Capítulo 3 Metamorfosis
《¿Que me está pasando?》 Las mariposas dejaron de sentirse en mi estómago y pude sentir una punzada en mi bajo vientre, me sentí húmeda, ella era increíblemente hermosa y sexy ¿acaso eso era deseo? oh solo consecuencia de mi vida en celibato, siempre encerrada entre libros. En esos momentos, desee acariciar esa piel, como alguna vez lo hiciera; con las pastas de aquellos libros. Todo parecía ocurrir en cámara lenta, yo podía escuchar los latidos de mi corazón, y el sonido de mi propia respiración mientras intentaba llevar aire a mis pulmones.
《Esto es absurdo e irreal Patricia 》
Me estremecí en cuanto la vi agacharse a recoger algo que resbaló de sus manos. Su larga cabellera, se deslizó por un costado de su espalda. Sin poderlo contener solté un fuerte y excitado gemido que salió expulsado por su boca.
Karen, con toda quietud miró hacia puerta, donde yo solo me quedé como estatua.
Mi piel transpiraba y mis labios los sentía ligeramente flácidos, Karen no se inmutaba por su desnudez, ante mi presencia. Sin embargo todo en mi cuerpo temblaba.
-¡Hola Paty!, que bien al final decidiste venir -dijo karen son socarronería en la voz.
-Este…bueno…, yo, Ca… Candy… ella si ella.
Con un leve movimiento de su cabeza, Karen me invitó a pasar, por más que trataba no podía despegar mi mirada de sus rosados pezones, deseaba que nuestros cuerpos, formarán parte de las esculturas de “Henri Laurens”.
《¡Sí! como esas esculturas que funden sus cuerpo, en una sensual desnudez》
-Tranquila Paty –Karen soltó un suspiro desolador – se que no vienes por mi pero me gus…
Dejado atrás toda mi santurronería, impulsada por un bajo instinto carnal jamás antes experimentado. Me abalancé sobre Karen y deje que sus labios tomarán vida sobre los míos.
La respiración de ambas iba en aumento, -Ahora podía sentir sus senos desnudos y sus pezones erguidos exitandome aún mas, los sentía subir y bajar por la corta y rápida respiración.
-¡Karen! –chille, al sentir su mano guiar la mía, para posarse sobre su cuerpo –los suaves jadeos que salían de los labios de Karen, me invitaban a más, el recorrido de mi mano era a uno de sus pechos, por impulso con la otra hice lo mismo, y así con ambas manos Karen permita que le masajeara aquellos pezones que apenas unos segundos atrás contemplaba desde la lejanía.
Sentí como mi piel hervía, cuando mi mano se dirigió a otro camino y tocó la suave y enroscada mata de vello que me había hechizado al contemplar su entrepierna.
-¡Dios mio, Karen! –mi voz enronquecida dijo extasiada por el momento –no tengo idea de lo que hago. Pero lo deseo.
Ella deslizó su brazo alrededor mi cintura. Era tanta mi ansia por los labios de Karen que cuando estos se unieron a los míos sentí tocar las bellas cumbres terrenales. Gemi sin control al sentir como Karen apretaba más el abrazo, uniendo mi cuerpo contra el suyo.
Mi cuerpo estaba acorralado entre la pared y Karen, sentí un poco de temor, la puerta seguía entreabierta, con un movimiento me empujo hacia ella cerrándola, Karen deslizando su perfecta suave y respingada nariz por mi rostro y me dijo con suavidad:
-Solo deja que tus sentimientos te guíen.
El suave rose de nuestro beso, poco a poco fue demandando más pasión, sin frenesí mi boca era invadida por la apasionada legua de Karen. El vaivén de las manos de Karen por mi cuerpo me tenían mareada, sus temperamentales besos ansiosos y hambrientos comenzaban a ser dolorosos.
- ¡Ay! –dije entre los arrebatados besos que daban a mi boca tirando con furia y mordisqueando de ellos.
-Lo siento Paty yo – se apresuró a disculparse- Es solo, que te deseo tanto que…
-Karen –con la cabeza gacha me miró.
