Queridas Chicas:
pues en virtud de los recientes acontecimientos en el baúl de los recuerdos que Rei tuvo a bien desemplovar,
me animé a entrarle con alegría (y un poco de nervios, para qué vamos a negarlo )
a mi primera descomposición musical.
Esta hermosa descomposición, va dedicada a Mimicat, porque sólo pude pensar en Stear para hacerla
pues en virtud de los recientes acontecimientos en el baúl de los recuerdos que Rei tuvo a bien desemplovar,
me animé a entrarle con alegría (y un poco de nervios, para qué vamos a negarlo )
a mi primera descomposición musical.
Esta hermosa descomposición, va dedicada a Mimicat, porque sólo pude pensar en Stear para hacerla
-o-
Mimicat ya se había acostumbrado al ritmo de vida de Stear. Esa forma de ser maravillosa y despistada de su inventor favorito, la dejaba sin aliento y despertaba en ella sensaciones tan variadas como la pasión y la ternura. Lo bueno de todo esto, era que su ocupación de Chef la mantenía bastante ocupada y, por consiguiente, el objeto de sus suspiros con sabor a vainilla, se encontraba a sus anchas en su laboratorio, en su hangar, en su casa... o donde quiera que estuviese.
Aquella mañana, habiendo terminado sus compromisos inusualmente temprano, nuestra querida Chef, regresó a su casa sintiéndose feliz por el éxito de sus empresas. ¡Ah, sí, la vida era maravillosa!
"Buenas tardes, señora, ¡qué milagro verla tan temprano en casa"
"¡Uf, Grace, pude desafanarme antes de lo esperado porque, ¿podrías creer que la carpa donde se celebraba la ceremonia se les vino abajo a los novios?!
"¡Sacrosantísmo batidor de San Honorato!"
"Pues sí, todos salieron para el hospital y ya no hubo que servir banquete, pero el papá de la novia ya tenía escrito el cheque, así que..."
"Así que usted, rauda y veloz, regresó a los brazos de su amado inventor"
"Pero Grace, ¿qué comes que adivinas?"
"Pues mi estómago da fé de que esas manitas suyas nos tienen a todos malacostumbrados en esta casa", dijo Grace acariciándose el redondo estómago. Mimicat sonrió. La idea de contratar una cocinera había sido de Stear, que no quería verla trabajar todo el día y regresar a cocinar para que él pudiera comer... si es que se recordaba de ingerir alguna clase de bocado durante el día...
Grace sonrió, encogió los hombros y levantó las manos en señal de interrogación. Mimicat comprendió. ¿Desde cuándo Stear le decía a alguien a dónde iba? Así que subiendo Mimicat a su recámara, pensó en darse un relajante baño. No estaría mal que su terroncito entuercado la acompañara. Pero en lo que salía a buscarlo por toda la propiedad... Decidió darse un baño, relajarse y luego, si su esposo no había regresado para cuando ella hubiese termiando su baño, saldría a buscarlo. La reconfortante tibieza del agua le recordó las innumerables ocasiones en que habían disfrutado con Stear de esta bañera... Mimicat quitando sus lentes llenos de gotas de agua y dándole besos en la nariz... aunque luego la cosa se tornara de todo, menos de besitos en la nariz...
No se dió cuenta del tiempo que pasó, pero se vistió con sus ropas de yoga y salió a la búsqueda de su maridito. Pasó por el laboratorio. Nada. Salió. Tendría que ir a buscarlo al garage. Seguramente se habría entretenido con el nuevo coche que había adquirido y al que estaba implementándole sólo él y Dios sabían qué modificaciones. Llegó al garage, pero tampoco estaba allí. Bueno, tendría que ir hasta el hangar. Era el lugar más alejado de la propiedad, así que pensó que aprovecharía para quemar las calorías del día y respirar el aire puro que les encantaba a ambos.
La caminata estaba resultando de lo más agradable y el hangar se acercaba por momentos a su horizonte. Sólo de imaginarse a su Stear trabajando, se le hacía agua algo dentro de ella... No habían momentos donde Mimicat encontrara a Stear tan sexy como cuando lo veía concentrado en su trabajo, fuese lo que fuese... porque había que ver que hasta ella, que experta en cocina era, sabía que aquello que Stear traía entre manos, no saldría bien librado. Entre todos estos pensamientos, la gran abertura que permitía tanto el ingreso como la salida de la avioneta que su señor marido había tenido a bien comprar hacía un par de semanas, se encontraba abierta de par en par y allí fue cuando lo escuchó:
Aquella mañana, habiendo terminado sus compromisos inusualmente temprano, nuestra querida Chef, regresó a su casa sintiéndose feliz por el éxito de sus empresas. ¡Ah, sí, la vida era maravillosa!
