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I LOVE YOU
Hace más de cuatro años que nos dijimos adios, no se lo que estoy haciendo, mi corazón late cada vez más fuerte conforme el tren se acerca a la ciudad de la que he huido por tanto tiempo, ni Albert logró hacerme volver a New York, por más que lo intento.
¿Por qué? después de año y medio de la muerte de Susana decides mandar esta carta, con tan sólo unas pocas palabras que encierran tanto, y nuevamente con dos boletos, el de tren sólo de ida, y el del estreno de tu obra. Creía que llegaría a tiempo, pero el tren se detuvo por varias horas por un problema en la Máquina de vapor, llegaré al anochecer tal vez no llegue al estreno y nuevamente hoy es una noche fría con nieve, ¿deja vu acaso? como aquella en la que nos dijimos adios. No se, si hago lo correcto, mis manos sudan y no dejó de juguetear con ellas.
Escucho el sonar del silbato anunciando que hemos llegado, estoy en New York. No se donde vives ¿Como buscarte? ¿Que hago? La obra terminó hace horas, tengo miedo, y si yo he malentendido tu carta, y si sólo es un; "nada a cambiado" referente a nuestra amistad, lo cierto es que 《¡yo te amo!》 nunca lo dejé de hacer, el tiempo solo acrecentó este amor por ti, por mas que he intentado olvidarte me ha sido imposible, acepte ser pretendida por el doctor Michael, y por alguna tonta razón creí que esto desaparecería, sin embargo sucedió todo lo contrario.
Cuando estaba a su lado me imaginaba como seria estar asi contigo, tomando un café, caminar por el parque con los dedos de nuestras manos entrelazados, anhelos y sueños que nunca dejaron de existir, y cuando él intentó besarme, ahí es cuando lo supe; ¡todo esto era una locura! Sé que él es un buen hombre, pero no el hombre del que me enamoraría, me sentí tan mal por Michael. Lo aleje de mi por el bien de ambos.
Tiempo después he sabido por una carta que me envió desde Francia, que conoció una linda chica, inteligente, tierna, llena de virtudes.
Los hilos de vida se tejen de manera que nunca entenderemos, siempre me he imaginado que Dios teje un gran bordado y donde aparentemente dos hilos están lejos uno del otro, al final terminan juntos y haciendo un nudo, así es la vida y los hilos de esta. Por azares del destino él evitó que esa linda chica cometiera el gran error de quitarse la vida, hace unos días me visitaron en el hogar de Pony, y oh sorpresa que me he llevado esa chica era Paty, mi gran amiga.
Vaya sorpresas que te da la vida, la señorita Pony, sonrió esa tarde cuando tomamos el té y dijo que no sabemos lo que nos espera a la vuelta de la esquina, vaya que ellos dos juntos fue una gran sorpresa para mi, se ven muy enamorados y esperan su primer bebé, aún recuerdo las palabras que Paty dirigió para mi:
《No podemos huir de nuestro destino, este te encuentra donde quiera que te quieras esconder》
Y así fue; días después de su visita, tu carta llegó a mis manos, en el momento que vi el sobre pense que era una broma, pero no lo era, mis manos temblorosas sostenían el sobre con tantos nervios. Era era tu perfecta caligrafía, lo primero que hice por instinto fue correr a la colina de Pony. La abrí con suma delicadeza sintiendo como mi corazón palpitaba como caballo desbocado y mirando a clint mi fiel amigo, parecía como si en su mirada me decía 《¡hazlo..¡ ¡hazlo!》ambos estábamos trepados en las ramas de padre árbol, lo único que atiné a hacer después de leerla fue correr y empacar, mis madres nos se encontraban salieron de paseo a recoger manzanas y duraznos a la granja de Jimmy, para las conservas de este año, creo que si ellas hubieran estado y los niños, no hubiera reaccionado como lo he hecho, ya ahora el en tren caí en cuenta que no tengo tanto dinero como para gastarlo en un carro de alquiler tratando de buscarte, sólo tengo un poco de dinero para comprar mi boleto de vuelta, ¿no se, si me alcancé para comprarlo? sale en unas horas, ¿que haré? creo que no pensé las cosas; hice todo por impulso como siempre, soy una atolondrada, será mejor que regrese a Chicago, tu tienes una vida hecha, escribiré una carta y la dejaré para ti.
