El recuerdo más hermoso
(Eleonor y Richard )
Por: Ariz 23
No recuerdo bien cuanto tiempo pasó desde aquella cita, y sin embargo siento como hubiera sido ayer; recuerdo que había concluido la función en la cual tuve mi primer papel protagónico, estaba realmente emocionada; aunque era una principiante, mi nombre ya era muy conocido "Eleonor Baker". Me sentía muy orgullosa de mí misma, de todo lo que había logrado, y también inmensamente feliz ya que esa noche tendría un encuentro con el hombre más maravilloso, inteligente, apuesto, caballeroso y con la mirada más profunda y hermosa que podría existir.
Me dirigí lo más rápido posible a mi camerino, para cambiarme y ponerme lo más linda posible, solo para él; decidí usar un hermoso vestido de seda color rojo, con un hermoso brocado que lo hacía resplandecer, me hice un hermoso peinado alto y usé los aretes de brillantes que él me había regalado unas semanas atrás.
Richard Grandchester me esperaba afuera del teatro, cuando salí, él me miró y se apresuró a abrirme la puerta de su auto. Juntos, ya en la intimidad del auto él me susurraba palabras de amor al oído. Yo me sentía feliz y muy enamorada.
--Eli, quiero que esta noche sea especial para los dos.-- Me dijo mirándome a los ojos.
--Richard, Yo soy feliz estando a tu lado.-- Le dije; realmente ese era mi deseo.
Llegamos al Ritz Restaurant, un lugar elegante con una bella vista, el mesero nos guió a nuestra mesa, él tomaba mi mano en todo momento, el lugar era rustico, tenía una pista para bailar, estaba iluminado por velas que le daban un aspecto romántico.
--Que lindo lugar,-- dije mirándolo a los ojos.
-Sólo quiero que este momento sea especial para ti, como para mí.-- Me respondió besando mi mano.
Él sacó la silla para mí, me sentía como en un sueño del cual no quería despertar. La velada transcurría entre risas y palabras de amor, comentábamos de nuestros logros, me habló de sus sueños tan maravillosos y de las ganas que tenía de mostrarme el cielo en su gran aeroplano. Me encantaba su pasión de volar por los cielos.
--Quiriera que volaras conmigo, así veríamos juntos los colores del atardecer, --dijo mientras volvía a besar mi mano.
--No lo sé, tengo miedo nunca he volado en un avión,-- le dije con una sonrisa.
Me miró y con su linda sonrisa me dijo;-- No debes temer yo estaré contigo en todo momento, además, si caemos lo harémos juntos.
-¡No te burles!--Le dije con fingida molestia.
--Calma amor, --dijo;-- sé volar ese aeroplano muy bien.-- Me tomó del rostro y acarició mis mejillas haciendo que lo mirara nuevamente a los ojos.
Una melodía suave empezó a sonar, algunas parejas se dirigieron a la pista, fue entonces cuando Ricard se puso de pie y me invitó a bailar.
--¡Hermosa señorita!-- Exclamó, --¿Me permite esta pieza?
Sólo asentía con la cabeza y le dí mi mano, él me dirigió a la pista, tomó mi cintura y comenzamos a balancearnos al compás de esa música suave. Lo miré a los ojos, pude notar su mirada intensa en mi; me amaba y también me deseaba; tanto como yo a él. No podía negar que era el momento más hermoso y romántico de la noche, al terminar la balada me dió un ligero beso en los labios, pero a la vez muy excitante, me miró a los ojos, pegó su frente con la mía.
--Te amo, Eleonor; adoro esos ojos verde azul que me hacen perder la noción del tiempo, --dijo tiernamente.
--!Richard!--Le respondí.
Me pegué a su pecho olvidando que aún estábamos en la pista, cuando reaccioné; él me sonrió de lado, tomó mi mano y nos dirigimos nuevamente a nuestra mesa. Ya en ella, Richard me miró intensamente.
--Eli, no soy el hombre más romántico del mundo pero, Te amo y quiero que seas mi esposa,-- dijo.
Yo me quedé muda no sabia que decir, estaba muy emocionada, mis lágrimas no podían contenerse de felicidad.
--¡Yo también, Te amo Ricard! --respondí,-- Y claro que me encantaría ser tu esposa, tu eres la persona que me hace sentir completa.