Yo con los labios temblorosos y llena de vergüenza por mi pérfido comportamiento dije: ¡tengo miedo! Muero de miedo, me siento observada por la sociedad y juzgada por…
-No, no… lo digas… Patricia –la irritación de Karen, se reflejaba en sus ojos-. No somos unas niñas. No juegues conmigo, esto no es una novela; es la vida real. No puedes… no…, mas bien, no tiene derecho de venir mostrarme tus sentimiento a medias y después salir con que tienes miedos. Tus besos, tus manos, tus frenéticos gemidos no me decían que tuvieras miedo.
Furica Karen acercó su rostro al mío, nuestros labios se volvían a juntar y yo no la detenía, lo quería, lo anhelaba, entré esos roses llenos de lujuria Karen me dijo con la voz cargada de ira:
-¿Deseas sentir lo que es la pasión – las lágrimas se comenzaban acumular en los hermosos y expresivos ojos almendrados de Karen – ¿lo deseas Paty?
La voz de Karen suplicaba por una respuesta. Me quedé sin voz, ni razon, no sabia que quería. Sí, sí sabía, pero mi razón me gritaba que era impropio y mi corazón decía que era lo correcto, pero ante los ojos de una sociedad, ¿soportaría ser juzgada si se enterasen?
Los labios de Karen se volvieron a apoderar de los míos con súbita brusquedad, eran besos mezclados con sus lágrimas saladas, sentía que deseaba robarme el alma.
-Esto es lo que somos –me susurró Karen al oído, mientras sus manos se deslizaba por debajo de mi falda y subían acariciando sin piedad los muslos de mi entre pierna, instintivamente mis piernas se abrieron dando paso a su ardiente mano. Karen jadeo llena de exitacion al descubrir la suave humedad y con toda delicadeza introdujo uno de sus dedos.
-¡Mmm…! - solo musite echando un poco mi cuerpo hacia atrás. Con la humedad de su dedo recorrió todo el canal de mis labios menores llegando a un punto donde sentía que el corazón me palpitaba, los movimientos circulares que hacía sobre ese pequeño ombligo punzante eran tan placenteros que no me dejaba detener mis sonoros gemidos.
-Paty esta es la manera de amar – los ojos Karen dejaron correr sus lágrimas-. Paty dame la oportunidad de enseñarte las mil maneras que hay para amarnos. No te has dado cuenta de mi amor, tu eres la única que mueve mi mundo.
Sentí una súbita sacudida a mi cuerpo, los planetas de Pitágoras se habían estrellado en mi cabeza. Oh la razón le había ganado a los sentimientos, oh era una loca, lujuria, carnal…, oh la emoción del momento.
-No Karen ¡por favor! perdóname.
-Paty deja que tus sentimientos hablen por ti. Deja de tratar dominar tu vida y solo siente y vive.
-Karen yo te agradezco que hayas estado a mi lado en mi peor momento. ¿Y si tal vez eso fue lo que nos confundió ? Tu sentimientos pueden ser de lastima… hacia mi y yo… mis sentimientos pueden ser de…
- Amor Paty, es puro y nítido – ella intentó volver a acortar el espacio entre ambas-. No puedes negarte a ti misma ni lo que sientes. Miéntele a tu sombra pero a tu corazón nunca lo engañaras.
-¡No! – extendí mis manos frenando su avance –Karen donde sea que estés; aquí siempre tendrás una amiga…
-Paty, no todos los amores fracasan, no todos los amores abandonan, no todos los amores son iguales –las manos temblorosas de Karen, mostraban el temor de una súbita negativa por parte mía. Con la mirada suplicante dijo – déjame compartir contigo el manjar de la felicidad.
-Karen vengo de la oscuridad, de un cielo en penumbras de un valle desolado.
-Pero saliste y aprendiste a mirar nuevos amaneceres Paty. Tu luz brillo para mi.
-Fuiste mi rayo de luz Karen es verdad, si aquella tarde en Londres no hubiera coincidido contigo no se que locura hubiera cometido y te lo agradezco infinitamente. Pero este sentimiento es impropio –lastimeramente dije la palabras que había rondado por mi cabeza durante meses-. Aberrante, inhumano.
