Vivencias del Capitán Niven
Por: Rosibel White
Tercera parte
Capítulo II
Se la pasaron bien la tarde en el restaurante se pusieron de acuerdo debían recoger a Candy el tercer día el tren salía a la cinco de la mañana hacia N.Y. dejaron a Candy en el Magnolias.
Albert - pequeña todo bien contigo no puedes estar huyendo y evitando ir a N.Y. es una ciudad grande tranquila esa persona sigue con su vida con su carrera ha tenido muchos éxitos por lo que sé está de gira no temas él ya en varias ocasiones ha estado en Chicago no hemos visto por casualidad igual que tú ignora saber de ti y yo tampoco le mencionó nada perdona que te haya dicho estas cosas sé que no te gusta hablar de esto, yo llegaré dos días antes de la boda de la hija del capitán Niven pequeña te pones más linda de lo que eres toda una Andrew no olvides pequeña eres todo para mí y me siento orgulloso de ti pequeña te quiero deseo que encuentres el amor que sea feliz.
Candy - Gracias Albert por quererme siempre te preocupas por mi yo estaré bien mañana temprano alisto mi maleta no llevaré solo dos cambio los chicos harán que me traiga las tienda a la mansión.
Albert - hasta mañana duermas bien pasaré por ti y almorzaremos.
Candy - Ok, hasta mañana Albert.
Pasaron por ella almorzaron y se pusieron de acuerdo para el viaje se despidieron. Candy ya tenía su maleta ligera se sentía ansiosa se desvistió se dio un baño y se acostó estuvo pensando y algo inquieta hasta que se durmió. De repente la alarma sonó se levantó de la cama se metió rápido al baño se aseo se arregló en eso escuchó que tocaban la puerta era Albert, se dieron los buenos días él tomó la maleta Candy, ella aseguró y cerró la puerta, salieron rápido, saludó a los chicos subió al auto por fin llegaron a la estación del tren se despidieron de Albert y tren se puso en marcha los chicos iban llenos de alegría y tratando de hacer sentir a Candy sabían que la rubia estaba nerviosa por ir a N.Y. Para Candy era difícil visitar el lugar ya que le traían tristes recuerdos trató de no pensar en ello, todos fueron al pequeño restaurante del tren a desayunar.
- Mientras ya en N.Y. se encontraba Terry tenía una semana de haber regresado de gira con la Compañía Stanford estaba poniéndose al día con sus asuntos personales e inversiones era socio de una editorial también era escritor pero en anonimato y socio de Robert al igual que su madre Eleonor Beacker; también era dueño de dos edificios de muy lujosos, que eran alquilado por solo personas de la alta sociedad, al igual que un edificio de bajo costo pero muy digno para vivir decentemente en barrio sencillo lo alquilaba a gente de bajo recursos, tenía un lugar campestre fuera de N.Y. con restaurantes, cabañas, caballerizas con maravillosos ejemplares de raza pura y su yegua Teodora en un pequeño bosque y jardín con un río un lugar mágico aparte su misión y apartamento de soltero era su refugio ahí tenía su estudio donde se dedica a escribir y no quería ser molestado por nadie nunca vivió con Susana él había le había comprado una casa aparte donde ella y su madre la Señora Marlowe vivirán, solo la visitaba, pendiente de su salud, cuando estaba en vida en cierta forma cumplió con su deber, honor y algo más. Ella sabía mis condiciones el confesaba todo so a su amigo Capitán Niven a su le confió he logrado todo esto pero no soy feliz trabajo mucho ¿para qué? no me casaré menos y no tendré hijos, estoy harto de aventuras con mujeres que buscan mí posición y fama por eso he tratado de evitar aventuras me dedico a trabajar, me distraigo con la equitación cuando estoy libre y a seguir escribiendo su amigo solo lo escuchaba y lo observaba la tristeza que reflejaba en su rostro. Almorzaron quedaron verse para la boda el capitán Niven se despidió.
- Los chicos se fueron de compras a las mejor boutique de Coco Chanel, se llegó el día de la boda, las chicas estaban preparando sus arreglos, mientras esperaban turno para ser atendidas por la peinadora, manicurista y maquillista todo era glamour y en la mansión, el Capitán Niven ya habían confirmado con el Albert y los chicos su asistencia y los novios había confirmado la presencia de Terry, se acercó la hora que comenzaban llegar los invitados todo era glamour el banquete la orquesta el novio estaba en la iglesia acompañado. Arribaron los miembros de la Compañía Stanford, la bella actriz Eleonor Beaker. De la mansión del Capitán Niven salió el cortejo nupcial dama de honor e invitados, llegaron a la iglesia se celebró boda lo novios salieron e invitados, pero quienes no salieron del asombro y estaban en shock eran Candy y Terry creían que alucinaban. Este maravilloso reencuentro lo hizo posible Capitán Niven convenciendo Albert, Candy y Terry de asistir a la boda y ellos merecían una segunda oportunidad… la de ser felices y amarse era justo.
