Los personajes son creados por la escritora Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, seudónimo de Yumiko Fijii, publicado en Japón por Kōdansha Ltd. desde 1975 a 1979.
El alba los encontró abrazados, ninguno pudo dormir, ninguno pronuncio palabra alguna después de lo que le dijo Neil, él la mantuvo sobre su pecho, acariciando su cabello, ella aún está asimilando lo que le había dicho "NO HABRÁ VUELTA A TRAS" aquellas palabras resonaban en su mente una otra vez.
-¿Estas arrepentida? Pregunta él sin dejar de acariciar su cabello.
-No...¿Y tú?
-No Candy ya te lo dije, no permitiré que te alejes de mí, esta vez no.
-Neil, yo... Sus palabras fueron interrumpidas por los labios de él, esta vez fue posesivo y exigente, su lengua saboreo cada rincón de su boca, con urgencia, con anhelo, con necesidad, se separó de ella cuando se quedó sin aliento.
Sus manos acariciaban su cuerpo con devoción, y ella tímidamente devolvía las caricias, los dos se sentían solos, los dos se necesitaban.
Aunque Neil quería consumar lo que habían iniciado, se controló y luego de una sección de caricias y besos apasionados, la abrazó y ambos se mantuvieron en silencio, lentamente se quedaron dormidos.
Al despertar estaban abrazados, él estaba detrás de ella, tomándola de la cintura por abajo con una mano y la otra reposaba en uno de sus senos, ella tenía ambas manos aferradas al brazo de Neil, despertar así fue irreal para él, el calor y el olor de su cuerpo llenaba todas las sabanas.
-Eres mía Candy, solo mía.
Él enterró su cara en aquellos rizos dorados, la luz que se filtraba por las ventanas dejaban ver que ya pasaba del medio día, ella perezosamente abría sus ojos, respiro profundo tratando de despertar de un todo y la calidez del cuerpo que reposaba junto al suyo la hizo sonreír, poco a poco y con mucho cuidado se movió para colocarse frente a él, la expresión de su cara era tan diferente, estaba relajado y se veía tan dulce, no tenía nada que ver con aquel niño arrogante y engreído de su infancia, levanto su mano y muy despacio paso uno de sus dedos por el contorno de sus labios, recordando la infinidad de carias y placer que estos le habían proporcionado la noche anterior, un escalofrío de placer recorrió su cuerpo desnudo, él la sintió temblar entre sus brazos pero no se movió, Candy se acercó aún más a él apoyando una de sus mejillas a su pecho, para permanecer así un largo rato, creyéndole aun dormido ella trato de levantarse moviéndose lentamente, él al perder el contacto y el calor de su cuerpo, agilmente movió sus brazos para atraparla y pagarla nuevamente a él.
-Tú a dónde crees que vas,- su agarre era suave pero firme.
-Necesito ir al baño,- ella tomaba la sabana y tapa su desnudez.
-No quiero que te levantes, él escondía la cara en su cabello.
-¿Hoy no vamos a comprar lo que te falta para el departamento? Vamos a levantarnos, así aprovechamos el día, ella estaba nerviosa, una cosa era estar así en penumbras y otra a plena luz del día.
-Mejor nos quedamos en la cama.
-Igual necesito ir al baño, me urge, ella se movía entre sus brazos, hasta que el accedió a soltarla, al verse libre se tapó con la sabana envolviéndose con ella.
-Vamos, anoche vi todo lo que tenía que ver Candy, no escondas tu maravilloso cuerpo de mi, ella tan solo había dado tres pasos cuando se volteó en para verle, tenía una sonrisa en sus labio y la punta de la sabana en la mano.
-¡No te atreverías Neil! ella abría muchísimo sus verdes ojos y anticipando lo que sucederá intento cubrir su intimidad y sus senos, Neil fue mucho más rápido que ella y antes de que la sabana cayera al suelo, ya él estaba junto a ella.
