lady Andrew agregó
--- Ya le comenté a mi hermano, sobre la petición formal de su padre y el ha aceptado.
--- Más le vale. A un Grandchester no le gusta ser rechazado, su hermano hizo bien en considerar a mi padre, para usted Lady Andrew. Terrance abrazaba a Rose, haciendo después que su hija se uniera a su brazo para entrar con ambas al salón.
Apenas se asomaba en la puerta, todo se hizo silencio, Candy se veía radiante, la luz cálida le daba un color hermoso a su cabello, frente a ella William la observaba con un brillo particular en su mirada, ella sonreía saludando con un movimiento leve en su cabeza, hasta llegar al frente y tomar asiento en el comedor principal, que fue alargado para atender a todos los caballeros.
La cena pasaba tranquila, Candy estaba tan emocionada, en unas horas sería el cumpleaños de su padre y el inicio de la competencia, para aprovechar la oportunidad de ver tranquilo a su padre se separaba para poner su regalo y dárselo antes que todo fuera un tema de discusión por ver como iniciaría la competencia. Se salía por un pasillo hacia la segunda planta del castillo. Ahí preparaba listones para su regalo desde las escaleras con ayuda de Dorothy.
William alzaba la vista y notaba que ella estaba amarando algo en el techo, con un guiño de su ojo al ver que él la observaba, esta coloco su dedo en sus labios pidiéndole silencio, sin embargo por la línea donde ataba el listón parecía como si con el dedo le lanzara un beso, Archivald un inglés que observaba detenidamente al escocés que llegó con Lady Grandchester, vio como su mirada se desviaba hacia arriba, así giro para ver a Candy cuando le hacía señales con un dedo y frunciendo sus labios. Un codazo a su hermano y agregó
--- Alister, ya nos la ganaron, mira. Levantando su rostro Candy ya no estaba.
El hombre de la entrada anunciaba el regalo de Lady Candy a su Padre, todos ya de pie con una copa en mano para brindar al final de la cena, se quedaron en silencio, Candy salió por el pasillo vio a su padre y comentó
--- Papá, te hice este regalo… mañana es tu aniversario, y… llevo tiempo haciendo esto para ti. Se acercó a un jarrón, de ahí sacaba un arco y con dos flechas colocando tres de sus dedos en medio de ambas para separarlas, agregó… ¡Felicidades papá!
Las flechas salieron volando dejando a los hombres sorprendidos, cada flecha se fue por un lado diferente pero al mismo madero del techo. En los listones rasgándolos y soltando el enrollado regalo de su padre, caía un bordado de tres metros de largo y dos de ancho.
La imagen de Terrance de espalda estaba ahí, el castillo de Aberdeen al fondo y una niña de cabellos dorados rizados tomada de su mano, lo acompañaba. Un silencio y un sonido de asombro después Anthony sonriendo gritó
--- ¡Perfecto! ¡Qué puntería! Ella será mi Tía. ¿Verdad Tío William?
Terrance se giro hacia su hija, abrazándola fuertemente y en su oído le decía emocionado, lo bello que estaba su regalo, mientras los hombres observaban de un lado a otro como William parecía saber que ella, le había mostrado con anterioridad el regalo, pues el solo la observaba a ella. Otros estaban sorprendidos por la puntería de la dama, pues tal vez no sabía cocinar ni tratar con nadie, pero al menos sabía manejar el arco.
La cena concluía, los hombres pasaban a un estudio y ahí trataban la competencia. Terrance observaba por el rabillo las reacciones a sus palabras a William, quien estaba serio, notando como algunos solo estaban interesados en Aberdeen. Comentarios en rumores de cómo a lady Grandchester la apodaban Lady inservible.
Afuera Dorothy escuchaba los comentarios, sintiéndose incomoda, pero nunca vio que Candy estaba cerca y escuchaba a los lacayos de algunos caballeros, decir el apodo de ella como Lady inservible, al menos sabía tirar al arco.
Candy se fue molesta, a su habitación en el camino vio a Rose, ella la abrazo antes de que entrara y al verla llorar, supo que pasaba.
--- Ya, ya. Calma, nada malo pasará, todo saldrá bien.
--- ¿Sabía que me llamaban Lady Inservible?
--- Fue Samira, ella hizo muchas tonterías cuando vivió en Glasgow, apuesto a que lo hizo con tal de que no te casaras, así tu padre sería dueño de Aberdeen todo el tiempo y… deseaba casar a su hija con él.
--- ¡La odio!
