Hola a Todas las chicas que amablemente siguen esta historia y quieren más... se extiende a más capítulos,, claro, esta pareja da para mucho, así que esta semana concluye, pero solo aquí en el foro, ya que después continuará en fanfiction y wattpad...muchas gracias a todas.
Los personajes son creados por la escritora Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, seudónimo de Yumiko Fijii, publicado en Japón por Kōdansha Ltd. desde 1975 a 1979.
-Aún no cariño, pero podemos hacer otras cosas, cuando seas mi esposa terminaremos lo que comenzamos anoche Candy.
-¿Esposa? Neil deja de jugar con eso, ella trato se soltarse de sus brazos para salir de la ducha, pero el no la dejo.
-Candy no podemos simplemente vivir juntos, sabes que si la tía Elroy se entera que estas conmigo es capaz de hacer lo que sea para que desaparezcan de nuevo, ella dejo de moverse y lo vio con seriedad.
-¿Te alejarías de mi sí ella te lo pide?
-Hace mucho tiempo que dejó de importarme lo ellos puedan decir, desde que terminó la guerra y regrese no he tenido contacto con ella, mi madre y mi hermana, solo he hablado algunas veces con papá y porque de casualidad hemos coincidido, lentamente la colocó en el suelo para tomar el jabón y comenzar a frotar el mismo formando una gran cantidad de espuma.
-No te creo ¿Por qué? Ella no podía dar crédito a lo que escuchaba.
-Concéntrate en el aquí y el hora Candy, luego te cuento con detalles, no arruines el momento por favor.
Él cubrió cada parte del cuerpo de ella de espuma, y al mismo tiempo aprovechaba para acariciarla, ella solo se dejaba hacer, le parecía mentira estar así con él.
-¿Qué te hizo cambiar tanto Neil? Pensaba ella sin dejar de mirarle.
-Vamos a sacarte ese jabón preciosa y ya no me veas con esa cara, ella se sonreía, este hombre era todo un misterio y ella estaba más que dispuesta a descubrirlo.
-No te estoy viendo de ninguna manera Neil, aún sigues siendo un engreído, ella se hacía la ofendida y se volteaba para quitarse el jabón, después de unos minutos el la abrazaba desde atrás.
-Me parece estar soñando, la abrazo y así se quedó un buen rato.
-Neil, quiero contarte lo que sucedió con la Señora Elroy, no quiero tener secretos contigo.
-Mejor ve a vestirte mientras me ducho, no quiero saber Candy.
-Aún puedes retractarte Neil, puedo ir al hotel y nadie se enterara, él la veía sin decir nada.
-No hay vuelta atrás Candy, después de lo que ja sucedido no permitiría que te alejaran de mí ¿podrías entenderlo de una vez?
-¿Si ellas no lo aceptaran?
-Pues, que simplemente se vayan al diablo Candy, no compliques las cosas, esto es lo que es y o punto, estoy claro en cuanto lo que son tus sentimientos, se que no me amas pero estoy seguro que llegaras amarme tanto como yo a ti, una vez casado nadie podrá decir nada, ya deja se preocuparte y ve a ponerte algo encima o no respondo de mis acciones, en ese momento la veía con lujuria y una sonrisa que la hizo estremecer.
El día paso muy rápido para ambos, entre caricias y risas, lágrimas y confidencias, ella le contó que Elroy la había engaño, que se hizo pasar por moribunda para hacerle prometer que se iría, que Annie le recomendó irse para que la anciana muriera en paz, pero resultó que todo era mentira, que al verse descubierta mando a un hombre para que hiciera un supuesto negocio con Tom, que resultó ser una trampa para obligarla a alejarse, que la hizo jurar desaparecer o de lo contrario le quitaría el rancho a su hermano.
El le contó sobre los horrores de la guerra, de el ataque que sufrió su unidad al llegar, cuando se suponía todo había terminado, del alejamiento con su familia, de su vida como militar.
