CAPITULO 9
LA BODA
Fue el momento mas feliz de su vida desde que esta habia dado un giro inesperado. Ella estaba sentada sonriéndole y el no sabia si entrar o quedarse parado, pero entonces Eleonor lo jalo hasta el interior y lo obligo a saludarla.LA BODA
- Me la he encontrado paseando en la ciudad y la invite, espero no te moleste.
- Nunca… me da tanto gusto verte Candy.
- A mi tambien, la verdad estaba indecisa en venir, hacia mucho que no sabia de ti mas que por los periódicos.
- Lo mismo digo, bueno, no es que te viera en los periódicos pero de vez en cuando en alguna nota social.
- No creo que se diga mucho mi nombre, solo he acompañado a Archie y Annie a algunas fiestas.
- Despues de tanto tiempo pensé que te habrias casado.
- Yo? Apenas tengo tiempo, entre el hospital y el hogar de Ponny. Apenas si he podido hacer este viaje y fue mas que nada porque vine a recibir a Albert.
- Albert, el esta aquí?
- Bueno, al parecer llega en un par de días, ha estado viajando nuevamente, desde que Archie se hizo cargo de los negocios de los Andrew, Albert decidio que era tiempo de irse, tu sabes como es.
- Libre… ojala uno pudiera hacer lo mismo.
- Como, pensé que eras feliz ahora que tu nombre se ha vuelto famoso.
- Claro, claro… pero a veces uno desea un descanso.
Eleonor se habia retirado discretamente para dejarlo solos, tenia la esperanza de que ellos aun sintieran lo mismo el uno por el otro y al parecer no se habia equivocado. El brillo en los ojos de ambos era aquel que ella habia tenido hacia siglos por Richard.
El tiempo paso volando y ninguno se percato hasta que la cena estuvo servida, luego cuando llego el momento de separarse Terry no pudo dejarla ir por lo que la acompaño al hotel donde se hospedaba prometiendo volver al dia siguiente para pasearla por la ciudad.
- No dejare que pasees sola, esta ciudad se ha vuelto muy peligrosa.
- Se defenderme, lo olvidas?
- No lo olvido… nunca podría olvidar quien es Candy White.
Cada momento junto a ella le hizo apreciar lo que era tenerla cerca, despues de un par de días ambos acudieron a recibir a Albert con la sorpresa que era George quien llegaba en su lugar.
- El sr. Albert decidio quedarse un poco mas. Me ha mandado con regalos para todos y promete que volverá para navidad.
- Aaay ese Albert, me ha hecho venir desde tan lejos para nada.
Al escuchar esto Terry se sintió un tanto ofendido, ella tal vez lo noto o tal vez no, pero de inmediato volteo a verlo y le guiño el ojo.
- Bueno, creo que no para nada, he pasado unos días maravillosos.
- Eso espero, porque he dejado mi agenda a un lado por complacerte pecas.
- Oh, pero.
- Nada, siempre es un placer.
- De hecho srita. Candy, el me dio un mensaje para usted… dijo que de vez en cuando era bueno salir y que esperaba que hubiera disfrutado su estadia en Nueva York.
- Ah, pero es que lo hizo a propósito? Ya vera cuando regrese.
- Jajaja, bueno, tengo que agradecerle que te hubiera hecho venir.
Ambos rieron y acompañaron a George al hotel, Terry sabia que ya casi era el momento de separarse pero realmente no quería que ella se alejara nuevamente. Sabia bien, tambien, que no podia apresurarse a pedirle que se quedara pero al menos la puerta quedo abierta para que siguieran en contacto.
Cuando la despidió en el anden le prometio visitarla pronto, un beso robado era su promesa y el hecho de que ella no lo abofeteara era la respuesta que el tanto deseaba. Las cosas podían funcionar esta vez, ya no habia nada de por medio.
Al menos eso creía en ese momento pues al partir Candy los negocios lo reclamaban. La ley seca se habia declarado completamente y el contrabando de licor y negociaciones con los proveedores era algo demandante.
Charlie intentaba hacerse completamente cargo de todo, pero algunas cosas simplemente no podían dejarse al azar, en las noches las reuniones eran largas y por semanas Terry no tuvo ese tiempo tan deseado para visitar a Candy.
Tuvieron que pasar dos meses para que el hiciera el viaje que tanto deseaba, el teatro estaba en descanso y las cosas se habian controlado un poco en el negocio, era tanta su desesperación que tomo la decisión que no habia podido tomar cuando ella se fue.
Aquella tarde llego al hospital donde Candy trabajaba, la siguió durante el dia sin que ella lo notara, se habia hecho experto en mantenerse invisible asi que no fue difícil, espero a que ella tuviera un minuto de descanso para atraparla en aquel árbol.
- Que le pasa…que…
- Shhhh… pecosa, pueden descubrirme.
- Te…terry, que haces aquí.
- Vine a verte… vine a estar contigo…
- Me asustaste.
- No habia podido venir, lo siento.
- Se que las obras son demandantes.
- Si, el teatro. Te extrañe.
- De verdad?
- Si, te extrañe mucho por eso vine… por eso y porque quiero saber si tu tambien me extrañaste.
Ella se ruborizo, no estaba acostumbrada a tener que decir ese tipo de cosas a alguien, Terry se dio cuenta del rubor de sus mejillas y las acaricio.
- Eso quiere decir que si, y eso me anima a pedirte algo.
- Algo? Que cosa?
- Candy… se que no es la manera, tal vez tampoco el tiempo pero… vine a pedirte que te cases conmigo.
- Terry!
- Estos meses fueron para mi como el infierno… no, no estos meses, estos años. Yo no te olvide y si no te habia buscado era porque tenia miedo a que tu ya no sintieras lo mismo por mi… quiero pensar que aun sientes por mi aquello que alguna vez nos unio.
- Terry, yo…
- Por favor Candy, di que si y que podemos seguir juntos… di que esta vez nada nos separara.
Ella se abrazo a el, por primera vez tenia esa iniciativa y Terry lo tomo como un si, sintiéndose el hombre mas feliz del mundo.
En su mente no existio nada mas que ella en aquel momento. Sabia que debía esconder su otra vida de ella, estaba consciente que si algo iba mal ella se veria afectada pero tenia fe en que las cosas saldrían bien para ambos.
No hubo mucho que planear, apenas todos se enteraron de la boda de Candy y sobretodo, se enteraron que esta seria en un periodo muy corto, se encargaron de hacer los arreglos necesarios. La boda fue en el Hogar de Ponny, solo las personas mas allegadas a ambos acudirían, solo habian esperado la llegada de Albert para navidad para que esta se llevara a cabo, tal como Candy habia deseado. No hubo periodistas que cubrieran la noticia y los pocos amigos que acompañaron a Terry eran mas bien gente de su grupo que iban a cuidar el lugar, aunque no era necesario pues la lejanía y la privacidad del mismo les brindaban seguridad.
Lo único que realmente contaba en ese momento es que ahora estarían juntos, ya despues se preocuparían por lo que vendría. El frio invierno se volvió calido al lado de la mujer que amaba y la oscuridad de su alma simplemente se cubrió de luz y esperanza para el futuro.
Continuara.