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Continuación del fic...
Los personajes son de Candy Candy, de sus creadores originales, agradeciendo la oportunidad de que lo comenten,
La Usurpadora
Por Agente Especial
Mayra Exitosa
GF 2017
Capítulo 4
Los personajes son de Candy Candy, de sus creadores originales, agradeciendo la oportunidad de que lo comenten,
La Usurpadora
Por Agente Especial
Mayra Exitosa
GF 2017
Capítulo 4
La Tía Elroy, entraba al salón principal, Candy aun veía el rostro tan cerca de Albert. La abuela al ver a la pareja tan ensimismada, les guiñaba uno ojo a los gemelos, que se iban caminando derechitos y formales hasta llegar a su lado, para saludarla de manera seria y normal, como los educaban.
--- Hola abuelita, tendrás que sentarte, mi Tío William, no suelta a su novia, teme que se la quitemos nosotros. Julia miraba seria y a la vez sorprendida, el alcance de uno de los gemelitos, mientras quien se cubría la boca asombrada era la Tía Elroy, respondiéndole,
--- Por eso es que los niños no siempre están en las conversaciones de los adultos. Tu Tío está enamorado, cuando seas grande lo sentirás. El otro pequeño gemelo agregaba,
--- Yo se que se siente, me enamore de la novia de mi Tío, ella es lo que había pedido para que viniera con nosotros. La abuela de los pequeños reía cubriéndose la boca. Pero Albert, levantaba una ceja y respondía,
--- Ni lo pienses, Anthony. Ella se pasará más tiempo conmigo. El pequeño se ruborizaba y se reía, se acercaba a Candy y la abrazaba de su cadera comentando.
--- El se la pasa trabajando, nosotros te vamos a cuidar mucho. Ella con una sonrisa efusiva les respondía,
--- Me encanta la idea de estar con ustedes, es como versión doble y pequeñita. Alex giraba su rostro a la abuela y comentaba,
--- Lo ves, Abuela, ella también nos ama, se la podemos quitar a mi Tío William.
Albert soltaba a Candy, besaba a su Tía y le presentaba a su prometida, al decir esto, ella se sentía extraña, pensaba que solo eran novios. Se vio las manos y recordaba que en el alhajero estaban las joyas que debería portar siempre, pero no le habían dicho porque.
Albert por su parte, levantaba a los gemelos y jugaba con ellos, negándose a que el ganaran a su prometida. A lo que la Tía Elroy al ver a Candy distraída, agregaba
--- Es un enorme placer conocerte. Ella de inmediato respondía,
--- Oh perdón, es que… deje mis… alhajas…
--- Supongo que todavía no te haces a la idea, ven siéntate a mi lado. Tenemos que hablar de tu boda.
--- Si. Pensativa se preguntaba ¿Boda? Debe faltar mucho tiempo.
Elroy se la paso hablando y hablando emocionada de las amistades, de la familia y del honor que era una boda. Candy se distraía con ver a Albert jugando con los niños, era como si los tres estuvieran tan felices por estar juntos. La Tía Elroy, continuaba con las tradiciones y los festejos que se usaron con los padres de su prometido, como todo eso no iba a ser posible, con tanto que hacer.
--- No se preocupe, lo que usted estime necesario, estaré de acuerdo en todo. Elroy hizo media sonrisa, y confirmaba,
--- ¿En todo?
En ese momento William giraba deteniéndose y hacía media sonrisa, viéndola. A lo que ella le devolvía la sonrisa y agregaba,
--- Bueno, lo que apruebe… mi prometido, es más importante, yo… no quisiera hacerme cargo de los detalles, sin que… él estuviera de acuerdo, ya sabe, es un matrimonio, él debe decidir también.
La Tía asintió con una sonrisa suave y miro a su sobrino comentando,
--- ¡Excelente elección! Ella será la nueva señora Andrew.
--- Cathy es perfecta, mis sobrinos ya me la están queriendo ganar. La Tía Elroy, sonriente agregaba,
--- Bien hija, entonces, la celebración que aprobemos mi sobrino y yo, estará bien para ti.
--- Por supuesto. Nada me daría más gusto que complacerla.
--- Pero es tu boda.
--- Estoy segura que su buen gusto coincidirá con mi agrado, así que por mi será mucho mejor que me encargue de cuidar a los niños y usted tome la organización de la boda, en lo que se lleve el tiempo de… la preparación. Elroy sonrió viendo a su sobrino y agregaba,
--- Hijo, tenemos que acelerar las cosas, ella ya lo dejo en mis manos, mañana traeré al personal a cargo, estaremos en las medidas del vestido, o… ¿deseas escogerlo, hija?
--- No sé, prefiero que lo elija…
En ese momento, William la miraba esperanzado y ella deseaba que el la ayudara a terminar la frase, así le sonreía y por fin el agregaba,
--- Tía, lo mejor es que nuestras cosas personales, las dejes en nosotros, con la fiesta, la iglesia y todos los detalles, necesitaras mucho a Julia. ¿Supongo que querrá apoyarnos? ¿No es así, Julia?