Corrí hacia la puerta, sentía que mis piernas se negaban a salir, pero seria lo mejor para las dos. Debía ser cruel con lo que no debía amar. ¿pero acaso no era dueña de mi corazón?
-Siento mucho ser un torbellino en tu vida y siento muchos haberte perturbado esta noche Karen.
Un frío silencio llegó, no quería volverme a mirar, no confiaba en mi. El tremendo nudo en mi garganta no me dejaba tragar ni mi propia venenosa saliva. Me detuve al tomar la manija de la puerta con mis manos temblorosas, en esos instantes escuche gritar a Karen entre sollozos incontrolables:
“ Paty!… no te vayas deja que tus sentimientos te guíen a mi...”
*******
Terry salió se unos de los pasillos contiguos con las manos en los bolsillo, se encaminó al camerino de Karen, al entrar el joven actor dijo: mira mi bella primera actriz estás hecha un pulga.
El se sentó a un lado de karen y la tomó entre sus brazos.
-¡Terry soy un monstruo! una aberración humana.
-No, estás enamorada es todo –le dijo su fiel amigo con el tono de voz más sereno –pero te enamoras de chicas puritas y aunque no eres un monstruo, digamos que tu físico no te ayuda mucho.
-¡Idiota Graham! déjame llorar. Estoy sufriendo, eres la única persona que me ha comprendido y no me ha juzgado nunca, al contrario siempre haz estado para mi como un hermano.
Terry ayudó a Karen a ponerse la bata y la sentó frente a su espejo, se encaminó al pequeño bar del camerino y sirvió un vaso con whisky.
- ¡Terry! Tu no pensaras que estoy con ánimos de brindar…
El castaño elevo una ceja y mostró a Karen un vaso con agua.
-No soy tonto, este es tuyo y el whisky es mio. Me expongo a que la pecas me someta a una terapia de pellizcos y Hathaway me ahorque si emborrachó a su primera actriz. –le ofreció el vaso a su amiga-. Vamos toma dos buenos tragos de agua y comienza a maquillarte por que… “la función debe continuar”
-Terry… no soy tan valiente como aparento.
-¡No! Te equivocas eres más valiente que muchos hombres incluyendo a mi, siempre has defendido lo que eres, y sin dudarlo me confesaste que lucharías por Paty, cosa que yo no hice por Candy, en su momento, tú formaste parte de darme cuenta que debía luchar y me obligaste a escribir aquella carta. Así que vamos ¡mueve ese trasero! y ya después rumias tu dolor, le das una tregua a tu alma quebrada y proteges a tu corazón.
-Terry porque no abre los ojos Paty, y mira que el amor esta frente a ella.
-Por que asi somos los seres humanos siempre dejamos que la razón nos gobierne y los principios nos derroten –ambos actores se miraron comprensivos-. Te habla la voz de la experiencia.
Karen como toda una actriz profesional limpio sus lágrimas comenzó aplicar su maquillaje aunque sus enrojecidos ojos y la tristeza que había en ellos, no los podía maquillar.
Terry la tomó por los hombros, ambos miraban su reflejo en el espejo. El beso la frente karen y después dijo: amiga, no se hasta donde te lleve este loco amor, pero nunca te avergüences de la privacidad de tus sentimientos.
******
-¡Paty! amiga donde te metes –dijo Candy al mirar como su amiga pasaba como un rayo a su lado sin percatarse de su presencia-. te iba ir a busc….
–¡Candy! -mire la puerta de salida, quería salir corriendo.
–No quieres saludar a mi engreído -con gracia movió su apenas visible barriguita. Eso hizo que sonriera.
-¿Dónde está Terry? Me las pagara - logre decir sin pensarlo.
-Ese tonto te dijo algo verdad, no le hagas caso. Ven vamos a nuestros lugares y disfrutaremos de la función.
Ambas caminamos tomadas del brazo a su palco de honor. Al terminar la función no se hicieron esperar los gritos y picantes piropos para el guapo actor Terrence Graham. Yo fruncía el entrecejo.
- Candy ¿no te encela que tantas chicas elogien a tu esposo? – pregunte un tanto posesiva.
-¡No! - me respondió llevado su mano a su vientre - él me hace feliz y mucho amiga, hemos pasado por tanto para estar juntos que la verdad no siento celos, se cuanto me ama.