"Buenas tardes, señora, ¡qué milagro verla tan temprano en casa"
"¡Uf, Grace, pude desafanarme antes de lo esperado porque, ¿podrías creer que la carpa donde se celebraba la ceremonia se les vino abajo a los novios?!
"¡Sacrosantísmo batidor de San Honorato!"
"Pues sí, todos salieron para el hospital y ya no hubo que servir banquete, pero el papá de la novia ya tenía escrito el cheque, así que..."
"Así que usted, rauda y veloz, regresó a los brazos de su amado inventor"
"Pero Grace, ¿qué comes que adivinas?"
"Pues mi estómago da fé de que esas manitas suyas nos tienen a todos malacostumbrados en esta casa", dijo Grace acariciándose el redondo estómago. Mimicat sonrió. La idea de contratar una cocinera había sido de Stear, que no quería verla trabajar todo el día y regresar a cocinar para que él pudiera comer... si es que se recordaba de ingerir alguna clase de bocado durante el día...
Grace sonrió, encogió los hombros y levantó las manos en señal de interrogación. Mimicat comprendió. ¿Desde cuándo Stear le decía a alguien a dónde iba? Así que subiendo Mimicat a su recámara, pensó en darse un relajante baño. No estaría mal que su terroncito entuercado la acompañara. Pero en lo que salía a buscarlo por toda la propiedad... Decidió darse un baño, relajarse y luego, si su esposo no había regresado para cuando ella hubiese termiando su baño, saldría a buscarlo. La reconfortante tibieza del agua le recordó las innumerables ocasiones en que habían disfrutado con Stear de esta bañera... Mimicat quitando sus lentes llenos de gotas de agua y dándole besos en la nariz... aunque luego la cosa se tornara de todo, menos de besitos en la nariz...
No se dió cuenta del tiempo que pasó, pero se vistió con sus ropas de yoga y salió a la búsqueda de su maridito. Pasó por el laboratorio. Nada. Salió. Tendría que ir a buscarlo al garage. Seguramente se habría entretenido con el nuevo coche que había adquirido y al que estaba implementándole sólo él y Dios sabían qué modificaciones. Llegó al garage, pero tampoco estaba allí. Bueno, tendría que ir hasta el hangar. Era el lugar más alejado de la propiedad, así que pensó que aprovecharía para quemar las calorías del día y respirar el aire puro que les encantaba a ambos.
La caminata estaba resultando de lo más agradable y el hangar se acercaba por momentos a su horizonte. Sólo de imaginarse a su Stear trabajando, se le hacía agua algo dentro de ella... No habían momentos donde Mimicat encontrara a Stear tan sexy como cuando lo veía concentrado en su trabajo, fuese lo que fuese... porque había que ver que hasta ella, que experta en cocina era, sabía que aquello que Stear traía entre manos, no saldría bien librado. Entre todos estos pensamientos, la gran abertura que permitía tanto el ingreso como la salida de la avioneta que su señor marido había tenido a bien comprar hacía un par de semanas, se encontraba abierta de par en par y allí fue cuando lo escuchó:
"¡Linda! Me gusta verte relumbrando
como una estrella destellando
me excitas hasta el tope
¡voy a galope!
Y es que ¡Linda!
se me hace algo irresistible
montarte cuanto sea posible
mañana, tarde y noche
igual que anoche
Y es que tù
haces que pierda la cabeza
me dejas sin aire
si puedo tocarte
haces que pierda la cabeza
que pueda estar siempre dentro tuyo
gritar como un loco, como un aullo.
¡Linda! Llévame hasta las estrellas
porque pareces una de ellas
me dejas sin aliento
¡calentamiento!
Y es que ¡Linda!
quiero llevarte hasta el cielo
pareces toda una modelo
que todos me envidien
cuando nos miren
Y es que tú
haces que pierda la cabeza
me dejas sin aire
si puedo tocarte
haces que pierda la cabeza
que pueda estar siempre dentro tuyo
gritar como un loco, como un aullo.
Y siempre así
Linda te vas a quedar
y sólo así
Linda me vas a ganar
¡Linda! whoosh whoosh!
¡Linda! whoosh whoosh!
¡Linda! whoosh whoosh!
Ahhhhhhhhhhh!
¡Linda! Que tu figura me inspire
hasta que pare y no respire
sentir tus vibraciones
por mis pasiones
Y es que ¡Linda!
quiero tenerte al lado mío
sintiéndote como un abrigo
quiero vivir contigo
y no pasar frío
Y es que tú
haces que pierda la cabeza
me dejas sin aire
si puedo tocarte
haces que pierda la cabeza
que pueda estar siempre dentro tuyo
gritar como un loco, como un aullo
Haces que pierda la cabeza
me dejas sin aire
si puedo tocarte
haces que pierda la cabeza
duri, duri, duri
duri, duraba
Haces que pierda la cabeza..."
como una estrella destellando
me excitas hasta el tope
¡voy a galope!
