MAFIA NEGRA
GRANDCHESTER
Todo y Nada
Parte I
By Chica de Terry
GRANDCHESTER
Todo y Nada
Parte I
By Chica de Terry
Guerra Florida 2017
Candy Candy: Final Story de Keiko Nagita.
“Derivación” Yaoi/18+
“Goza de mi lectura como yo goce, escribiendo”
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Todavía recuerdo aquella noche.
Íbamos en el coche. El silencio flotaba alrededor en el reducido espacio.
-Todavía no te he dado las gracias por haber encontrado los caballos. Debió ser difícil dar con su paradero. Ella quedó complacida. Lloró.
Sus palabras resultaban dulces como la miel. Su primera oración derrumbó la armadura que siempre vestía. Una palabra suya bastaba para ponerme a sus pies. La sangre en mis venas comenzó a cantar, llenando mi cuerpo, erizando mi piel. La expectativa del trayecto y del viaje era una dulcísima tortura, casi insoportable.
Contuve el suspiro. Su mirada diáfana calentó la piel de mi mejilla a la espera de alguna respuesta. No quise mirarlo. El hacerlo… el ver sus ojos, era caer en el sereno mar en el que por decisión propia me ahogaba. Sus labios rosados, perfectamente delineados, el aire pasando a través de ellos…
Estoy seguro que usa su encanto. Sabe lo que me provoca. Sabe que me pone duro. Sabe que me hace perder el control. Lo amo.
Quise pasar al asiento delantero, montar frente al volante, virar en la siguiente intersección y hacer una parada en la casa del bosque. Ahí está. Pasamos la intersección de largo y la oportunidad se fue. Tuve que hacer un ligero reacomodo de mis asentaderas en el asiento que sé, no le pasa desapercibido. El chofer completamente ajeno al volcán que anuncia una inminente erupción en la parte trasera del auto, sigue al pie el itinerario establecido.
Sonríe complacido. Tendremos que esperar. Primero volar. Quizás dormir… ¡Imposible! Luego registrarnos. Subir el elevador con el botones cargando el equipaje. Acceder a la suite. Despedir al botones. Asegurar la puerta y…
“Todavía no te he dado las gracias por encontrar los caballos” -Su dulce voz llena de promesas resuena en mi cabeza. La respiración se me acelera. Consigo apenas mantener el control.
-Me complace saber que la señorita Candice encontró el presente, completamente satisfactorio -Respondí.
-Su felicidad, es la mía. Estaba seguro que ése obsequio sobre los demás, la cimbraría. Ella necesita despertar a la esperanza de los reencuentros. Apenas es mayor de edad. Tan joven -Contestó.
-La señorita puede ser tan testaruda como… su padre adoptivo. Por cierto, la satisfacción del joven padre, es la mía –Agregué.
El mostró una amplia sonrisa. En la penumbra que envolvía la parte trasera del auto de lujo, acercó su mano, deslizándola sobre el suave terciopelo del asiento hasta alcanzar la mía. Entrelazo su dedo meñique al mío y lo mantuvo así por el resto del trayecto. Seguí mirando por la ventanilla las luces de la ciudad mientras el suspiro hinchaba mi pecho.
Sabía perfectamente a lo que se refería. Ambos habíamos vivido el reencuentro en dos ocasiones en las que temí haberlo perdido.
Sabía quién era yo. Lo asumí desde que tenía uso de razón. Vender placer para poder comer es… una forma despreciable de hacerse vivir, cuando no hay educación, cuando no hay otra opción más que usar tu propio cuerpo. Nadie debería hacerlo. Nadie debería poder sentirse un objeto. Ese crudo pasado no le importó a Adley y me ofreció un destino completamente distinto.
Pensé que ser esclavo exclusivo era tal vez mejor opción que mendigar en las calles. Acepté la propuesta. Al menos la comida estaría segura y el recio hombre prometió educación. Pero nada de eso sucedió. Nada de esas cosas aberrantes que creí pasarían, ocurrieron.
Hubo educación. Hubo alimento tres veces al día, cada día. Hubo vestido adecuado. Hubo techo. Hubo dignidad. Hubo aprecio. Hubo agradecimiento infinito. Hubo amor de padre e hijo. Y hubo… una encomienda. Velar por un príncipe.
Un príncipe del que con el tiempo, al ir convirtiéndose en hombre, me enamoré.
Comencé comprendiéndolo al volverse huérfano de padres. Luego le tuve lastima al quedarse sin su hermana mayor y sobre sus pequeños hombros cargar el peso de un apellido sin haberlo pedido. Me hice la promesa de ayudarle a cargar ese peso. Me hice la profunda promesa de ser su sombra hasta que ya listo para tomar su lugar, pudiera cumplir con su deber a cabalidad.
Estar tan cerca, verlo crecer, conocer sus secretos pensamientos, su ira, su soledad, su dulzura y generosidad infinita, era tan parecido a su padre, tenían ambos un sentimiento de la justicia profundamente arraigado. Digno hijo. Digno heredero.
A pesar de la jaula al que fue arrojado siendo apenas un niño, resistió con estoicismo apenas la prueba. Verlo transformarse en hombre de aquella forma tan cercana, comprendí que había algo más.
Ansiaba escucharlo hablar. Escucharlo expresar sus inconformidades, rebatir las reglas, renegar de su destino y de pronto nada. Se negaba a hablar. Y entonces me dolía. Ya había peleado con Elroy todo lo que se puede discutir en una vida y a mí, comenzó a ignorarme. Mi presencia le resultaba intrusiva. Creo, que incluso llegó a odiarme. Depositó en mí toda la ira y la frustración por ser menos que un animal enjaulado.
Y mientras más trataba de acercarme él más se alejaba. Y eso dolía.
Enloquecí el día que escapó. Enloquecí aquel día de dos formas totalmente distintas. Lo creí perdido y en un giro fortuito del destino, ese mismo día pude hacerlo mío. Aquel día fue mío.
Ése día lo hice sentir hombre por primera vez de la forma en que solía ganarme la vida en las calles de París.
Su dulcísimo néctar alimentándome solo sirvió para embrutecer más ésta pasión que se desató dentro de mí.
Y ahora… Está furioso. Se fue al Brasil lleno de rabia.
En muchos años volvió a cerrarme las puertas de su vida nuevamente. Ya no era un niño desvalido y solo, ni un joven descubriendo y retando al mundo. Yo, ya no era su tutor sexual.
Mi príncipe, todo un hombre en la rígida extensión de la palabra dijo terminantemente: NO.
No a mi compañía. No a mi voz. No a mis palabras. No a mis secretas caricias. No a mis besos. No a mi amor por él que siempre se antepone a todo. A todo.
Telefoneo y no contesta mis llamadas.
Ésta castigándome. Ésta destruyéndome.
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"El review es el alimento de una imaginación creativa, agradezco el tuyo en compensación a la mía"
Última edición por ODET la chica de Terry el Vie Abr 14, 2017 4:01 pm, editado 3 veces