- ¡Ah! no quiero saber, con lo que me contaste en la biblioteca me es suficiente -dije en broma.
El turno de pasar al frente ahora era de la primera actriz Karen Kleyss Caballeros y mujeres se deshacían en la gran algarabía con la bella actriz. Yo, comencé a mover mi pierna al parecer algo me había incomodado.
- ¿Y a ti Paty que te pasa? –me preguntó Candy, al mirar el semblante que tenía, palidecí, con tamaños ojos que me miraba.
- A… mi…, celos de tu cretino no nunca –tontamente le respondí, No podía quitar mi mirada sobre el escenario donde los actores agradecían a su público.
-Mira Paty, ella la chica que le toma la mano a karen se llama Lara, y es su suplente de Karen.
-Y son buenas amigas por lo visto – mi tono de voz subió dos octavas más de nivel.
-Algo así – Candy llevó sus manos a su cabello sacudiendolo de modo haciéndolo flotar, y Terry apuntó con su dedo y el reflector iluminó por escasos segundos el palco donde nos encontrábamos.
-¿Qué fue eso? -pregunte.
-Amor amiga… amor del bueno, el siempre hace lo mismo cuando estoy en una obra.
No preste tanta atención a su respuesta la punzada de celos que sentía en mi estómago me hacía sentir fatal, para acabar de rematar mi dia [celos, malditos celos que nunca pensé conocer aquí están presentes]
-No debí haber venido dije otra vez en voz alta sin pensar.
-¿Por qué? ¿qué te pasa Paty? no te sientes bien oh es por lo que te hizo Terry, me las pagara te hizo sentir mal con sus bromas verdad. Dime que no te sientes tan mal, aun falta la cena de gala por el estreno y tu eres nuestra invitada de honor.
-¿Como? Yo, de honor por que.
-Si eres invitada de Karen y Terry. Karen te quiere mucho me ha contado de cuando te conoció en Londres.
Solo senti un nudo en mi garganta al escuchar esas palabra “ella te quiere”
Continuara....
《¿Que me está pasando?》 Las mariposas dejaron de sentirse en mi estómago y pude sentir una punzada en mi bajo vientre, me sentí húmeda, ella era increíblemente hermosa y sexy ¿acaso eso era deseo? oh solo consecuencia de mi vida en celibato, siempre encerrada entre libros. En esos momentos, desee acariciar esa piel, como alguna vez lo hiciera; con las pastas de aquellos libros. Todo parecía ocurrir en cámara lenta, yo podía escuchar los latidos de mi corazón, y el sonido de mi propia respiración mientras intentaba llevar aire a mis pulmones.
《Esto es absurdo e irreal Patricia 》
Me estremecí en cuanto la vi agacharse a recoger algo que resbaló de sus manos. Su larga cabellera, se deslizó por un costado de su espalda. Sin poderlo contener solté un fuerte y excitado gemido que salió expulsado por su boca.
Karen, con toda quietud miró hacia puerta, donde yo solo me quedé como estatua.
Mi piel transpiraba y mis labios los sentía ligeramente flácidos, Karen no se inmutaba por su desnudez, ante mi presencia. Sin embargo todo en mi cuerpo temblaba.
-¡Hola Paty!, que bien al final decidiste venir -dijo karen son socarronería en la voz.
-Este…bueno…, yo, Ca… Candy… ella si ella.
Con un leve movimiento de su cabeza, Karen me invitó a pasar, por más que trataba no podía despegar mi mirada de sus rosados pezones, deseaba que nuestros cuerpos, formarán parte de las esculturas de “Henri Laurens”.
《¡Sí! como esas esculturas que funden sus cuerpo, en una sensual desnudez》
-Tranquila Paty –Karen soltó un suspiro desolador – se que no vienes por mi pero me gus…
Dejado atrás toda mi santurronería, impulsada por un bajo instinto carnal jamás antes experimentado. Me abalancé sobre Karen y deje que sus labios tomarán vida sobre los míos.
La respiración de ambas iba en aumento, -Ahora podía sentir sus senos desnudos y sus pezones erguidos exitandome aún mas, los sentía subir y bajar por la corta y rápida respiración.
