Lady Andrew
Reto
Reto
Muchas cosas habian cambiado: su forma de vestir, de peinar y hasta de expresarse, todo ese porte de chica rebelde que por mucho tiempo la habia etiquetado ante los ojos de muchos, para bien, habian desaparecido para convertirse en una distinguida señora de sociedad y elevar ese apellido que le habia hecho escalar.
Recordaba como tantas veces habia renegado de este, como quería abrirse camino por si misma sin importar a todo lo que tenia que enfrentarse para alcanzar sus propósitos, como los Leagan se empeñaron en truncarles cada puerta y ventana que se le abria a pesar de las advertencias que le habia hecho el ahora distinguido Williams Albert Andrew, los hermanitos se las habian jugado con tal de vengarse aprovechando que el rubio no tenia tiempo ni para respirar, y ella, con la esperanza de que algún dia ese par se cansarían continuaban insistiendo en otros lugares,pero nada; hasta que por fin, un dia, sentada en un banco de un pequeño parque, con el pecho a punto de reventarle y los ojos hinchados por las lagrimas derramadas, comprendió que debia intentarlo de la otra manera que se le dio y ella rechazó, iría en busca de Albert y le diría que regresaría a la familia bajo sus propias condiciones.
Asi fue, Albert la aceptó, aunque le costó un tiempo dar con este ya que el ahora patriarca de la familia estaba atrapado en esas ocupaciones que él habia ignorado por tanto tiempo; el secretario que habian puesto como sustitutos de George (hasta que este actualizara al patriarca de todas las actividades que tenia que atender en su nuevo trabajo) le decía que «la agenda del señor estaba llena».
Eso casi le costó el puesto al pelinegro quien fue defendido por la rubia alegando que este solo cumplía con su trabajo ante un Albert rojo de la furia y el cansancio que le provocaba su cargo,pobre chico estaba hecho un manojo de nervio, no comprendía nada de lo que estaba sucediendo por lo que George se llevó y dejó a ese par solo para que se pusieran al corriente de sus vidas, pretexto perfecto para que Williams se relajara y quien mejor que candy para darle toda esos momentos que él necesitaba.
Albert la escuchaba hablar sin parar y él reia ante las ocurrencias de la chica, la cual escuchaba a medias porque el cansancio en ese momento que se habia tomado para sentarse en aquel cómodo sofa frente a la chica, lo estaba llevando de a poco al país de los sueños. Una media luna curvó los labios de la rubia al ser sorprendida por unos espantosos pero leves renquidos.
—Pobre Albert, apena se está adaptando a este estilo de vida tan loco—cubrió su boca con sus manos al sorprendeser expresándose de aquella manera—Candy, recuerda la promesa que nos hicimos—se reprendia a la vez que cubria al patriarca con el saco que este habia dejado tendido sobre el reposa brazo.
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Candy poco a poco fue buscando las atenciones y consejos de la tia abuela, esta, en un principio, se presentaba renuente ante las peticiones de la pecosa por los eventos pasados con esta, pero al ver el empeño que ella ponía en aprender todas las etiquetas de la sociedad a través de los cientos de libros que se encontraba en la biblioteca de los Andrew y como hacia monólogos sobreactuaos de lo aprendido en su privacidad terminó de convencer a la matriarca.
Fueron meses de arduo trabajo, de escuchar los griteríos de la tia y aguantar algunos leves guamazos de parte de esta, habian veces que quiso darse por vencida pero luego se acordaba la saltas de trabajo que le costaba ganarse no solo el pan de cada dia, tambien un techo donde pudiera acobijarse ya que no podia darse el lujo de ir cada vez que quisiera al hogar de Pony donde cada vez llegaban mas y mas niños. Tampoco quería preocupar mas a sus madres quienes duraron unos meses dándole lo poco que tenia para que ella pudiera sostenerse además de que quería de una manera u otra vengarse de los hermanitos Leagan, por lo que se aguantaba y regresaba a sus lecciones.
—Que haces pequeña?—le preguntaba una voz a su espalda misma que reconoció al instante.
Albert, quien se dirigía en su limusina hacia la mansión, detuvo su andar al ver a una familiar y elegante figura quien portaba un parasol para protegerse, le extrañó verla ahí, sola y tan alejada de casa.
—Solo veo mi futuro—contestó la rubia con una voz firme que iba con su porte, con su nueva imagen.
Albert sabia a lo que se referia, ella le habia contado todo luego de que él la sorprendiera tomando clase con la tia abuela, por lo que solo se limitó a esbozar una sonrisa de medio lado por lo que habia hecho la chica, ella podia decir lo que sea: que iba a dejar a la chica rebelde atrás, que no cometeria mas imprudencia, pero lo cierto es que cometias algunas que otras cosas como esta de venirse a este lugar tan alejado de la casa caminando, sin nadie que la acompañara, eso una «típica dama» no lo haría, pero Candice, como querían que ahora la llamaran, no era una dama cualquiera, aunque le cueste reconocerlo, ese lado rebelde siempre la estará acompañando, ya que es parte de ella asi como envejecer es parte de la vida.
Se quedaron ambos parados allí en las alturas de aquella pequeña colina, ella mirando un supuesto futuro de frente a la mansión de los Andrew y él contemplándola a ella como el mas fiel de los enamorados.
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Gracias por leer
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Última edición por igzell el Miér Abr 22, 2020 10:30 am, editado 2 veces