** Musas Ardley ** Ritual con la oscuridad ** Aporte Especial - Reto lanzado por Adriana G. ** Minific **
Aquí nomás, cumpliendo el reto lanzado por Adriana, que me encomendó a Richard Grandchester y Eleanor Baker. Aunque le di un giro muy mío. Así, como dicen en mi pueblo: A lo que truje, Chencha. Y yo paso el reto a: Friditas, con el personaje de Tom, a un minific de aquí a 72 horas.
Lord Richard, recién reconocido como el Duque de Grandchester, se prendó de inmediato de Eleanor Baker en cuanto la conoció en persona. Sus días de aventurero debían terminar, todo por culpa de su padre. O más bien, desde la muerte del viejo duque, lo que daba por resultado que él se convirtiera en el actual Duque de Grandchester.
Joven, irreflexivo y alocado, quiso llevar a cabo una última aventura con el aeroplano que tanta libertad le había prodigado. Escapó a Norteamérica, escudado en el anonimato, con gran costo para trasladar la avioneta y continuar por unos meses, con su aventurera vida.
Casi desde que llegó a Nueva York, se topó con los carteles que anunciaban a la naciente estrella teatral: Eleanor Baker, una joven de diecisiete años, rubia y bellísima hasta el escándalo. Cuando, moviendo hilos ocultos, logró ser invitado a la recepción después de la presentación de “Romeo y Julieta”, le fue presentada, tuvo que hacer uso de toda su gallardía para presentarse.
-Richard Jones -respondió, con el apellido inventado que había elegido para manejarse más fácilmente en Estados Unidos.
Siguieron semanas de enviarle flores, dulces, tarjetas con citas románticas que, poco a poco, dejaron entrever el interés que el inglés sentía hacia la actriz estadounidense. Pero su asedio se topó con una muralla impenetrable. Para Eleanor Baker, a pesar de su juventud e inexperiencia, su carrera artística estaba primero y por encima de todo. Ni siquiera pensaba en una relación romántica, ya que estaba entregada en cuerpo y alma a su carrera.
-No sé qué decir, señor Jones -comenzó con tono vacilante y dulce, como buena actriz que era-. No merezco la atención de la que me hace objeto. No soy más que una insignificante muchacha pobre que trata de lograr su más caro sueño.
Richard supo ver la negativa de la joven, quien ni siquiera dio pie a un posterior compromiso. Y eso no podía quedarse así. Seguramente la barrera inexpugnable que Eleanor levantó ante él fue lo que le volvió más loco y obsesivo. El, a quien nadie negaba nada por mucho tiempo, para algo tendría que servir el mentado título nobiliario. Después de todo, entre ser una actriz que luchaba arduamente por labrarse un porvenir y convertirse en la duquesa de Grandchester, no habría duda. Así, se decide a confesar su verdadera identidad.
Pero nada sale como él lo desea.
-Sir Richard -responde cuidadosamente la joven actriz, después de mirarle con ojos un tanto fríos-. Comprenderá usted que yo, una chica campesina estadounidense no soy opción para ocupar un lugar entre la nobleza inglesa. Le ruego no vuelva a insinuar algo así -la sonrisa bella y atrayente de la rubia joven le hace tragar saliva-. Seamos amigos, por favor.
La actriz extiende una mano que él toma entre las suyas y deposita un beso fugaz, antes de retirarse de la casa de la joven actriz. Lejos está Eleanor Baker de imaginar que, por mucho tacto que ella utilice para rechazar los avances amorosos del joven duque, no le valdrán de nada, puesto que él se ha propuesto alcanzar su objetivo. No es que no sea guapo, pero ella sabe muy bien que no pasará de ser un capricho para el hombre, más siendo un noble del viejo continente. Es joven, es inexperta, pero no es boba. La familia de él se opondrá a una relación con ella. Y lo que menos desea, es pasar a ser la amante de algún magnate europeo. No desea nada más que triunfar en los escenarios.
La última tentativa de Richard, antes de pasar a otros medios, es asegurarle que apoyará su carrera incondicionalmente. No le queda más remedio a la joven Eleanor que hablar directamente con él.
-Sir Richard…
El hombre odio el título nobiliario que ella le dirige; en sus subordinados lo acepta, pero cuando la bella boca de la actriz, cerca de la cual se observa un coqueto hoyuelo, usa dicho tratamiento, el lord sabe muy bien que ella no desea ningún acercamiento con él.
-No podemos cerrar los ojos ante lo evidente -continúa la muchacha-, usted sabe, tan bien como lo sé yo, que la nobleza inglesa jamás consentiría en que yo formase parte de ella. No deseo perder su amistad y no puedo ofrecerle más que la mía, que será eterna.
Richard finge aceptar, pero para él no está dicha la última palabra.
oOoOo
En la noche, ubica una esquina y enciende una vela de color negro sobre una moneda.
Con la ayuda de una pelota de cera, clava siete agujas a su alrededor.
Mientras lo haces, piensa en la persona que quieres atraer y repite en cada punzada “Para mí, junto a mí, por mí, pese a todo, serás mía, así será”
Cuando lo haces, visualiza a esa persona regresando hacia ti pidiéndote amor de rodillas, con deseos de pasión.
Realiza una fogata en el jardín y quema todos los implementos que utilizaste.
Mas pronto, de lo que tú esperas tendrás a tu lado a esa persona que tanto deseas.
Los pasos del ritual son tan sencillos, que esa misma noche, Richard Grandchester los lleva a cabo. La oscuridad es su aliada, lo ha sido en muchas de sus aventuras, y ya ni siquiera le importa que pueda comprometer su alma con un ritual satánico. Su deseo es tener a Eleanor a sus pies y lo logrará. Aunque el camino no sea el más correcto y no cuente con la avenencia de la mujer que ama.
En su mente, resuenan las palabras que pronunció: para mí, junto a mí, por mía, pese a todo, serás mía, así será, mientras mira la hoguera arder, junto con todo lo utilizado.
Lee tranquilamente, la noche es apacible, el ritual es rápido, no es la primera vez que hace algo así, bebe una taza de aromático café, bebida a la cual se ha vuelto aficionado en su estancia en el nuevo continente. Escucha el lejano sonido de la campanilla que anuncia la visita de alguien y se mantiene tranquilo, mientras escucha al mayordomo acudir a recibir al visitante. Sabe quién es y ha dado orden de llevarla a su presencia sin demora.
Unas pocas frases, de las cuales no le llega más que el rumor de las voces, una dulce y aguda, de mujer y la grave del hombre que atiende a la puerta, el sonido de pasos le anuncia que la joven se acerca. El estómago de Richard se contrajo de expectación, más su semblante se mostró estoico, como buen inglés que es. El mayordomo llamó suavemente a la puerta del estudio, donde Richard lee.
-Adelante -autoriza él.
La joven actriz ingresa con gracia y elegancia, adquirida en las tablas, pero sus ojos hablan de la desesperación por estar con él.
-Mi amor -dice, mientras se lanza a sus brazos, cuando el mayordomo cierra la puerta y les deja solos.
Richard Grandchester abraza el cuerpo femenino, que promete los mayores placeres del mundo y sonríe triunfal. Ha logrado el amor de la más hermosa mujer sobre la tierra y eso le complace como ninguna otra cosa más.
***FIN***
¿Qué puedo decir? Salió mi lado creepy, alentado por el hecho de que mi youtuber favorito (Dross) subió video el lunes y me llegó la inspiración por este lado. Espero no defraudar ninguna expectativa, como el duque de Grandchester y Eleanor Baker son personajes secundarios y poco explotados, esto abre un inmenso abanico de posibilidades.