Él colocó un hermoso anillo en mi dedo como sello de nuestro amor. La noche siguió su curso, salimos del restaurante y nos dirigimos a su auto.
--Gracias amor, me haces muy feliz,-- me susurró al oído antes de subir.
--Yo también lo soy, --dije y lo abracé con todo el amor que sentía en ese momento.
Tiempo después cuando llegamos a mi casa, él galantemente bajo del auto, me abrió la puerta y me ayudó a incorporarme, no soltaba mi mano y francamente no quería que la soltara, me acompañó a la puerta y se apoderó de mis labios con una intensidad que hizo que dejará de sentir el piso.
--Amor, quiero que este momento dure por siempre,-- dijo cerca de mi oído.
--¡Yo igual! --le dije con mi voz un poco entrecortada por el momento vivido.
--Ansío el momento en que seas mi esposa;-- me besó, pero esta vez en la frente.
Sólo sentí mi cuerpo estremecer, --Yo igual amor mío.-- Dije con mis mejillas sonrojadas.
Nos despedimos con la ilusión se una vida juntos. Mi emoción era muy grande, que esa noche no podía dormir, pensaba en cómo sería mi vida a lado de Richard, en que pensarían sus padres de nuestro matrimonio, en cuantos hijos tendríamos; en fin me sentía feliz, al pensar en mi futuro con Richard Grandchester.
Unas semanas más tarde nos casamos, me dí cuenta que sus padres no estaban, pero no le di importancia, después de todo, lo más importante éramos él y yo. Tiempo más tarde nació nuestro hijo, mí pequeño Terry, fruto de nuestro amor puro y pude ver la felicidad en los ojos de Richard, pero también su preocupación.
Si, aún suspiró con el recuerdo y lo conservo en mi corazón, no importa cuanto tiempo pasó, ni todas las tristezas que la vida me trajo después de su adiós, valió la pena todo lo vivido, ya que aunque él no este conmigo, me dejó el regalo más grande que una mujer puede tener.
FIN
Espero les guste, con amor para todas mis compañeras TERRY GIRLS.
(Eleonor y Richard )
Por: Ariz 23
No recuerdo bien cuanto tiempo pasó desde aquella cita, y sin embargo siento como hubiera sido ayer; recuerdo que había concluido la función en la cual tuve mi primer papel protagónico, estaba realmente emocionada; aunque era una principiante, mi nombre ya era muy conocido "Eleonor Baker". Me sentía muy orgullosa de mí misma, de todo lo que había logrado, y también inmensamente feliz ya que esa noche tendría un encuentro con el hombre más maravilloso, inteligente, apuesto, caballeroso y con la mirada más profunda y hermosa que podría existir.
Me dirigí lo más rápido posible a mi camerino, para cambiarme y ponerme lo más linda posible, solo para él; decidí usar un hermoso vestido de seda color rojo, con un hermoso brocado que lo hacía resplandecer, me hice un hermoso peinado alto y usé los aretes de brillantes que él me había regalado unas semanas atrás.
Richard Grandchester me esperaba afuera del teatro, cuando salí, él me miró y se apresuró a abrirme la puerta de su auto. Juntos, ya en la intimidad del auto él me susurraba palabras de amor al oído. Yo me sentía feliz y muy enamorada.
--Eli, quiero que esta noche sea especial para los dos.-- Me dijo mirándome a los ojos.
--Richard, Yo soy feliz estando a tu lado.-- Le dije; realmente ese era mi deseo.
Llegamos al Ritz Restaurant, un lugar elegante con una bella vista, el mesero nos guió a nuestra mesa, él tomaba mi mano en todo momento, el lugar era rustico, tenía una pista para bailar, estaba iluminado por velas que le daban un aspecto romántico.
--Que lindo lugar,-- dije mirándolo a los ojos.
-Sólo quiero que este momento sea especial para ti, como para mí.-- Me respondió besando mi mano.
Él sacó la silla para mí, me sentía como en un sueño del cual no quería despertar. La velada transcurría entre risas y palabras de amor, comentábamos de nuestros logros, me habló de sus sueños tan maravillosos y de las ganas que tenía de mostrarme el cielo en su gran aeroplano. Me encantaba su pasión de volar por los cielos.