Y es que ¡Linda!
se me hace algo irresistible
montarte cuanto sea posible
mañana, tarde y noche
igual que anoche
Y es que tù
haces que pierda la cabeza
me dejas sin aire
si puedo tocarte
haces que pierda la cabeza
que pueda estar siempre dentro tuyo
gritar como un loco, como un aullo.
¡Linda! Llévame hasta las estrellas
porque pareces una de ellas
me dejas sin aliento
¡calentamiento!
Y es que ¡Linda!
quiero llevarte hasta el cielo
pareces toda una modelo
que todos me envidien
cuando nos miren
Y es que tú
haces que pierda la cabeza
me dejas sin aire
si puedo tocarte
haces que pierda la cabeza
que pueda estar siempre dentro tuyo
gritar como un loco, como un aullo.
Y siempre así
Linda te vas a quedar
y sólo así
Linda me vas a ganar
¡Linda! whoosh whoosh!
¡Linda! whoosh whoosh!
¡Linda! whoosh whoosh!
Ahhhhhhhhhhh!
¡Linda! Que tu figura me inspire
hasta que pare y no respire
sentir tus vibraciones
por mis pasiones
Y es que ¡Linda!
quiero tenerte al lado mío
sintiéndote como un abrigo
quiero vivir contigo
y no pasar frío
Y es que tú
haces que pierda la cabeza
me dejas sin aire
si puedo tocarte
haces que pierda la cabeza
que pueda estar siempre dentro tuyo
gritar como un loco, como un aullo
Haces que pierda la cabeza
me dejas sin aire
si puedo tocarte
haces que pierda la cabeza
duri, duri, duri
duri, duraba
Haces que pierda la cabeza..."
Aaaaaaawwwwwwwwwwww! ¡Su Stear! ¿De dónde le habían salido tantas cosas lindas para decirle? ¿Desde cuando cantaba cuando trabajaba? ¡Y las referencias a esas noches de pasión! Mimicat se ruborizó. ¡Y llamarla modelo y que los demás lo envidiaban cuando los veían juntos! Sin pensarlo dos veces, se lanzó a los brazos de su adorado tormento pero no lo vio por ningún sitio. ¿Dónde podría estar si lo había escuchado tan claramente? Vio a la derecha, vio a la izquierda...
"¿Stear? ¿Cariño?"
Nada.
Avanzó sintiéndose desconcertada. ¿En dónde estaba ese hombre al que adoraba y que había alcanzado un escalón más en su escala sentimental al cantarle semejante canción?
"Mi amor, ¿dónde estás?"
Silencio.
Mimicat continuaba olfateando el hangar porque ¡oh, sí! ese olfato de Chef servía para más que percibir los aromas que emanaban de su cocina... Un sonido metálico desvió su atención hacia la avioneta. La flamante avioneta roja que Stear se había comprado y en la que se mantenía últimamente, ¿haciendo qué? ¡Quién lo sabía! Sigilosamente caminó hacia la puerta y allí lo encontró, con llave en mano y lleno de grasa.
"¡Cariño! ¿Qué haces aquí?"
Stear la vio con los ojos brillantes y manchones negros por toda su cara. ¡Se veía tan adorable!
"¡Mi amor! !Estoy trabajando en Linda!"
"¿En quién?"
"¡En Linda, la avioneta!"
Imagen de Stear: Animé/Web
Canción: Quiero una novia pechugona/La Trinca/1985
"¿Stear? ¿Cariño?"
Nada.
Avanzó sintiéndose desconcertada. ¿En dónde estaba ese hombre al que adoraba y que había alcanzado un escalón más en su escala sentimental al cantarle semejante canción?
"Mi amor, ¿dónde estás?"
Silencio.
Mimicat continuaba olfateando el hangar porque ¡oh, sí! ese olfato de Chef servía para más que percibir los aromas que emanaban de su cocina... Un sonido metálico desvió su atención hacia la avioneta. La flamante avioneta roja que Stear se había comprado y en la que se mantenía últimamente, ¿haciendo qué? ¡Quién lo sabía! Sigilosamente caminó hacia la puerta y allí lo encontró, con llave en mano y lleno de grasa.
"¡Cariño! ¿Qué haces aquí?"
Stear la vio con los ojos brillantes y manchones negros por toda su cara. ¡Se veía tan adorable!
"¡Mi amor! !Estoy trabajando en Linda!"
"¿En quién?"
"¡En Linda, la avioneta!"
Imagen de Stear: Animé/Web
Canción: Quiero una novia pechugona/La Trinca/1985