Tema YURI: mujer y mujer.
No acto para todo publico.
"Nunca soportè ser un alma invadida
hasta que vi frente a mi por quien yo moriria".
-Heroes del silencio-
-Heroes del silencio-
MUÑERA DE PORCELANA
Capitulo 1
La vida está lleno de pequeños y agridulces momentos, que las personas suelen disfrutar aun teniendo la plena convicción que eso, en algún momento, no seria mas que un recuerdo.Para Luisa aguantar y ser espectadora de los berrinches, alegrías, tristezas de Eliza Leagan eran una mezcla de sentimientos matizados que atesoraba con suma devoción.
Siempre se había sentidos diferente a las demás chicas, y trataba de integrarse a esos afanes que hacian a una mas femenina, mas correcta; aun mas, cuando a su vida llegó cual cometa la estrella de fuego mas radiante, misma que podía decirse que era ancestro del mismísimo astro rey, ya que esta al igual que el sol, brillaba con luz propia.
Y ahí estaba ella, escuchándola, muy concentrada; admirando cada gesto, anhelando tener una de esas oportunidades limitadas que siempre tenia a la hora da ayudar a la pelirroja en cada cambio de ropa, ahí Luisa aprovechaba para tocar la tersa piel de porcelana, tan delicada y palida como esas muñecas de aparador. Oh,como le gustaría llegar mas alla: besar aquella pequeña boca de donde salian palabras tan crueles que solian derribar la seguridad de mas de uno, con ese carácter tan suyo que tanto la distinguía de las demás.
Anhelaba tanto a Eliza asi tal cual la veneraba…
Los ojos de Luisa brillaban tanto en la presencia de Eliza que a veces, en ella, se activaba una pequeña alarma de panico al imaginarse que estos, en cualquier momento, develasen por si solo todas esos sentimientos que para la sociedad y para el circulo al que pertenecía era tan mal visto; o que esa pesadilla, donde ella era el punto de las crueles agresiones de Eliza por culpa de sus preferencias, se volviera realidad.
En la soledad de sus aposentos, cuando tenia esos escasos ratos a solas pues compartía ese espacio con otra compañera, se daba la oportunidad de liberar todo ese sufrimiento que la colmaba desde hace mucho tiempo a la vez que sostenía el pedazo de un papel que había recortado de un periódico el cual poseía la imagen a blanco y negro de Eliza junto a unas personas- a las cuales ella se encargò de borrarles con tinta el rostros-, lloraba amargamente gracias al cumulo de culpa y asco que sentía hacia si misma por haber nacido con esa peculiaridad y el arrepentimiento de no haber hecho mas por detenerlo.
-…. Y ella, en vez de mi, tuvo la oportunidad de pasar toda una tarde con èl.-Y ahí estaba Eliza, hiriendo sin saber los sentimientos de una de las pocas personas que se podía decir que la amaba incondicionalmente, al exponer los celos que sentía al ver como Candice cada vez mas lograba acercase a Terrence dejándola muy mal parada con el mismo, dejándole entre dicho a Luisa que sus intereses eran únicamente para los chicos.-Mi fiesta blanca, con la que me esforcé tanto para borrar esa mala imagen que tiene Terry de mi, y viene esa…esa…- hundiendo su rostro en sus manos, queriendo derramar aquellas lagrimas contenidas, pero no lo haría ¡No señor! Ella no era de ese tipo de muchachitas que se echaba a llorar por algo que no resultó.
Ya tendría la oportunidad de cobrársela a esa maldita huérfana ¡Maldito sea ese momento que sus padres supusieron que debía tener una compañera de juego! Como si su hermano y ella no se complementasen. Eliza hacia rabietas, tenia ese extraño impulso de arrancarse la cara con todo y los ojos: no soportaba ese incomodo escozor que se le alojaba en todo el rostro cada vez que no conseguía su objetivo. ¡Maldita, Candice! Mil y un veces maldita.
Luisa trataba de impedir que Eliza se hiciera daño pero esta simplemente, con sus movimientos violentos, le hacia para nada fácil la tarea. No, ella no permitiría que nadie fuera espectador de sus lagrimas, de su dolor; aun si esta persona fuese su hermano o amiga, este ultimo era un papel que Luisa trataba de interpretar poniendo de lado a sus sentimientos.
Por fin pudo tranquilizarla: colocando sus manos a cada lado de los flacos hombros de la pelirroja para, a continuacion, por primera vez, permitirse amarrar a la mujer que amaba en un abrazo por voluntad propia. Muy en contra de su propio orgullo. intentaría reparar lo que , a quien consideraba su rival internamente, había roto. Apoyó el rostro de Eliza en su pecho, le acariciò los cabellos con una mano y con la otra la espalda, temblando junto a ella: Eliza de tristeza y rabia, y Loisa de deseo, vergüenza, enojo y algo mas…
En ese momento Luisa demostró que podía ser igual o mas maquiavélica que la mismísima Eliza Leagan, al maquinar un plan que separaría a Candice y a Terry; no le importaba si con eso significaba perder a medias la oportunidad de estar con Eliza al dejarle el camino despejado con el hombre por el que esta mostraba tener un profundo interés, con tal de verla feliz haría lo que fuera.
Última edición por igzell el Jue Abr 11, 2019 8:47 pm, editado 1 vez