--- Será un honor, nunca pensé que su prometida nos diera la confianza a su Tía y por ende a mí, de encargarnos de la boda. Candy al escuchar a la amable señora que estaba en la orilla del salón, se levantaba e iba a saludarla diciendo,
--- Para mi será muy bueno que usted apoye a la Tía de William, en lo que ustedes saben hacer perfectamente bien. Confío plenamente en su buen gusto. Julia soltaba las quijadas y apresurándose al ver que la prometida le tomaba de las manos con amabilidad, nerviosa respondía,
--- Gracias señorita. Soy parte del servicio.
--- Supongo que de confianza, para que este con la familia.
--- Si, tengo muchos años trabajando aquí, desde que su prometido era un niño.
--- Con mayor razón, es casi de la familia, así que por favor, escoja un vestido para que nos acompañe. Julia asustada buscaba el rostro de la señora Elroy, quien sonreía al ver la forma tan esplendida de Cathy. Pero el que estaba aun más sonriente era William quien le confirmaba,
--- Así es Julia, no le he hablado de ti, a mi prometida, pero mira que sabe como pienso, ¿No te parece?
--- ¡Señor! Ella es perfecta para usted. William le tomaba por los hombros de sorpresa a Candy y acercaba su rostro al de ella agregando,
--- Mi amor, debes estar cansada, y por lo que vi, preocupada por tu anillo, vamos a ver tus cosas para colocarlo donde debes tenerlo. --- Tía el viaje fue muy largo, me llevaré a mi prometida, me alegro que hayan bajado y que se hayan puesto de acuerdo tan rápido en los preparativos. --- Niños, me la llevo por el momento, ya saben, cuando me encuentre trabajando, ella será de ustedes.
--- ¡Siiiii!
William subía la escalinata, tomándole la mano y al llegar arriba le tomaba la cintura y comentaba,
--- Habíamos acordado que me llamarías, Albert. William es muy formal y… así se llamaba mi padre. Me gusta más cuando mencionabas mi nombre, la noche que pasamos juntos.
Candy trataba de recordar las pronunciaciones y las formas de hablar de la señorita Cathy y de inmediato al ver que se trabaría con la pronunciación de Albert, jugaba nerviosa,
--- También puedo decirte… ¡Bert!
--- Solo cuando estemos solos, juntos y…
Le tomaba los labios de manera apasionada, dejándola desarmada y con el corazón totalmente agitado. Desde que se vieron, la besaba de manera constante, como era posible que no reconociera a su verdadera novia, con todos esos besos. Si ya se iban a casar. Tal vez… en un año.
En el salón principal, la Tía Elroy movía manos, llamando a las personas y los gemelos la observaban sentados de un lado a otro, viendo que ordenaba la cena, citaba a muchísimas personas para el día siguiente. Y al quedarse en pausa giraba con Julia, comentando,
--- Podrá tener los vestuarios listos para dos semanas. Julia le respondía,
--- Están tan enamorados que lo mejor es que nos encarguemos de ellos también.
--- Bien dicho, Julia. ¿Escuchaste lo que te dijo? Estas invitada, así que cuando me hagan mi vestido, nos harán a las dos. Julia abrió los ojos sorprendida y la Tía Elroy agregaba,
--- No sabemos a cuantas personas traigan de Europa, lo mejor es que nos pongamos de muy buen ver.
--- Como usted ordene.
En la habitación que le asignaban a Cathy, el veía su baúl de joyas y lo abría.
--- ¡Aquí está! Te lo repetiré de nuevo, mi amor. Haciendo uso de su galanura se ponía en una rodilla y comentaba --- ¿Quieres hacerme el honor de casarte conmigo?
Candy se quedaba absorta, viendo lo atractivo que se veía, y como le pidió matrimonio a su novia, al no responderle, le tomaba la mano, le guiñaba un ojo, le colocaba el anillo, se ponía de pie y le susurraba al oído.
--- ¿Ya no quieres que nos casemos, mi amor?
--- Yo… si. Cada vez estaba más confusa, esos niños no eran solos ya formaban parte de la familia, eran hijos de su hermana y no se los quitarían, en que más no le dijeron bien las cosas, ¿acaso ella estaba haciendo algo mal? Albert la sacaba de sus pensamientos,
--- ¿Si? Le cuestionaba abrazándola. Nerviosa respondía veloz al notar que se había quedado callada,
--- Si, nos casaremos.
--- Pensé que ya no querías, no te sentí animada, ahora que estamos solos.
--- Tal vez, es por el viaje.
--- Si, dormiste casi todo el camino. Bien, donde están tus documentos, debo dárselos a mi administrador.
--- ¿Documentos?
--- Por supuesto, tu pasaporte, credenciales, todo para los trámites
--- ¿tramites?
--- Si, los legales. Creo que estás nerviosa, porque estamos solos otra vez.
--- Si, eso debe ser.
--- Ven, ves la puerta que está ahí, es mi habitación y esta es la tuya. Están unidas. Nadie afuera se dará cuenta de nuestra intimidad. En un hilo de voz, ella asustada respondía
--- ¿Intimidad?
--- Ahora lo comprendo, no te preocupes, mi personal de esta área no comentara nada de nosotros. El tomo sus labios de nuevo, tomo su cadera y la elevaba besándola apasionado, caminaba hasta la sección de su cama, lentamente la recostaba y continuaba con los besos que ambos deseaban. --- ¡Te amo!
CONTINUARA...