--- Candy, eso te beneficia mucho. Algunos caballeros no vinieron, por esos rumores, otros están discutiendo por las tierras de Aberdeen, tu padre lo sabe, no dejará que un hombre que solo ve por sus intereses se quede con su hija, desea que seas feliz. Candy la abrazó y sus ojos derramaban llanto del coraje que sentía. Rose agregó --- Mi hermano, te ama Candy. Estoy segura que las tierras a él no le son importantes, como tu bienestar. Candy alzó el rostro a la mirada de ternura que Rose le brindaba. Ella se abrazaba fuerte, deseando que lo que mencionaba Lady Andrew fuera cierto.
En Inglaterra, llegaba Samira sonriendo porque llevaba prisa, pronto le entregarían las joyas familiares de Lady Candy, podría escapar con ellas y vivir feliz, solo tendría que deshacerse del guardia que la acompañaba.
Richard Grandchester junto a su esposa leían por enésima vez la carta, en espera de la guardia inglesa, no podía creer que su hijo les enviara a una criminal de forma tan pacifica e inteligentemente. Ambos orgullosos mostraban una sonrisa, pues ellos debían viajara para ver el matrimonio de su nieta.
En el salón principal del castillo de Aberdeen, Terrance se puso de pie y caminando agregaba
--- Bien, ya estamos de acuerdo, solo una advertencia más… si mi hija ama a un caballero para antes de terminar la competencia esta se cancelará. Archivald Cornwall se levantó de su asiento y agregó
--- Lord Grandchester, creo que esto tiene un doble fondo, no pienso debatirme en una competencia perdida. Vi cuando Lady Candy llegaba acompañada de Lord Andrew, también vi que ambos se lanzaban miradas de complicidad en su regalo de cumpleaños. Viendo a William agregó --- ¿Que tiene que decir usted al respecto?
--- Amo a Lady Grandchester y creo que me corresponde. En ese momento todo fue agresividad. Viendo que los gritos y enfados se levantaban la copa de metal sonó en la mesa y Terrance agregó
--- Esperen por favor. Las tierras cercanas a Inverness, son de mi propiedad, las compre hace tiempo, he guardado algunas para mi retiro, ya que Aberdeen es de mi hija desde su nacimiento, ofrezco mi lote de tierras en Inverness, por mi sobrina Susana, si es que mi hija acepta estar enamorada de Lord Andrew. Alister levanto las cejas comentando
--- Lord Grandchester pondrá en entre dicho el amor de su hija. William se puso de pie molesto y comentó
--- Lord Cornwall, Lady Grandchester es una dama de palabra y si ella desea que la competencia se lleve a cabo estoy dispuesto a competir, me ganare el privilegio de ser su esposo. Otro inglés que venía dispuesto a competir, era Niel Legan este sonriendo agregó
--- Competir por su sobrina, Lord Grandchester, ya que la dama hija suya, no tiene muy buenos… atributos.
En ese momento Terrance dio un grito enfurecido, pero William dio un golpe directo a la quijada de Niel, quien caía al suelo. Advirtiéndole que quien hablara mal de Lady Grandchester se las vería con él. Terrance al ver que Andrew había defendido a su hija, este confirmo.
--- Esta bien señores, vamos a calmar esta discusión. Mañana mi hija dará comienzo a la competencia, como está planeado, el premio será mi sobrina, mi hija ya eligió, Lord Andrew, ¿tiene alguna prueba de que mi hija está interesada en darle preferencia?
William molesto sacó del pecho el pañuelo y agregó
--- Su hija fue quien me salvó en el atentado que sufrí antes de llegar aquí, ambos desconocíamos nuestra procedencia, pero he intentado ganarme el cariño de su hija, al deberle mi vida.
El pañuelo lo tomo Lord Grandchester, este lo mostro a los caballeros. En silencio los ingleses, no comentaron nada, los demás se dieron por vencidos pues el símbolo era de matrimonio. William tomo el pañuelo para que nadie más lo tocara, lo guardo en su pecho de nuevo. John Mc Brown con una sonrisa, dijo que desistía de la competencia, que se daba por vencido, algunos más hicieron lo mismo quedando menos hombres por competir, los ingleses se quedaron y agregaron que continuarían en la competencia por Lady Susana.
Candy en el balcón de su habitación estaba llorando, como Samira había hecho tantas cosas malas, pero decir que ella era inservible, hacia que todos esos hombres tuvieran una cabeza muy pequeña de pensamiento, molesta deseaba ya no estar en la competencia, olvidarlo todo y quedarse con su padre en Aberdeen. En un pensamiento fugaz se dijo a sí misma, ---Mañana les demostraré de que esta hecha una Grandchester.
CONTINUARA