-¡Karen! –chille, al sentir su mano guiar la mía, para posarse sobre su cuerpo –los suaves jadeos que salían de los labios de Karen, me invitaban a más, el recorrido de mi mano era a uno de sus pechos, por impulso con la otra hice lo mismo, y así con ambas manos Karen permita que le masajeara aquellos pezones que apenas unos segundos atrás contemplaba desde la lejanía.
Sentí como mi piel hervía, cuando mi mano se dirigió a otro camino y tocó la suave y enroscada mata de vello que me había hechizado al contemplar su entrepierna.
-¡Dios mio, Karen! –mi voz enronquecida dijo extasiada por el momento –no tengo idea de lo que hago. Pero lo deseo.
Ella deslizó su brazo alrededor mi cintura. Era tanta mi ansia por los labios de Karen que cuando estos se unieron a los míos sentí tocar las bellas cumbres terrenales. Gemi sin control al sentir como Karen apretaba más el abrazo, uniendo mi cuerpo contra el suyo.
Mi cuerpo estaba acorralado entre la pared y Karen, sentí un poco de temor, la puerta seguía entreabierta, con un movimiento me empujo hacia ella cerrándola, Karen deslizando su perfecta suave y respingada nariz por mi rostro y me dijo con suavidad:
-Solo deja que tus sentimientos te guíen.
El suave rose de nuestro beso, poco a poco fue demandando más pasión, sin frenesí mi boca era invadida por la apasionada legua de Karen. El vaivén de las manos de Karen por mi cuerpo me tenían mareada, sus temperamentales besos ansiosos y hambrientos comenzaban a ser dolorosos.
- ¡Ay! –dije entre los arrebatados besos que daban a mi boca tirando con furia y mordisqueando de ellos.
-Lo siento Paty yo – se apresuró a disculparse- Es solo, que te deseo tanto que…
-Karen –con la cabeza gacha me miró.
Yo con los labios temblorosos y llena de vergüenza por mi pérfido comportamiento dije: ¡tengo miedo! Muero de miedo, me siento observada por la sociedad y juzgada por…
-No, no… lo digas… Patricia –la irritación de Karen, se reflejaba en sus ojos-. No somos unas niñas. No juegues conmigo, esto no es una novela; es la vida real. No puedes… no…, mas bien, no tiene derecho de venir mostrarme tus sentimiento a medias y después salir con que tienes miedos. Tus besos, tus manos, tus frenéticos gemidos no me decían que tuvieras miedo.
Furica Karen acercó su rostro al mío, nuestros labios se volvían a juntar y yo no la detenía, lo quería, lo anhelaba, entré esos roses llenos de lujuria Karen me dijo con la voz cargada de ira:
-¿Deseas sentir lo que es la pasión – las lágrimas se comenzaban acumular en los hermosos y expresivos ojos almendrados de Karen – ¿lo deseas Paty?
La voz de Karen suplicaba por una respuesta. Me quedé sin voz, ni razon, no sabia que quería. Sí, sí sabía, pero mi razón me gritaba que era impropio y mi corazón decía que era lo correcto, pero ante los ojos de una sociedad, ¿soportaría ser juzgada si se enterasen?
Los labios de Karen se volvieron a apoderar de los míos con súbita brusquedad, eran besos mezclados con sus lágrimas saladas, sentía que deseaba robarme el alma.
-Esto es lo que somos –me susurró Karen al oído, mientras sus manos se deslizaba por debajo de mi falda y subían acariciando sin piedad los muslos de mi entre pierna, instintivamente mis piernas se abrieron dando paso a su ardiente mano. Karen jadeo llena de exitacion al descubrir la suave humedad y con toda delicadeza introdujo uno de sus dedos.
-¡Mmm…! - solo musite echando un poco mi cuerpo hacia atrás. Con la humedad de su dedo recorrió todo el canal de mis labios menores llegando a un punto donde sentía que el corazón me palpitaba, los movimientos circulares que hacía sobre ese pequeño ombligo punzante eran tan placenteros que no me dejaba detener mis sonoros gemidos.