Su cuerpo era musculoso y bien formado, era mucho más alto que la última vez que lo vió, cada músculo estaba bien definido, ella sólo parpadeaba incrédula, en su profesión había vistos hombres desnudos, ninguno se compara al cuerpo bronceado y maravilloso del hombre que se encontrará de pie y totalmente desnudo frente a ella, sin poder ni querer evitarlo detalló cada parte de la anatomía de aquel hombre, cuando llegó a su entrepierna, solo pudo contener el aliento.
-Neil, dijo por lo bajito mientras su respiración se agitaba, él estaba visiblemente excitado y su gran erección lo hacía más que evidente, él sonreía de medio lado, y la veía con intensidad, sin previo aviso la levantó y la llevó en brazos hasta el baño.
-Aprovecha y date una ducha, realmente no quiero salir hoy Candy, tengo casi cuatro semanas de permiso y aún tenemos mucho tiempo para eso ¿Si recuerdas lo que te dije anoche? ella solo asintió.
-Pero...
-Pero nada, voy a mi habitación y luego veremos en cual te prefieres quedar.
-¿Quedarme?... Pero yo creí que está era mi habitación, él ya no podía más que ver su cuerpo desnudo.
-Era tu habitación, pero ahora será nuestra, ni loco te voy a dejar sola, en una de esas te arrepientes y te escapas, ya veré que medidas voy a tomar para evitar que tu loca cabecita trame algo, aquellas palabras la hicieron fruncir la boca y llevar ambas manos a las caderas.
-Neil, ya no soy una chiquilla para andar huyendo, en esa posición sus senos se veían más turgentes.
-Candy no me tienes, o no voy a poder contenerme como anoche, sus ojos brillaban de deseo.
-¿Contenerte?, Yo pensé....
-Lo de anoche solo fue un mínimo adelanto de lo que será, querida, quiero que ese día todo sea perfecto.
-¡Neil!,- Dijo ella con asombro.
-¡Candy! Dijo él imitándola antes de acercarse y besar su cuello y acariciar su cuerpo, sus gemidos no se hicieron esperar.
-Ahh Neil ahh ahh, él sonreía mientras aun la besaba.
-Eres hermosa y lo mejor es que eres mía solo mía Candy, ella estaba en las nubes, cada caricia la hacía desear más y más de él.
-Si, soy tuya, al escucharla la pegó más a su cuerpo, con la cercanía ella sintió que tan excitado se encontraba, inesperadamente el agua de la ducha comenzó a caer, sacándola de aquella ensoñación y provocando que él estallara en risas.
-ja ja ja ja no hagas esa cara por favor, no sabes las ganas que tengo de hacerte mía del todo.
-¿Neil?...-ella pronunció su nombre en un susurro.
-Aún podemos hacer muchas cosas sin rebasar los límites, sé que te vas a sentir culpable si nos adelantamos, ella bajaba la mirada apenada.
-Lo siento yo.... Los labios de Neil sobre los de ellas la hicieron guardar silencio.
-Puedo amarte de muchas maneras, esto lo decía si abandonar sus labios, ella se sentía pérdida con los besos que él le daba y a los que ella respondió con la misma ansiedad que el demostraba, solo recorría su musculoso cuerpo con sus delicadas manos.
Los besos le dieron paso a caricias, el agua cayendo sobre ellos hacía de aquel encuentro el más erótico que Neil había tenido, no era sexo, no era solo deseo, la amaba, simplemente era amor.
Necesitaba sentir su piel, en medio de aquel torbellino que los envolvía, Neil la tomó de los glúteos y la levantó apoyándola en la pared y acomodando su piernas alrededor de su cintura, no hubo necesidad de palabras, sus cuerpos se acoplaron y se movían sincronizados, sus gemidos se confundían, sus jadeos eran entrecortados, él quería llevarla al cielo y llenarla de amor sin llegar a consumar el acto sexual.