Ya entrada la noche habían perdido la cuenta de las veces que estuvieron a punto de romper el límite auto impuesto y terminar por entregarse, la lluvia caía incesantemente a media noche, ella veía a través de la ventana recordando todas las cosas que había tenido que hacer para no ser encontrada, en todo lo que Neil le había contado, sus lágrima corrían sin control, la vida había sido dura para ambos, ya no eran aquellos niños de antaño que peleaban y discutían por cualquier cosa, ella era una mujer y él un hombre que pese a todo le había demostrado que realmente la ama y que la aceptaba sin importar nada.
-Aprenderé amarte Neil, dijo en voz baja, el estaba detrás de ella observándola frente a la ventana cubierta con una manta, su voz se escuchaba quebrada por lo que pudo notar que ella estaba llorando.
-Candy traje un poco de frutas y algunas cosas para comer, rápidamente ella secaba sus lágrimas para que él no las viera.
-Enseguida estoy contigo Neil, me encanta sentir el olor de la lluvia y ver como cae, el blanqueando los ojos acomodaba la charola sobre una pequeña mesa.
-Tu no vas a cambiar ¿no? Neil la veía mientra esperaba una respuesta.
-No, siempre seguiré siendo yo Neil, la misma de siempre, ella caminaba hacia él con la mirada baja.
-Ya no te pareces a la Candy de antes, me gustaba como me desafiaba con la mirada, el tenia una pequeña sonrisa en los labios.
-Eras un engreído Neil, recuerdo cuando menos que en dos ocasiones te vencí, ella levantó su mirada y trataba que picarle, el movía su cabeza de un lado a otro ganándolo.
-Eso te hice creer todo el tiempo, nunca te habría dañado ¿recuerdas ese día que te vi toda mojada, el día que llegaste a casa?
-Si, tu y hermana eran dos chicos malos.
-Si, lo siento mucho, no se como te hicimos eso Candy, ese día cuando te vi sentí algo extraño aquí, con una mano el señalaba su pecho.
-Creo que ese día me enamoré de ti, pero era un niño, aquella sensación era una sensación extraña, luego verte cerca de mis primos me llevaba de rabia, quería llamar tu atención, quería que me vieras solo a mí.
-Neil yo no sabía, yo pensé que me odiabas, que querías que me fuera de tu casa.
-No sabía como de mostrarte lo que sentía, era un mocoso bastante arrogante.
-Solo éramos unos niños Neil, ella colocaba una de sus manos en la mejilla de él y le acariciaba, para luego abrazarlo de la cintura.
-Vamos a comer, muero de hambre, tengo que recuperar energía si es que quiero tener fuerza para complacer a mi futura esposa en la cama.
-¡Neil! No me avergüences por favor, ella se aferraba más de él.
-Desde anoche no haz dejado de acariciarme, y de provocarme así que mejor deja de sentirte apenada.
-¡Yo no te he acariciado! Ella se negaba a aceptar que en más de una oportunidad durante la noche y el día que anterior en medio de besos y caricias casi le había rogado que le hiciera el amor.
-ja ja ja ja ja ja ja las risas de Neil llenaban toda la habitación.
-Ya es suficiente Neil, mejor vamos a comer que también muero de hambre, ambos comieron en silencio y sin hablar se fueron a dormir, ella estaba realmente casada y enseguida se quedó dormida, él con delicadeza acariciaba su cabello, pero algo le estorbaba, algo se sentía distinto a la noche anterior, después de pensar por un momento decidió levantarse con cuidado de no despertarla y se despojó de su pijama y luego con lentitud, hizo lo mismo con ella, al regresar a la cama se abrazo a el cuerpo desnudo de ella y enseguida se quedó dormido, tenía mucho tiempo que no dormía sin despertar sobresaltado con aquellas pesadillas dónde una y otra vez veía a sus compañeros siendo atravesados por balas, esa noche durmió tranquilo
Continuará..........
Última edición por elsa de larios el Lun Mayo 01, 2017 4:29 pm, editado 2 veces