I LOVE YOU
Se que no tuviste la intención de decirme ¨Te amo¨... y no quiero que lo hagas.
Cuando te vi regresar con tanta serenidad, después de meses de no saber de ti mientras yo veía los días deshojarse uno tras otro, anhelando tu regreso, maldiciendo el estar viva. odiando tu falta de amor por mi, buscando la forma de tratar de mantenerme a flote en el mar de mi soledad, verte atravesar mi puerta me sorprendió de una manera inesperada. Y sobre todo por que te vi sonreír al mirarme, sin esa triste amargura que aun con todo tu talento artístico anteriormente no pudiste ocultar.
Ese día me platicaste tus aventuras en el teatro callejero, me hablaste de cosas que casi no pude poner atención por la estúpida emoción de ver tus ojos azules brillar a la luz de las candelas. Que bello eras al sonreír, que bella era tu energía, tan limpia y disipada. Y me pregunté, ingenuamente:¨¿ de verdad esta aquí por que me ama?¨
Me mentí en ese momento y me convencí que todo esta vez sería conforme a mis deseos, que esa alegría que tus ojos reflejaban al mirarme eran lo que tanto había rogado llegar a ser merecedora de recibir. Y así día a día, vi como nuestro espacio se iba acercando de una forma que nunca antes de el accidente se había podido dar. Como te portabas como un Paggliacci que con bromas y ocurrencias buscaba mis risas y hacerme olvidar por instantes la realidad. Cuando me ayudaste a recostarme en mi cama y no soltaste mi cuerpo en una reacción de rechazo y sentí la calidez de tu abrazo tibio en mi ser, con que generosidad acariciaste mi mejilla y tus ojos sostuvieron mi mirada sin el temido dejo de lástima, que bendecida y hermosa me hiciste sentir...
Se que tratamos hacer todo lo que estuvo en nuestras manos de cumplir el propósito por el que se supone que conservé mi vida. Pero siempre hubo un aroma a sacrificio en cada conversación que me recordaba lo fortuito de mi lugar a tu lado, que hacía todo acartonado, como montado, como escenografía de un espectáculo mas.
No quiero verte llorar, en este punto de mi vida tengo la claridad de ver que entendí todo mal. Estaba equivocada antes de perder mi pie, y lo estuve después de ello. Cuando quise obligarte a que correspondieras lo que yo creía era amor, y como confundí este sentimiento con egoísmo y obsesión. Quise creer que en el fondo y aun en contra de todas las evidencias el tiempo te había hecho entender que tu lugar era a mi lado, hasta que ese día que te vi tocar el piano, ese que nunca habías tocado desde que regresaste, la forma como en cada nota decías cuan triste estabas. Cuan solo y preso te sentías a mi lado. Y esa sonrisa que me diste cuando volteaste y me viste observándote desde el pasillo. Ahí escuché a tu alma diciéndome lo mucho que querías quererme y cuan imposible te resultaba. Y aun así, esa tarde en Central Park mientras me abrazabas, me dijiste que no querías apartarte de mi cuando te pedí que te fueras de mi casa.
Yo sabía que iba a morir y no quería imaginar que llegara el momento que tu por obligación me dijeras que me amabas. De verdad nunca quise tu lástima, ojalá nunca hubiera sido ciega ni inmadura, para haberte dado sencillamente mi bendición y que en lugar de que el accidente hubiera mutilado una sola vida, no hubieran sido mas las vidas despedazadas por él. Y todo por mi incapacidad de decirte de corazón: ¨Te amo, Terry, se libre...¨
Y aun así, necesito decirte que te agradezco de corazón tu paciencia y ternura, tu compañía y tu devoto cuidado. Y contenta espero este paso final por que seremos libres, mi amado. Y me puedo ir diciéndote con sinceridad cuanto te amo y deseo de corazón que la felicidad sea de hoy en adelante el combustible que encienda tus sonrisas y que puedas recordarme con gusto, como alguien que de verdad te amó a pesar de sus errores...