Querido Terry:
Agradezco infinitamente tu invitación y los boletos, lamentó tanto no haber llegado a tiempo, creo que ese es mi destino no coincidir contigo, gracias, tal vez algún día los hilos de nuestras vidas nos hagan coincidir, se que mientras haya vida habrá esperanza, con cariño Candy White Andrew.
Cómo me atrevo a ponerle con cariño, me pregunto ¡¿no será demasiado atrevido?! pero es la verdad no solo te quiero, te amo; estoy segura de ello.
El frío de esta noche cala hasta los huesos, así me he sentido por tanto tiempo, con mi corazón congelado y sólo sonrío para aparentar, aunque se que a mis madres no las engaño, ellas me conocen perfectamente, han sabido leer el dolor atravez de las ventanas de mi alma, mis ojos nunca han podido mentir. Es hora de volver a casa, miro la ventanilla abrirse, no tengo el suficiente dinero para el boleto de regreso a casa.
Tomó el collar en mi cuello, un delicado dije de oro que me regalara Albert con la inicial “A” de la Familia Ardlay, la misma insignia que lleva Albert y Archie, en su traje de gala, lo dejaré en pago, no se que mas hacer, me levanto y me acerco a comprar el boleto.
-Por favor un boleto a Chicago -pido al hombre de la ventanilla, titiritando de frío-. No tengo el dinero suficiente pero este dije vale más, ¡por favor ayudeme!
-Claro señorita -me responde-. No se preocupe yo puedo ayudarla, ¿cuánto es lo que tiene en dinero?
Saco de mi cartera la mitad del equivalente al valor del boleto y cuando extiendo mi mano para pagarlo, siento una cálida mano que me detiene.
-¿Qué crees que haces? ¿A dónde crees que vas pecas? - me pregunta su dulce y varonil voz.
Volteó y lo miró, sus hermosos ojos me miran.
-Este yo..., bueno... Terry…., llegue tarde no tengo dinero, esto es todo lo que tengo para mi boleto de vuelta a casa, tu carta no tenía dirección, no sabía qué hacer.
Quita su abrigo y lo pone sobre mis hombros, al hacerlo me abraza, me quedo estática, percibo su calor y olor.
-Estás temblando de frío Candy, debes entrar en calor oh enfermeras, ¿hace cuanto tiempo que estás aquí?
-Quizá unas.. dos o tres horas, no lo sé, la máquina del tren en el que venía se descompuso, la ventanilla estaba cerrada debía esperar el amanecer para comprar mi boleto -le dije mirándolo a la cara y sintiendo su abrazo.
-Bueno ¿comprarán el boleto o no? -pregunta el taquillero, haciéndonos reaccionar del abrazo.
-No, ella no irá a ningún lado -le dijo Terry.
Me toma de la mano y me hace caminar con él.
-¿A dónde vamos Terry?
-Bueno pecosa es más que obvio, sólo te mande un boleto de tren, no tienes permitido regresar -sonríe de lado al decirlo, había olvidado lo cautivador que puede ser con ese simple gesto-. Y además dijiste que volverías a casa, déjame decirte algo pecas.
-¡Terry…! No soy pecas.
-Esta bien, esta bien señorita pecas.
Era increíble ver que seguía siendo el mismo juguetón con disfraz de engreído.
-Nunca cambiaras -le dije, con un dolor en mi pecho, ¿tal vez sí, si ha cambiado? Y yo estoy aquí como una tonta.
-Terry, gracias por la invitación, pero el tren de las seis de la mañana sale en unos minutos, debo volver, quizás quisieras prestarme dinero para mi boleto, prometo devolverte el dinero.
Su rostro se transformó en molestia, desilusión ¿acaso?
-Solo te hare una pregunta y quiero que me respondas sí o no. ¿De verdad te quieres ir?
-Veras Terry...
-Solo dilo ¡por favor! -pidió expectante.
Apenada, dejando de sentir el frío, y ardiendo mis mejillas, lo dije -No, no me quiero ir.