-Paty esta es la manera de amar – los ojos Karen dejaron correr sus lágrimas-. Paty dame la oportunidad de enseñarte las mil maneras que hay para amarnos. No te has dado cuenta de mi amor, tu eres la única que mueve mi mundo.
Sentí una súbita sacudida a mi cuerpo, los planetas de Pitágoras se habían estrellado en mi cabeza. Oh la razón le había ganado a los sentimientos, oh era una loca, lujuria, carnal…, oh la emoción del momento.
-No Karen ¡por favor! perdóname.
-Paty deja que tus sentimientos hablen por ti. Deja de tratar dominar tu vida y solo siente y vive.
-Karen yo te agradezco que hayas estado a mi lado en mi peor momento. ¿Y si tal vez eso fue lo que nos confundió ? Tu sentimientos pueden ser de lastima… hacia mi y yo… mis sentimientos pueden ser de…
- Amor Paty, es puro y nítido – ella intentó volver a acortar el espacio entre ambas-. No puedes negarte a ti misma ni lo que sientes. Miéntele a tu sombra pero a tu corazón nunca lo engañaras.
-¡No! – extendí mis manos frenando su avance –Karen donde sea que estés; aquí siempre tendrás una amiga…
-Paty, no todos los amores fracasan, no todos los amores abandonan, no todos los amores son iguales –las manos temblorosas de Karen, mostraban el temor de una súbita negativa por parte mía. Con la mirada suplicante dijo – déjame compartir contigo el manjar de la felicidad.
-Karen vengo de la oscuridad, de un cielo en penumbras de un valle desolado.
-Pero saliste y aprendiste a mirar nuevos amaneceres Paty. Tu luz brillo para mi.
-Fuiste mi rayo de luz Karen es verdad, si aquella tarde en Londres no hubiera coincidido contigo no se que locura hubiera cometido y te lo agradezco infinitamente. Pero este sentimiento es impropio –lastimeramente dije la palabras que había rondado por mi cabeza durante meses-. Aberrante, inhumano.
Corrí hacia la puerta, sentía que mis piernas se negaban a salir, pero seria lo mejor para las dos. Debía ser cruel con lo que no debía amar. ¿pero acaso no era dueña de mi corazón?
-Siento mucho ser un torbellino en tu vida y siento muchos haberte perturbado esta noche Karen.
Un frío silencio llegó, no quería volverme a mirar, no confiaba en mi. El tremendo nudo en mi garganta no me dejaba tragar ni mi propia venenosa saliva. Me detuve al tomar la manija de la puerta con mis manos temblorosas, en esos instantes escuche gritar a Karen entre sollozos incontrolables:
“ Paty!… no te vayas deja que tus sentimientos te guíen a mi...”
*******
Terry salió se unos de los pasillos contiguos con las manos en los bolsillo, se encaminó al camerino de Karen, al entrar el joven actor dijo: mira mi bella primera actriz estás hecha un pulga.
El se sentó a un lado de karen y la tomó entre sus brazos.
-¡Terry soy un monstruo! una aberración humana.
-No, estás enamorada es todo –le dijo su fiel amigo con el tono de voz más sereno –pero te enamoras de chicas puritas y aunque no eres un monstruo, digamos que tu físico no te ayuda mucho.
-¡Idiota Graham! déjame llorar. Estoy sufriendo, eres la única persona que me ha comprendido y no me ha juzgado nunca, al contrario siempre haz estado para mi como un hermano.
Terry ayudó a Karen a ponerse la bata y la sentó frente a su espejo, se encaminó al pequeño bar del camerino y sirvió un vaso con whisky.
- ¡Terry! Tu no pensaras que estoy con ánimos de brindar…
El castaño elevo una ceja y mostró a Karen un vaso con agua.
-No soy tonto, este es tuyo y el whisky es mio. Me expongo a que la pecas me someta a una terapia de pellizcos y Hathaway me ahorque si emborrachó a su primera actriz. –le ofreció el vaso a su amiga-. Vamos toma dos buenos tragos de agua y comienza a maquillarte por que… “la función debe continuar”
-Terry… no soy tan valiente como aparento.