Capitán Niven - cumplí mi misión esto depende de ustedes dos par de rebeldes testarudos y disculparán por decirles esa palabras con su permiso jovencitos.
Albert - pequeña todo bien contigo no puedes estar huyendo y evitando ir a N.Y. es una ciudad grande tranquila esa persona sigue con su vida con su carrera ha tenido muchos éxitos por lo que sé está de gira no temas él ya en varias ocasiones ha estado en Chicago no hemos visto por casualidad igual que tú ignora saber de ti y yo tampoco le mencionó nada perdona que te haya dicho estas cosas sé que no te gusta hablar de esto, yo llegaré dos días antes de la boda de la hija del capitán Niven pequeña te pones más linda de lo que eres toda una Andrew no olvides pequeña eres todo para mí y me siento orgulloso de ti pequeña te quiero deseo que encuentres el amor que sea feliz.
Candy - Gracias Albert por quererme siempre te preocupas por mi yo estaré bien mañana temprano alisto mi maleta no llevaré solo dos cambio los chicos harán que me traiga las tienda a la mansión.
Albert - hasta mañana duermas bien pasaré por ti y almorzaremos.
Candy - Ok, hasta mañana Albert.
Pasaron por ella almorzaron y se pusieron de acuerdo para el viaje se despidieron. Candy ya tenía su maleta ligera se sentía ansiosa se desvistió se dio un baño y se acostó estuvo pensando y algo inquieta hasta que se durmió. De repente la alarma sonó se levantó de la cama se metió rápido al baño se aseo se arregló en eso escuchó que tocaban la puerta era Albert, se dieron los buenos días él tomó la maleta Candy, ella aseguró y cerró la puerta, salieron rápido, saludó a los chicos subió al auto por fin llegaron a la estación del tren se despidieron de Albert y tren se puso en marcha los chicos iban llenos de alegría y tratando de hacer sentir a Candy sabían que la rubia estaba nerviosa por ir a N.Y. Para Candy era difícil visitar el lugar ya que le traían tristes recuerdos trató de no pensar en ello, todos fueron al pequeño restaurante del tren a desayunar.
- Mientras ya en N.Y. se encontraba Terry tenía una semana de haber regresado de gira con la Compañía Stanford estaba poniéndose al día con sus asuntos personales e inversiones era socio de una editorial también era escritor pero en anonimato y socio de Robert al igual que su madre Eleonor Beacker; también era dueño de dos edificios de muy lujosos, que eran alquilado por solo personas de la alta sociedad, al igual que un edificio de bajo costo pero muy digno para vivir decentemente en barrio sencillo lo alquilaba a gente de bajo recursos, tenía un lugar campestre fuera de N.Y. con restaurantes, cabañas, caballerizas con maravillosos ejemplares de raza pura y su yegua Teodora en un pequeño bosque y jardín con un río un lugar mágico aparte su misión y apartamento de soltero era su refugio ahí tenía su estudio donde se dedica a escribir y no quería ser molestado por nadie nunca vivió con Susana él había le había comprado una casa aparte donde ella y su madre la Señora Marlowe vivirán, solo la visitaba, pendiente de su salud, cuando estaba en vida en cierta forma cumplió con su deber, honor y algo más. Ella sabía mis condiciones el confesaba todo so a su amigo Capitán Niven a su le confió he logrado todo esto pero no soy feliz trabajo mucho ¿para qué? no me casaré menos y no tendré hijos, estoy harto de aventuras con mujeres que buscan mí posición y fama por eso he tratado de evitar aventuras me dedico a trabajar, me distraigo con la equitación cuando estoy libre y a seguir escribiendo su amigo solo lo escuchaba y lo observaba la tristeza que reflejaba en su rostro. Almorzaron quedaron verse para la boda el capitán Niven se despidió.
- Los chicos se fueron de compras a las mejor boutique de Coco Chanel, se llegó el día de la boda, las chicas estaban preparando sus arreglos, mientras esperaban turno para ser atendidas por la peinadora, manicurista y maquillista todo era glamour y en la mansión, el Capitán Niven ya habían confirmado con el Albert y los chicos su asistencia y los novios había confirmado la presencia de Terry, se acercó la hora que comenzaban llegar los invitados todo era glamour el banquete la orquesta el novio estaba en la iglesia acompañado. Arribaron los miembros de la Compañía Stanford, la bella actriz Eleonor Beaker. De la mansión del Capitán Niven salió el cortejo nupcial dama de honor e invitados, llegaron a la iglesia se celebró boda lo novios salieron e invitados, pero quienes no salieron del asombro y estaban en shock eran Candy y Terry creían que alucinaban. Este maravilloso reencuentro lo hizo posible Capitán Niven convenciendo Albert, Candy y Terry de asistir a la boda y ellos merecían una segunda oportunidad… la de ser felices y amarse era justo.
Capitán Niven - cumplí mi misión esto depende de ustedes dos par de rebeldes testarudos y disculparán por decirles esa palabras con su permiso jovencitos.
Continuará...