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La noche es bella, llena de estrellas e invita a contemplarle en silencio, ¿Qué más puede pedir un hombre? Que esta sensación de paz y libertad.
La veo acercarse, es un rubio torbellino y como tal, irrumpe en la quietud de la noche, se sienta a mi lado, me siento bendecido, pues quiero compartir con ella, este mágico momento.
Le presumo mis conocimientos astronómicos y recito los nombres de estrellas y constelaciones como si de un poema se tratara.
Y ella, tan niña siempre cuestiona, y sus dudas son interminables. ¡Cielos, nunca se cansa de parlotear!
-¡Albert, mira esa estrella, la más brillante! ¿La puedes observar?- Señala con entusiamo.
Muevo la cabeza afirmativamente –No es estrella, es un planeta. Es Venus- Le cuento la leyenda de Venus y le hablo de la diferencia entre planetas y estrellas.
-No, Albert- me interrumpe- ¡Es una estrella, mi estrella!-Y me obsequia una cautivadora sonrisa.
Y en silencio me digo, te equivocas Candy, tú…tú eres una estrella. ¡Mi estrella personal!
El fanart es obsequio de cumpleaños de parte de Fran Delher.