-Bueno escucha bien lo que te voy a decir, tu casa y tu hogar están aquí a mi lado, tuve miedo de que no vinieras, mi corazón me decía que lo harías, al mirar que no llegaste al teatro, pensé en tantas cosas pero una vocecilla fastidiosa que a veces la hace de mi conciencia llamada Karen Kleiss, me dijo:
-Sabes a veces los accidentes oh retrasos suelen pasar, deja de lamentarte y levanta ese trasero y mueve esos dos pies y ve a preguntar a la estación de tren si algo paso y si no es asi, tomas el primer tren a Chicago y dejas de lamentarte de lo que hubieras hecho. ¡ya basta atrévete a ser feliz! El destino cambia por nuestras elecciones, ya es hora que lo cambies no lo crees Grandchester.
Pude ver al lado de él, una maleta.
-¿Ibas ir a buscarme? pero Terry, anoche fue tu estreno.
-Eso no me importa, hay un suplente y muy bueno a decir verdad. Pero estás aquí Candy, has venido. Quiere decir que leíste mi carta.
Me tomó de las manos y me miró a los ojos.
-No puedes volver a Chicago, por que tu hogar está aquí, a mi lado; si asi tu lo quieres. Se que debí buscarte hace mucho, Y no merezco tu…
Solo tape su boca con mi dedo índice. Culpables, si se trataba de hallar un culpable creo que ambos lo éramos ¿oh no? pensamos con la razón y no con el corazon, se que el sufrió tanto, o más que yo, las lágrimas de aquella despedida las sentí caer en mi hombro y después aquella vez que lo viera en Rockstone, donde mi corazón se partió en mil pedazos, eso fue aún más doloroso, me prometió ser feliz y no lo era. En esos momentos supe que sufría al igual que yo.
Sentí como me jalo hacia si, me abrazó y besó mi frente, sus labios tibios hicieron estremecer todo mi cuerpo.
Después sólo me deje guiar hasta la salida de la estación de tren, hoy está madrugada fría estoy al lado de él, subo al auto en silencio, ensimismada en mis pensamientos no creyendo lo que está sucediendo, estoy con él, sentada en su auto como aquel día, no me di cuenta cuando llegamos al hotel plaza.
¿Qué hacemos aquí Terry? - preguntó un poco molesta.
-Bueno Candy, no quiero ofenderte oh que pienses mal, yo pagaré tu estancia en lo que…
-No, -respondo molesta-. Quiero estar contigo quiero ir a tu casa o departamento.
Que atrevida soy al pedirle esto, una señorita como yo debiera aceptar quedarme en este hotel, pero es solo que hemos estado tanto tiempo lejos, que ya no quisiera separarme más él.
Me examina con su mirada, intuyo que hay temor en él por alguna razón.
-¿Estás segura? -me pregunta.
-Si, ¡por favor, llévame contigo!
Arranca el carro, puedo sentir una especie de tensión en él, al ver cómo toma el volante, ¿qué es lo que le pasa? no lo comprendo, me pide que no me vaya; pero no me quiere llevar a su departamento, tal vez él no siente lo mismo que yo, ¿y entonces sus palabras? su mirada, el beso que me dio en la frente, sentí que me decía tanto en ello.
-Hemos llegado Candy.
Se baja del auto y abre la puerta de mi lado para bajar, toma mi mano con suma delicadeza, un solo toque suyo, me hace sentir mariposas en mi estómago, en el tiempo de colegio las sentía, pero ahora siento que saldrán por mi boca.
《Por Dios controlate Candy 》
Entramos y nos dirigimos al elevador es un edificio muy elegante. No me dice nada solo me observa, que diera por saber, qué es lo que piensa en estos momentos. Y su loción envuelve el pequeño espacio. Bajamos y nos dirigimos a su puerta, pareciera que está nervioso las llaves resbalaron de sus manos, logra con cierta dificultad abrir.
-Por favor pasa -me dice-. Toma asiento, prepare un té caliente, debes entrar en calor estuviste por mucho tiempo en el frío Candy, espero que no enfermes.
Si supiera que desde su abrazo mi cuerpo ha entrado en calor, necesito algo mas fuerte para controlar mis nervios.
-Quiero un whisky -le digo señalando la pequeña mesita de servibar que tiene.
-Esta bien -me dice algo sorprendido.