-Neil, haz me el amor, ella abría sus hermosos ojos para verlo, él solo le sonreía.
Continuará.......
El alba los encontró abrazados, ninguno pudo dormir, ninguno pronuncio palabra alguna después de lo que le dijo Neil, él la mantuvo sobre su pecho, acariciando su cabello, ella aún está asimilando lo que le había dicho "NO HABRÁ VUELTA A TRAS" aquellas palabras resonaban en su mente una otra vez.
-¿Estas arrepentida? Pregunta él sin dejar de acariciar su cabello.
-No...¿Y tú?
-No Candy ya te lo dije, no permitiré que te alejes de mí, esta vez no.
-Neil, yo... Sus palabras fueron interrumpidas por los labios de él, esta vez fue posesivo y exigente, su lengua saboreo cada rincón de su boca, con urgencia, con anhelo, con necesidad, se separó de ella cuando se quedó sin aliento.
Sus manos acariciaban su cuerpo con devoción, y ella tímidamente devolvía las caricias, los dos se sentían solos, los dos se necesitaban.
Aunque Neil quería consumar lo que habían iniciado, se controló y luego de una sección de caricias y besos apasionados, la abrazó y ambos se mantuvieron en silencio, lentamente se quedaron dormidos.
Al despertar estaban abrazados, él estaba detrás de ella, tomándola de la cintura por abajo con una mano y la otra reposaba en uno de sus senos, ella tenía ambas manos aferradas al brazo de Neil, despertar así fue irreal para él, el calor y el olor de su cuerpo llenaba todas las sabanas.
-Eres mía Candy, solo mía.
Él enterró su cara en aquellos rizos dorados, la luz que se filtraba por las ventanas dejaban ver que ya pasaba del medio día, ella perezosamente abría sus ojos, respiro profundo tratando de despertar de un todo y la calidez del cuerpo que reposaba junto al suyo la hizo sonreír, poco a poco y con mucho cuidado se movió para colocarse frente a él, la expresión de su cara era tan diferente, estaba relajado y se veía tan dulce, no tenía nada que ver con aquel niño arrogante y engreído de su infancia, levanto su mano y muy despacio paso uno de sus dedos por el contorno de sus labios, recordando la infinidad de carias y placer que estos le habían proporcionado la noche anterior, un escalofrío de placer recorrió su cuerpo desnudo, él la sintió temblar entre sus brazos pero no se movió, Candy se acercó aún más a él apoyando una de sus mejillas a su pecho, para permanecer así un largo rato, creyéndole aun dormido ella trato de levantarse moviéndose lentamente, él al perder el contacto y el calor de su cuerpo, agilmente movió sus brazos para atraparla y pagarla nuevamente a él.
-Tú a dónde crees que vas,- su agarre era suave pero firme.
-Necesito ir al baño,- ella tomaba la sabana y tapa su desnudez.
-No quiero que te levantes, él escondía la cara en su cabello.
-¿Hoy no vamos a comprar lo que te falta para el departamento? Vamos a levantarnos, así aprovechamos el día, ella estaba nerviosa, una cosa era estar así en penumbras y otra a plena luz del día.
-Mejor nos quedamos en la cama.
-Igual necesito ir al baño, me urge, ella se movía entre sus brazos, hasta que el accedió a soltarla, al verse libre se tapó con la sabana envolviéndose con ella.
-Vamos, anoche vi todo lo que tenía que ver Candy, no escondas tu maravilloso cuerpo de mi, ella tan solo había dado tres pasos cuando se volteó en para verle, tenía una sonrisa en sus labio y la punta de la sabana en la mano.
-¡No te atreverías Neil! ella abría muchísimo sus verdes ojos y anticipando lo que sucederá intento cubrir su intimidad y sus senos, Neil fue mucho más rápido que ella y antes de que la sabana cayera al suelo, ya él estaba junto a ella.