--Quiriera que volaras conmigo, así veríamos juntos los colores del atardecer, --dijo mientras volvía a besar mi mano.
--No lo sé, tengo miedo nunca he volado en un avión,-- le dije con una sonrisa.
Me miró y con su linda sonrisa me dijo;-- No debes temer yo estaré contigo en todo momento, además, si caemos lo harémos juntos.
-¡No te burles!--Le dije con fingida molestia.
--Calma amor, --dijo;-- sé volar ese aeroplano muy bien.-- Me tomó del rostro y acarició mis mejillas haciendo que lo mirara nuevamente a los ojos.
Una melodía suave empezó a sonar, algunas parejas se dirigieron a la pista, fue entonces cuando Ricard se puso de pie y me invitó a bailar.
--¡Hermosa señorita!-- Exclamó, --¿Me permite esta pieza?
Sólo asentía con la cabeza y le dí mi mano, él me dirigió a la pista, tomó mi cintura y comenzamos a balancearnos al compás de esa música suave. Lo miré a los ojos, pude notar su mirada intensa en mi; me amaba y también me deseaba; tanto como yo a él. No podía negar que era el momento más hermoso y romántico de la noche, al terminar la balada me dió un ligero beso en los labios, pero a la vez muy excitante, me miró a los ojos, pegó su frente con la mía.
--Te amo, Eleonor; adoro esos ojos verde azul que me hacen perder la noción del tiempo, --dijo tiernamente.
--!Richard!--Le respondí.
Me pegué a su pecho olvidando que aún estábamos en la pista, cuando reaccioné; él me sonrió de lado, tomó mi mano y nos dirigimos nuevamente a nuestra mesa. Ya en ella, Richard me miró intensamente.
--Eli, no soy el hombre más romántico del mundo pero, Te amo y quiero que seas mi esposa,-- dijo.
Yo me quedé muda no sabia que decir, estaba muy emocionada, mis lágrimas no podían contenerse de felicidad.
--¡Yo también, Te amo Ricard! --respondí,-- Y claro que me encantaría ser tu esposa, tu eres la persona que me hace sentir completa.
Él colocó un hermoso anillo en mi dedo como sello de nuestro amor. La noche siguió su curso, salimos del restaurante y nos dirigimos a su auto.
--Gracias amor, me haces muy feliz,-- me susurró al oído antes de subir.
--Yo también lo soy, --dije y lo abracé con todo el amor que sentía en ese momento.
Tiempo después cuando llegamos a mi casa, él galantemente bajo del auto, me abrió la puerta y me ayudó a incorporarme, no soltaba mi mano y francamente no quería que la soltara, me acompañó a la puerta y se apoderó de mis labios con una intensidad que hizo que dejará de sentir el piso.
--Amor, quiero que este momento dure por siempre,-- dijo cerca de mi oído.
--¡Yo igual! --le dije con mi voz un poco entrecortada por el momento vivido.
--Ansío el momento en que seas mi esposa;-- me besó, pero esta vez en la frente.
Sólo sentí mi cuerpo estremecer, --Yo igual amor mío.-- Dije con mis mejillas sonrojadas.
Nos despedimos con la ilusión se una vida juntos. Mi emoción era muy grande, que esa noche no podía dormir, pensaba en cómo sería mi vida a lado de Richard, en que pensarían sus padres de nuestro matrimonio, en cuantos hijos tendríamos; en fin me sentía feliz, al pensar en mi futuro con Richard Grandchester.
Unas semanas más tarde nos casamos, me dí cuenta que sus padres no estaban, pero no le di importancia, después de todo, lo más importante éramos él y yo. Tiempo más tarde nació nuestro hijo, mí pequeño Terry, fruto de nuestro amor puro y pude ver la felicidad en los ojos de Richard, pero también su preocupación.
Si, aún suspiró con el recuerdo y lo conservo en mi corazón, no importa cuanto tiempo pasó, ni todas las tristezas que la vida me trajo después de su adiós, valió la pena todo lo vivido, ya que aunque él no este conmigo, me dejó el regalo más grande que una mujer puede tener.
FIN
Espero les guste, con amor para todas mis compañeras TERRY GIRLS.
Última edición por Yessica Arizbeth Duran Gu el Mar Abr 16, 2019 6:51 pm, editado 1 vez