-¡No! Te equivocas eres más valiente que muchos hombres incluyendo a mi, siempre has defendido lo que eres, y sin dudarlo me confesaste que lucharías por Paty, cosa que yo no hice por Candy, en su momento, tú formaste parte de darme cuenta que debía luchar y me obligaste a escribir aquella carta. Así que vamos ¡mueve ese trasero! y ya después rumias tu dolor, le das una tregua a tu alma quebrada y proteges a tu corazón.
-Terry porque no abre los ojos Paty, y mira que el amor esta frente a ella.
-Por que asi somos los seres humanos siempre dejamos que la razón nos gobierne y los principios nos derroten –ambos actores se miraron comprensivos-. Te habla la voz de la experiencia.
Karen como toda una actriz profesional limpio sus lágrimas comenzó aplicar su maquillaje aunque sus enrojecidos ojos y la tristeza que había en ellos, no los podía maquillar.
Terry la tomó por los hombros, ambos miraban su reflejo en el espejo. El beso la frente karen y después dijo: amiga, no se hasta donde te lleve este loco amor, pero nunca te avergüences de la privacidad de tus sentimientos.
******
-¡Paty! amiga donde te metes –dijo Candy al mirar como su amiga pasaba como un rayo a su lado sin percatarse de su presencia-. te iba ir a busc….
–¡Candy! -mire la puerta de salida, quería salir corriendo.
–No quieres saludar a mi engreído -con gracia movió su apenas visible barriguita. Eso hizo que sonriera.
-¿Dónde está Terry? Me las pagara - logre decir sin pensarlo.
-Ese tonto te dijo algo verdad, no le hagas caso. Ven vamos a nuestros lugares y disfrutaremos de la función.
Ambas caminamos tomadas del brazo a su palco de honor. Al terminar la función no se hicieron esperar los gritos y picantes piropos para el guapo actor Terrence Graham. Yo fruncía el entrecejo.
- Candy ¿no te encela que tantas chicas elogien a tu esposo? – pregunte un tanto posesiva.
-¡No! - me respondió llevado su mano a su vientre - él me hace feliz y mucho amiga, hemos pasado por tanto para estar juntos que la verdad no siento celos, se cuanto me ama.
- ¡Ah! no quiero saber, con lo que me contaste en la biblioteca me es suficiente -dije en broma.
El turno de pasar al frente ahora era de la primera actriz Karen Kleyss Caballeros y mujeres se deshacían en la gran algarabía con la bella actriz. Yo, comencé a mover mi pierna al parecer algo me había incomodado.
- ¿Y a ti Paty que te pasa? –me preguntó Candy, al mirar el semblante que tenía, palidecí, con tamaños ojos que me miraba.
- A… mi…, celos de tu cretino no nunca –tontamente le respondí, No podía quitar mi mirada sobre el escenario donde los actores agradecían a su público.
-Mira Paty, ella la chica que le toma la mano a karen se llama Lara, y es su suplente de Karen.
-Y son buenas amigas por lo visto – mi tono de voz subió dos octavas más de nivel.
-Algo así – Candy llevó sus manos a su cabello sacudiendolo de modo haciéndolo flotar, y Terry apuntó con su dedo y el reflector iluminó por escasos segundos el palco donde nos encontrábamos.
-¿Qué fue eso? -pregunte.
-Amor amiga… amor del bueno, el siempre hace lo mismo cuando estoy en una obra.
No preste tanta atención a su respuesta la punzada de celos que sentía en mi estómago me hacía sentir fatal, para acabar de rematar mi dia [celos, malditos celos que nunca pensé conocer aquí están presentes]
-No debí haber venido dije otra vez en voz alta sin pensar.
-¿Por qué? ¿qué te pasa Paty? no te sientes bien oh es por lo que te hizo Terry, me las pagara te hizo sentir mal con sus bromas verdad. Dime que no te sientes tan mal, aun falta la cena de gala por el estreno y tu eres nuestra invitada de honor.
-¿Como? Yo, de honor por que.
-Si eres invitada de Karen y Terry. Karen te quiere mucho me ha contado de cuando te conoció en Londres.
Solo senti un nudo en mi garganta al escuchar esas palabra “ella te quiere”
Continuara....