Lo veo verter el líquido ámbar marino en dos pequeños vasos de cristal, se acerca a mi para entregarmelo, cuando lo hace doy un pequeño sorbo.
-¿Estas bien Candy? -pregunta tocando mi frente.
-Si estoy bien ¿porque la pregunta? creo que más bien a ti, es al que le pasa algo, creo que no debí pedirte que me trajeras a tu casa, es mejor que me marche -me doy la media vuelta, él logra sujetarme del brazo.
-No, no te volverás a ir nunca mas de mi, ¡lo entiendes! -me dice posesivo.
Lo miró asombrada al escuchar sus palabras.
-He sentido tu incomodidad desde que te pidiera me trajeras a esta tu casa, he sido demasiado atrevida lo reconozco, es solo que; tu abrazo en la estación, tú mirada, no se tal vez yo he interpretado todo mal desde el simple hecho del contenido de tu carta. Unas pocas palabras que para mi encerraron un mundo entero lleno de posibilidades.
“Nada ha cambiado en mi" fue lo que escribiste, es solo que…, tal vez sea tu afecto hacia mi como amiga, perdón debo irme tal vez alcance el tren de mediodía.
-¡Ya te dije que no iras a ningun lado! esas palabras en mi carta, si quieren decir que hay un mundo lleno de posibilidades para ti a mi lado, te amo Candy, nunca lo he dejado de hacer, cada dia te has metido más en mis pensamientos y alma, tu eres mi razon de ser he anhelado tenerte en este departamento una y mil veces, compartir mi cama contigo, despertar juntos.
Lo dijo mirándome a los ojos con su mirada tan profunda aquella que yo soñara más de una vez también. Sus hombros anchos y sus pómulos marcados su cabello alborotado por el viento, se quedaban cortos a mis sueños, él es fascinante.
-Yo quiero lo mismo -alcance a decir, nerviosa y temblando, mis instintos de mujer estaban despertando, si era inmoral como lo dijera la sociedad a mi no me importaba, este sentimiento es lo más puro que puedo sentir por el hombre que amado tanto tiempo, ¿se le puede condenar a alguien por amar de esta manera?
Se acercó a mí y acarició mi rostro con tanta delicadeza, al hacerlo cerré mis ojos y todos mis demás sentidos se despertaron aún más, deje que siguiera acariciando de mi rostro sentí como movía mi cabello y acomodó uno de mis rizos sueltos detrás del oído, se acercó a él y susurró con voz suave de modo que sus labios acariciaban mi piel y me dijo:
-Te amo y te deseo tanto...
Abrí mis ojos y al encontrarse con los de él algo pasó, sentí una corriente recorrer todo mi ser.
Su primer instinto fue tomarme y jalarme hacia él para besarme.
Estoy segura que él puede escuchar los latidos de mi corazón, es un terreno desconocido hacia dónde nos dirigimos, pero es algo que anhelo más que nada en el mundo. Nos besamos nuevamente disfrutando nuestros sabores, reconociéndonos, hasta que los besos se empezaron hacer más profundos, nuestras lenguas jugueteaban, mordisqueaba mi labio con desesperación, se separó para mirarme y con su mano quitó el abrigo que traía puesto, 《¡oh por Dios!》 sentía que me desnudaba mi alma, es como si mirase lo más profundo de mi. No solamente lo físico.
El solo sonrió. Podía observar su ojos azules, enmarcados por sus pobladas pestañas. Era un hombre muy guapo, el mas guapo que he visto en mi vida, el que que he soñado varias veces. Mes hace sentir tan … viva; se que mira en mi rostro un batalla que lidio, mis principios, lo correcto o incorrecto.
-¿Estás segura de esto Candy? estás cansada has tenido un viaje largo, tal vez…
-Shhh -susurró tapando sus labios-. Solo quiero estar contigo.
Me abrace a su cuello. Entonces presione sus labios torpemente y sentí un recorrido de deseo. En aquel momento, quería actos, sentimientos, sensaciones.
