Bueno, esto fue algo rapidito porque ando a la carrera... a ver que salio, espero les guste.
Los snowshoe tienen fama de ser gatos inteligentes y con personalidad. Les gusta comunicarse con sus dueños, pero son algo menos parlanchines que los siameses. Su voz se considera suave y melódica. Les gusta relacionarse con la gente. Su temperamento pacífico facilita su integración en un grupo de animales domésticos, y su adaptabilidad lo convierte en un miembro de la familia sin complicaciones. Bueno, eso es lo que dicen pero creo que soy distinto.
Recuerdo el dia en naci, el frio me envolvió de pronto y maulle con todas mis fuerzas mientras intentaba volver al calido lugar donde habia permanecido desde… no se desde cuando, creo que desde siempre, pero luego sentí un calor diferente mientras mi madre me lamia y quitaba de mi el liquido pegajoso que ahora estaba en mi cuerpo. Mi madre, aquella gata de ojos azules y hermosa cara que me mimo desde el momento en que naci.
Durante mucho tiempo pude sentir su amor y sus cuidados, recuerdo que abri los ojos para encontrarme con una cara de adoracion observándome, no habia ser mas hermoso que ella, amaba a mi madre. Algunas veces jugueteando alrededor una vez que pude caminar, me metia en problemas y ella cariñosamente me tomaba por el cuello para halarme hasta donde pudiera estar seguro, que días mas felices aquellos.
El diq que me arrancaron de los brazos calidos de mi madre, era un dia frio el mas triste de toda mi vida, habia sido elegido por mi porte, mi pedigrí, mi descendencia según escuche decir, no me dieron a escoger, solo me alejaron de ella sin que yo, tan pequeño hubiese podido hacer nada, tuve miedo y llore tan fuerte que aquel humano que me compro me dio un manotazo para evitar que siguiera llamando a mi mami.
¿Qué podría hacer un pequeño gatito como yo contra un ser tan enorme como ese?
- Te llamaras Terry… Terry Granchester.
Le escuche decir después que me hube calmado, si, le tenia miedo, pero al estar tan lejos del hogar que conocía no tenia a donde mas ir que al lugar donde el fuere.
Aquella noche comi por primera vez en un tazon, fue difícil pero tuve que acostumbrarme si no quería morir de hambre, tambien me acostumbre a estar en los brazos de aquel humano, el cual pronto se olvido de cargarme y me llamaba con sonidos para que lo siguiera. Si, a todo se acostumbra uno, pero no a estar sin una madre.
Soy un gato de guantes blancos, un gato de alcurnia eso lo se porque cuando vienen a verme la gente se inclina y me da regalos, a mi y al Duque de Grandchester, el humano con el cual vivo.
Se que no le gusto mucho a la mujer que vive con mi humano, ella suele patearme cuando puede o echarme agua pero no pasa de ahí, esa mujer amargada y con cuerpo enorme no puede ante mi agilidad, algún dia hare que caiga por las escaleras para que aprenda que con el gato de un duque una no debe meterse. Por ahí dicen que mi raza es pacifica, tal vez, pero cuando nos hacen enojar no hay nada que el enemigo pueda hacer por muy grande que sea.
Algunas veces, sentado en aquel balcón de la habitación principal miro hacia afuera y pienso en mi madre, tal vez ella me extrañe, tal vez me este esperando… no lo se, tal vez algún dia salte desde lo alto de esta ventana y me aventure a encontrarme otra vez con ella… Miau… tal vez algún dia la traía aquí, puede ser que a mi humano tambien le agrade mi madre.
Los snowshoe tienen fama de ser gatos inteligentes y con personalidad. Les gusta comunicarse con sus dueños, pero son algo menos parlanchines que los siameses. Su voz se considera suave y melódica. Les gusta relacionarse con la gente. Su temperamento pacífico facilita su integración en un grupo de animales domésticos, y su adaptabilidad lo convierte en un miembro de la familia sin complicaciones. Bueno, eso es lo que dicen pero creo que soy distinto.
Recuerdo el dia en naci, el frio me envolvió de pronto y maulle con todas mis fuerzas mientras intentaba volver al calido lugar donde habia permanecido desde… no se desde cuando, creo que desde siempre, pero luego sentí un calor diferente mientras mi madre me lamia y quitaba de mi el liquido pegajoso que ahora estaba en mi cuerpo. Mi madre, aquella gata de ojos azules y hermosa cara que me mimo desde el momento en que naci.
Durante mucho tiempo pude sentir su amor y sus cuidados, recuerdo que abri los ojos para encontrarme con una cara de adoracion observándome, no habia ser mas hermoso que ella, amaba a mi madre. Algunas veces jugueteando alrededor una vez que pude caminar, me metia en problemas y ella cariñosamente me tomaba por el cuello para halarme hasta donde pudiera estar seguro, que días mas felices aquellos.
El diq que me arrancaron de los brazos calidos de mi madre, era un dia frio el mas triste de toda mi vida, habia sido elegido por mi porte, mi pedigrí, mi descendencia según escuche decir, no me dieron a escoger, solo me alejaron de ella sin que yo, tan pequeño hubiese podido hacer nada, tuve miedo y llore tan fuerte que aquel humano que me compro me dio un manotazo para evitar que siguiera llamando a mi mami.
¿Qué podría hacer un pequeño gatito como yo contra un ser tan enorme como ese?
- Te llamaras Terry… Terry Granchester.
Le escuche decir después que me hube calmado, si, le tenia miedo, pero al estar tan lejos del hogar que conocía no tenia a donde mas ir que al lugar donde el fuere.
Aquella noche comi por primera vez en un tazon, fue difícil pero tuve que acostumbrarme si no quería morir de hambre, tambien me acostumbre a estar en los brazos de aquel humano, el cual pronto se olvido de cargarme y me llamaba con sonidos para que lo siguiera. Si, a todo se acostumbra uno, pero no a estar sin una madre.
Soy un gato de guantes blancos, un gato de alcurnia eso lo se porque cuando vienen a verme la gente se inclina y me da regalos, a mi y al Duque de Grandchester, el humano con el cual vivo.
Se que no le gusto mucho a la mujer que vive con mi humano, ella suele patearme cuando puede o echarme agua pero no pasa de ahí, esa mujer amargada y con cuerpo enorme no puede ante mi agilidad, algún dia hare que caiga por las escaleras para que aprenda que con el gato de un duque una no debe meterse. Por ahí dicen que mi raza es pacifica, tal vez, pero cuando nos hacen enojar no hay nada que el enemigo pueda hacer por muy grande que sea.
Algunas veces, sentado en aquel balcón de la habitación principal miro hacia afuera y pienso en mi madre, tal vez ella me extrañe, tal vez me este esperando… no lo se, tal vez algún dia salte desde lo alto de esta ventana y me aventure a encontrarme otra vez con ella… Miau… tal vez algún dia la traía aquí, puede ser que a mi humano tambien le agrade mi madre.