Su cuerpo era musculoso y bien formado, era mucho más alto que la última vez que lo vió, cada músculo estaba bien definido, ella sólo parpadeaba incrédula, en su profesión había vistos hombres desnudos, ninguno se compara al cuerpo bronceado y maravilloso del hombre que se encontrará de pie y totalmente desnudo frente a ella, sin poder ni querer evitarlo detalló cada parte de la anatomía de aquel hombre, cuando llegó a su entrepierna, solo pudo contener el aliento.
-Neil, dijo por lo bajito mientras su respiración se agitaba, él estaba visiblemente excitado y su gran erección lo hacía más que evidente, él sonreía de medio lado, y la veía con intensidad, sin previo aviso la levantó y la llevó en brazos hasta el baño.
-Aprovecha y date una ducha, realmente no quiero salir hoy Candy, tengo casi cuatro semanas de permiso y aún tenemos mucho tiempo para eso ¿Si recuerdas lo que te dije anoche? ella solo asintió.
-Pero...
-Pero nada, voy a mi habitación y luego veremos en cual te prefieres quedar.
-¿Quedarme?... Pero yo creí que está era mi habitación, él ya no podía más que ver su cuerpo desnudo.
-Era tu habitación, pero ahora será nuestra, ni loco te voy a dejar sola, en una de esas te arrepientes y te escapas, ya veré que medidas voy a tomar para evitar que tu loca cabecita trame algo, aquellas palabras la hicieron fruncir la boca y llevar ambas manos a las caderas.
-Neil, ya no soy una chiquilla para andar huyendo, en esa posición sus senos se veían más turgentes.
-Candy no me tienes, o no voy a poder contenerme como anoche, sus ojos brillaban de deseo.
-¿Contenerte?, Yo pensé....
-Lo de anoche solo fue un mínimo adelanto de lo que será, querida, quiero que ese día todo sea perfecto.
-¡Neil!,- Dijo ella con asombro.
-¡Candy! Dijo él imitándola antes de acercarse y besar su cuello y acariciar su cuerpo, sus gemidos no se hicieron esperar.
-Ahh Neil ahh ahh, él sonreía mientras aun la besaba.
-Eres hermosa y lo mejor es que eres mía solo mía Candy, ella estaba en las nubes, cada caricia la hacía desear más y más de él.
-Si, soy tuya, al escucharla la pegó más a su cuerpo, con la cercanía ella sintió que tan excitado se encontraba, inesperadamente el agua de la ducha comenzó a caer, sacándola de aquella ensoñación y provocando que él estallara en risas.
-ja ja ja ja no hagas esa cara por favor, no sabes las ganas que tengo de hacerte mía del todo.
-¿Neil?...-ella pronunció su nombre en un susurro.
-Aún podemos hacer muchas cosas sin rebasar los límites, sé que te vas a sentir culpable si nos adelantamos, ella bajaba la mirada apenada.
-Lo siento yo.... Los labios de Neil sobre los de ellas la hicieron guardar silencio.
-Puedo amarte de muchas maneras, esto lo decía si abandonar sus labios, ella se sentía pérdida con los besos que él le daba y a los que ella respondió con la misma ansiedad que el demostraba, solo recorría su musculoso cuerpo con sus delicadas manos.
Los besos le dieron paso a caricias, el agua cayendo sobre ellos hacía de aquel encuentro el más erótico que Neil había tenido, no era sexo, no era solo deseo, la amaba, simplemente era amor.
Necesitaba sentir su piel, en medio de aquel torbellino que los envolvía, Neil la tomó de los glúteos y la levantó apoyándola en la pared y acomodando su piernas alrededor de su cintura, no hubo necesidad de palabras, sus cuerpos se acoplaron y se movían sincronizados, sus gemidos se confundían, sus jadeos eran entrecortados, él quería llevarla al cielo y llenarla de amor sin llegar a consumar el acto sexual.
-Neil, haz me el amor, ella abría sus hermosos ojos para verlo, él solo le sonreía.
Continuará.......