Tomo mi rostro en su manos por unos segundos, sabía que no habría marcha atrás, al ver mi iniciativa, recorrió mi labio inferior con su lengua, sus labios suaves y generosos atizaban el fuego dentro de mí, sentí arder mi vientre. Y no solo con su lengua. Estábamos tan juntos que pude sentirlo endurecido contra la parte más íntima de mi cuerpo, en un instinto bajo sus manos a mi derrier, incrementando el contacto a pesar de nuestra ropa. No puedo creer lo exitada que estoy. Es la fuerza de la naturaleza y la primera vez en mi vida, él dirigió sus manos a mi blusa y empezó a desabotonar de ella, sentía como si todo fuera lento muy lento, era un embrujo de amor, un hechizo. Lejos de sentir pena yo quería verlo de la misma manera, él descubrió debajo de la blusa, mi sujetador de seda y mi piel quedo a su merced.
-No tienes corset, -sigues siendo la misma rebelde chica que conociera.
-Terry eres un….
-Un hombre que te ama y te desea mas que nada en el mundo Pecosa… -masculló con voz enronquecida.
-Estamos en los años 20s hace algún tiempo que los corsets ya no se usan -le dije con mis mejillas sonrojadas. Esto es más cómodo y menos asfixiante.
-Y perfecto para mi -lo menciono con una sonrisa endiablada y unos ojos llenos de deseo.
Me beso nuevamente pasando sus manos por mi espalda, y desabrocho de mi sujetador para después dejarlo caer al suelo, dejó mi piel al desnudo totalmente, miró de mis senos.
-《¡Madre de Dios!》 eres perfecta -los apretó entre sus dedos y me hizo gemir.
Empecé a respirar entrecortadamente a una velocidad creciente, tomó un pezón entre sus dientes, y lo mordisqueo. Di un grito ahogado y despues aplico atención a mi otro pezón al tiempo que dejaba caer mi falda al suelo dejando al descubierto mis piernas, se agachó y quito los broches del ligero, recorrió las medias hasta quitarlas, cada movimiento era tan seductor, sentir las yemas de sus dedos en aquella tarea donde ponía toda su atención, después de terminar se levantó y me cargo de modo que me hizo abrir mis piernas para rodearlo por la cintura, entre besos me llevó a su habitación, me depositó en la cama dulce y delicadamente y mirándome desbrocho de su camisa; dejó caer su pantalón en conjunto con su ropa interior, quedó desnudo frente a mi, solo trague saliva. Y al verlo sentí brotar de mi intimidad una humedad. Lento y sensualmente se inclinó hacia mí y bajó de la última prenda restante dejándome totalmente desnuda. Con una profunda ternura convirtió al deseo en poesía, su manos delicadas recorrian todo mi cuerpo al igual que su lengua, mi respiración se hacía más agitada cada vez.
-Mmm…-le escuche decir cuando sentí su dedo dentro de mi intimidad. Estás lista para mi.
Tenía razón, me abrace a su cuerpo. Había algo conmovedor en la intensidad que me miraba, me estremecí al sentir como se introducía dentro de mí, sentí un pequeño dolor, pero lo hizo suave y delicado aumentado el movimiento poco a poco, deje de sentir el dolor y se convirtió en placer, mis caderas se movían al ritmo que él imponía en mi, quería sentirlo cada vez más adentro, era algo asombroso las sensaciones que sentíamos. Él con su voz enronquecida mencionaba mi nombre.
-¡Candy…! ¡Candy…. ! te amo….
Estaba tan excitada, lo deseaba tanto, tuve la certeza de que lo vivido valió la pena con tal de estar en este momento, en este lugar, el dolor de la separación se disipaba a su lado. Los dos haciendo el amor explotamos siendo uno. Al caer al lado mio giro mi rostro para que lo mirara y me dijo:
-Esta es tu casa, yo soy tu hogar, no te vayas de mi ¡por favor! casémonos mañana mismo solo tú y yo, si el destino nos separo, hoy juguemos con él y juntemos nuestros caminos y hagamoslos uno solo.
Hoy estoy en mi verdadero hogar, que sé es; a su lado, en mi corazón la llama del amor nunca disminuyó. No se que nos depare el mañana pero estoy segura que los dos juntos sabremos luchar contra cualquier cosa.
*FIN*
El amor es la fuerza que mueve el mundo y por ello hacemos todo para tenerlo y cuando es nuestro y verdadero no debemos dejarlo ir jamás .... 
